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Economía Propia con Soberanía Alimentaria 

POR:  GONZALO SALAZAR 

«Cuadernos de Reencuentro»

Podemos generar un gran movimiento popular por la soberanía agroalimentaria como parte fundamental de la lucha por el bien vivir diseñando en base a prácticas, tradiciones y conceptos de equidad, solidaridad y autonomía de los sectores populares, una propuesta de economía contra el hambre y la pobreza.

Es posible la creación desde los sectores populares en las comunidades locales, de una red solidaria-comunitaria de pequeños y medianos campesinos organizados en asociaciones, cooperativas, juntas comunales, comunidades indígenas y consejos comunitarios, comunas, etc., en zonas populares de producción agroalimentaria, articulada con las organizaciones y movimientos populares consumidores de alimentos como asociaciones sectoriales, cooperativas, sindicatos, asociaciones de padres de familia de escuelas y colegios, asociaciones estudiantiles, de pequeños comerciantes, de profesionales,, artesanos, pequeños industriales, juntas comunales, comunidades barriales, JAL, ecologistas, organizaciones de mujeres, madres comunitarias, restaurantes y comedores comunitarios; una red  en forma de  Circuitos Agroalimentarios Alternativos, que se desenvuelva en la producción, distribución, intercambio, transformación, preparación y consumo de alimentos comoalternativa de soberanía popularcontra el hambre y la pobreza, integrados alrededor de medianas y grandes ciudades región; los productoresinicialmente dispondrían de sus parcelas y susinstrumentos de producción -entre estos la tierra- y los consumidores comprometidos contribuirían financieramente adquiriendo y consumiendo los alimentos producidos por los campesinos de la red, intercambiando productos e insumos mediante convenios que no incluirían en ningún momento ceder sus propiedades; sería partir de la infraestructura y la capacidad instalada;los y  las campesinas acordarían localmente  los productos a cultivar, las formas de producir y acordarían con los consumidores de las ciudadeslos modos de distribución, de intercambiar productos y servicios; en las ciudades los consumidores  y productores populares de la Red, tienen la necesidad de organizarse comunitaria y solidariamente y luchar por una alimentación sana y suficiente; los sectores populares de las ciudades poseen los medios para integrar centros de acopio, de distribución e intercambio que serían aportes en logística e infraestructura inicialmente en comodato; los agricultores urbanos de alimentos para autoconsumo también serían parte de la Red.

La Red podría funcionar mediante Circuitos Agroalimentarios Alternativos como mecanismos dinámicos que integren los procesos productivos (Unidades Productivas rurales y urbanas, local y regionalmente) a las necesidades y prácticas de distribución y consumo; los CAA serían espacios que permitirían la participación comunitaria, la retroalimentación a través del intercambio de productos entre el campo y la ciudad y el abastecimiento oportuno y suficiente de alimentos, incrementando la variedad y calidad de los mismos. Estos Circuitos pueden construirse autónomamente en áreas económicamente activas que integran el sector productivo agropecuario y los sectores populares consumidores y productivos de las ciudades. Se pueden generar alrededor de grandes ciudades con características geográficas, económicas y culturales particulares que determinan una provincia, una región y o un departamento, articuladas y/o confederadas regional y nacionalmente.

En la ciudad se puede promover con ayuda de organizaciones populares y medios alternativos independientes, la formación e integración a los Circuitos Agroalimentarios Alternativos, a partir de centros de acopio y distribución de alimentos, de proveedurías de herramientas e insumos agropecuarios y de prestación de servicios relacionados con la agricultura, y la alimentación, pero también con la salud; convocando a Comedores escolares y Comunitarios, a colegios y universidades, a pequeñas y medianas empresas, a familias, comunidades barriales, restaurantes, panaderías de barrio,a Plantas de transformación de alimentos (cárnicos, lácteos, embutidos extracción de pulpa, conservas de frutas, dulces, postres etc.); también a productores populares de herramientas e insumos para la agricultura, fábricas de útiles para el hogar; fábricas de abonos orgánicos e insumos agropecuarios y profesionales prestadores de servicios.

Los CAA serían espacios para compartir, aprender, educar e integrar a la comunidad, buscando fortalecer los procesos productivos y organizativos, haciendo participes a los sectores populares en la construcción de una sociedad democrática, sana, justa y solidaria. Se pueden integrar a los circuitos Agroalimentarios unidades productivas de confecciones, de calzado, de reciclaje, de la metalmecánica, de la industria popular y artesanal. La integración dinámica de estos Circuitos a niveles municipal, provincial, regional y nacional sería una Red Agroalimentaria Popular.

De hecho, el capitalismo creasus propios circuitos  y redes económicas con su dinámica de usura y explotación, con la concentración de la tierra, de la producción y la monopolización del mercado mundial de alimentos, como ya se ha visto en todas las áreas de la economía, práctica que arrasa con las culturas, economías y soberanías de los pueblos, por esto la propuesta, que es recogida de las prácticas y tradiciones solidarias y limpias de los pueblos, va por el rescate de circuitos y redes de carácter popular y comunitario humanista.

