Archivo de la categoría: 4- GONZALO SALAZAR

De Crisis En Crisis, Despojando, Acumulando

Por: Gonzalo Salazar

El capitalismo siempre ha querido que el mundo marche al ritmo acelerado de sus máquinas, que los trabajadores produzcan y la sociedad consuma en la forma en que crece su avaricia por la ganancia, sin medida ni descanso, pero la realidad es que las crisis económicas con ciclos cada vez más cortos, son su esencia genética que le permite renovarse y mantener su poder, pues posibilitan la acumulación por explotación a los trabajadores y por la expropiación violenta de los recursos naturales y materias primas en forma geométrica, agotando las capacidades de recuperación del planeta y de la  humanidad mediante nuevos modelos económicos cada vez más agresivos, conduciendo al primero a un globo desierto y oscuro y a la otra a la locura, la pobreza y la involución.

Durante la primera mitad del siglo XX Estados Unidos invadió Centroamérica (Panamá, Guatemala, Nicaragua El Salvador) y el Caribe, para fortalecer su posición geopolítica y geoestratégica en la región y apropiarse de minerales, hidrocarburos, alimentos y materias primas. Después de la crisis de los 30 (la gran depresión), la más grande del siglo pasado, el capitalismo continuó generando crisis en sus metrópolis -y competencia violenta entre sus ejes de poder- trasladándolas a los pueblos de la periferia, siempre “solucionándolas” con nuevos conflictos regionales en Asia, África y América Latina, con genocidios y ocupaciones de territorios por el imperialismo europeo y norteamericano; en Centroamérica, con asesinatos de líderes demócratas reformistas y revolucionarios, utilizando la estrategia de tierra arrasada, imponiendo dictaduras civiles y militares dirigidas desde Washington, que garantizaron el sometimiento y el despojo a los pueblos; usando como pantalla la competencia con la URSS y la “lucha contra el comunismo”, aislando y chantajeando a Cuba, (en lo que denominó Guerra Fría) sumiendo a nuestros pueblos en la pobreza y el atraso, mientras el crecimiento económico y el desarrollo tecnológico de los EE.UU. requiere de inmensas cantidades de materias primas, minerales y combustibles de origen fósil, para lo que implementan planes económicos y militares estratégicos contra la dignidad, la autonomía y la resistencia de los pueblos, (expresiones legítimas llamadas hoy terrorismo); planes estratégicos que incluyen ajustes estructurales y supuestas “ayudas” que se presentan como Cooperación Internacional al Desarrollo, pero que son el sustento de la deuda externa (multiplicada a la enésima en los 80) y base de la actual política neoliberal intervencionista con acometida extractivista.

En el contexto de la Guerra Fría el desarrollo tecnológico del capitalismo se extiende al oriente, apoyado por USA, inicialmente a Japón, después de la segunda guerra mundial, luego se continúan configurando algunos polos llamados “Tigres Asiáticos” en los 60-80 del siglo pasado, -Hong Kong, Singapur, Corea del Sur, Taiwán- pequeñas islas de desarrollo tecnológico, industrial, cibernético que alcanzanavances en algunas tecnologías de punta (automotriz, equipos electrónicos, robótica, TIC), infraestructura y financiero; en algunos casos supuestamente omitiendo órdenes y recomendaciones  de los organismos multilaterales (FMI, Banco Mundial) para sus economías, como Corea del Sur. Este experimento realmente fue una geoestrategia-geopolítica diseñada por EE.UU. –en el que algunas transnacionales norteamericanas invirtieron grandes capitales- en Asia para restarle poder económico y político a China y al llamado Socialismo Real, que posteriormente con las intervenciones en Afganistán, Irán, Georgia y últimamente Ucrania, de lo que se ha tratado es de levantar un muro militar-nuclear,  comercial terrestre y marítimo de miles de kilómetros alrededor de China y Rusia, última o nueva versión de la Guerra Fría, que se concreta en el Medio Oriente, Afganistán y Corea del Norte. Esas nuevas economías se han sostenido con elevados índices de crecimiento en el PIB y en las exportaciones, como expresión de la globalización neoliberal, pero que realmente empobrecen a sus pueblos y esclavizan a sus trabajadores. El capital en su fase globalizadora imprime una dinámica de acumulación por despojo y exterminio  con la expansión de los mercados, introduciendo inversión financiera, transfiriendo tecnologías a algunos países del llamado tercer mundo, con capitales volátiles, en maquilas y commódities, igualmente movilizando inmensos capitales (la mayor parte por pago de capital y servicio de la deuda externa) desde las periferias hacia los centros de acumulación imperialistas.

Después de la crisis del 73 del siglo pasado, con el movimiento de globalización y la aplicación del modelo Neoliberal, apoyados en la revolución técnico-científica, la crisis petrolera y la monopolización del sector financiero, el panorama político, económico y militar cambia de la bipolaridad USA-URSS (mantenida de común acuerdo con reparto de zonas de influencia del planeta hasta el fin de la Guerra Fría; evidenciada en la crisis de los misiles en Cuba) con la desintegración del campo socialista en la Europa Oriental tras la disolución de la Unión Soviética (1989) y la caída del muro de Berlín, a la unipolaridad de los Estados Unidos, llevando al inicio del fin del Estado benefactor, a la transnacionalización del capital norteamericano-europeo y al fortalecimiento de los enclaves asiáticos, (Japón, Taiwán, Corea del sur, Singapur, Vietnam) al traslado de sus plantas de producción industrial y manufacturera a países del sur y el oriente, aprovechando las condiciones o ventajas comparativas, económicas, sociales y legales de explotación de mano de obra,ordenadas por los organismos financieros y comerciales transnacionales, (desmonte de garantías laborales, bajos salarios, recortes en seguridad social), formación técnica en corto tiempo, reducción en impuestos y aduanas para la inversión extranjera en áreas o zonas francas o “económicas especiales” para instalar maquilas; facilidad legal para explotar cualquier recurso natural, con seguridad financiera y militar, todo dentro de lo que llamaron la globalización neoliberal, que empezó con las aperturas económicas y el ingreso de los emergentes China e India al mercado global con la producción y masificación de nuevas tecnologías (TIC de uso individual), y continuó en los 90 en América Latina con el ALCA -que fracasó ante la oposición beligerante de los pueblos y la propuesta progresista de la ALBA-, con los TLC, la iniciativa de la Américas, el Plan Colombia, Plan Puebla-Panamá, IIRSA y otros planes que hoy  tratan de implementar como la Alianza Pacífico –integrada por los países siervos del imperio: México, Perú, Chile, Colombia, promovida por USA como oposición a los bloques Mercosur, Alba, y a la posible integración regional de UNASUR, pero también para impedir la expansión comercial de China en el continente.

Esta iniciativa –Alianza Pacífico- es parte de un plan mucho más amplio que trata de concretar USA en el Pacífico, pretende quitarle mercados y protagonismo a la ASEAN, (que agrupa a 16 países, en el que participan China y Japón) en el sudeste asiático, denominada Asociación Transpacífico ATP, pero que su sigla en inglés es TTP. En este organismo participan 12 países (Australia, Nueva Zelanda, Canadá, Brunéi, Estados Unidos, Malasia, Japón, Singapur, Vietnam, Perú, Chile y México) sus primeras negociaciones iniciaron en 2004; puede ser la zona de libre comercio más grande Asia-América en el Pacífico. Sus países integrantes suman el 35% del PIB mundial. Este Acuerdo de Asociación Transpacífico es tomado por algunos como el símbolo de la proliferación de acuerdos regionales en detrimento del supuesto multilateralismo de la Organización Mundial del comercio OMC, (integrada esta por 159 países). La última reunión ministerial del TTP se realizó en Singapur en diciembre de 2013, casi simultánea a otra reunión de la OMC realizada en la isla indonesia de Bali, en la que también setrató de reactivar un ambicioso programa de liberalización comercial mundial, lanzado en Doha en 2001. Como complemento de su geoestrategia en Europa, EE.UUgestiona un TLC denominado Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión ATCI (su sigla inglés es TTIP) pretendiendo aislar a Rusia y China con la eurozona, Estos tratados contienen los mismos temas y condiciones de lo que fuera el ALCA, con un gran radio de acción, con más radicalidad e inmensos beneficios para las transnacionales norteamericanas. Pero los europeos empiezan a mirar hacia el oriente, que viene estructurando la nueva Ruta de la Seda, empezando con Inglaterra, a pesar de su Brexit.

Los países emergentes –cuyas economías adquieren una fuerte presencia a nivel mundial a partir de los 90- no pueden trascender el concepto de progreso occidental, -China, India, Brasil, Rusia, Sudáfrica- al contrario, se apoyan en el modelo neoliberal extractivista a través del desarrollo industrial con importaciones  de materias primas y exportaciones de productos tecnológicos, expandiendo las capacidades de sus  bancos, multinacionales y transnacionales, para lograr su alto crecimiento económico, porque sus ambiciones están en convertirse en sub-imperios regionales en un inmenso mar de explotación y miseria que pasa de los 3000 millones de personas; ninguno de ellos pretende destruir el capitalismo ni al imperialismo, incluso algunos regresan del capitalismo de estado (Rusia, China) del entonces socialismo real, al capitalismo extractivista neocolonial, modelo que les permite llegar a los países de la periferia donde están las fuentes de materias primas para su producción  industrial y la construcción de sus infraestructuras y, por consiguiente, los mercados para sus productos. En este sentido China creó en 2014 el Banco Asiático de Inversiones en Infraestructura BAII, en el que participan 57 países, la mayoría de Asia (34) 18 europeos, 2 de Oceanía, 2 africanos y Brasil, algunos de la órbita imperialista norteamericana como Australia. Inicia con un fondo base de 100.000 millones de dólares; pero también los BRICS crearon el Banco Nuevo de Desarrollo con más 100.000 millones de dólares en el que China aporta el 41%, Brasil 18.000 millones, Rusia 18.000 millones, India 18.000 millones y Sudáfrica 5.000 millones de dólares[1]. Toda una estructura económica y financiera para competir con el imperialismo norteamericano.

Sin embargo, en la disputa por protagonismo y hegemonía entre USA y China, el primero, como se preveía, trata de devolver el golpe creando una crisis de las bolsas, generando devaluaciones, estimulando la corrupción, manipulando los precios del petróleo, intentando desestabilizar los países de la periferia donde ha incursionado comercialmente China, aprovechando la recesión y la desaceleración en el crecimiento de ésta. Esto no es suficiente para el imperialismo occidental en su agonía, pues en 2018 USA inicia una guerra comercial contra China -incluso contra sus propios aliados como la UE México y Canadá- tratando de enfrentar a estos con el gigante asiático y Rusia. Toda una estrategia que incluye aislar, frenar y someter a los emergentes y “progresistas”, que se concreta en América Latina en golpes lentos, mediáticos e institucionales (parlamento, justicia) aplicados en Venezuela, Argentina y Brasil, como lo venía haciendo en Honduras y Paraguay, como lo pretende con Bolivia y Ecuador, incluso con Chile, su aliado, para mantenerlos en el redil del BM y el FMI con el extractivismo y la deuda.

En este movimiento de capitales, de distribución de mercados, de aprovisionamiento tecnológico y militar, se da lo que algunos denominan “multipolaridad”, que no es más que la relocalización del capitalismo globalizado, configurando nuevas geopolíticas y geoestrategias para diferentes regiones del mundo, desarrollo en el cual los EE.UU. pierden un poco de protagonismo político y comercial, del que son beneficiarios los emergentes o BRICS, especialmente China –que junto a Rusia realmente no son emergentes- que con su dinámica productiva y comercial superará a USA en 10 años, por lo menos económica y comercialmente. Lo que es significativo sobre el rumbo del capitalismo es su fortalecimiento en neoemergentes no BRICS como Indonesia y Vietnam en Asia, Nigeria y Egipto en África, y México, según los supuestos de Goldman Sachs, en los que incluye la mayor parte del sudeste asiático.

Los ensayos progresistas en Suramérica también contribuyen a recuperar estratégicamente al capitalismo, (así no lo crean sus dirigentes), pues estos intentos no trascienden los parámetros del capitalismo, no rompen la dependencia política y económica con Europa  y Estados Unidos, ni impiden la injerencia extractivista de los emergentes, sino que mantienen intactas las estructuras económicas y sociales, aplicando el modelo liberal-extractivista de “desarrollo”, volviendo a la dependencia de las instituciones financieras (BID, BM, FMI) y de Rusia y China con el endeudamiento de sus países, y al neocolonialismo de las transnacionales extractivistas occidentales y asiáticas,  recuperando el paradigma de crecimiento económico, asumiendo el concepto de desarrollo occidental como única alternativa que esos gobiernos ven para salir de la pobreza, el atraso y la desigualdad social. La descolonización cultural e intelectual, la autonomía popular, el respeto a la madre tierra  y a los pueblos originarios se han quedado en el discurso, en el papel de sus Constituciones, en los sueños de los humanistas.

