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LO QUE QUIEREN HACER CON VENEZUELA ES ESCANDALOSO

       SE LE ACABÓ LA PACIENCIA AL CHAVISMO

Las políticas contra Venezuela desde Estados Unidos y Europa

En entrevista para teleSUR, la investigadora María Fernanda Barreto analizó cómo las políticas injerencistas contra Venezuela no sólo provienen desde Estados Unidos, sino también de Europa. Barreto destacó cómo las medidas contra la nación suramericana son la continuación del despojo en la época del colonialismo. teleSUR

https://youtu.be/sKJF2d0eGWE

Bloque asiático busca demostrar que Interpol actúa políticamente, para liberar a operador de Maduro

https://youtu.be/rgEW-dyXhj4

Venezuela denuncia participación de Colombia en la Operación Gedeón

https://youtu.be/HZGYSRjaTmg

Las revelaciones de Bolton que involucran a Venezuela y Colombia

 

IR AL LIBRO DE BOLTON: 

PDF. LA   HABITACIÓN DONDE OCURRIÓ. 

https://drive.google.com/file/d/1MYKn_RLOsx7ax_OjLwxTIViQlaHSNAbr/view?usp=sharing

LA   HABITACIÓN DONDE OCURRIÓ. Una memoria de la Casa Blanca

JOHN BOLTON, Ex Asesor de Seguridad Nacional de los Estados Unidos

 

Libro revela intimidades y locura de Trump

María Fernanda Barreto. Manual para enfrentar la invasión paramilitar sobre Venezuela, Parte 2

Manual para enfrentar la invasión paramilitar sobre Venezuela desde las comunidades (Parte 2)

Por María Fernanda Barreto.

Hace varios meses se publicó la primera parte de este manual que comprometía, al menos, dos entregas más. Se recibieron algunos aportes que agradecemos, en especial los recibidos desde las comunidades y organizaciones que han enfrentado o aún enfrentan esta situación.

Como mencionamos en la primera entrega, en esta segunda parte profundizaremos en el intento de contribuir a la comprensión del por qué y el cómo se está dando esta incursión  e intento de asentamiento en el territorio venezolano del paramilitarismo colombiano desde hace casi dos décadas, como parte de la hibridación de la guerra contra Venezuela por ser el principal obstáculo al relanzamiento de la Doctrina Monroe en la región y escenario de disputas geopolíticas que le trascienden. Sin embargo, la contingencia nos obliga de nuevo, a ir enunciando en esta parte algunas primeras propuestas.

El contexto general.  Nuestra América.

Los últimos acontecimientos geopolíticos en Nuestra América, han venido evidenciando las tácticas del relanzamiento de la Doctrina Monroe que, rompiendo con la tradicional búsqueda de estabilidad para gobernar y más allá del fortalecimiento de los ejércitos regulares, se plantea una tácita declaración de guerra contra los pueblos en rebelión, a la vez que fortalece el narcotráfico y pretende expandir el modelo colombiano de paramilitarización al servicio de los gobiernos subordinados de la región, lo que a su vez implica un aumento en la corrupción de los estados y la transnacionalización de la llamada “parapolítica” al servicio de la estrategia imperial.

Muestra de ello es el repunte de las acciones paramilitares en Colombia y toda Mesoamérica, la legitimación del paramilitarismo tras la dictadura en Bolivia y por supuesto, un nuevo empuje a la invasión paramilitar sobre Venezuela, con la adecuación de los grupos violentos de la derecha venezolana a ese modelo, la cooptación de bandas delincuenciales venezolanas y el crecimiento de una “parapolítica opositora”.

Hay que destacar que el avance de este modelo se da también de la mano con las compañías militares privadas (CMP) que han coordinado sus acciones con los grupos paramilitares en Colombia, principalmente las que prestan servicios a las bases militares estadounidenses y a las grandes trasnacionales minero energéticas. En el caso de Venezuela, la participación recientemente develada de la compañía Sylver Corp Usa Inc., en el tráfico de armas, entrenamiento, planificación e intento de ejecución de acciones contra la Revolución Bolivariana desde el territorio colombiano, dejó evidencia clara de esto. La llegada hace unos días, de nuevos contingentes militares estadounidenses a Colombia, habla de un posible aumento de este tipo de acciones.