La base de esta propuesta serían Unidades Productivas Agropecuarias, ubicadas en Zonas de Producción Agroalimentarias Populares,producirían diversificadamente mediante planeación en reuniones o en  asambleas locales, en coordinación regional -los CAA- según el caso (Frutas, Hortalizas, Verduras, Carnes, pollo, huevos, Peces Lácteos, etc.) exclusivamente para los consumidores de los CAA; cada familia productora construiría o ampliaría su huerta con los alimentos de su dieta ofreciendo los excedentes al centro de acopio o al CAA. Estas UPA estarían conformadas por pequeñas y medianas unidades familiares, grupos de familias o por grupos comunitarios, asociaciones de productores, cooperativas etc. en veredas, resguardos, consejos comunitarios, zonas de reserva campesina, en todos los niveles territoriales, municipal, provincial y regionalmente según las particularidades, las cuales podrían ofrecer diferentes productos agropecuarios y agroindustriales a los consumidores urbanos. En las ciudades se integrarían  a este proceso centros de transformación, de distribución y de consumo: Centros de Acopio y Distribución de Alimentos, tiendas comunitarias, Comedores Comunitarios, Hogares del ICBF asociados, se podrán vincular Panaderías, Cafeterías y hogares familiares organizados o asociados como consumidores de los productos de las UPA, que también pueden estar integradas en los Circuitos Agroalimentarios Alternativos.

En la producción agropecuaria se busca que los productores a mediano plazo pudieran reemplazar totalmentelas semillas e insumos comerciales industriales utilizando semillas libres de agrotóxicos, (fungicidas, insecticidas, abonos químicos industriales) y de procesos transgénicos; los animales libres de maltrato, libres de manipulación genética, de antibióticos, de tratamientos hormonales y su alimentación libre de tratamientos químicos industriales nocivos a los animales y a la salud humana. En las Unidades Productivas Agropecuarias se podríarealizar la transformación de alimentos que les dé mejor presentación, forma de conservación y facilidad para el transporte y su preparación, desarrollando agroindustria a pequeña escala con tecnologías apropiadas y modernas no depredadoras al medio ambiente, inocuas a la salud de los humanos y animales. Las UPA se integraríana la Red de acuerdo con el interés de los productores, a la capacidad instalada, a las posibilidades de mejoramiento y a las necesidades del consumo.

Seríaposible que cada UPA o el CAA produzca sus propios insumos como alimento para animales, abonos y plaguicidas orgánicamente. Se estimularía la creación de huertas casera y comunitarias, de granjas integrales autosuficientes colectivas y comunitarias experimentales entre campesinos asociados y entre familias de la ciudad que quieran y puedan trasladarse al campo para convivir y producir colectivamente.

Se podría mejorar especies utilizando procedimientos científicos y biotecnología, seleccionando e intercambiando semillas y ejemplares entre productores de cada región -como lo vienen haciendo ancestral y tradicionalmente indígenas y campesinos- y entre regiones del país y de países que compartan conceptos de soberanía alimentaria, agricultura limpia, alimentación sana y mercado justo; con instituciones de investigación, organismos asesores y técnicos comprometidos en la lucha contra el hambre y la pobreza. Se buscará la constitución de bancos de semillas y centros de mejoramiento de especies a nivel regional y nacional al servicio de pequeños y medianos campesinos de los CAA. Se utilizarían abonos, insecticidas, fungicidas y herbicidas biológicos naturales, elaborados por los productores agropecuarios, recuperando material orgánico (residuos sólidos) de desecho –aportados por los mismos consumidores de alimentos- mediante diversas técnicas como el compostaje, la lombricultura y o las micorrizas; en el desarrollo de este proyecto se podría recoger desechos de los alimentos en las galerías, en supermercados, tiendas, restaurantes, colegios, universidades, hogares del ICBF, en comedores comunitarios en los hogares y en los propios centros de acopio para reciclarlos (no para alimentar cerdos) en pequeñas fábricas de compost de los CAA.

En una economía democrática con soberanía alimentaria la producción agropecuaria está destinada a proveer a la población de alimentos sanos y suficientes permanentemente, producidos localmente, por lo que la Red que proponemos debería abastecer los centros de consumo comunitarios y a las familias de los sectores populares de la ciudad, no se trata de exportar ni de importar alimentos, menos de vender o comprar a los hipermercados o a las comercializadoras, sería una producción prioritariamente destinada al consumo interno de la Red. Sin embargo, en una articulación democrática de un gobierno de transición, la red podría hacer acuerdos regionales y nacionales con proyectos de objetivos similares de otros pueblos y países (sin que prime el valor de cambio o monetario) para el trueque e intercambio de alimentos excedentes del mercado interno, por tecnologías, conocimientos y o alimentos que por circunstancias ajenas a la calidad de la tierra, las semillas o el clima, no se puedan producir por nuestros campesinos.

El intercambio de productos y servicios con los sectores de la ciudad se realizaría en la medida que se integren al Programa las Unidades Productivas Urbanas de elementos para el hogar:  accesorios, insumos y herramientas para la producción agropecuaria, artículos para el estudio y para la construcción de vivienda, de comerciantes populares, de la pequeña y mediana industria y de los artesanos-as; de la misma manera el intercambio se realizaría  principalmente con la prestación de servicios técnicos, profesionales y de asesoría tanto en el campo como en la ciudad con los integrantes de la Red (puede ser en salud, asesoría técnica, en capacitación) aunque no se trata de eliminar totalmente la compra y venta con dinero, pues necesitamos adquirir productos industriales y servicios de los que no disponen los sectores populares, mientras la mayoría de los hogares populares disponen solo de su salario en dinero y muchos artesanos, profesionales, pequeños comerciantes y pequeños industriales del pueblo necesitan de este medio de pago para poder sobrevivir. En este sentido las entidades financieras del sector cooperativo se integrarían estimulando y garantizando el ahorro y el crédito agropecuario a los productores vinculados a la red, apoyando los proyectos productivos colectivos y comunitarios de la Red, intercambiando productos y servicios. Prácticamente será una nueva economía solidaria -comunitaria.