Esta actitud de los progresistas se vio fortalecida con la promesa de integración regional, en la construcción de infraestructura para producción de energía, de transporte y comunicación (marítima, aeronáutica, terrestre y las telecomunicaciones) en el intento de industrialización primaria, y en el paternalismo asistencialista con mejor reparto de la renta extractivista en la lucha contra la pobreza extrema, aumentando y fortaleciendo una clase media con más capacidad de consumo, no haciendo reformas estructurales, cuando se debería repartir la riqueza de quienes la han usurpado, concentrado y dilapidado, realizando reformas agrarias democráticas, fortaleciendo la soberanía agroalimentaria, cediendo y reconociendo autonomía a los pueblos originarios y a las comunidades organizadas de la ciudad y del campo, sobre sus bienes naturales y culturales  y sus territorios comunes (sin que esto implique dividir los países, como pretendían algunos capitalistas en Bolivia utilizando las instituciones burguesas); en una sociedad democrática, justa y solidaria no puede haber mucha riqueza concentrada en pocas manos, ni pobreza en ninguna comunidad.

Simultáneamente a las crisis del capital se generan crisis y auges revolucionarios, convulsiones sociales que renuevan las conciencias, trayendo nuevas formas de ver al mundo, nuevas propuestas para transformar a las personas y a la sociedad, nuevos movimientos de liberación con nuevos  sujetos en todos los rincones del planeta, que se suman a los que se venían dando después de la segunda guerra mundial en Europa (Alemania Oriental, y Hungría en los 50, primero contra el capitalismo de Estado), y luego en África y América Latina; esto es lo que sucedió en los 60 del s. XX desde la revolución cubana, una gran movilización social liberadora en África (Argelia, Congo, Angola, Mozambique); en Europa con el mayo del 68 que incluye la heroica lucha de los pueblos  Checoslovacos contra el capitalismo de Estado, y el cuestionamiento por la juventud y los trabajadores europeos, de las estructuras y los paradigmas del capitalismo, desde la explotación capitalista pasando por el arte, la educación, la paz, hasta la liberación femenina, que también fueron motivos de movilización en EE.UU. por los trabajadores y la juventud en la lucha por los derechos civiles, contra la guerra y el racismo. En Asia las expresiones más significativas: la guerra popular de liberación nacional y por el socialismo en Laos, Camboya Corea y Vietnam, derrotan al imperialismo, mientras en China se vive una revolución cultural que también arrasó con intelectuales críticos; en esta rebelión global los estudiantes mexicanos aportan su cuota de sangre por el derecho a la educación en la masacre de Tlatelolco. Revive la insurgencia en América Latina y el Caribe por la liberación nacional y contra el imperialismo norteamericano, con procesos no violentos como el de Granada; sueños que fueron ahogados en sangre, con las dictaduras que inician en Suramérica en1964 (Brasil).

En los 70 y 80, se fortalecerían las dictaduras militares en Suramérica (Brasil, Argentina, Chile, Uruguay, Paraguay, Bolivia …) contra los trabajadores y los movimientos de liberación nacional. Luego de las dictaduras y las invasiones del imperio norteamericano de los años 30 y 40 del siglo pasado, se crece la lucha de los pueblos centroamericanos y del Caribe (Guatemala, Nicaragua, Salvador) en los 70 y 80 por los mismos objetivos, con el mismo heroísmo, logrando victorias efímeras; con resultados trágicos -por la intervención contrarrevolucionaria de USA-, de los que aún no se recuperan. Al mismo tiempo los pueblos del Cono Sur levantan la bandera de la democracia con participación de la izquierda en procesos electorales, apoyando gobiernos de transición hacia la democracia burguesa que no intentaron iniciar cambios estructurales (apertura restringida de la democracia en Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y Chile) sin democracia directa decisoria, sin reformas agrarias ni distribución de la riqueza. Dejaron intactas las leyes excluyentes y represivas impuestas por las dictaduras, contra todo intento revolucionario de transformar sus sociedades, es más, dejaron esos genocidios (cientos de miles de muertos, torturados, desaparecidos y exiliados y de niños robados a estas víctimas en toda América Latina) en la impunidad, impusieron perdón y olvido a las víctimas con las leyes de “punto final” y amnistías; en Argentina los dictadores genocidas trataron de desviar la resistencia popular hacia un supuesto patriotismo contra Inglaterra por las islas Malvinas.

En América Latina los militares son invulnerables a la justicia y a los “cambios” políticos y sociales promovidos por “demócratas” o por la izquierda institucionalizada, (a excepción de los progresistas de Venezuela, Ecuador y Bolivia, que hicieron algunos cambios en sus fuerzas armadas) siempre les han temido porque la gran mayoría de ellos son formados y programados por el Pentágono para defender al imperio y a sus sátrapas locales,siguen siendo patriotas para USA, la OEA y las oligarquías locales, aunque hoy aparentemente no protagonicen golpes militares.

En nuestra Colombia, desde los 40 del siglo pasado la oligarquía y el imperio norteamericano impusieron una guerra civil, garantizando privilegios e impunidad a los militares, lo que les ha permitido continuar oprimiendo, excluyendo, torturando, asesinando, desapareciendo y desterrando, a quienes persisten en la justicia social, aunque este régimen se ha expresado internacionalmente como una  “legítima” democracia representativa y no en la verdadera dictadura civil-militar genocida y cruel que es. Después de más de 15 años de guerra a mediados del siglo XX, la oligarquía utilizó como medio para acordar un pacto (Frente Nacional por 20 años) para la repartición del poder político,  una corta dictadura militar (Rojas Pinilla 1953–1957) y acabar con la insurgencia liberal (la guerrilla liberal de los Llanos y del Tolima), y el paramilitarismo de la época, que se les estaban saliendo de las manos, y de paso eliminar las incipientes autodefensas campesinas, que ya contaban con apoyo de los comunistas (posteriormente darían origen a las FARC) alejándose de los partidos oligárquicos, luchando por la reforma agraria, la repartición de las tierras y la justicia social; sin embargo la violencia se extendió y profundizó no solo contra los opositores armados sino, contra los sectores populares del campo y la ciudad, continuando en lo que se denominó La Violencia, tras el asesinato del caudillo liberal Jorge Eliecer Gaitán, quien denunciaba el genocidio y la hermandad entre los dirigentes liberales y conservadores.

Después de 60 años, el pacto entre las clases dominantes (liberal-conservador de 1957) en que se repartirían la administración del Estado en períodos iguales por 20 años,  este fue actualizado con la integración de los narcotraficantes en las esferas del poder factico y estatal desde los 70, continuando el poder oligárquico tradicional financiero-terrateniente potenciado por las mafias emergentes (locales y extranjeras) en la guerra de despojo contra el pueblo, abriendo la posibilidad de paz y seguridad financiera y jurídica para ellos y el capital transnacional norteamericano y europeo en la ejecución de planes como IIRSA Alianza Pacífico y los TLC con USA y la UE, que garantizó la Constitución del 91. Una derrota política e ideológica de la insurgencia y la izquierda, evidenciada en los acuerdos de desmovilización y reinserción que se han venido firmando entre el Estado y la insurgencia desde los 80 y que hoy se confirma con los acuerdos firmados en 2016 con las Farc (incumplidos por el Estado) y los “diálogos” con el Eln. Estrategia que deja el espacio libre para el accionar de las siete bases cedidas a los militares norteamericanos para su guerra contra Venezuela, (utilizando la logística y las estructuras paramilitares para infiltrarse a través de los más de 2000 kilómetros de frontera con el hermano país bolivariano) y para la realización de los planes extractivistas minero-energético y agroindustrial.

En los primeros años de este siglo, Latinoamérica sufre las consecuencias del nuevo modelo de acumulación; recordamos la crisis financiera después del chantaje de la deuda externa (1982) y la monopolización de la economía por el sector financiero internacional, que condujo al “corralito” y al saqueo de capitales en Argentina (2001); las crisis brasileña y mejicana, (réplicas de las crisis financieras que se venía dando en los EE.UU. y Europa con el quiebre de grandes corporaciones y la caída de las bolsas), despiertan el rechazo de los pueblos al “Nuevo Orden Internacional”, por lo que el pueblo argentino salió a las calles a tumbar títeres –como lo venían  haciendo Venezuela desde el 89, Ecuador y  Bolivia a finales del XX y principios del XXI- que traían el mismo remedio formulado por el Consenso de Washington[2]. Estas políticas financieras, monetarias y comerciales y las reformas estructurales ordenadas por el BM, se aplicaron en toda América Latina para supuestamente elevar los índices de crecimiento, y reducir los de pobreza, inicialmente en Chile como piloto del proyecto neoliberal, impulsado por ingleses y norteamericanos desde el golpe fascista de 1973, y que resultó siendo la misma farsa, la misma tragedia para nuestros pueblos. En el 89 el caracazo rompe las dinámicas de dominación reviviendo posibilidades de liberación en América Latina; luego, a fines de los 90 iniciarían los cambios progresistas con procesos electorales apoyados en movimientos populares en  Venezuela, Ecuador y Bolivia, con menos intensidad en Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.

Desde la promesa del Socialismo posible que redimiría a la humanidad, sintetizada en la consigna  leninista de todo el poder para los Soviets, (que nunca se concretó) la dirigencia rusa del capitalismo de Estado, al unísono con los dueños del sector financiero internacional, en los 80s, ordenan todo el poder para los Mercados, acabando con lo poco que quedaba del paradigma del llamado “Socialismo Real”, que cae como castillo de naipes en el oriente de Europa –mientras era desmontado paulatinamente en China-, llevándose los beneficios, los recursos  y las ilusiones de quienes aún creían en el comunismo como la superación de la necesidad, pues el llamado “Socialismo Real” resultó más extenuante para los trabajadores y menos democrático para los pueblos; pasando del capitalismo de Estado al capitalismo salvaje del Neoliberalismo, (con el regreso de la pobreza para los pueblos exsoviéticos) con una nueva oligarquía mafiosa inmensamente rica al frente de la confederación rusa, luego de la desintegración de la URSS y del campo socialista a nivel mundial.

Después de la guerra fría y la desintegración de la URSS, con la supuesta unipolaridad neoliberal que pretendían los globalizadores, a finales de los 90, se genera un movimiento internacional antineoliberal opuesto al Foro Económico Mundial; con grandes movilizaciones internacionales en las ciudades donde se realizan esas reuniones: Seattle, Doha, Etc.; promovido por organizaciones sociales y políticas de izquierda y democráticos, que empezaba a mirar otro mundo posible para la humanidad, haciendo énfasis en la diversidad cultural, económica y ambiental, iniciativa que floreció en Brasil con el Foro Social Mundial; en este foro alternativo participaron sectores sociales de los pueblos del mundo, organizaciones de trabajadores, indígenas, campesinos, ecologistas, integrantes de corrientes políticas socialistas, comunistas, demócratas, Etc. Este intento se fue agotando con el manoseo de algunas ONG (financiadas por las mismas corporaciones transnacionales que despojan a los pueblos y destruyen los ecosistemas) y de algunos gobiernos que trataron de utilizarlo para posar de “progresistas”, pero sobre todo, porque no planteó una clara alternativa al capitalismo con protagonismo y autonomía popular.

El 1 de enero de 1994 la dignidad de los pueblos mexicanos resurge en la presencia del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional, reivindicando la lucha contra el neocolonialismo impuesto en México a través del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, pero que se trataba de imponer a todo el continente con el ALCA; esta insurgencia, rompiendo con los esquemas de la izquierda tradicional propone la lucha contra el poder político (no por el poder) no solo de las clases dominantes, sino también contra quienes asumen la representación de los pueblos negando su autonomía y sus capacidades de decidir y transformar y, contra la toma del poder del estado para administrarlo e imponer nuevas jerarquías. Acción que cae como un bálsamo sobre los cuerpos y las mentes adormecidas de los pueblos y sectores populares de toda América Latina, que les decía que otra democracia es posible, que se pueden autogobernar y construir alternativas humanistas de igualdad y respeto, sin caudillos iluminados, sin autoritarismo, sin patriarcado, sin capitalismo, una nueva civilización del bien vivir o nuestro socialismo.

Se necesita hoy, a nivel mundial, un movimiento social-político, anticapitalista antisistémico, que no solo se reúna anualmente, sino, que recoja las necesidades de los pueblos, que articule luchas y objetivos de todos los pueblos del mundo, que integre y difunda la diversidad de propuestas e iniciativas generadas desde los sectores populares y sus movimientos sociales, que abra espacios para una nueva institucionalidad humanista y humanitaria de transición hacia una sociedad justa, independiente del capital privado transnacional, de los Estados y de las ONG, en que el eje central sea la autodeterminación de los pueblos y la autonomía de las comunidades en sus territorios, que promueva el rescate de la dignidad, la solidaridad y la ética humanista en la política, equidad en la economía, nuevas relaciones con estos principios y valores entre los países, los pueblos, entre las personas, y relaciones de consideración y respeto con la naturaleza. Movimiento político- cultural, social, ecologista, antipatriarcal y anticapitalista, que no sea sectorial ni gubernamental, ni alineado política o ideológicamente a un partido, un modelo, o al nombre de una persona, como lo fueron de alguna manera la Internacional Socialista y el Movimiento de los No Alineados; pero que tampoco considere la democracia capitalista como único campo de confrontación y de construcción de una nueva sociedad.

Podemos decir que este movimiento se está gestando en las periferias, en los pueblos y comunidades locales (rurales y urbanas) con sus propias cosmovisiones construidas desde sus ancestros en sus territorios, separados de las instituciones y aparatos del poder capitalista, del consumismo y de las concepciones y prácticas tradicionales de la izquierda eurocéntrica, en la lucha por descolonizar nuestros pensamientos y maneras de ver y vivir el mundo desde la óptica occidental. Movimiento integrado fundamentalmente por Comunidades y pueblos aborígenes, que buscan la reconciliación con la madre tierra y el respeto por la vida y la dignidad de las personas.