Esto quiere decir, que aunque este manual se está escribiendo para enfrentar la invasión paramilitar, es muy importante que la comunidad también ubique la llegada o la simple circulación de mercenarios y mercenarias por su territorio.

Pero en este contexto hay que insistir en dos cosas que solemos reiterar. Primero, que toda esta operación, aunque pueda representar ganancias para algunos sectores de la derecha colombiana, no responde a los intereses del país, ni siquiera a los de toda su clase dominante -parte de la cual ha perdido millones en exportaciones que tradicionalmente hacía a Venezuela y que además teme a la inestabilidad económica y política que podría generar una guerra entre ambas naciones-, sino que es una vez más, la supeditación de los intereses nacionales a los representados por los EE.UU., único país que obtendría grandes ganancias de una hipotética guerra entre Colombia y Venezuela.

Lo segundo que reiteramos es que Colombia, como laboratorio experimental de este modelo y foco de irradiación del mismo, es también por ello, ejemplo de resistencia popular y de ese acumulado histórico deben beber los pueblos de Nuestra América.

Venezuela, que es el país para el que se escriben estas líneas en particular, nunca debe olvidar que en el proceso de enfrentar la invasión paramilitar, el pueblo colombiano, que vive a ambos lados de la frontera, puede y debe ser su mejor compañero, porque enfrentar el paramilitarismo colombiano y sus engendros, es luchar contra el exterminio de las fuerzas populares que se resisten al despojo de nuestras riquezas comunes.

El contexto específico. La comunidad.

Este, como todo manual,  procura ser práctico y útil, en este caso a las comunidades venezolanas para asumir la Defensa Integral de la Patria desde su propio territorio.  Por eso, aunque hemos venido y continuaremos enunciando lo común, y aportando análisis de contextos generales y relativos de las comunidades, lo más importante es que cada comunidad lo pase por el tamiz de su contexto específico, sus conocimientos acumulados, experiencias y circunstancias particulares, de las que desearíamos nutrir la edición final.

Señalamos esto porque uno de los aportes más completos recibidos desde las Comunas de la frontera colombo venezolana, alerta sobre una “mutación” del paramilitarismo para infiltrarse en las fuerzas revolucionarias de las comunidades en las que ha logrado asentarse.

Denuncia el mencionado aporte, que las mafias que sostienen el contrabando fueron imponiendo la circulación de pesos colombianos y dólares en los territorios fronterizos venezolanos, y con ello se fue debilitando aún más la moneda venezolana, sometida a un ataque sistemático desde las casas de cambio colombianas y páginas web de la oposición venezolana, y se fortaleció la capacidad de esas mafias para cooptar comerciantes, pero también a funcionarios y funcionarias del estado venezolano, para aumentar y legitimar su presencia. La corrupción es obviamente una grave grieta para cualquier construcción política revolucionaria, contra la cual no debe bajarse la guardia, ni desde el Estado ni desde las comunidades, no solo porque significa la descomposición ética y el debilitamiento de las fuerzas revolucionarias, sino también porque es un método con el que las organizaciones paramilitares y narcotraficantes han logrado controlar la institucionalidad colombiana y ese, es el modelo de Estado subordinado que aspiran construir en Venezuela.

Más allá de sus “importadores naturales” que son las empresas trasnacionales y el sector latifundista, otra rendija a través de la cual nos señalan que esta invasión ha logrado cierta legitimidad es a través del financiamiento directo a las pequeñas y medianas unidades de producción agrícola y pecuaria, así como indirectamente a través de la compra de productos a puerta de finca, -a montos superiores y en divisas- para el contrabando de extracción de rubros como café, cacao, ganado bovino, pescado, cuero y hasta productos mineros extraídos artesanalmente.

La complejidad particular del negocio del contrabando y especialmente el de combustible venezolano que se espera disminuya con las nuevas tarifas establecidas por el gobierno bolivariano,  ha sido tratado en otros de nuestros análisis por sus implicaciones en la guerra económica contra Venezuela pero particularmente, por su función dentro de la producción de cocaína y la legitimación de capitales en Colombia.