Para desarrollar la Red es fundamental la participación de estos sectores y sus organizaciones, de igual manera la educación y la organización autónoma de la comunidad sujeto, articuladas a niveles local, provincial, regional y o nacional. La capacitación, la formación política y ética de los integrantes son esenciales para la realización de la propuesta, pues no se trata de regirse exclusivamente por las instituciones del Estado ni por las leyes del mercado capitalista, aunque se puede hacer convenios con instituciones de asistencia técnica, en educación y salud en las localidades y regiones.

En las ciudades se formarían Centros De Acopio, Distribución e Intercambio CADI, serían el eje de los Circuitos Agroalimentarios Alternativos, funcionarían en los sectores populares urbanos. Las cantidades y variedad de productos se definirían en base al estudio de producción y consumo, de infraestructura y logística disponibles, realizado a través de encuestas, talleres de socialización y de concertación entre productores y consumidores. El personal operativo-administrativosería de forma rotativa en los cargos, los locales y la dotación la podrían aportar inicialmente los participantes de la Red, y en un gobierno democrático o de transición, este deberá apoyar nuestra alternativa económica. Todo el personal vinculado a la producción, distribución y transformación de alimentos debería capacitarse en conceptos políticos de Soberanía   y Seguridad Alimentaria, en manipulación de alimentos, en nutrición y economía solidaria y comunitaria, incluyendo a los y las agricultoras urbanas. Cada Centro de Acopio estaría conformado como cooperativa, asociación, empresa comunitaria o familiar que se identifique e integre a la Red. Algunos pueden ser la cooperativa, las plazas de mercado, la tienda de la esquina o la tienda comunitaria que ya existen. algunas organizaciones populares -sindicatos, asociaciones, JAC, fundaciones, cabildos urbanos, Consejos comunitarios- en las ciudades cuentan con sedes y locales con espacio suficiente para la instalación de Centros de Acopio; se conformarían grupos o asociaciones de consumidores por localidad, barrio y comuna para crear centros de acopio y redes de distribución y consumo, además de las tiendas y supermercados populares de los barrios,panaderías, casinos de empresas;es importante el intercambio con las organizaciones de economía solidaria y comunitaria de la ciudad.

Será compromiso fundamental de los participantes del programa el consumo de los productos y servicios del CADI. Su carácter es esencialmente un mercado interno, justo, independiente y autónomo. Los integrantes de los CADIlocales y regionales reunidos en asamblea -o delegados elegido por los productores y los consumidores de cada circuito-podría definir un plan de producción, proponer la formación de Unidades Productivas y programas de autoeducación, técnica, política y actividades culturales y ecológicas, además de las administrativas, de acuerdo a la necesidad y a las posibilidades logísticas y económicas de la región o la localidad y a la disposición democrática de cada comunidad.

 

Cualquier propuesta de transformación de nuestra sociedad y país que busque la equidad, la libertad y la felicidad de nuestro pueblo, debe contar con una visión que conduzca a la construcción de alternativas en cada uno de los sectores sociales, en cada comunidad, tanto a nivel político como social, económico y cultural. Por el grado de atraso político, producto de las estructuras de opresión y dominación sintetizado en las formas de producir y distribuir los alimentos, en base a la concentración de la propiedad sobre la tierra y los instrumentos que hacen posible la agricultura, es indispensable además de exigir la reforma agraria democrática e integral:

  • Promover la asociación, la educación en economía solidaria y la capacitación, técnica y profesional en las actividades de producción, distribución y consumo de alimentos en los sectores populares.
  • Promover el retorno y recuperación de sus tierras a los campesinos desplazados y acompañar la lucha de indígenas y campesinos por la liberación de la madre tierra.
  • Promover y propiciar una reforma agraria, democrática, justa e integral.
  • Promover el desplazamiento voluntario de familias de la ciudad al campo para convivir y desarrollar actividades productivas agropecuarias limpias-orgánicas de forma autónoma, solidaria y comunitaria
  • Rescatar, promover y desarrollar las medicinas tradicionales indígena, populares y alternativas, que consideran a los seres humanos como integrales dependientes de la naturaleza.
  • Garantizar el acceso a bajo costo la cantidad, variedad y calidad nutricional de los alimentos básicos para los sectores populares, especialmente los niños.
  • Aplicar y difundir la producción agroalimentaria diversificada, limpia, libre de agroquímicos y transgénicos nocivos para la salud y la genética de los humanos; libres de explotación a los directos productores, procurando un medio ambiente saludable.
  • Promover redes de agricultores urbanos, en estrecha relación con los campesinos y demás sectores populares.
  • Rescatar la tradición en la producción y consumo de alimentos autóctonos y ancestrales y el respeto a las culturas de indígenas y campesinos en el uso y mantenimiento de los bienes naturales y en la producción de alimentos sanos.
  • Promover, defender y cultivar una nueva ecología, (agroecología popular) en la que la agricultura sea un medio para recuperar el equilibrio y los afectos con la madre tierra