Pero también persiste en la segunda década del siglo XXI la crisis sistémica, con la caída de las bolsas –en los Centros o metrópolis del capitalismo, que en 2015 incluyó a China-; crisis inmobiliarias (EE.UU. España), desempleo, quiebre de las economías de varios países europeos, algunos supuestamente desarrollados como Islandia, Italia, Irlanda, España y Portugal, además de la empobrecida y humillada Grecia; no es la debacle del capitalismo occidental, pues se busca mantener su hegemonía con la Globalización Neoliberal, con las guerras imperialistas en el oriente próximo, centro de Asia y norte de África; además del petróleo tiene otros ingredientes geoestratégicos como el mercado armamentístico, la destrucción y reconstrucción de países que las corporaciones norteamericanas y europeas presupuestan y se disputan -USA tiene asegurado grandes reservas de petróleo en su propio territorio para varias décadas utilizando el fracking, sin tener en cuenta el que roba a México e Irak y el de la alianza con la monarquía saudí- sino también ganar posiciones geopolíticas y geoestratégicas en diferentes regiones del planeta para extraer más recursos; cercar militar y comercialmente a Rusia y a China, geoestrategia que incluye la reducción del precio del petróleo, la alianza anglosajona (USA, Inglaterra, Australia, Alemania), la Alianza Atlántica USA-UE llamada TTIP y la TPP (asociación transpacífico) en sus siglas en inglés, y también golpear a Venezuela para expropiarla de sus grande reservas de petróleo, de gas y demás riquezas minerales; lo que también genera masivas migraciones de África, Medio Oriente y centro de Asia hacia las metrópolis europeas, con miles de muertos en el Mediterráneo, tal como ocurre con la migración  centroamericana en la frontera sur militarizada y cerrada con un muro de contención,(producto de las guerras militares, económicas y culturales) con el despertar del racismo, la xenofobia y el nazismo de los invasores que se sienten invadidos, recogiendo la cosecha de terrorismo que Occidente ha sembrado en todo el mundo.

En América Latina EE.UU. busca detener los experimentos progresistas, recuperar su “patio trasero” como bodega de materias primas, frenar el avance comercial y de inversión de china y Rusia, con la Alianza Pacífico (iniciativa de integración regional conformada por Chile, Colombia, México y Perú, creada en 2011). Pero la reactivación del Sistema Mundo Capitalista no está en la hegemonía del imperialismo USA-UE, sino, en el crecimiento económico, la expansión  y la presencia de los BRICS (aún con la crisis política de Brasil) en Asia, África y América Latina.

Simultáneamente a estas alianzas intercontinentales para América Latina y el Caribe, el capitalismo mundial (potencias hegemónicas y emergentes) reencaucha y diseña planes regionales para garantizar la construcción de infraestructura, comunicaciones y seguridad jurídica y militar para la explotación de recursos, sin importar las tendencias políticas de los gobiernos, sean de derecha, de izquierda o progresistas, pues tras el paradigma del desarrollo-crecimiento, todos buscan el mismo fin: recuperar y mantener el poder del capital, mediante la reprimerización de las economías, integrándose como productores de recursos alimentarios y biogenéticos, materias primas, minerales y combustibles, aceptando Tratados de Libre Comercio (TLC), para lo cual tienen que construir y modernizar infraestructuras dentro de las estrategias de extracción de esos recursos en los países periféricos, aplicando reformas estructurales a los Estados, asumiendo reformas macrofiscales y deuda pública interna y externa. Esta geoestrategia se dinamiza con Planes Regionales como:

  • Proyecto de Integración y Desarrollo de Mesoamérica PM, originalmente Plan Puebla Panamá PPP con componentes económicos, políticos y militares[3] para Centroamérica y República Dominicana, repotenciado desde septiembre de 2000. Dirigido a optimizar la producción y transmisión de energía eléctrica desde el sur del continente hasta Estados Unidos, (caso Hidroituango) igualmente, la modernización e interconexión de las telecomunicaciones cuyo proyecto central es la autopista Mesoamericana de la Información en base a la fibra óptica, la ampliación y modernización de todos los sistemas de transporte, que incluye unir por carretera a todos los países de la región, partiendo de Colombia; mejoramiento y construcción de aeropuertos y puertos marítimos y fluviales. Este plan funciona en coordinación con el sistema de integración centroamericano SICA.
  • La Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana IIRSA tiene los mismos objetivos del Proyecto Mesoamérica ampliados en extracción mineroenergética, agroindustrial, biogenética, y de materias primas, complementado con la circulación de mercancías de origen asiático, europeo y norteamericano en Suramérica; Los proyectos IIRSA (con más de 500 megaproyectos), fueron “definidos” y clasificados desde 2009, por el Consejo Suramericano de Infraestructura y Planeamiento COSIPLAN, dependencia de la UNASUR, su financiación es con aportes de los países “beneficiados”, el Banco Mundial, y la Unión Europea, aunque la que más se beneficiará será China. Para desarrollar este plan los supuestos organismos multilaterales imponen la financiarización de todas las actividades productivas y de servicios, y las reformas de los códigos de comercio y judiciales que garanticen seguridad financiera y jurídica a la inversión extractivista en todos los países de la región.

El plan IIRSA tomacomo eje en telecomunicaciones a Colombia, pero básicamenteestá enfocado a la construcción de obras de infraestructura en transportes de materias primas y recursos naturales, a la construcción de grandes represas para generación hidroeléctrica. Está andando a través de megaproyectos[4] como Poliductos transandinos al Pacífico, carreteras de cuarta generación  (autopistas)trans-selváticas del Atlántico al Pacífico (que benefician comercialmente a Brasil), adecuación de vías fluviales, modernización y construcción de puertos y aeropuertos, represas de grandes ríos para hidroeléctricas que se interconectarán en todo el continente, y una compleja red de telecomunicaciones para dirigir y controlar toda la actividad extractiva y financiera; políticas que determinan prioridades para transnacionales y países emergentes, recursos a extraer, infraestructuras y áreas a intervenir, entre las cuales Colombia es parte determinante en este plan, que involucra a toda la región, incluyendo a los países con gobiernos progresistas. La modernización del aeropuerto El Dorado y del de Palmaseca en Palmira, el proyecto de ampliación y modernización del puerto de Buenaventura; el proyecto de ferrocarril Caracas-Buenaventura, el ferrocarril que partirá de unpuerto en Brasil en el océano Atlántico,hastael puerto de Ica Perú en el Pacífico (pasa por Paraguay y Bolivia, que le permitirá por lo menos la salida comercial al Atlántico y al Pacífico, también “beneficiará” a Argentina y Uruguay) los poliductos y viaductos en construcción, son parte de este plan.

Ambos proyectos son parte de la infraestructura necesaria del neoliberalismo (¿o pos neoliberalismo?) extractivista para movilizar los recursos y materias primas hacia las plantas de procesamiento que están en cualquier parte del planeta, principalmente Asia y la cuenca del pacífico; lo que encaja perfectamente conlos planes intercontinentales que en esta área se desarrollan como la Alianza Pacifico, la TPP, (que se articula con la Alianza Atlántica USA-UE)  la ASEAN y los emergentes; estos planes no integran a los pueblos, pero si unen a las burguesías locales en torno a los deseos expoliadores de las transnacionales, en los que juega papel importante la corrupción en todas las instituciones de los Estados, como lo estamos viendo en el continente. Lo trágico de estas iniciativas no es que violan las soberanías nacionales, sino que destruyen áreas vitales de los ecosistemas del continente, especialmente amplias zonas de producción hídrica, reserva biogenética, bosques y selvas (selva centroamericana, los bosques, páramos y nevados andinos, la selva húmeda del Pacífico colombiano la amazónica) de gran diversidad biológica, donde también conviven muchas comunidades indígenas y campesinos, algunos pueblos en aislamiento voluntario; situación que se complementa con la extranjerización de la tierra, generando la multiplicación de la pobreza en todo el continente.

Las causas de la actual crisis estructural del capitalismo –incrementada en 2008 tras la crisis inmobiliaria- no están en la caída de las bolsas, ni en la fluctuación del mercado financiero especulativo mundial, ni en la crisis energética o la climática, ni en la debacle de algunos Estados europeos, ni en el traslado de plantas de producción a los países de la periferia –caso Detroit-, ni en las guerras imperialistas que destruyen países y culturas, tampoco en la súper-producción industrial; la verdadera causa es la incapacidad política de los capitalistas para sostener permanentemente un sistema criminal basado en el crecimiento ilimitado en un mundo finito, en la explotación el despojo y la violencia contra los pueblos y los ecosistemas, en su modo de producción y de acumulación, en la imposibilidad de mantener los exorbitantes niveles de consumo y derroche de sus metrópolis con recursos que se agotan en el mundo, frente a la expansiva rebelión de los pueblos contra la dominación y el despojo que ejerce el capitalismo.

Por otro lado, en las periferias se están dando acuerdos subregionales y por bloques, con tratados comerciales más equilibrados, y en torno a la utilización de sus propias monedas diferentes al dólar, Irán decidió comerciar con la UE en euros; China con el Banco Asiático de Inversiones está haciendo la mayoría de sus transacciones en las monedas locales de la región y en yuanes como divisa; en el oriente de África algunos países decidieron comerciar en sus monedas y están buscando una común diferente al dólar; los BRICS también lo están haciendo, en América Latina algunos países del ALBA tratan de hacer transacciones con el SUCRE, aunque los intentos de los “progresistas” por conservar algo de independencia, en ningún momento atentan contra los fundamentos del capitalismo ni plantean cambios estructurales en la economíade sus países; es posible que el Mercosur defina dinamizar su comercio en monedas locales.

Estas medidas tomadas por países de diferentes continentes debilitan económicamente las estructuras del imperio norteamericano, principal bastión de la barbarie neoliberal, mientras se proyectan nuevas hegemonías regionales (BRICS). Dichas decisiones, más las geoestratégicas imperialistas, condujeron al imperio norteamericano a invadir y destruir Irak, pues Hussein, antes de la invasión imperialista, estaba valorando el petróleo en euros y proponiendo a la región el cambio de moneda en el mercado de los combustibles, igualmente Gadafi pretendía una moneda común regional.

Ante el intento de EE.UU. de impedir a Rusia el acceso al mar Negro al pretender ganar Ucrania para la Unión Europea y sembrar más bases militares en una nueva guerra fría. Rusia retoma posición sobre Crimea, presionando a Europa (principal consumidor del gas ruso)  para que desista de anexar Ucrania al área de la UE con presencia de la OTAN. Lo que ha llevado a fortalecer la alianza entre Rusia y China. Sin embargo China sigue siendo el principal socio comercial de EE.UU. mientras Alemania y china construyen y rehabilitan rutas comerciales (carreteras, trenes de alta velocidad, puertos, poliductos) y para movilización de materias primasentre Europa y Asia; de la misma manera, China concreta su alianza con Rusia a través de acuerdos comerciales, con la construcción de infraestructura para los mismos fines, que incluyen acuerdos políticos y militares que se manifiestan en el caso de la desnuclearización de Corea del Norte.

Con todo esto, aún no podemos decir que la actual sea la última crisis del capitalismo, pues este se regenera a través de nuevos modelos, estructurando otros centros de poder con la utilización de otras fuentes de energía, de nuevas tecnologías, de la inteligencia artificial, de la biopolítica como medios para controlar mental, ideológica, política, económica y militarmente a los pueblos, con  la movilización de capitales, inclusive reformando su sistema financiero y monetario, como se pretende con el dinero virtual y las criptomonedas, que llevan ya casi diez años en experimentación y  consolidación en el mercado; supuestamente pretende acabar con el papel moneda y los bancos centrales, cambiando una pirámide usurera-especulativa por otra basada en algoritmos y cadenas de bloques informáticos, con los mismos principios y fines; en este Sistema Mundo toda forma de dinero, como instrumento de dominación, siempre será monopolizado y controlado por los dueños del capital financiero; esta etérea moneda desde ya está enriqueciendo a una minoría tecnócrata de clase media alta de los países centrales, pero puede explotar como cualquier burbuja cuando los dueños del sector financiero lo deseen, dejando a cientos de millones de ahorradores y consumidores de todo el mundo en la miseria. El capitalismo seguirá siendo tan salvaje y criminal como cuando nació, así les parezca a algunos ingenuos que con la mundialización se redistribuye el capital y que la llamada “multipolaridad” fuera el punto de equilibrio de un supuesto capitalismo más democrático o “más humano”.