En algunas comunidades fronterizas y costeras venezolanas, donde mafias y paramilitarismo colombiano, se instalaron sobre todo para proteger, este negocio. Un ejemplo que es necesario visibilizar, es el de las costas orientales venezolanas donde este robo de combustible se ha ejecutado especialmente a través de grandes embarcaciones de pesca industrial pero que con el tiempo consiguió cooptar también a algunos pescadores de embarcaciones polivalentes que fueron financiadas por el gobierno y penetró así, un tejido social nacido de la Revolución Bolivariana.

Lo más importante, es que esta y otras aportaciones desde las comunidades, señalan la necesidad de aclarar que la invasión paramilitar dirigida desde Colombia sí ha logrado asentarse en algunos territorios venezolanos, tal como lo hemos señalado en otras ocasiones, pero en otros no ha logrado avanzar o incluso ha sido expulsado en los últimos años.

En el caso específico de Táchira y Zulia, el retroceso de las fuerzas invasoras ha sido sostenido en el último año, gracias al impulso de una ofensiva político militar de presencia y atención permanente del Estado venezolano en ambas regiones fronterizas y que  a partir de la exitosa “Batalla de los puentes”, en Táchira y otras batallas ganadas en el Zulia, profundizó desde la primera línea de defensa, la alianza cívico militar que es baluarte del proceso venezolano.

¿Qué hacer cuando ya hemos detectado la existencia de más de un indicador de la presencia de grupos paramilitares en nuestra comunidad?

Por lo anteriormente señalado, sugerimos que después de revisar en el seno de nuestra comunidad u organización, los catorce indicadores que señalamos en la primera entrega, debemos identificar el nivel de control que han logrado esas organizaciones en nuestro territorio. Para ello sugerimos:

  • Identificar hace cuánto tiempo aparecieron los primeros indicadores y si aún permanecen.

  • Contar cuántos indicadores percibimos y qué tan fácil es verlos.

Mientras más tiempo tengan las señales de esa incursión, cuantos más indicadores encontremos y mientras más fáciles sean de detectar, más avanzada se encuentra esa presencia.

Así, en términos generales, podríamos ubicar si esa penetración se ubica en una de estas seis etapas:

1.- Sin presencia de fuerzas invasoras.

2.- Con presencia esporádica, es decir, que nuestro territorio es solo una zona de tránsito.

3.- Inicio de la penetración a nuestro territorio.

4.- En proceso de legitimación e implantación.

5.- En control del territorio y la comunidad.

6.- En repliegue o huida.

Ubicar en cuál etapa se encuentran estas fuerzas en nuestra comunidad nos dirá cuáles son los niveles de alerta que debemos adoptar – siendo la etapa 5 la más grave- y, contrastando con el nivel de organización y capacidad para la defensa de nuestra comunidad, evaluar con sensatez cuáles son las acciones que podemos realizar como Poder Popular en corresponsabilidad con las instituciones del Estado y para cuáles es imprescindible la actuación de las diversas instituciones policiales y militares del Estado venezolano.

Los factores decisivos para impedir que el paramilitarismo logre avanzar de una etapa a otra o lograr que pase de la etapa 2 directamente a la 6 o mejor aún, que evite acercarse a nuestro territorio aunque les resulte importante, son fundamentalmente dos:

  • Presencia del estado, no solamente con la FANB y los cuerpos policiales sino también con todas sus demás instituciones y políticas de gobierno. Escuelas, hospitales, Misión Barrio Adentro, representaciones locales de ministerios, defensorías, grandes misiones, misiones y micro misiones, Casas de Alimentación, Casas de abrigo, etc.

  • Existencia de una comunidad organizada, cuyo tejido social sea fuerte y forme parte de una red mayor que trascienda su espacio vital, idealmente una organización nacional como redes de comuneros y comuneras, organizaciones, populares, feministas, estudiantiles, partidos del gran polo patriótico, Milicia Bolivariana, CLAP, Grupos musicales, Colectivos de teatro, emisoras comunitarias, etc.

Lo clave es que además, deben abrirse o mantenerse canales de comunicación y coordinación permanente entre las instituciones del Estado y la comunidad. Será tarea muy difícil para la comunidad defender su territorio sin el apoyo del Estado, como sucede en Colombia, y es imposible para el Estado defender el territorio sin el concurso de las comunidades.