 

Las iniciativas en producción de alimentos deben ser parte fundamental en la construcción de Zonas Campesinas Productivas Agroalimentarias, las Comunas Autónomas Populares en el campo y la ciudad, (recuperando y fortaleciendo la tradición de la huerta casera en cada familia campesina) junto a los Circuitos Agroalimentarios Alternativos, deben ser parte importante en el desarrollo de la nueva economía propia de los pueblos

La metodología es un componente dinamizador estratégico en todo proceso de desarrollo social. Se establecerían fases para abordar la organización, la investigación, la educación, la planificación, la producción y la distribución que cada comunidad u organizaciones interesadas definan en su localidad y/o región de acuerdo a las necesidades y posibilidades, aportamos algunas ideas; se podría desplegar campañas locales, regionales y nacional de sensibilización, concientización y de organización de productores y consumidores; para la investigación se puede diseñar encuestas, entrevistas y talleres (a productores y consumidores)foros, mercados campesinos con intercambio de semillas y productos, marchas de la alimentación (como la que promovieron y realizaron los indígenas del norte del Cauca en marzo de 2018) para sensibilizar a la población, tertulias de socialización e intercambio de experiencias, para identificar particularidades locales o regionales del programa con las comunidades y organizaciones participantes, elaborando una base de datos que con el análisis permita a los y las interesadas priorizar las necesidades reales, las dificultades, las fortalezas, las dimensiones y las estrategias para ejecutar el proyecto social-productivo e integrar la Red. El proceso de organización puedes ser simultáneo a la integración de preexistentes y nuevasunidadesproductivas, lo mismo con las prácticas de distribución, intercambio y comercialización, o sea, partiendo de lo que ya se tiene construido.

Se crearía una estructura no piramidal, con cargos de coordinación o vocerías, rotativos a dos años, integrada en su totalidad por participantes y beneficiarios directos del programa, se proponen tres áreas de trabajo: Técnica, Educativay de Coordinación regional y/o nacional, integrados por representantes de organizaciones comunitarias y populares de productores y consumidores elegidos por consenso en cada Circuito Agroalimentario, que contarían con apoyo y asesoría de organizaciones e instituciones especializadas como el Instituto Mayor Campesino, el Coordinador Nacional Agrario, Fensuagro, Sinaltrainal, instructores del SENA, los y lasprofesoras e investigadores críticos de las Universidades públicas y privadas que voluntariamente deseen  participar del proyecto, entidades del sector financiero solidario como la confederación Agrosolidaria y Confiar, podrán complementar la capacitación y prestar asesoría al proceso, que será participativo e integral, contemplando aspectos productivos, de planeación, de autogestión y distribución, de bienestar y de compromiso de los participantes. Estas áreas podrían tener un equipo técnico-profesional multidisciplinario no exclusivamente académico, porque se contaría esencialmente con los conocimientos, experiencias, tradiciones y saberes de las comunidades.

El área de Educación y Desarrollo Comunitario seríaresponsable de coordinar y articular los grupos de trabajo,para ejecutar planes de formación técnica, académica y política según los planes de vida y las necesidades en cada comunidad o región integrantes de la red, gestionaríael apoyo, la asesoría y/o el acompañamiento del personal docente y profesional, en lo posible con instituciones educativas que compartan los principios y objetivos del proyecto (universidades, profesores del SENA, el CNA, la ENS, el INS, los consejos comunitarios, los consejos regionales indígenas, los cabildos indígenas, las asociaciones y ligas campesinas, los sindicatos del sector alimentario, especialmente de los estudiantes).

El área Técnicase encargaríade analizar y proponer a los y las participantes estrategias de producción, distribución e intercambio, asesorar financiera, administrativa y técnicamente a las Unidades Productivas; operaría integrada por trabajadores agrícolas y consumidores urbanos miembros de la red, quienes buscarían esa asesoría con técnicos profesionales e integrantes del sector solidario, sindical y comunitario comprometidos con la propuesta agroalimentaria. Sus conceptos y recomendaciones no serán obligantes ni condicionantes, cada circuito las adoptará de acuerdo a sus necesidades, criterios y experiencias.

Las actividades de coordinación o articulación de la Red Agroalimentaria Popular se pueden realizar a través de delegados elegidos por los productores agropecuarios y los consumidores integrantes de los Circuitos Agroalimentarios Alternativos de la Red. Los Comités Coordinadores regionales estarían integrados por representantes de las Unidades Productivas Rurales, representantes de las Unidades Productivas Urbanas y representantes de los consumidores de cada Circuito, estos se renovarían bianualmente; todos los cargos serían rotativos. En asambleas regionales se elegirían los integrantes de las tres áreas de trabajo de los Circuitos Agroalimentarios Alternativos regionales y los delegados a la coordinación o articulación nacional. Esta coordinación no podrá manejar recursos económicos ni administrar proyectos productivos diferentes a los personales. Algunas de las funciones de la Coordinación Nacional podrían ser:

  • Orientar y coordinar la aplicación de una política alternativa de soberanía agroalimentaria, diseñada por los y las participantes de esta propuesta.
  • Orientar y promover la investigación sobre la situación alimentaria y nutricional de los sectores populares, los alimentos que consumen, enfermedades causadas por el hambre o por deficiencias nutricionales, apoyándose en instituciones como las organizaciones sociales populares, sindicatos, hospitales, asociaciones de agrónomos, universidades y en las estadísticas de las entidades correspondientes.
  • Promover y orientar la Investigación sobre la producción y consumo en las regiones, Áreas geográficas de producción agroalimentaria (localización y cuantificación), ocupación y disponibilidad de tierras para la producción, exigiendo al Estado (o al posible gobierno de transición) autonomía en las regiones para definir estrategias en la planeación para la producción de alimentos para sus propias necesidades.
  • Reunir y difundir suficiente información sobre el movimiento de los alimentos en el país: mercados, distribución, variedad, calidad y cantidades de alimentos que entran y salen del país.
  • Apoyar la movilización de los productores del agro contra las transnacionales de los alimentos, el uso de transgénicos y productos químicos nocivos en la producción; la concentración de la tierra, la extranjerización de esta, los monocultivos y la megaminería, denunciando nacional e internacionalmente estas problemáticas.
  • Promover emprendimientos colectivos, solidarios y comunitarios de pequeños y medianos productores en la producción, transformación y distribución de alimentos
  • Convocar y Orientar a los productores populares de alimentos y a los consumidores del pueblo para la construcción de los Circuitos Agroalimentarios Alternativos regional y nacionalmente.
  • Proponer a los movimientos sociales, al Congreso de los Pueblos, a la Marcha Patriótica, la ONIC, el CRIC, la ACIN (movimiento indígena), la ANUC, el Coordinador Agrario, las asociaciones sectoriales (movimiento campesino), Fensuagro, Sinaltrainal organizaciones de comunidades afro agrícolas y pesqueras, a las organizaciones populares de mujeres, estudiantes, organizaciones gremiales y sectoriales (sindicatos, centrales obreras, profesionales, artístas, pequeña y mediana producción industrial) populares, al sector cooperativo, a las universidades (públicas y privadas) el impulso y la participación en la Red.
  • Proponer al país y exigir al estado actual -o al posible gobierno de transición- una Política Nacional de Soberanía y Seguridad Alimentaria, sustentadaen un análisis científico de las causas del hambre y la pobreza y del daño a los ecosistemas nacionales y a la salud humana, originadas por las corporaciones transnacionales (agroindustriales y mineras), y los terratenientes en el uso agresivo contra la naturaleza y las comunidades agrícolas, que proponga las alternativas para eliminar dichas causas, mediante una política aprobadaen una consulta popular, y de sus conclusiones extraer normas constitucionales que garanticen la Soberanía Agroalimentaria.
  • Exigir, junto al resto de movimientos sociales populares, al estado -y al posible gobierno de transición-, la realización inmediata de una reforma agraria justa, integral y democrática, que incluya la autogestión territorial (Resguardos indígenas, Asociaciones y Cooperativas Campesinas Locales, Zonas de Reserva Campesinas, Zonas de Reserva Forestal Zonas de Producción Agroalimentaria y Comunas Autónomas) y el manejo de lo ambiental-ecológico (parques naturales, bosques, humedales y selvas por las comunidades locales con apoyo regional, nacional e internacional.

 

Esta es una propuesta de autogestión comunitaria dirigida a los sectores populares y democráticos del país para que la asuman y la realicen, puede ser presentada a un posible gobierno democrático para que la viabilice como una política de soberanía alimentaria, y de lucha contra la desnutrición, el  hambre y la pobreza, debería ser asumida por un posible gobierno popular de transición como inicio de la realización de la justicia social para el bien vivir; puede ser mejorada, ampliada, complementada, concertada y aplicada en un contexto de unidad de acción y política de los movimientos, organizaciones sociales y políticas de los sectores populares victimas del capitalismo y su modelo neoliberal.

Seguramente algunas de las ideas aquí planteadas han sido estudiadas por organizaciones, dirigentes e intelectuales de los sectores populares, puede ser que varias actividades propuestas se hayan ejecutado y muchas que los sectores populares con creatividad las hayan implementado no las hayamos conocido. Tampoco es la solución a todos los problemas de la sociedad capitalista; pero sí podría ser un paso en la consecución de la soberanía alimentaria y la justicia social en un período de transición que puede empezar en lo local y sectorial, hacia la comunidad del bien vivir.

 

Alternativa de Soberanía Alimentaria

Por: Gonzalo Salazar 

“… la propiedad privada de la tierra en manos de determinados individuosparecerá tan absurda como la propiedad privada que un hombre posea de otros hombres. Ni siquiera una sociedad o nación entera, ni el conjunto de todas las sociedades que existen simultáneamente son propietarios de la tierra. Son simplemente sus posesores, sus beneficiarios, y tienen  que legarla en un estado mejorado a las generaciones que les suceden, como bonipatris familias [buenos padres de familia].” Marx K. Tomo I del Capital (página 911)

 Producir para consumo local o interno por pequeños y medianos campesinos, alimentos con óptima calidad, variados, frescos, sanos (libres de substancias químicas y transgénicos nocivos para la salud humana y el medio ambiente), generando un mercado directo entre productores y consumidores, brindando oportunidades y garantías  de mercado a campesinos e indígenas, es una necesidad para combatir la desnutrición, el hambre, y la pobreza; implica generar mejores ingresos para campesinos/as e indígenas,  y ahorro para las familias pobres de la ciudad, donde los sectores populares invierten más del 75% de sus ingresos en alimentos.