Este análisis es necesario profundizarlo, ampliarlo y racionalizarlo no solo dentro de la academia crítica, sino, dentro de la izquierda y de los movimientos sociales populares, para visibilizar perspectivas económicas y políticas en el proceso de transformación social para América Latina y el Caribe, sin caer en la trampa del chovinismo en que nos quiere meter la oligarquía mercachifle colombiana, (para desviar la atención del pueblo por sus verdaderos problemas) que cree que este es un país emergente y que en lugar de ser parte del progresismo, de la  ALBA o de UNASUR, debe estar en la neoliberal OCDE y con la criminal OTAN, porque supuestamente Colombia obtiene altos índices de crecimiento económico, y porque cuenta con el ejército mejor armado y entrenado de la región -comandado por el Pentágono y la CIA-, formador y exportador de asesinos para las guerras en el Oriente Medio y África- para combatir a la insurgencia y a la protesta popular, y amenazar a sus vecinos, pero con los peores índices de violencia y desigualdad en el continente. Lo preocupante es que indirectamente la izquierda institucionalizada colombiana apoya estas iniciativas, al hacer alianzas con la derecha, creyendo que esta va a abrir las puertas de la democracia a la paz y al “desarrollo” del país, pero Santos confirmó la intención de consolidar su proyecto neoliberal, en la reunión de Cartagena del grupo de la Tercera Vía, en junio de 2014 y lo logró.

Por: Gonzalo Salazar, julio 4 de 2018

[1]Datos tomados del artículo China humilla a Estados Unidos y marca el ritmo de la nueva geopolíticade Alberto Cruz, publicado en www.rebelion.org 25-04-2015. Fuente: http://www.nodo50.org/ceprid.php?article1992

[2]Acuerdo entre los organismos financieros internacionales: el FMI, el BM, la Reserva Federal y el congreso de EE.UU. para imponer el neoliberalismo.

[3]Participan los países centroamericanos: Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá. Los estados del Sur-Sureste de México: Campeche, Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz y Yucatán. Desde 2006 se unió Colombia; A partir de 2009, se adhirió República Dominicana. Fuente: http://www.proyectomesoamerica.org

[4]Proyectos de la Cartera del COSIPLAN : cantidad total de proyectos: 579

Inversión total estimada: 61.347.183.245 (en US$) Proyectos de la API: Cantidad de Proyectos estructurados:31.Cantidad de Proyectos individuales: 101 Inversión total estimada:   20.266.243.380 (en US$).

Fuente: http://www.iirsa.org

 

La Democracia y la Izquierda

POR:  GONZALO SALAZAR 

“Si no hay comida cuando se tiene hambre

Si no hay medicamentos cuando se está enfermo,

Si hay ignorancia y no se respetan los derechos

elementales de las personas.

La democracia es una cáscara vacía

aunque los ciudadanos voten y tengan parlamento”

Nelson Mandela

La democracia popular no solo es posible.Todos los pueblos en algunos momentos de sus historias han ejercido la democracia, con sus particularidades culturales, sociales y económicas; ella no ha sido un invento ni de los griegos ni del capitalismo moderno, mucho menos de los países hegemónicos “desarrollados”; pero sí es un objetivo a conquistar por los pueblos en todos los tiempos y en todo el mundo. El capitalismo desde su nacimiento es antidemocrático, corrupto, violento, egoísta y expoliador; no puede haber democracia dentro de éste, porque la democracia solo se da entre iguales, y el capitalismo es un sistema que vive y se desarrolla en la desigualdad social económica y política.

No podemos confundir democracia con elecciones, ni creer que votar es la única forma de ejercer la democracia, sobre todo cuando son manipuladas las “mayorías” ignorantes mediante el chantaje, el engaño, la amenaza, el terror y la propaganda mediática; esas “mayorías” delegan sus derechos a pensar y decidir en personas y grupos que generalmente no representan ni defienden sus intereses. Esas mayorías no son tales, sobre todo en Colombia, donde generalmente votan menos del 50% de las personas “aptas” para hacerlo; además, menos de la mitad de ese porcentaje elige con su voto a sus verdugos “representantes” y a los gobernantes de todo el país; personajes que algunas veces solo se representan a sí mismos y la mayoría de ellos únicamente obedecen a los dueños de poderes fácticos nacional y transnacional que pagan sus campañas. En una democracia popular fundada en la consulta y el consenso, nadie puede representar a otro-a o a otros, solo cada persona, cada comunidad, cada pueblo se puede representar a sí mismo. Esta práctica política del pueblo colombiano -el abstencionismo- ha sido una constante en la república hasta nuestros días, análisis que nos aporta Carlos Gutiérrez.

La apatía electoral persiste en el tiempo, sin poder ser rota, incluso y no obstante las inmensas posibilidades de información (no de comunicación) abiertas hoy por los mass media: en 1935 («en plena Revolución en Marcha»), votó el 26,8 por ciento de los ciudadanos mayores de 21 años (mayoría de edad entonces); en 1960 (en pleno auge del bipartidista Frente Nacional), lo hizo el 39; en 1964 desciende al 31; y en 1968 apenas llega al 30,6. Sólo en dos ocasiones cambia en algo esta tendencia abstencionista: 1946 (en pleno ascenso gaitanista), votó el 62,8 por ciento, y en 1970 ejerce el voto un porcentaje del 46 (2). Ni siquiera en pleno auge uribista, con la unanimidad ensordecedora de los medios de comunicación, cambia esta constante: en 2006 la abstención sumó el 54.95 por ciento.

Ahora, en 2014, en consulta para el legislativo, con el 15,58 por ciento (menos del 13% del electorado), la mayoría-minoría del Partido de la U se tomó el Congreso, el botín más preciado en el Gobierno luego del Ejecutivo, ya bajo su control. A las urnas concurrió sólo el 44,58 por ciento (14.310.367) de los 32.835.856 ciudadanos en edad de votar, de los cuales 1.485.567 anularon su voto (19,38 por ciento), y 842.615 no lo marcaron (5,88 por ciento); en blanco lo depositó el 5.21 por ciento.[1]

Democracia no es participación electoral, es equidad económica e igualdad de oportunidades y garantía de derechos para todos los ciudadanos, inclusive los derechos a elegir libre y conscientemente sus formas de gobierno y a no votar cuando lo consideren conveniente. La oligarquía colombiana quiere hacer creer al pueblo que su dictadura es una democracia. En 200 años de supuesta independencia el país no ha vivido un solo año de democracia, mientras los demócratas han sido amenazados, desterrados o asesinados cuando han alcanzado altos niveles de aceptación popular, (Uribe Uribe, Gaitan, Camilo Torres, Galán, Pizarro, Pardo Leal, Jaime Garzón) sin embargo, es una obligación de revolucionarios, demócratas y humanistas luchar por la democracia en todos los lugares y momentos en que participemos, incluso dentro de las instituciones que afectan nuestra libertad y bienestar.  Recuperar los conceptos de democracia más autóctonos es una necesidad para emprender la transformación de nuestra sociedad. Escuchemos los conceptos que el maestro Estanislao Zuleta nos propone.

Si aGalileo se le hubiera ocurrido la idea espantosa de que votaran su teoría, casi todos lo habrían hecho en contra suya. La concepción de democracia no la podemos considerar equivalente a las mayorías, sobre todo a la de las mayorías manipuladas la mayor parte de las veces por la televisión, por la ignorancia y por la dominación. Una cultura de democracia no es una cultura de mayorías.

Llamemos democracia al derecho del individuo a diferir contra la mayoría, a diferir, a pensar y a vivir distinto, en síntesis, al derecho a la diferencia. Democracia es derecho a ser distinto, a desarrollar esa diferencia, a pelear por esa diferencia, contra la idea de que la mayoría, porque simplemente ganó, puede acallar a la minoría o al diferente.(Zuleta)

La democracia burguesa fundamentada en el voto nunca ha sido garantía de derechos para los pueblos, ni siquiera para elegir a sus representantes en los estamentos legislativos y administrativos o para decidir sobre sus destinos; tampoco significa participación y menos, autonomía para los sectores populares, comunidades y grupos étnicos. Es la democracia entre los poderosos del capital –organismos multilaterales- que definen lejos de los pueblos y sin consultarles, la suerte de sus instituciones, de su soberanía y de sus bienes comunes o riquezas, como las políticas educativas, de salud, financieras y económicas, los ajustes estructurales, los Planes Nacionales de Desarrollo, hasta la justicia. Esta “democracia”  no está en los parlamentos ni en los gobiernos elegidos por los pueblos, ni en las constituciones ni en las leyes “nacionales”, pues es a través de los parlamentos, los gobiernos y los sistemas legislativos y judiciales que el imperialismo impone con chantaje sus políticas a los países dependientes;ella está en la dinámica del mercado global, en la capacidad que adquieran las personas para consumir y obedecer.

La democracia liberal representativa ha sido totalmente opuesta a la autonomía y la democracia popular porque es la democracia de los propietarios, de los dominadores, basta mirar el panorama político regional en los últimos 45 años, desde el Chile de la Unidad Popular pasando por las revoluciones centroamericanas, hasta los actuales ensayos progresistas, que nunca pudieron lograr la transformación estructural y cultural de sus sociedades, aun contando con el apoyo de la mayoría de sus pueblos. Esta democracia ha permitido en Colombia el ejercicio de los tres poderes del Estado por narcotraficantes, genocidas y ladrones, por no hablar de corruptos y apátridas, que son casi la totalidad de funcionarios, legisladores y gobernantes elegidos con el voto “popular”.

La “democracia” de los capitalistas está en las bolsas del mercado bursátil, donde cualquiera con el suficiente dinero, puede comprar la empresa, el gobierno  o el país que quiera, está en el Foro Económico Mundial, en la ONU, en el G8, el FMI, el Banco Mundial, el Banco Internacional de Pagos, el BID, la OMC, el Banco Central Europeo, la OCDE,  en los grupos Goldman Sachs, JP Morgan, Citigroup Morgan Stanley, en las familias Carnegie, Reynolds, Ford, Russell, DuPont, Rockefeller,Rothschild, en la familia real inglesa y las monarquías europeas, en el Consejo de Relaciones Exteriores (CAF sigla en inglés) y la FED de los Estados Unidos, enel club Bildelberg (con su Instituto de control mental y social TavistocK), en la Sociedad de Mont Pelerin o Monte Peregrino;todas estas instituciones, bancos y grupos son dueños de más del 60% de la riqueza del mundo. El cinismo de los capos financieros llega a justificar sus agresiones contra los pueblos como lo dice George Soros: “los mercados votan todos los días, obligando a los gobiernos a adoptar medidas impopulares, desde luego, pero indispensables” para aumentar su tasa de ganancia. Este es el método de acumulación por desposesión y exterminio dirigido por los poderosos grupos del sector financiero, que se concreta en estadísticas falaces (índices de crecimiento, indicadores de empleo, indicadores de “bienestar”, el PIB,el IPC)  y en miseria para la humanidad. El poder de decisión sobre los grandes problemas de nuestra salud, nuestra educación, sobre nuestros bienes y recursos naturales, sobre nuestra economía, no está ni siquiera en la mutibillonaria y proimperialista oligarquía colombiana.

La “democracia” de mercado se traslada al Centro Comercial físico o virtual, templo donde todos, individualmente (ricos, pobres, profesionales, analfabetas, desempleados, de izquierda o de derecha, creyentes o no) pueden asistir todos los días a ejercer su derecho a elegir “libremente” las mercancías expuestas y publicitadaspara consumir, o para desear; está en el bazar de mano y mente de obra, donde los empresarios escogen los modelos y calidades de esclavos, caros o baratos, jefes y obreros o intelectuales que necesiten, mientras esta masa (desorganizada – despolitizada) permanece ansiosa, competitiva para participar en la subasta de su fuerza de trabajo, como cualquier mercancía, esperando la próxima oportunidad para sobrevivir o ser consumida, sin importarlesu dignidad, ni las condiciones (que determina el comprador).

Los Medios todos los días ponen a sus audiencias, televidentes, internautas y lectores  a votar y a elegir productos y personajes de sus intereses políticos y económicos. El voto político es una mercancía más que la manipulan las grandes corporaciones polítiqueras legales e ilegales, el mismo proceso electoral es un mercado de promesas y mentiras que juega en las bolsas de las encuestadoras y fabricantes de datos, quienes suben o bajan el ranquin de sus clientes y el valor del voto de acuerdo al pago, en el marketing virtual; hasta en los sermones de todas las sectas religiosas se promocionan y condenan candidatos y programas, por esto se habla de empresas electorales, que también compran a los escrutadores, (Registraduría Nacional del Estado Civil) como decía Camilo, en este país de políticos corruptos “el que escruta elije”. Esta es la “democracia” permanente que el Estado y el Mercado nos llaman a ejercer. Por esto, si los honestos y humanistas juegan en ese carrusel asumen el riesgo de fraude, de ser robados y hasta de perder la vida si realmente reciben el favor del pueblo.

El capitalismo a través de sus Medios Masivos inventa y difunde conceptos para viejas palabras como democracia, libertad, progreso, paz, terrorismo, invirtiendo los significados; los utiliza y los impone en el  léxico de diferentes sectores de la sociedad para disfrazar intenciones, para estigmatizar, para excluir, negar derechos y condenar a quienes se opongan a sus intereses, generalmente todos terminamos utilizándolos, aceptando la autoridad y las razones de sus autores. Así como aceptamos las encuestas de las agencias y de los medios que todos los días ponen a votar a sus audiencias sobre cualquier tema de la política, la economía y la farándula, sin dar a conocer clara y ampliamente los pormenores, sin debate entre opositores y defensores en estos temas.