En una visión clásica, esta sería la tarea del partido. Pero en la hoja de ruta que trazó el presidente Chávez esa tarea trasciende hasta la construcción del Estado Comunal que continúa en el horizonte del proyecto de la Revolución Bolivariana, para garantizar el desarrollo y defensa integral de la patria. Porque como dijimos anteriormente: “La tarea de recobrar el territorio, que es el hábitat de una comunidad, fortalecer el control sobre él para no perderlo o incluso comenzar a habitar territorios baldíos antes de que sean ocupados, no es necesariamente una tarea militar o policial. La experiencia de las últimas décadas en Colombia ha demostrado que detener el avance de estos brazos armados de la derecha trasnacional es posible cuando existe consciencia y organización popular.”

Entonces, esto quiere decir que hay tres tareas que cumplir para lograr el éxito que nos proponemos:

  1. Hacer de nuestro territorio una “Comunidad organizada” fuerte, solidaria, justa y en proceso constante de aprendizaje y transformación para la construcción del Estado Comunal y su consecuente defensa. Una comunidad que se enlaza con otras comunidades y organizaciones nacionales e internacionales.

  2. Fortalecer la presencia de las instituciones del Estado en nuestra comunidad, convocando a las instituciones que no estén, acompañando y fiscalizando a las que estén presentes y particularmente conformando las Unidades Populares de Defensa Integral donde no existan, o simplemente fortaleciéndolas y dinamizándolas donde ya estén.

  3. Optimizar todos los canales de comunicación posible entre nuestra comunidad y las instituciones del Estado, lo que por supuesto también incluye, profundizar la unión cívico policial militar. Nunca dejar solos ni solas a quienes defienden nuestra seguridad y soberanía.

¿Cómo es una comunidad organizada?

Venezuela, tiene un amplio acumulado histórico de organización popular que se ha cristalizado en los últimos veinte años en experiencias inéditas de organización popular.

Las diversas instancias de agregación del Poder Popular, Consejos Comunales, Comunas, Ciudades Comunales, Corredores, etc. Cuentan con un buen grupo de leyes y sobretodo de políticas que respaldan su conformación y crecimiento.

Pero este no ha sido un crecimiento lineal, ni mucho menos fácil, aún existen las resistencias internas y negligencia. En algunas instancias, por ejemplo, se han experimentado retrocesos, por causas diversas que son materia de otro análisis pero algunas ya han sido mencionadas aquí. Sin embargo, un caso emblemático que es ineludible en este manual es la contrarreforma agraria que han pretendido lograr los terratenientes que fueron expropiados por parte del gobierno del presidente Chávez. Estos terratenientes fueron de los primeros “importadores” de estas fuerzas paramilitares colombianas y aún hoy las usan para asesinar y desplazar a las comunidades campesinas beneficiarias de las políticas del gobierno bolivariano. Por eso, el Pueblo debe sostener su voluntad de poder y por tanto, de lucha constante para impedir retrocesos sobre lo avanzado.

Un método sugerido para organizar nuestra Comunidad.

Durante las últimas décadas el sociólogo venezolano Carlos Lanz ha desarrollado el método INVEDECOR, que plantea transformación de las comunidades a través de la articulación de procesos de investigación acción participativa, educación liberadora, comunicación comunitaria y organización popular, que debe ser parte de un tejido superior de resistencia que se articule en todos los niveles, llegando a lo nacional e idealmente nuestroamericano, porque no se trata de hacer de las comunidades islas sino de hacer de cada una un espacio para la construcción y defensa de un proyecto histórico.

Es decir, una comunidad organizada debería tener medios de comunicación comunitarios que articulen con diversas organizaciones del poder popular que a su vez posean espacios de educación popular y desarrollen permanentemente investigación acción participativa para lograr su transformación. Nos gustaría enfatizar aquí en la importancia de la organización popular para la producción, y no solo para la distribución y consumo de alimentos, que también es importante.

Una comunidad organizada en Venezuela debe ser parte de una Comuna y como tal debe también poseer sus Unidades Populares de Defensa Integral de la Patria, donde la inteligencia social se articule para defender la soberanía.