La Agricultura con participación y autonomía popular es una estrategia fundamental para la integración y el desarrollo social de los sectores populares. En  Colombia hay grupos de pobladores y de campesinos que han empezado a cambiar su visión sobre la agricultura, la alimentación y la nutrición, buscando diversidad, calidad, disposición, acceso, suficiencia y bajos costos en la producción y el consumo; promoviendo y fortaleciendo iniciativas de economía solidaria y comunitaria de productores/as y consumidores, combatiendo el uso de químicos agrotóxicos, los cultivos transgénicos y el consumo de alimentos importados, impuestos por las Transnacionales del mercado minorista de alimentos (hipermercados o grandes superficies) y la gran industria de los alimentos procesados. Cultivando y consumiendo alimentos autóctonos y adoptados de alto valor nutricional (y medicinal) como la quinua, la maca, el amaranto, el chachafruto, la chía, el guandúl la auyama, la cúrcuma, la estevia y el sinnúmero de frutas, leguminosas y verduras que generosamente producen nuestros campesinos e indígenas,igualmente en proteína animal existe diversidad de especies menores domesticadas (aves, mamíferos, acuáticos) que pueden reemplazar las bovinas y deberían ser cultivadas por todos los campesinos, incluso en los solares de las casas y en predios comunitarios; cuando se tienen la tierra, los medios logísticos, la infraestructura y las redes de distribución suficientes y garantizados, se puede acabar con el hambre

Existen en el país movimientos agroecológicos agrofeministasagrosocialistas, agrosolidarios, agricultores urbanos, que consideran a la madre tierra como un ser vivo sujeto de derechos, que luchan por una agricultura amigable con el medio ambiente, por una distribución equitativa de la tierra y los alimentos, por los derechos y la autonomía de las mujeres en las cadenas productivas, de distribución y consumo; pero sobre todo, una tradición de lucha del campesinado, de las comunidades indígenas y afro por la defensa y libertad de la madre tierra, por la diversidad agroalimentaria, que junto a otros sectores como las asociaciones de consumidores de alimentos sanos y la economía solidaria, en la ciudad, ven necesario cambiar las formas de producir, distribuir y consumir alimentos. Son tradicionales las plazas de mercado, los mercados campesinos, los mercados agroecológicos móviles, los comedores comunitarios, las ollas comunitarias, las tiendas comunitarias, ferias de intercambio (trueque), las granjas integrales experimentales, los patios productivos en las ciudades, etc. En las fincas, granjas, parcelas y comunas campesinas se puede transformar o dar valor agregado a los alimentos de consumo popular, generando mejores ingresos y desarrollo agroindustrial a pequeña escala con tecnologías apropiadas y limpias.

El intercambio o trueque de alimentos por alimentos o por semillas, por herramientas, insumos y o servicios con la economía popular (artesanal, industrial) de las ciudades,permite la autogestión y la integración como parte fundamental de la economía equivalente solidaria-comunitaria entre los sectores populares del campo y la ciudad. Conla producción limpia, reciclando los desechos orgánicos de las casas, produciendo nuestros propios insumos, abonos y pesticidas con materias primas naturales, elaborados por los propios campesinos,los costosse reducen sustancialmente, garantizando calidad y seguridad de abastecimiento, produciendo lo necesario para mantener una alimentación sana, nutritiva y suficiente.

La agricultura urbana es una alternativa que se puede concretar en áreas periféricas de las ciudades con espacios reducidos para la siembra de una gran variedad de hortalizas o la cría en mínima escala de especies menores como ovejas, cabras, pavos, conejos, cuyes y pollos para complementar la dieta de los sectores populares; utilizando diversas formas de cultivos como hidropónico, en materas y pequeñas eras en los antejardines y parques comunitarios. Sin embargo, esta posibilidad se reduce con la dinámica de crecimiento y desarrollo de las grandes ciudades, las cuales no permiten espacios vacíos de cemento, donde las viviendas son pequeñas sin patios ni terrazas o son edificios de apartamentos, teniendo en cuenta que la mayoría de los pobres no poseen vivienda propia, además, las autoridades alegan problemas sanitarios y de estética. Ante esta situación, las organizaciones populares urbanas necesitan promover la educación y la práctica de la agricultura en la ciudad, luchando y exigiendo al estado espacios y respeto para realizarla (como en Cuba). La agricultura urbana es muy importante para desarrollar sensibilidad sobre la alimentación sana, cuidado del medio ambiente y autosostenibilidad limitada, pero no es la solución total al problema del hambre ni de soberanía alimentaria, que tiene que ver con la agricultura rural (propiedad y uso de la tierra, origen de la desigualdad y la violencia en los campos) y la dependencia económica del país.