No es que se desconozcan los esfuerzos que a través de la lucha electoral se hayan hecho, indudablemente una parte de nuestro pueblo (una minoría si miramos las cifras de abstencionismo) ve con simpatía y esperanza la participación electoral de la izquierda, esperando que ella se traduzca en respeto y mejoramiento de sus derechos y su calidad de vida; poder participar y decidir directamente en la solución de sus necesidades; pero hasta hoy, los movimientos de izquierda en Colombia no han utilizado los espacios que les genera la participación en la seudo-democracia burguesa para organizar y movilizar por lo menos a quienes los apoyan y votan por ellos, para que defiendan y conquisten sus derechos. Ni los gobernantes, ni los parlamentarios, ni los funcionarios de las instituciones del Estado, pertenecientes a la izquierda, no pueden construir un poder popular autónomo alternativo porque es opuesto a sus verdaderos intereses políticos y económicos.

En el congreso oligárquico participan personas de la izquierda que son muy valientes en la denuncia, en el debate, en la sustentación de sus propuestas, en la defensa de los intereses nacionales, siempre como una pequeña minoría aislada (igual que aquellos que definieron a la lucha armada como única vía de tomar el poder, aislados del pueblo) sin capacidad para imponer criterios de justicia social en las leyes que aprueba la mayoría oligárquica del Congreso. Como sucedió con la discusión y aprobación de los TLC, o con  la frustrada “Reforma a la Justicia” (frenada por la denuncia y la movilización de algunos sectores sociales que utilizaron las redes sociales virtuales para difundir la protesta, en 2013) que pretendía acabar con lo poco de justicia social que contenía la Constitución Neoliberal del 91, garantizando la impunidad a congresistas criminales, altos funcionarios del gobierno mafioso, magistrados corruptos y compañías transnacionales expoliadoras.

Estos movimientos han sido diezmados políticamente y hasta eliminados físicamente, como ocurrió con la Unión Patriótica, o han sido descabezadas las dirigencias populares (críticas y no corruptas)  como ha venido pasando con exintegrantes del M19 y el EPL (Esperanza, Paz y Libertad) A Luchar y últimamente con la criminalización y persecución a miembros del PDA, el Congreso de los Pueblos, la Marcha Patriótica, líderes comunitarios negros e indígenas. Pero en general sus dirigencias de izquierda han sido absorbidas por el sistema oligárquico, adquiriendo todos los vicios de corrupción y cinismo de la oligarquía, como ocurrió en la capital con dos alcaldes, algunos congresistas y hasta un personero distrital, -todos de izquierda- bien por la comodidad que han adquirido sus representantes elegidos o nombrados, o bien por las presiones y amenazas, que los hace reflexionar sobre su existencia y la de sus organizaciones, prefiriendo declinar, para conservar los status de sus dirigentes con puestos en el estado. Otra forma de anular la oposición progresista es la destitución de funcionarios (que cumplen con la Constitución) elegidos por el voto popular, mediante fallos políticos emitidos por los entes de control, como son los casos del procurador confesor-censor (además de misógino) contra representantes de la izquierda como la senadora Piedad Córdoba y el alcalde de la capital Gustavo Petro, acabando con la vida política oficial de los condenados.

El problema de la democracia para la izquierda es que con su visión política e ideológica eurocéntrica, su atomización, su vanguardismo y su mesianismo, considera al pueblo torpe e ignorante; impide la formación de un gran movimiento popular autónomo, que incluya a los pueblos que forman la nación colombiana, a sus movimientos y organizaciones sociales, que defina un programa mínimo de Democracia Popular. Las estructuras piramidales autoritarias de partidos y grupos políticos han obstaculizado la unidad de los sectores populares, el conocimiento de la historia la valoración de sus culturas, de la realidad del país y  la emancipación de sus bases. El liberalismo, que ha predominado en los partidos y movimientos de izquierda que se acercan al debate político abierto, ha clandestinizado el debate ideológico, tratando de no radicalizar sus conceptos ni sus acciones; de parecerse al modelo que les impone la oligarquía para aceptarlos como fieles a su “democracia”. Algunos dirigentes de la izquierda institucionalizada creen que quienes no votan (más del 50% de los aptos para votar) son ignorantes o apolíticos; si bien es cierto que muchas personas no saben por qué votan o para qué lo hacen, lo determinante en los abstencionistas es que estas personas no se sienten parte ni beneficiarios de las políticas del Estado, es más, se sienten víctimas, perseguidos y excluidos por ese Estado, no por ignorancia política, que tradicionalmente la tiene la inmensa mayoría del pueblo colombiano.

La democracia que ofrece el capitalismo a los inconformes y a la izquierda es dentro del redil de su estructura de poder, en el marco de sus instituciones y sus leyes, que acondiciona para recuperarse de sus crisis políticas y económicas, y reacomodar a sus cuadros en la administración del Estado, abriendo incluso espacios de “participación”, dando prebendas y privilegios a los opositores de izquierda y de derecha, mientras cumplan sus reglas de juego, por lo quela liberal representativa es la única democracia que la dirigencia de la izquierda institucionalizada conoce y acepta, se ha comprobado en todas las elecciones y reelecciones en que esta ha participado, por ejemplo en la reelección de Santos, al aceptar el chantaje de las derechas, de si guerra o paz, cuando el proyecto neoliberal exigía el fin de este tipo de conflictos como condición para la inversión extractivista; que obliga a los lacayos de las periferias a garantizar la ejecución de sus planes de dominación y despojo, para lo que requieren más “seguridad” comercial, jurídica y militar; cualquiera que sea el gobernante tiene que hacerlo desmontando cualquier factor de violencia contra el capital. En 2010 si hubiera ganado Uribe o un candidato de izquierda, habría iniciado los diálogos y el “proceso de paz” en los términos que hoy aplica Santos, a no ser que un gran movimiento popular dentro o fuera de la institucionalidad hubiera impuesto un gobierno verdaderamente democrático.

Lo que se dio en el PDA con la descomposición de su dirección, y la división del partido, por los deseos grupistas y de protagonismo político, tiene que ver con el carácter de la organización; pues como partido, sus miembros lo serían a nivel personal, no como grupo, menos como otros partidos dentro del partido, aunque según la lógica política occidental pueden haber tendencias, pero quienes integraron el PDA lo hicieron por grupos, conservando sus estructuras orgánicas(PC, MOIR, ANAPO …); lo que significaría doble militancia según las normas del Estado, pero pudo haberse definido como frente político y cumplir esta función dentro del establecimiento. Sin embargo, la izquierda con el PDA tuvo dos oportunidades no solo de gobernar la ciudad capital sino de transformar aspectos sociales y culturales, pero continuaron con los planes de desarrollo definidos por la oligarquía con la estrategia de la corrupción;  y otra con el progresista Petro, al que no le dejaron cumplir con su programa, con argucias jurídicas y politiqueras de la oligarquía y sus instituciones de control Esta situación impide la unidad política, que se ve afectada porque cada grupo interpreta la política de la organización de acuerdo a su conveniencia, haciendo acuerdos y desarrollando iniciativas que terminan beneficiando a una o a muy pocas personas. La discusión sobre la disciplina y la ética, lo mismo que la elección de sus instancias directivas, consultas, estatutos y programas deberían ser de orden interno, no haciendo uso de leyes e instituciones del Estado que vulneran su democracia interna, que manipulan y alteran los resultados; pues aunque el PDA no es una organización revolucionaria ni clandestina, sí es un objetivo para atacar, desprestigiar, dividir y eliminar por todos los medios que la oligarquía está acostumbrada a utilizar contra sus amigos y enemigos, cuando estos tienden a frenar sus planes.

Podemos desde el congreso burgués exigir al Estado que cumpla con lo que le dicta la Constitución, que brinde garantías para expresarse políticamente, que genere empleo, que garantice seguridad, justicia social y educación; que ejerza soberanía sobre el territorio nacional, y la situación del pueblo no cambiará, porque seguirá siendo el mismo estado oligárquico corrupto, entregado a las ambiciones del imperialismo y del narcotráfico.  Si no hay una consecuencia entre el discurso reivindicativo y la movilización popular; si no construimos bases económicas, sociales y culturales autónomas en los sectores populares que defiendan sus intereses (incluso los espacios institucionales, en la administración pública local y regional, alcanzados con el voto), seguiremos siendo peones de la oligarquía, fortaleciendo y legitimando su poder y su estado terrorista.

Algunos “ingenuos” de la izquierda creen que la paz, que la democracia de la que hablan los capitalistas, es la misma que los de abajo quieren, que sus instituciones cumplen las funciones de garantizar la armonía entre las clases, que la solución de los problemas sociales es cuestión de buena voluntad, que los pobres tenemos que ceñirnos a lo que la ley, los gobernantes y las instituciones digan, porque lo que es legal es justo, cierto y correcto, por consiguiente, que solo  votando y haciendo parte de sus instituciones se puede cambiar la realidad del país.

El pueblo colombiano ansía la paz para vivir dignamente,  y cualquier intento no violento para alcanzarla es necesario defenderlo, sobre todo si posibilita la organización y la movilización de los sectores populares por sus derechos y la transformación de la sociedad a su favor. Pero solo un Estado democrático (que no es el actual oligárquico) u otro de transición, puede asumir eficazmente ese proceso, que empieza por promover y aplicar una democracia participativa y decisoria para el pueblo, debe iniciar un diálogo y negociación con las víctimas del conflicto social y armado del campo y la ciudad, del modelo económico, no solo con la insurgencia, proteger la vida, la integridad física, mental y moral de las víctimas y sectores vulnerables, propiciando el debate político e ideológico y la unidad entre los diferentes sectores sociales y políticos del pueblo, reconociendo las causas económicas políticas y sociales que generan el conflicto, buscando concertadamente con todos los sectores sociales un camino justo para acabar la violencia, la desigualdad y la crueldad impregnadas en nuestra sociedad. Los puntos tratados para llegar a acuerdos entre la insurgencia y el Estado en los diálogos de La Habana, en Quito y nuevamente en Cuba, no afectan en ningún momento las estructuras del Estado, la sociedad, la economía y la cultura dominantes, mas bien tienden a legitimar el despojo, a sumir en la impunidad el genocidio y a pasar a otro estadio de la guerra contra el pueblo; son acuerdos de mínimo impacto con una pequeña apertura en la participación política -dentro de la institucionalidad- de los guerrilleros que se acojan a esos acuerdos; sin embargo, es importante por lo menos, la verdad, la justicia y la reparación para las víctimas, pues es prácticamente imposible, dada la radicalidad ideológica de la derecha en la defensa de sus privilegios que la lleva a instrumentalizar la estructura jurídica y legislativa de su Estado, para no resarcir a las víctimas de más de 60 años de guerra, sobre todo porque no existe un sujeto que le obligue. Hasta hoy no ha habido cumplimiento de ningún punto por parte del Estado, por el contrario, con la detención y posible extradición de Santrich prácticamente se anulan los acuerdos, suerte que pueden correr el resto de la dirección de la FARC

Es necesario parar la guerra, ya que los revolucionarios armados, en más de 60 años no pudieron utilizar las crisis revolucionarias y las del sistema cuando se presentaron (pues no fueron derrotados militarmente), para avanzar en una ofensiva que podría haber puesto la correlación de fuerzas a favor del pueblo, y haber iniciado un proceso de transición democrático popular hacia el Socialismo o hacia el Bien Vivir. Para los revolucionarios, demócratas y humanistas la paz no es un fin en sí mismo, pues esta no tiene sentido en las condiciones de pobreza, desigualdad, violencia económica y social que ha vivido históricamente nuestro pueblo; sí son sus banderas la justicia social el buen vivir y la democracia popular. Por esto, lo menos que debería hacer un posible gobierno democrático realmente progresista humanista es parar la violencia y el despojo contra el pueblo, Aunque los conflictos y la violencia persisten en la sociedad, es necesario construir instituciones propias en nuevos escenarios de bienestar, convivencia, respeto y solidaridad por el pueblo colombiano emancipado, por fuera de la institucionalidad capitalista.

Ante la incapacidad de la izquierda tradicional y del movimiento revolucionario, les toca a los diversos sectores populares tomar la iniciativa generando propuestas de organización y movilización desde abajo, construyendo alternativas de poder en lo local, lo regional y lo nacional, empoderando a las mujeres y combatiendo al patriarcado, definiendo nuestra propia educación, nuestra medicina, nuestra justicia en las comunidades locales, integrando economía solidaria y comunitaria en campos y ciudades, generando Circuitos Económicos Alternativos, estableciendo instituciones como la Guardia Indígena y campesina, definiendo Territorios Autónomos en regiones, provincias y localidades como las Asociaciones Campesinas, Zonas de Reserva Campesina, (comunas autónomas en áreas rurales y urbanas) liberando a la madre tierra; fortaleciendo los Cabildos indígenas, los Consejos Comunitarios, las organizaciones barriales, las luchas sindicales, convocando y realizando cabildos populares, palenques, mingas de pensamiento, asambleas y constituyentes populares que mandaten y emplacen al Estado oligárquico;  rescatando y construyendo identidades culturales, fortaleciendo las organizaciones populares, promoviendo su articulación o su unidad, así es posible un nuevo país, una democracia del y para el pueblo. Similar a lo que han venido haciendo los zapatistas de Chiapas con los Caracoles y las Juntas de Buen Gobierno.