También es fundamental que en cada comunidad se formen organizaciones de defensores y defensoras de derechos humanos, capaces de hacer seguimiento permanente a la situación de la Comunidad en general y los casos particulares, registrar información, levantar informes, enlazar con las instituciones correspondientes y por supuesto, abrir espacios de sensibilización, difusión y formación comunitaria sobre el tema.

Por último, toda Comuna debe articularse siempre a otras Comunas en Sistemas de Agregación y avanzar juntas hacia la construcción del Estado Comunal que es el que nos permitirá construir soberanamente nuestro Proyecto Histórico, defender la Patria desde su célula fundamental y hermanarnos con los Pueblos vecinos para seguir levantando la espada de Bolívar y los sueños de Hugo Chávez.

Publicada esta segunda parte, continuaremos esperando aportes, críticas y sugerencias para sintetizarlos y avanzar hacia la tercera y última entrega antes de la edición final de nuestro manual.

TOMADO DEL BLOG DE MARIA FERNANDA BARRETO  https://mariafernandabarreto.wordpress.com/blog-2/


Manual para enfrentar la invasión paramilitar sobre Venezuela desde las comunidades (Parte 1)

Por María Fernanda Barreto

 

La primera parte de este Manual en construcción que aquí compartimos, se publicó el 4/09/2019. Se han recibido muchos aportes para la segunda y tercera parte. En pocos días publicaremos la segunda parte y es por eso que hoy volvemos a publicar la primera, con el fin de que haya contexto para la próxima publicación. Por las vías de contactos o comentarios aquí escritos, estaremos recibiendo sus aportes, críticas o sugerencias.

El pasado fin de semana se desactivó una nueva operación terrorista contra Venezuela, la que precipita esta publicación ya que otra vez el paramilitarismo colombiano, como brazo armado del Estado de una “nación huésped”, aparece involucrado, en alianza con los sectores más violentos de la derecha venezolana.

El presente manual es un esfuerzo militante por sintetizar y dar sentido práctico a  una investigación de muchos años que parte en los territorios fronterizos y termina alimentándose del intercambio con comunas rurales y urbanas, comunidades migrantes colombianas que participan de la construcción de la Revolución bolivariana, otros y otras investigadoras de temas relacionados, instituciones del Estado y de la experiencia miliciana adquirida en los últimos años.

Todo manual es eminentemente práctico, así este busca ser una herramienta para contribuir a la Defensa Integral de la Patria, desde las comunidades, en el marco de una guerra popular prolongada en la que el pueblo venezolano todo está inmerso desde hace años, sin percatarse.

La urgencia generada por el escenario actual, nos obliga a invertir el orden de la que será la publicación final, que esperamos se nutra de todas las críticas y aportes que reciba esta publicación fragmentada.

Ofrecemos un instrumento para visibilizar la invasión del paramilitarismo colombiano sobre Venezuela, con el fin de evidenciar la necesidad de su denuncia y enfrentamiento, por eso lo más importante de esta primera parte serán 14 indicadores que tienen por objetivo que podamos discernir, tras observar el entorno, si el problema existe y está presente en nuestro contexto, o por el contrario, si nos es ajeno; porque solo lo que se percibe como real y relevante genera consciencia, y solo las acciones conscientes pueden producir cambios históricos.

A pesar que el paramilitarismo colombiano es cada vez más un fenómeno político-militar y menos un grupo de organizaciones o estructuras, lo que hace que sea más difuso y por tanto más difícil de ver, enfrentar y castigar, hemos sintetizado los indicadores que presentamos a continuación.

A esta primera parte seguirán otras dos. Continuaremos en el intento de contribuir a la comprensión de la razón y el modo en el que se está dando esta invasión desde hace casi dos décadas, como parte de la hibridación de la guerra contra Venezuela, por ser el principal obstáculo al relanzamiento de la Doctrina Monroe en la región y escenario de disputas geopolíticas que le trascienden. Finalmente, haremos algunas propuestas para enfrentar desde las comunidades esta operación que ciertamente tiene implicaciones militares, pero sobre todo políticas y económicas de carácter estratégico.

Indicadores de la presencia paramilitar en un territorio

1. Aparición o incremento repentino de economías ilegales en la comunidad. Contrabando, venta de drogas, minería ilegal, trata de personas, prostitución, entre otras.