Las anteriores son formas e iniciativas de producción, distribución y consumo popular, que, orientados e insertos en una dinámica red, en un programa social integral y comunitario como Circuitos Agroalimentarios Alternativos, sean parte de la economía popular como lo definió y ordenó el congreso de Tierra, Territorio y Soberanía del Congreso de Los Pueblos: “Economía Propia de los Pueblos”. Economía que debe ser aplicada como una política de las comunidades que pretendan su autonomía, donde las condiciones objetivas y subjetivas lo permitan. Que en un verdadero proceso democrático de paz debe convocar a los productores con la participación decisoria de los pequeños y medianos productores del agro y los sin tierra, que  pueda concertar con un Estado democrático o de transición, el diseño y ejecución de una política de soberanía alimentaria, empezando por la realización de la reforma agraria democrática, equitativa e integral que incluya los conceptos de territorio y soberanía en las comunidades campesinas, negras e indígenas, que venimos reclamando los sectores populares del campo y la ciudad desde hace más de 60 años,

El país requiere con urgencia esta Reforma Agraria Democrática e Integral con ordenamiento territorial, que devuelva a los campesinos las tierras que les fueron robadas y a los que no la han tenido, oportunidades para adquirirla, y garantías para el mercadeo y el transporte, orientada prioritariamente a la producción de alimentos básicos de la dieta de las y los colombianos, reforma que:

  • Respete y promueva las Asociaciones Comunitarias y las Cooperativas Campesinas, las Zonas de Reserva Campesina junto a los Resguardos y los Consejos Comunitarios, Zonas de Producción alimentaria campesina, con participación democrática y autogestionariaen sus territorios locales y regionales.
  • Que propicie el desplazamiento positivo voluntario de la ciudad al campo de quienes quieran vivir y producir allí (la ciudad solo ofrece estrés, miseria, violencia y descomposición social a los campesinos desplazados) sería una forma de descongestionar las ciudades y reducir la pobreza en el campo y la ciudad, integradas estas nuevas familias campesinas en cooperativas, asociaciones u organizaciones solidarias comunitarias, unidas o articuladas con las comunidades de la localidad y/o de la región; proyecto que debería realizarse en terrenos ejidos, baldíos, abandonados,  escogidos por las comunidades locales y los nuevos productores, definiendo con el Estado su uso y formas de propiedad.
  • Que compre el Estado a los legítima y legalmentedueños los excedentes a quienes posean más de 600 hectáreas (por familia), a quienes teniendo corporativamente más de 1000 hectáreas no las utilizan o no le dan el uso adecuado a las necesidades agroalimentarias del país; distribuyendo estas tierras entre los sin tierra y campesinos pobres  organizados para que la trabajen colectivamente –no es justo que seis millones de campesinos se mueran de hambre en las ciudades mientras el mafioso esmeraldero Carranza celebraba la adquisición de su hectárea un millón, sin demostrar cómo las consiguió, o la familia Uribe Vélez que una sola de sus muchas fincas en todo el país (el Ubérrimo) tiene más de 123.000 hectáreas-.
  • Que grave con altos impuestos a los terratenientes que tengan tierras vacantes, que no produzcan alimentos para consumo interno y que no accedan vender los excedentes para que los campesinos sin tierra la cultiven.
  • Que revise la legitimidad de la propiedad de inmensas extensiones de las mejores tierras en todo el país, compradas fraudulentamente por terratenientes y mafiosos a los campesinos desplazados, los títulos de propiedad otorgados por notarios corruptos, lo mismo que los baldíos entregados por gobiernos como el actual (altillanura-orinoquía) a transnacionales y empresas como Riopaila, Monsanto y Cargill, expropiando sin indemnización a los ladrones de tierras.
  • Que garantice subsidios para producir alimentos básicos, créditos blandos, asistencia técnica, mercado justo, capacitación técnica y profesional en ciencias agrícolas, en economía solidaria y comunitaria, con entes que regulen la producción y distribución de alimento similar a lo que fue el IDEMA, pero administrados por las propias comunidades locales.
  • Que racionalice el uso de la tierra y el agua, dando prioridad a la producción para consumo interno de alimentos de la dieta de nuestro pueblo y a las fuentes de agua y biodiversidad ecológica. Construyendo la infraestructura adecuada para distritos de riego, para almacenar, y procesar y distribuir alimentos a nivel regional y nacional
  • Que cambie los objetivos y las funciones del ICA (o reemplazándolo por otro organismo quedefienda los intereses nacionales) para que verdaderamente contribuya al desarrollo del agro nacional con soberanía alimentaria, con investigación sobre las especies alimenticias nativas, con control y supervisión de las actividades de este ente por los productores y los consumidores. El control de las semillas debe estar en las manos de los campesinos a través de sus organizaciones comunitarias sectoriales y territoriales
  • Que comprometa al Estado democrático -o a un posible Estado de transición- en el estímulo y financiaciónde la investigación para el mejoramiento de nuestras semillas y especies alimenticias con tecnologías limpias; ubicando en cada región o departamento sedes de estas instituciones y de facultades de ciencias agropecuarias de la universidad pública (todas las universidades deberían tener facultades se agronomía y ciencias agrícolas) y el SENA.
  • Que cambie las funciones y los objetivos del ICA y el INCODER hacia la realización de la Soberanía Agroalimentaria y la Reforma Agraria. En los que deben participar con voz y voto los campesinos pobres y medios y los sin tierra
  • Que reconozca y defienda los saberes y el respeto que tienen nuestros indígenas y campesinos de la naturaleza, acopiando estos conocimientos y el de la academia para mejorar la producción y la calidad de los alimentos, brindando a los productores directos acceso a tecnologías, genética y biotecnología no destructoras del medio ambiente ni lesivos a la salud de los seres humanos.
  • Que defina los usos del suelo rural y la reducción de la frontera agrícola, las áreas de conservación y protección ecológica, entregando a las comunidades locales su administración.
  • Que permita que los productores directos del campo y los consumidores en las localidades y regiones definan los productos, las formas de producir y la distribución, como ejercicio de soberanía alimentaria.