En los últimos 20 años las iniciativas populares en Colombia han surgido de las localidades, de sectores diversos, de comunidades llamadas “minorías”, de organizaciones amplias que promueven la diversidad, la unidad política y la movilización, entre ellas el Congreso de los Pueblos, Marcha Patriótica Comosoc, Comosocol, Modep, Gran Coalición, PDA, Coordinadoras Cívicas, Encuentro Nacional Popular, Frente Amplio por la Paz -y cientos de organizaciones populares no institucionalizadas en todo el país- parte, de este proceso que debe ser amplio, incluyente, deliberante, beligerante, que confluya en un gran movimiento político popular con capacidad de disputarle el poder a la oligarquía, de plantearse la transformación democrática de este país; emplazando al estado, sin priorizar lo electoral. Es indispensable en este proceso por la democracia y el bien vivir, la unidad política de los sectores populares en un gran Movimiento Social Cultural del Pueblo, con integración de la izquierda y de los revolucionarios en los sectores y movimientos populares, pero sobre todo, plantearse un proceso autónomo de transición independiente de la institucionalidad del Estado que pueda llevar a una dualidad de poderes y a la transformación de nuestra nación.

La democracia dentro del pueblo la construimos las clases y sectores populares desde abajo, desde la familia, el barrio, la escuela, la vereda, el Cabildo indígena, el Consejo Comunitario, el sindicato, el consejo estudiantil, la JAC, Etc.; con autonomía, con formación política, con organización horizontal, con movilización social (unidad de acción), ejerciendo la desobediencia civil, con diálogo entre nosotras-os mismos-as, en asambleas, cabildos abiertos, mingas deliberativas, con constituyentes locales y regionales, con consultas internas por sector popular, local y regional, con la unidad política y social en torno a acuerdos y a objetivos comunes y específicos; diseñando por los mismos sectores populares los planes de vida y o de buen vivir -social, económico y ambiental-, Ordenamientos Territoriales, ordenando a los gobernantes su aplicación y cumplimiento.

En una sociedad democrática los representantes del pueblo, los gobernantes y administradores deben recibir mandatos y obedecerlos, respondiendo por cada uno de los actos de sus gestiones, rindiendo informes directos al pueblo en cada uno de los sectores, lo que los zapatistas llaman “mandar obedeciendo”; las asambleas y organizaciones populares deberían eliminar la reelección en todos los cargos administrativos, de dirección (rotando los cargos tanto en los funcionarios nombrados administrativamente como los elegidos o delegados popularmente) aplicando la revocatoria inmediata cuando sea necesario, mediante consulta a los afectados, reduciendo las dietas y honorarios de todos los funcionarios del Estado (nombrados y electos) o de un posible gobierno en transición, al salario que gana un obrero. Aunque si pensamos en una nueva sociedad radicalmente democrática, estos cargos deben desaparecer en la medida que se desmonte el actual Estado, porque nadie necesitará que otro lo represente y la democracia se ejercerá directamente en el sitio y en el momento que cada sector social, comunidad o el pueblo en su conjunto lo determinen.

De todas maneras deseo el triunfo de la Colombia Humana

[1]“Los sucesos de marzo” artículo escrito por  Carlos Gutiérrez en Le monde Diplomatique edición No. 132  de abril de 2014

Economía Propia con Soberanía Alimentaria 

POR:  GONZALO SALAZAR 

«Cuadernos de Reencuentro»

Podemos generar un gran movimiento popular por la soberanía agroalimentaria como parte fundamental de la lucha por el bien vivir diseñando en base a prácticas, tradiciones y conceptos de equidad, solidaridad y autonomía de los sectores populares, una propuesta de economía contra el hambre y la pobreza.

Es posible la creación desde los sectores populares en las comunidades locales, de una red solidaria-comunitaria de pequeños y medianos campesinos organizados en asociaciones, cooperativas, juntas comunales, comunidades indígenas y consejos comunitarios, comunas, etc., en zonas populares de producción agroalimentaria, articulada con las organizaciones y movimientos populares consumidores de alimentos como asociaciones sectoriales, cooperativas, sindicatos, asociaciones de padres de familia de escuelas y colegios, asociaciones estudiantiles, de pequeños comerciantes, de profesionales,, artesanos, pequeños industriales, juntas comunales, comunidades barriales, JAL, ecologistas, organizaciones de mujeres, madres comunitarias, restaurantes y comedores comunitarios; una red  en forma de  Circuitos Agroalimentarios Alternativos, que se desenvuelva en la producción, distribución, intercambio, transformación, preparación y consumo de alimentos comoalternativa de soberanía popularcontra el hambre y la pobreza, integrados alrededor de medianas y grandes ciudades región; los productoresinicialmente dispondrían de sus parcelas y susinstrumentos de producción -entre estos la tierra- y los consumidores comprometidos contribuirían financieramente adquiriendo y consumiendo los alimentos producidos por los campesinos de la red, intercambiando productos e insumos mediante convenios que no incluirían en ningún momento ceder sus propiedades; sería partir de la infraestructura y la capacidad instalada;los y  las campesinas acordarían localmente  los productos a cultivar, las formas de producir y acordarían con los consumidores de las ciudadeslos modos de distribución, de intercambiar productos y servicios; en las ciudades los consumidores  y productores populares de la Red, tienen la necesidad de organizarse comunitaria y solidariamente y luchar por una alimentación sana y suficiente; los sectores populares de las ciudades poseen los medios para integrar centros de acopio, de distribución e intercambio que serían aportes en logística e infraestructura inicialmente en comodato; los agricultores urbanos de alimentos para autoconsumo también serían parte de la Red.

La Red podría funcionar mediante Circuitos Agroalimentarios Alternativos como mecanismos dinámicos que integren los procesos productivos (Unidades Productivas rurales y urbanas, local y regionalmente) a las necesidades y prácticas de distribución y consumo; los CAA serían espacios que permitirían la participación comunitaria, la retroalimentación a través del intercambio de productos entre el campo y la ciudad y el abastecimiento oportuno y suficiente de alimentos, incrementando la variedad y calidad de los mismos. Estos Circuitos pueden construirse autónomamente en áreas económicamente activas que integran el sector productivo agropecuario y los sectores populares consumidores y productivos de las ciudades. Se pueden generar alrededor de grandes ciudades con características geográficas, económicas y culturales particulares que determinan una provincia, una región y o un departamento, articuladas y/o confederadas regional y nacionalmente.

En la ciudad se puede promover con ayuda de organizaciones populares y medios alternativos independientes, la formación e integración a los Circuitos Agroalimentarios Alternativos, a partir de centros de acopio y distribución de alimentos, de proveedurías de herramientas e insumos agropecuarios y de prestación de servicios relacionados con la agricultura, y la alimentación, pero también con la salud; convocando a Comedores escolares y Comunitarios, a colegios y universidades, a pequeñas y medianas empresas, a familias, comunidades barriales, restaurantes, panaderías de barrio,a Plantas de transformación de alimentos (cárnicos, lácteos, embutidos extracción de pulpa, conservas de frutas, dulces, postres etc.); también a productores populares de herramientas e insumos para la agricultura, fábricas de útiles para el hogar; fábricas de abonos orgánicos e insumos agropecuarios y profesionales prestadores de servicios.

Los CAA serían espacios para compartir, aprender, educar e integrar a la comunidad, buscando fortalecer los procesos productivos y organizativos, haciendo participes a los sectores populares en la construcción de una sociedad democrática, sana, justa y solidaria. Se pueden integrar a los circuitos Agroalimentarios unidades productivas de confecciones, de calzado, de reciclaje, de la metalmecánica, de la industria popular y artesanal. La integración dinámica de estos Circuitos a niveles municipal, provincial, regional y nacional sería una Red Agroalimentaria Popular.

De hecho, el capitalismo creasus propios circuitos  y redes económicas con su dinámica de usura y explotación, con la concentración de la tierra, de la producción y la monopolización del mercado mundial de alimentos, como ya se ha visto en todas las áreas de la economía, práctica que arrasa con las culturas, economías y soberanías de los pueblos, por esto la propuesta, que es recogida de las prácticas y tradiciones solidarias y limpias de los pueblos, va por el rescate de circuitos y redes de carácter popular y comunitario humanista.

La base de esta propuesta serían Unidades Productivas Agropecuarias, ubicadas en Zonas de Producción Agroalimentarias Populares,producirían diversificadamente mediante planeación en reuniones o en  asambleas locales, en coordinación regional -los CAA- según el caso (Frutas, Hortalizas, Verduras, Carnes, pollo, huevos, Peces Lácteos, etc.) exclusivamente para los consumidores de los CAA; cada familia productora construiría o ampliaría su huerta con los alimentos de su dieta ofreciendo los excedentes al centro de acopio o al CAA. Estas UPA estarían conformadas por pequeñas y medianas unidades familiares, grupos de familias o por grupos comunitarios, asociaciones de productores, cooperativas etc. en veredas, resguardos, consejos comunitarios, zonas de reserva campesina, en todos los niveles territoriales, municipal, provincial y regionalmente según las particularidades, las cuales podrían ofrecer diferentes productos agropecuarios y agroindustriales a los consumidores urbanos. En las ciudades se integrarían  a este proceso centros de transformación, de distribución y de consumo: Centros de Acopio y Distribución de Alimentos, tiendas comunitarias, Comedores Comunitarios, Hogares del ICBF asociados, se podrán vincular Panaderías, Cafeterías y hogares familiares organizados o asociados como consumidores de los productos de las UPA, que también pueden estar integradas en los Circuitos Agroalimentarios Alternativos.

En la producción agropecuaria se busca que los productores a mediano plazo pudieran reemplazar totalmentelas semillas e insumos comerciales industriales utilizando semillas libres de agrotóxicos, (fungicidas, insecticidas, abonos químicos industriales) y de procesos transgénicos; los animales libres de maltrato, libres de manipulación genética, de antibióticos, de tratamientos hormonales y su alimentación libre de tratamientos químicos industriales nocivos a los animales y a la salud humana. En las Unidades Productivas Agropecuarias se podríarealizar la transformación de alimentos que les dé mejor presentación, forma de conservación y facilidad para el transporte y su preparación, desarrollando agroindustria a pequeña escala con tecnologías apropiadas y modernas no depredadoras al medio ambiente, inocuas a la salud de los humanos y animales. Las UPA se integraríana la Red de acuerdo con el interés de los productores, a la capacidad instalada, a las posibilidades de mejoramiento y a las necesidades del consumo.

Seríaposible que cada UPA o el CAA produzca sus propios insumos como alimento para animales, abonos y plaguicidas orgánicamente. Se estimularía la creación de huertas casera y comunitarias, de granjas integrales autosuficientes colectivas y comunitarias experimentales entre campesinos asociados y entre familias de la ciudad que quieran y puedan trasladarse al campo para convivir y producir colectivamente.

Se podría mejorar especies utilizando procedimientos científicos y biotecnología, seleccionando e intercambiando semillas y ejemplares entre productores de cada región -como lo vienen haciendo ancestral y tradicionalmente indígenas y campesinos- y entre regiones del país y de países que compartan conceptos de soberanía alimentaria, agricultura limpia, alimentación sana y mercado justo; con instituciones de investigación, organismos asesores y técnicos comprometidos en la lucha contra el hambre y la pobreza. Se buscará la constitución de bancos de semillas y centros de mejoramiento de especies a nivel regional y nacional al servicio de pequeños y medianos campesinos de los CAA. Se utilizarían abonos, insecticidas, fungicidas y herbicidas biológicos naturales, elaborados por los productores agropecuarios, recuperando material orgánico (residuos sólidos) de desecho –aportados por los mismos consumidores de alimentos- mediante diversas técnicas como el compostaje, la lombricultura y o las micorrizas; en el desarrollo de este proyecto se podría recoger desechos de los alimentos en las galerías, en supermercados, tiendas, restaurantes, colegios, universidades, hogares del ICBF, en comedores comunitarios en los hogares y en los propios centros de acopio para reciclarlos (no para alimentar cerdos) en pequeñas fábricas de compost de los CAA.

En una economía democrática con soberanía alimentaria la producción agropecuaria está destinada a proveer a la población de alimentos sanos y suficientes permanentemente, producidos localmente, por lo que la Red que proponemos debería abastecer los centros de consumo comunitarios y a las familias de los sectores populares de la ciudad, no se trata de exportar ni de importar alimentos, menos de vender o comprar a los hipermercados o a las comercializadoras, sería una producción prioritariamente destinada al consumo interno de la Red. Sin embargo, en una articulación democrática de un gobierno de transición, la red podría hacer acuerdos regionales y nacionales con proyectos de objetivos similares de otros pueblos y países (sin que prime el valor de cambio o monetario) para el trueque e intercambio de alimentos excedentes del mercado interno, por tecnologías, conocimientos y o alimentos que por circunstancias ajenas a la calidad de la tierra, las semillas o el clima, no se puedan producir por nuestros campesinos.

