- Por: Ricardo Robledo
“Díganle a Mauricio Babilonia que suelte las mariposas que ya terminó la guerra en Macondo”
Con este meme, algunos indígenas del Cauca celebraron alborozados la firma del acuerdo de paz entre las FARC y el gobierno Santos en el 2016. La realidad muestra que ha sido un fallido intento debido al incumplimiento por parte de la derecha, de lo entonces acordado.
Una de las razones de fondo es que la agenda del imperialismo y la narco derecha, para Colombia y la región, es de represión violenta, confrontación y guerra; tal como se ha vivido en las recientes protestas populares en los países latinoamericanos. La narco derecha sabe que actuando como lacayos serán tolerados y no serán perseguidos como delincuentes; sueñan con que en una confrontación van a sobrevivir bajo la protección imperial.
Pero no tienen en cuenta que una de las tácticas es que la población local se enfrente entre sí; ya se tiene pleno conocimiento de cuánto vale un nativo para los colonialistas y de cuánto están dispuestos a hacer por la defensa de sus intereses imperiales.
Con esto se van fortaleciendo las prácticas de la supremacía racial, que ante el incremento de la pobreza mundial y de la sobrepoblación, se proponen controlar y disminuir el número de habitantes del planeta para que sobrevivan sólo “los pueblos elegidos por dios”, para poder usurpar libremente los recursos naturales de todas las regiones; puro capitalismo y fundamentalismo.
La teoría de la idealidad propone que la solución está en el mismo problema, para el caso, se aplica propiciando el enfrentamiento entre la misma población local, derecha contra izquierda, o los de un país vecino contra otro. Para eso buscan crear odios, incidentes, conflictos; a este tenebroso panorama de traición, opresión y muerte, es al que le apuesta la derecha, en su forma pachito santos, de laspriella, patriotas, infiltrados, legisladores con precio, monjas recalcitrantes, discursos supuestamente justicieros, medios vendidos al mejor postor, partidos fundamentalistas, presidentes y funcionarios del poder colonial proimperialista.
Ya se pronunció el gobierno norteamericano anunciando que no va a permitir que las protestas populares en sus colonias, se conviertan en revueltas de mayor alcance. No es de esperar menos. Lo que se pronostica para la región es crudo, es la guerra, ese “monstruogrande que pisa fuerte toda la pobre inocencia de la gente”. A eso es que le apuesta la derecha regional; la historia les cobrará su crueldad.
Pero la esperanza de los pueblos se fortalece ante el declive del capitalismo; se sabe del trabajo, la paciencia, la responsabilidad y el dolor de la negatividad dialéctica, tal como anunciaba Hegel. Lo más sensato para la población colombiana y latinoamericana, es evitar el escalamiento del conflicto, pero deben estar alerta y preparados para responder a la agresión.
Diciembre 2 de 2019