Si realmente queremos soberanía y seguridad alimentarias para el pueblo, tenemos que empezar por comprender que ni la oligarquía ni el imperialismo nos las van a dar o a garantizar, pues en su negación radica el poder y la capacidad para el despojo y la acumulación del capitalismo nacional y transnacional. Una verdadera Reforma Agraria Democrática para el pueblo, requiere del cambio de modelo político y económico, lo que implica para los sectores populares ser poder y ser gobierno, objetivo de todos los movimientos sociales y políticos populares en un proceso de lucha, de unidad e identidad programática.  Es necesario emprender un movimiento nacional de los sectores populares del campo y la ciudad por la Reforma Agraria con Soberanía Alimentaria. En esta lucha nuestro pueblo tiene la posibilidad de construir su bienestar y definir su autonomía, contando con su propia legitimidad alcanzada en la unidad, la organización, la movilización y en la construcción de estructuras sociales, económicas, políticas y culturales propias. El problema del hambre en el mundo es tan grave, que en muchos países reclaman y luchan los sectores populares por iguales derechos y necesidades, con propuestas similares a las nuestras:

En Andalucía, como en otros muchos lugares del mundo, y pese a sus idiosincrasias particulares, es más necesario que nunca una auténtica revolución agraria, un cambio profundo y de raíz para conseguir este nuevo modelo agroalimentario tal y como plantea la ponencia presentada en el recientemente celebrado Congreso del SAT en Sevilla y que resumimos en tres puntos fundamentales.

1) Considerar el alimento como un derecho inalienable de los pueblos que los estados deben garantizar.

2) Expropiar a los expropiadores los bienes comunales, la tierra, el agua, las semillas y los recursos naturales arrebatados a los pueblos.

3) Relaciones horizontales de comercio sin monopolios ni oligopolios agroalimentarios y producir alimentos saludables a través de su trazabilidad comprobada.

En definitiva, luchar por la salud y bienestar de los pueblos, por el consumo alimentario saludable es sacar los alimentos de los mercados capitalistas y convertirlos en patrimonio de las personas, los pueblos y la Humanidad.[1]

El hambre, la desnutrición, el desempleo, la pobreza, la falta de oportunidades, y la indiferencia del Estado por recuperar la agricultura campesina, exigen la ejecución de una Política de Soberanía y Seguridad Alimentaria que priorice la producción para consumo interno por un gobierno democrático o de transición hacia el bien vivir. Los campesinos e indígenas han sido obligados mediante el chantaje económico, tanto estatal como privado, a producir para las grandes transnacionales de los alimentos (comercializadoras y procesadoras industriales) para las cadenas de intermediarios que encarecen y degradan la calidad de los alimentos, reduciendo el abastecimiento directo a los consumidores populares, esclavizando a los productores mediante imposición de normas de calidad, peso y presentación, y de créditos onerosos; obligándolos a utilizar semillas transgénicas e insumos químicos tóxicos industriales, impidiéndoles su organización y acercamiento a los demás sectores populares. A los pobres no hay que proporcionarles lo que sobra o desecha el estado o el sector privado, sino, respetar su dignidad y sus derechos, brindando las condiciones apropiadas para que produzcan lo que necesitany convivan pacifica, solidaria y autónomamente.

En todo el territorio nacional se han dado experiencias de autogestión y emprendimientos cooperativos y asociativos de pequeños grupos y comunidades, generalmente de tipo gremial y vecinal, cooperativas, sindicatos, empresas asociativas y comunitarias, grupos de trabajo, mingas, grupos de agricultores y agricultoras urbanos etc. que han desarrollado proyectos de seguridad alimentaria, de mejoramiento en seguridad social y de vivienda. Estas organizaciones construyeron o integraron unidades productivas en el campo, los campesinos formaron comunas, empresas comunitarias y cooperativas agrícolas; en la ciudad los sectores populares crearon tiendas comunitarias, supermercados, centros de acopio, comedores y ollas comunitarias, farmacias, almacenes, hasta bancos cooperativos, que permitieron mejores condiciones de vida para sus asociados y comunidades (los trabajadores tuvieron  cooperativas de ahorro y crédito, multiactivas y las cajas de compensación, donde adquirían sus alimentos) hasta que el sector financiero y el mismo estado neoliberal obligaron la liquidación del sector solidario en los 90 del siglo pasado.

Esas experiencias no se han perdido, están en las memorias de las gentes que las vivieron o la disfrutaron, muchas de estas organizaciones puede que hayan desaparecido, también habrá muchas nuevas, pero las condiciones económicas y sociales de los sectores populares son las mismas o peores en este país de violencias e injusticias, por lo cual también están los recursos humanos disponibles y alguna infraestructura (propia de sectores populares) para desarrollar un programa agroalimentario que recoja esas experiencias, inquietudes, proyectos y necesidades en un proceso reivindicativo de la dignidad y la autonomía de los sectores populares y comunidades pobres en la lucha contra el hambre y la pobreza, que sería una propuesta de Economía Propia con Soberanía Agroalimentaria, que podríamos diseñarla y ejecutarla entre nosotros los de abajo.

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[1]CONSUMO ALIMENTARIO: CAUSAS Y CONSECUENCIAS PARA LA SALUD – Concepción Cruz Rojo – Editorial El Boletín — Colección: “Para pensar y actuar”