El intercambio de productos y servicios con los sectores de la ciudad se realizaría en la medida que se integren al Programa las Unidades Productivas Urbanas de elementos para el hogar:  accesorios, insumos y herramientas para la producción agropecuaria, artículos para el estudio y para la construcción de vivienda, de comerciantes populares, de la pequeña y mediana industria y de los artesanos-as; de la misma manera el intercambio se realizaría  principalmente con la prestación de servicios técnicos, profesionales y de asesoría tanto en el campo como en la ciudad con los integrantes de la Red (puede ser en salud, asesoría técnica, en capacitación) aunque no se trata de eliminar totalmente la compra y venta con dinero, pues necesitamos adquirir productos industriales y servicios de los que no disponen los sectores populares, mientras la mayoría de los hogares populares disponen solo de su salario en dinero y muchos artesanos, profesionales, pequeños comerciantes y pequeños industriales del pueblo necesitan de este medio de pago para poder sobrevivir. En este sentido las entidades financieras del sector cooperativo se integrarían estimulando y garantizando el ahorro y el crédito agropecuario a los productores vinculados a la red, apoyando los proyectos productivos colectivos y comunitarios de la Red, intercambiando productos y servicios. Prácticamente será una nueva economía solidaria -comunitaria.

Para desarrollar la Red es fundamental la participación de estos sectores y sus organizaciones, de igual manera la educación y la organización autónoma de la comunidad sujeto, articuladas a niveles local, provincial, regional y o nacional. La capacitación, la formación política y ética de los integrantes son esenciales para la realización de la propuesta, pues no se trata de regirse exclusivamente por las instituciones del Estado ni por las leyes del mercado capitalista, aunque se puede hacer convenios con instituciones de asistencia técnica, en educación y salud en las localidades y regiones.

En las ciudades se formarían Centros De Acopio, Distribución e Intercambio CADI, serían el eje de los Circuitos Agroalimentarios Alternativos, funcionarían en los sectores populares urbanos. Las cantidades y variedad de productos se definirían en base al estudio de producción y consumo, de infraestructura y logística disponibles, realizado a través de encuestas, talleres de socialización y de concertación entre productores y consumidores. El personal operativo-administrativosería de forma rotativa en los cargos, los locales y la dotación la podrían aportar inicialmente los participantes de la Red, y en un gobierno democrático o de transición, este deberá apoyar nuestra alternativa económica. Todo el personal vinculado a la producción, distribución y transformación de alimentos debería capacitarse en conceptos políticos de Soberanía   y Seguridad Alimentaria, en manipulación de alimentos, en nutrición y economía solidaria y comunitaria, incluyendo a los y las agricultoras urbanas. Cada Centro de Acopio estaría conformado como cooperativa, asociación, empresa comunitaria o familiar que se identifique e integre a la Red. Algunos pueden ser la cooperativa, las plazas de mercado, la tienda de la esquina o la tienda comunitaria que ya existen. algunas organizaciones populares -sindicatos, asociaciones, JAC, fundaciones, cabildos urbanos, Consejos comunitarios- en las ciudades cuentan con sedes y locales con espacio suficiente para la instalación de Centros de Acopio; se conformarían grupos o asociaciones de consumidores por localidad, barrio y comuna para crear centros de acopio y redes de distribución y consumo, además de las tiendas y supermercados populares de los barrios,panaderías, casinos de empresas;es importante el intercambio con las organizaciones de economía solidaria y comunitaria de la ciudad.

Será compromiso fundamental de los participantes del programa el consumo de los productos y servicios del CADI. Su carácter es esencialmente un mercado interno, justo, independiente y autónomo. Los integrantes de los CADIlocales y regionales reunidos en asamblea -o delegados elegido por los productores y los consumidores de cada circuito-podría definir un plan de producción, proponer la formación de Unidades Productivas y programas de autoeducación, técnica, política y actividades culturales y ecológicas, además de las administrativas, de acuerdo a la necesidad y a las posibilidades logísticas y económicas de la región o la localidad y a la disposición democrática de cada comunidad.

 

Cualquier propuesta de transformación de nuestra sociedad y país que busque la equidad, la libertad y la felicidad de nuestro pueblo, debe contar con una visión que conduzca a la construcción de alternativas en cada uno de los sectores sociales, en cada comunidad, tanto a nivel político como social, económico y cultural. Por el grado de atraso político, producto de las estructuras de opresión y dominación sintetizado en las formas de producir y distribuir los alimentos, en base a la concentración de la propiedad sobre la tierra y los instrumentos que hacen posible la agricultura, es indispensable además de exigir la reforma agraria democrática e integral:

  • Promover la asociación, la educación en economía solidaria y la capacitación, técnica y profesional en las actividades de producción, distribución y consumo de alimentos en los sectores populares.
  • Promover el retorno y recuperación de sus tierras a los campesinos desplazados y acompañar la lucha de indígenas y campesinos por la liberación de la madre tierra.
  • Promover y propiciar una reforma agraria, democrática, justa e integral.
  • Promover el desplazamiento voluntario de familias de la ciudad al campo para convivir y desarrollar actividades productivas agropecuarias limpias-orgánicas de forma autónoma, solidaria y comunitaria
  • Rescatar, promover y desarrollar las medicinas tradicionales indígena, populares y alternativas, que consideran a los seres humanos como integrales dependientes de la naturaleza.
  • Garantizar el acceso a bajo costo la cantidad, variedad y calidad nutricional de los alimentos básicos para los sectores populares, especialmente los niños.
  • Aplicar y difundir la producción agroalimentaria diversificada, limpia, libre de agroquímicos y transgénicos nocivos para la salud y la genética de los humanos; libres de explotación a los directos productores, procurando un medio ambiente saludable.
  • Promover redes de agricultores urbanos, en estrecha relación con los campesinos y demás sectores populares.
  • Rescatar la tradición en la producción y consumo de alimentos autóctonos y ancestrales y el respeto a las culturas de indígenas y campesinos en el uso y mantenimiento de los bienes naturales y en la producción de alimentos sanos.
  • Promover, defender y cultivar una nueva ecología, (agroecología popular) en la que la agricultura sea un medio para recuperar el equilibrio y los afectos con la madre tierra

 

Las iniciativas en producción de alimentos deben ser parte fundamental en la construcción de Zonas Campesinas Productivas Agroalimentarias, las Comunas Autónomas Populares en el campo y la ciudad, (recuperando y fortaleciendo la tradición de la huerta casera en cada familia campesina) junto a los Circuitos Agroalimentarios Alternativos, deben ser parte importante en el desarrollo de la nueva economía propia de los pueblos

La metodología es un componente dinamizador estratégico en todo proceso de desarrollo social. Se establecerían fases para abordar la organización, la investigación, la educación, la planificación, la producción y la distribución que cada comunidad u organizaciones interesadas definan en su localidad y/o región de acuerdo a las necesidades y posibilidades, aportamos algunas ideas; se podría desplegar campañas locales, regionales y nacional de sensibilización, concientización y de organización de productores y consumidores; para la investigación se puede diseñar encuestas, entrevistas y talleres (a productores y consumidores)foros, mercados campesinos con intercambio de semillas y productos, marchas de la alimentación (como la que promovieron y realizaron los indígenas del norte del Cauca en marzo de 2018) para sensibilizar a la población, tertulias de socialización e intercambio de experiencias, para identificar particularidades locales o regionales del programa con las comunidades y organizaciones participantes, elaborando una base de datos que con el análisis permita a los y las interesadas priorizar las necesidades reales, las dificultades, las fortalezas, las dimensiones y las estrategias para ejecutar el proyecto social-productivo e integrar la Red. El proceso de organización puedes ser simultáneo a la integración de preexistentes y nuevasunidadesproductivas, lo mismo con las prácticas de distribución, intercambio y comercialización, o sea, partiendo de lo que ya se tiene construido.

Se crearía una estructura no piramidal, con cargos de coordinación o vocerías, rotativos a dos años, integrada en su totalidad por participantes y beneficiarios directos del programa, se proponen tres áreas de trabajo: Técnica, Educativay de Coordinación regional y/o nacional, integrados por representantes de organizaciones comunitarias y populares de productores y consumidores elegidos por consenso en cada Circuito Agroalimentario, que contarían con apoyo y asesoría de organizaciones e instituciones especializadas como el Instituto Mayor Campesino, el Coordinador Nacional Agrario, Fensuagro, Sinaltrainal, instructores del SENA, los y lasprofesoras e investigadores críticos de las Universidades públicas y privadas que voluntariamente deseen  participar del proyecto, entidades del sector financiero solidario como la confederación Agrosolidaria y Confiar, podrán complementar la capacitación y prestar asesoría al proceso, que será participativo e integral, contemplando aspectos productivos, de planeación, de autogestión y distribución, de bienestar y de compromiso de los participantes. Estas áreas podrían tener un equipo técnico-profesional multidisciplinario no exclusivamente académico, porque se contaría esencialmente con los conocimientos, experiencias, tradiciones y saberes de las comunidades.

El área de Educación y Desarrollo Comunitario seríaresponsable de coordinar y articular los grupos de trabajo,para ejecutar planes de formación técnica, académica y política según los planes de vida y las necesidades en cada comunidad o región integrantes de la red, gestionaríael apoyo, la asesoría y/o el acompañamiento del personal docente y profesional, en lo posible con instituciones educativas que compartan los principios y objetivos del proyecto (universidades, profesores del SENA, el CNA, la ENS, el INS, los consejos comunitarios, los consejos regionales indígenas, los cabildos indígenas, las asociaciones y ligas campesinas, los sindicatos del sector alimentario, especialmente de los estudiantes).

El área Técnicase encargaríade analizar y proponer a los y las participantes estrategias de producción, distribución e intercambio, asesorar financiera, administrativa y técnicamente a las Unidades Productivas; operaría integrada por trabajadores agrícolas y consumidores urbanos miembros de la red, quienes buscarían esa asesoría con técnicos profesionales e integrantes del sector solidario, sindical y comunitario comprometidos con la propuesta agroalimentaria. Sus conceptos y recomendaciones no serán obligantes ni condicionantes, cada circuito las adoptará de acuerdo a sus necesidades, criterios y experiencias.

Las actividades de coordinación o articulación de la Red Agroalimentaria Popular se pueden realizar a través de delegados elegidos por los productores agropecuarios y los consumidores integrantes de los Circuitos Agroalimentarios Alternativos de la Red. Los Comités Coordinadores regionales estarían integrados por representantes de las Unidades Productivas Rurales, representantes de las Unidades Productivas Urbanas y representantes de los consumidores de cada Circuito, estos se renovarían bianualmente; todos los cargos serían rotativos. En asambleas regionales se elegirían los integrantes de las tres áreas de trabajo de los Circuitos Agroalimentarios Alternativos regionales y los delegados a la coordinación o articulación nacional. Esta coordinación no podrá manejar recursos económicos ni administrar proyectos productivos diferentes a los personales. Algunas de las funciones de la Coordinación Nacional podrían ser:

  • Orientar y coordinar la aplicación de una política alternativa de soberanía agroalimentaria, diseñada por los y las participantes de esta propuesta.
  • Orientar y promover la investigación sobre la situación alimentaria y nutricional de los sectores populares, los alimentos que consumen, enfermedades causadas por el hambre o por deficiencias nutricionales, apoyándose en instituciones como las organizaciones sociales populares, sindicatos, hospitales, asociaciones de agrónomos, universidades y en las estadísticas de las entidades correspondientes.
  • Promover y orientar la Investigación sobre la producción y consumo en las regiones, Áreas geográficas de producción agroalimentaria (localización y cuantificación), ocupación y disponibilidad de tierras para la producción, exigiendo al Estado (o al posible gobierno de transición) autonomía en las regiones para definir estrategias en la planeación para la producción de alimentos para sus propias necesidades.
  • Reunir y difundir suficiente información sobre el movimiento de los alimentos en el país: mercados, distribución, variedad, calidad y cantidades de alimentos que entran y salen del país.
  • Apoyar la movilización de los productores del agro contra las transnacionales de los alimentos, el uso de transgénicos y productos químicos nocivos en la producción; la concentración de la tierra, la extranjerización de esta, los monocultivos y la megaminería, denunciando nacional e internacionalmente estas problemáticas.
  • Promover emprendimientos colectivos, solidarios y comunitarios de pequeños y medianos productores en la producción, transformación y distribución de alimentos
  • Convocar y Orientar a los productores populares de alimentos y a los consumidores del pueblo para la construcción de los Circuitos Agroalimentarios Alternativos regional y nacionalmente.
  • Proponer a los movimientos sociales, al Congreso de los Pueblos, a la Marcha Patriótica, la ONIC, el CRIC, la ACIN (movimiento indígena), la ANUC, el Coordinador Agrario, las asociaciones sectoriales (movimiento campesino), Fensuagro, Sinaltrainal organizaciones de comunidades afro agrícolas y pesqueras, a las organizaciones populares de mujeres, estudiantes, organizaciones gremiales y sectoriales (sindicatos, centrales obreras, profesionales, artístas, pequeña y mediana producción industrial) populares, al sector cooperativo, a las universidades (públicas y privadas) el impulso y la participación en la Red.
  • Proponer al país y exigir al estado actual -o al posible gobierno de transición- una Política Nacional de Soberanía y Seguridad Alimentaria, sustentadaen un análisis científico de las causas del hambre y la pobreza y del daño a los ecosistemas nacionales y a la salud humana, originadas por las corporaciones transnacionales (agroindustriales y mineras), y los terratenientes en el uso agresivo contra la naturaleza y las comunidades agrícolas, que proponga las alternativas para eliminar dichas causas, mediante una política aprobadaen una consulta popular, y de sus conclusiones extraer normas constitucionales que garanticen la Soberanía Agroalimentaria.
  • Exigir, junto al resto de movimientos sociales populares, al estado -y al posible gobierno de transición-, la realización inmediata de una reforma agraria justa, integral y democrática, que incluya la autogestión territorial (Resguardos indígenas, Asociaciones y Cooperativas Campesinas Locales, Zonas de Reserva Campesinas, Zonas de Reserva Forestal Zonas de Producción Agroalimentaria y Comunas Autónomas) y el manejo de lo ambiental-ecológico (parques naturales, bosques, humedales y selvas por las comunidades locales con apoyo regional, nacional e internacional.