2. Aparición o  incremento repentino de negocios vinculados al lavado de dinero. Casas de apuestas y juegos de azar, compra y venta de oro roto, casas de empeño, “boom” de construcciones, negocios no productivos, entre otros.

3. Aparición de prestamistas. Particularmente de la modalidad “gota a gota”, que permiten pagos pequeños y a largo plazo, para comprometer a la mayor cantidad de personas posibles.

4. Cobro de vacunas. Comienzan a verse calcomanías o impresiones iguales en vehículos y locales comerciales, las que identifican a los grupos que cobran estos impuestos llamados “vacunas”, para permitir el funcionamiento y supuestamente garantizar protección.

5. Aumento de la violencia de género y delitos sexuales contra mujeres, niños y niñas. Aunque en algunos territorios también se han reportado agresiones sexuales a hombres, lo más común es la violencia contra las mujeres, violaciones, desaparición y prostitución forzada, que en la mayoría de los casos incluye prostitución infantil.

6. Surgimiento o aumento de disputas por el control de las economías ilegales. Llegan a la comunidad nuevos grupos de contrabandistas, traficantes de drogas, proxenetas, entre otros, que comienzan a disputar territorio con quienes lo controlaban hasta ese momento, y si estos se resisten, se inician enfrentamientos armados entre bandas.

7.  Oleadas de inmigración no justificada. En las zonas fronterizas es común que ingresen desde Colombia comunidades desplazadas por la violencia de Estado ejecutada a través de su fuerza pública o de los grupos paramilitares, estas comunidades desplazadas son en su mayoría víctimas del conflicto que requieren el apoyo y la solidaridad que caracterizan al pueblo bolivariano. Pero, cuando esta inmigración es repentina y no obedece al desplazamiento forzado, es una señal que debe encender las alarmas. En estos casos, se debe prestar particular atención a personas en edad de combatir, con dicho perfil, sobre todo si en su discurso o práctica se identifican con la oposición venezolana.

8. En las zonas rurales, aparición de rubros agrícolas vinculados al control territorial. Estos son fundamentalmente la palma aceitera y ganadería, pero además cuando tierras de uso agrícola repentinamente se convierten en minas.

9. Desplazamiento forzado de la población residente. Este fenómeno ya se está presentando incluso en barrios de Caracas y en zonas semirurales de Aragua, Carabobo y Miranda, pero sigue sin ser denunciado ni documentado. Toda amenaza para que alguien abandone su casa o sus tierras contra su voluntad, puede ser un indicio de invasión de estas fuerzas.

10. Aparición o aumento de la violencia política. Amenazas, acciones para amedrentar, asesinatos, torturas o desapariciones forzadas de líderes o lideresas sociales, personas vinculadas a la izquierda, milicianos o milicianas, militares, policías y servidores o servidoras de instituciones del Gobierno bolivariano. Particular énfasis hay que hacer en acciones que tienden a una “contrarreforma agraria”.

11. Presencia de agresiones con un nivel de violencia inusitada. Incremento de robos acompañados de violencia desproporcionada, torturas, asesinatos crueles y aparentemente sin motivo, que pueden ser relacionados con entrenamiento paramilitar a la delincuencia local.

12. Anuncios de “limpieza social”, escritos o verbales. Estas supuestas “limpiezas” comienzan con el asesinato de delincuentes comunes y terminan por extenderse a trabajadores y trabajadoras sexuales, personas en situación de calle, personas sexo diversas, revolucionarios y revolucionarias.

13. Incremento de vigilancia privada en fincas, grandes empresas privadas nacionales o trasnacionales. Especialmente si estas empresas comienzan a sobrepasar los límites territoriales de la propiedad que vigilan y pretenden asumir labores policiales o hasta judiciales en el territorio circundante.

14. Patrullaje no institucional y toques de queda. Impuestos por grupos armados que deciden quiénes pueden estar en la calle y hasta qué hora.

Sin duda hay otras señales que no se han mencionado en este texto, pero la existencia de uno de los indicadores presentados debe encender las alarmas y, en lo posible, comunicarse a los organismos competentes en la zona, además de alentar que hay que iniciar un proceso de inteligencia social para verificar si existen otros indicadores y a la vez iniciar o fortalecer los procesos organizativos de la comunidad y el enlace con las instituciones del Estado para impedir el avance y control definitivo de estos grupos sobre el territorio.

La presencia de más de cuatro indicadores implica que el territorio está en serio riesgo. Sin embargo,  aún en presencia de todos los indicadores, la comunidad y el Estado venezolano pueden recobrar el control sobre su territorio, siempre que se percaten de ello y trabajen en conjunto. La tarea de recobrar el territorio, que es el hábitat de una comunidad, fortalecer el control sobre él para no perderlo o incluso comenzar a habitar territorios baldíos antes de que sean ocupados, no es necesariamente una tarea militar o policial. La experiencia de las últimas décadas en Colombia ha demostrado que detener el avance de estos brazos armados de la derecha trasnacional es posible cuando existe consciencia y organización popular.

En este sentido, las Comunas organizadas son las primeras llamadas a comprender esta operación y consolidar el control sobre sus propios territorios, desde la visión de la Defensa Integral de la Patria y la construcción del Estado Comunal. En ello centraremos las próximas publicaciones de este manual.

TOMADO DEL BLOG DE MARIA FERNANDA BARRETO  https://mariafernandabarreto.wordpress.com/2020/06/04/manual-para-enfrentar-la-invasion-paramilitar-sobre-venezuela-desde-las-comunidades-parte-1/

Foro Soberanía, Territorio y Solidaridad Internacional

Reunión del Consejo de Seguridad de la ONU sobre Venezuela

https://youtu.be/ZrnDHfZW8HM

El ministro de defensa de Colombia cayó en la inteligente trampa que le tendió Venezuela

IRÁN ENVÍA BARCOS A AMÉRICA, EEUU ENVÍA BUQUES DE GUERRA

El Ministerio de Relaciones Exteriores de Irán advirtió nuevamente que Estados Unidos asumirá la responsabilidad de cualquier acto tonto que pueda tomar contra los petroleros iraníes que llevan dirección hacia Venezuela, diciendo que Washington no puede interponerse en el camino del comercio legítimo entre países independientes. «Los propios Estados Unidos tendrán que sufrir las repercusiones que surjan de cualquier medida irreflexiva [que podría tomar] contra los buques iraníes. Si los estadounidenses toman alguna medida contra el movimiento libre y legal de nuestros barcos, se enfrentarán a nuestra respuesta decisiva. Si a Washington no le gusta un país, esto no le da ningún motivo para evitar el comercio legal entre países, tomarlos bajo sanciones y causarles problemas», dijo el portavoz del ministerio, Abbas Mousavi, a periodistas durante una conferencia de prensa en Teherán. Irán informa que ha lanzado una advertencia clara contra cualquier posible «aventura» estadounidense, a través de la Embajada de Suiza en Teherán la cual representa los intereses de Washington. La misión iraní ante las Naciones Unidas, también ha entregado una carta del Ministro de Relaciones Exteriores, Mohammad Javad Zarif dirigida al Secretario General de la ONU, Antonio Guterres. Según los informes y los datos de seguimiento de buques por GPS, sugirieron que un buque tanque iraní que había cargado combustible en el puerto de Bandar Abbas en el sur de Irán a fines de marzo, navegó por el Canal de Suez y entró en el Atlántico el miércoles. Sin embargo, un funcionario no identificado de la administración estadounidense filtró a Reuters que el envío fue inoportuno alegando que Washington analiza medidas que se pudieran tomar frente a esos barcos iraníes. Mousavi calificó la amenaza de «descarada» y dijo que Estados Unidos bajo el presidente Donald Trump está interrumpiendo el orden mundial, ignorando las normas vigentes y liberando la anarquía. Los buques iraníes se dirigen a Venezuela con cargamentos de combustible, dijo Mousavi, y señaló que la empresa no enfrenta prohibiciones legales. El desarrollo es completamente legítimo en oposición a la piratería marítima «que es algo dominado por los Estados Unidos», ironizó. En julio pasado, el Reino Unido incautó a un superpetrolero operado por Irán con instrucciones estadounidenses, deteniendo el buque en el Estrecho de Gibraltar. ¿Qué sigue? ¿Trump detendrá los barcos iraníes, y de ser así, cómo contestaría Irán? ¿Ojo por ojo y diente por diente? ¿Qué se avecina?

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