 

Esta es una propuesta de autogestión comunitaria dirigida a los sectores populares y democráticos del país para que la asuman y la realicen, puede ser presentada a un posible gobierno democrático para que la viabilice como una política de soberanía alimentaria, y de lucha contra la desnutrición, el  hambre y la pobreza, debería ser asumida por un posible gobierno popular de transición como inicio de la realización de la justicia social para el bien vivir; puede ser mejorada, ampliada, complementada, concertada y aplicada en un contexto de unidad de acción y política de los movimientos, organizaciones sociales y políticas de los sectores populares victimas del capitalismo y su modelo neoliberal.

Seguramente algunas de las ideas aquí planteadas han sido estudiadas por organizaciones, dirigentes e intelectuales de los sectores populares, puede ser que varias actividades propuestas se hayan ejecutado y muchas que los sectores populares con creatividad las hayan implementado no las hayamos conocido. Tampoco es la solución a todos los problemas de la sociedad capitalista; pero sí podría ser un paso en la consecución de la soberanía alimentaria y la justicia social en un período de transición que puede empezar en lo local y sectorial, hacia la comunidad del bien vivir.

 

Alternativa de Soberanía Alimentaria

Por: Gonzalo Salazar 

“… la propiedad privada de la tierra en manos de determinados individuosparecerá tan absurda como la propiedad privada que un hombre posea de otros hombres. Ni siquiera una sociedad o nación entera, ni el conjunto de todas las sociedades que existen simultáneamente son propietarios de la tierra. Son simplemente sus posesores, sus beneficiarios, y tienen  que legarla en un estado mejorado a las generaciones que les suceden, como bonipatris familias [buenos padres de familia].” Marx K. Tomo I del Capital (página 911)

 Producir para consumo local o interno por pequeños y medianos campesinos, alimentos con óptima calidad, variados, frescos, sanos (libres de substancias químicas y transgénicos nocivos para la salud humana y el medio ambiente), generando un mercado directo entre productores y consumidores, brindando oportunidades y garantías  de mercado a campesinos e indígenas, es una necesidad para combatir la desnutrición, el hambre, y la pobreza; implica generar mejores ingresos para campesinos/as e indígenas,  y ahorro para las familias pobres de la ciudad, donde los sectores populares invierten más del 75% de sus ingresos en alimentos.

La Agricultura con participación y autonomía popular es una estrategia fundamental para la integración y el desarrollo social de los sectores populares. En  Colombia hay grupos de pobladores y de campesinos que han empezado a cambiar su visión sobre la agricultura, la alimentación y la nutrición, buscando diversidad, calidad, disposición, acceso, suficiencia y bajos costos en la producción y el consumo; promoviendo y fortaleciendo iniciativas de economía solidaria y comunitaria de productores/as y consumidores, combatiendo el uso de químicos agrotóxicos, los cultivos transgénicos y el consumo de alimentos importados, impuestos por las Transnacionales del mercado minorista de alimentos (hipermercados o grandes superficies) y la gran industria de los alimentos procesados. Cultivando y consumiendo alimentos autóctonos y adoptados de alto valor nutricional (y medicinal) como la quinua, la maca, el amaranto, el chachafruto, la chía, el guandúl la auyama, la cúrcuma, la estevia y el sinnúmero de frutas, leguminosas y verduras que generosamente producen nuestros campesinos e indígenas,igualmente en proteína animal existe diversidad de especies menores domesticadas (aves, mamíferos, acuáticos) que pueden reemplazar las bovinas y deberían ser cultivadas por todos los campesinos, incluso en los solares de las casas y en predios comunitarios; cuando se tienen la tierra, los medios logísticos, la infraestructura y las redes de distribución suficientes y garantizados, se puede acabar con el hambre

Existen en el país movimientos agroecológicos agrofeministasagrosocialistas, agrosolidarios, agricultores urbanos, que consideran a la madre tierra como un ser vivo sujeto de derechos, que luchan por una agricultura amigable con el medio ambiente, por una distribución equitativa de la tierra y los alimentos, por los derechos y la autonomía de las mujeres en las cadenas productivas, de distribución y consumo; pero sobre todo, una tradición de lucha del campesinado, de las comunidades indígenas y afro por la defensa y libertad de la madre tierra, por la diversidad agroalimentaria, que junto a otros sectores como las asociaciones de consumidores de alimentos sanos y la economía solidaria, en la ciudad, ven necesario cambiar las formas de producir, distribuir y consumir alimentos. Son tradicionales las plazas de mercado, los mercados campesinos, los mercados agroecológicos móviles, los comedores comunitarios, las ollas comunitarias, las tiendas comunitarias, ferias de intercambio (trueque), las granjas integrales experimentales, los patios productivos en las ciudades, etc. En las fincas, granjas, parcelas y comunas campesinas se puede transformar o dar valor agregado a los alimentos de consumo popular, generando mejores ingresos y desarrollo agroindustrial a pequeña escala con tecnologías apropiadas y limpias.

El intercambio o trueque de alimentos por alimentos o por semillas, por herramientas, insumos y o servicios con la economía popular (artesanal, industrial) de las ciudades,permite la autogestión y la integración como parte fundamental de la economía equivalente solidaria-comunitaria entre los sectores populares del campo y la ciudad. Conla producción limpia, reciclando los desechos orgánicos de las casas, produciendo nuestros propios insumos, abonos y pesticidas con materias primas naturales, elaborados por los propios campesinos,los costosse reducen sustancialmente, garantizando calidad y seguridad de abastecimiento, produciendo lo necesario para mantener una alimentación sana, nutritiva y suficiente.

La agricultura urbana es una alternativa que se puede concretar en áreas periféricas de las ciudades con espacios reducidos para la siembra de una gran variedad de hortalizas o la cría en mínima escala de especies menores como ovejas, cabras, pavos, conejos, cuyes y pollos para complementar la dieta de los sectores populares; utilizando diversas formas de cultivos como hidropónico, en materas y pequeñas eras en los antejardines y parques comunitarios. Sin embargo, esta posibilidad se reduce con la dinámica de crecimiento y desarrollo de las grandes ciudades, las cuales no permiten espacios vacíos de cemento, donde las viviendas son pequeñas sin patios ni terrazas o son edificios de apartamentos, teniendo en cuenta que la mayoría de los pobres no poseen vivienda propia, además, las autoridades alegan problemas sanitarios y de estética. Ante esta situación, las organizaciones populares urbanas necesitan promover la educación y la práctica de la agricultura en la ciudad, luchando y exigiendo al estado espacios y respeto para realizarla (como en Cuba). La agricultura urbana es muy importante para desarrollar sensibilidad sobre la alimentación sana, cuidado del medio ambiente y autosostenibilidad limitada, pero no es la solución total al problema del hambre ni de soberanía alimentaria, que tiene que ver con la agricultura rural (propiedad y uso de la tierra, origen de la desigualdad y la violencia en los campos) y la dependencia económica del país.

Las anteriores son formas e iniciativas de producción, distribución y consumo popular, que, orientados e insertos en una dinámica red, en un programa social integral y comunitario como Circuitos Agroalimentarios Alternativos, sean parte de la economía popular como lo definió y ordenó el congreso de Tierra, Territorio y Soberanía del Congreso de Los Pueblos: “Economía Propia de los Pueblos”. Economía que debe ser aplicada como una política de las comunidades que pretendan su autonomía, donde las condiciones objetivas y subjetivas lo permitan. Que en un verdadero proceso democrático de paz debe convocar a los productores con la participación decisoria de los pequeños y medianos productores del agro y los sin tierra, que  pueda concertar con un Estado democrático o de transición, el diseño y ejecución de una política de soberanía alimentaria, empezando por la realización de la reforma agraria democrática, equitativa e integral que incluya los conceptos de territorio y soberanía en las comunidades campesinas, negras e indígenas, que venimos reclamando los sectores populares del campo y la ciudad desde hace más de 60 años,

El país requiere con urgencia esta Reforma Agraria Democrática e Integral con ordenamiento territorial, que devuelva a los campesinos las tierras que les fueron robadas y a los que no la han tenido, oportunidades para adquirirla, y garantías para el mercadeo y el transporte, orientada prioritariamente a la producción de alimentos básicos de la dieta de las y los colombianos, reforma que:

  • Respete y promueva las Asociaciones Comunitarias y las Cooperativas Campesinas, las Zonas de Reserva Campesina junto a los Resguardos y los Consejos Comunitarios, Zonas de Producción alimentaria campesina, con participación democrática y autogestionariaen sus territorios locales y regionales.
  • Que propicie el desplazamiento positivo voluntario de la ciudad al campo de quienes quieran vivir y producir allí (la ciudad solo ofrece estrés, miseria, violencia y descomposición social a los campesinos desplazados) sería una forma de descongestionar las ciudades y reducir la pobreza en el campo y la ciudad, integradas estas nuevas familias campesinas en cooperativas, asociaciones u organizaciones solidarias comunitarias, unidas o articuladas con las comunidades de la localidad y/o de la región; proyecto que debería realizarse en terrenos ejidos, baldíos, abandonados,  escogidos por las comunidades locales y los nuevos productores, definiendo con el Estado su uso y formas de propiedad.
  • Que compre el Estado a los legítima y legalmentedueños los excedentes a quienes posean más de 600 hectáreas (por familia), a quienes teniendo corporativamente más de 1000 hectáreas no las utilizan o no le dan el uso adecuado a las necesidades agroalimentarias del país; distribuyendo estas tierras entre los sin tierra y campesinos pobres  organizados para que la trabajen colectivamente –no es justo que seis millones de campesinos se mueran de hambre en las ciudades mientras el mafioso esmeraldero Carranza celebraba la adquisición de su hectárea un millón, sin demostrar cómo las consiguió, o la familia Uribe Vélez que una sola de sus muchas fincas en todo el país (el Ubérrimo) tiene más de 123.000 hectáreas-.
  • Que grave con altos impuestos a los terratenientes que tengan tierras vacantes, que no produzcan alimentos para consumo interno y que no accedan vender los excedentes para que los campesinos sin tierra la cultiven.
  • Que revise la legitimidad de la propiedad de inmensas extensiones de las mejores tierras en todo el país, compradas fraudulentamente por terratenientes y mafiosos a los campesinos desplazados, los títulos de propiedad otorgados por notarios corruptos, lo mismo que los baldíos entregados por gobiernos como el actual (altillanura-orinoquía) a transnacionales y empresas como Riopaila, Monsanto y Cargill, expropiando sin indemnización a los ladrones de tierras.
  • Que garantice subsidios para producir alimentos básicos, créditos blandos, asistencia técnica, mercado justo, capacitación técnica y profesional en ciencias agrícolas, en economía solidaria y comunitaria, con entes que regulen la producción y distribución de alimento similar a lo que fue el IDEMA, pero administrados por las propias comunidades locales.
  • Que racionalice el uso de la tierra y el agua, dando prioridad a la producción para consumo interno de alimentos de la dieta de nuestro pueblo y a las fuentes de agua y biodiversidad ecológica. Construyendo la infraestructura adecuada para distritos de riego, para almacenar, y procesar y distribuir alimentos a nivel regional y nacional
  • Que cambie los objetivos y las funciones del ICA (o reemplazándolo por otro organismo quedefienda los intereses nacionales) para que verdaderamente contribuya al desarrollo del agro nacional con soberanía alimentaria, con investigación sobre las especies alimenticias nativas, con control y supervisión de las actividades de este ente por los productores y los consumidores. El control de las semillas debe estar en las manos de los campesinos a través de sus organizaciones comunitarias sectoriales y territoriales
  • Que comprometa al Estado democrático -o a un posible Estado de transición- en el estímulo y financiaciónde la investigación para el mejoramiento de nuestras semillas y especies alimenticias con tecnologías limpias; ubicando en cada región o departamento sedes de estas instituciones y de facultades de ciencias agropecuarias de la universidad pública (todas las universidades deberían tener facultades se agronomía y ciencias agrícolas) y el SENA.
  • Que cambie las funciones y los objetivos del ICA y el INCODER hacia la realización de la Soberanía Agroalimentaria y la Reforma Agraria. En los que deben participar con voz y voto los campesinos pobres y medios y los sin tierra
  • Que reconozca y defienda los saberes y el respeto que tienen nuestros indígenas y campesinos de la naturaleza, acopiando estos conocimientos y el de la academia para mejorar la producción y la calidad de los alimentos, brindando a los productores directos acceso a tecnologías, genética y biotecnología no destructoras del medio ambiente ni lesivos a la salud de los seres humanos.
  • Que defina los usos del suelo rural y la reducción de la frontera agrícola, las áreas de conservación y protección ecológica, entregando a las comunidades locales su administración.
  • Que permita que los productores directos del campo y los consumidores en las localidades y regiones definan los productos, las formas de producir y la distribución, como ejercicio de soberanía alimentaria.

Si realmente queremos soberanía y seguridad alimentarias para el pueblo, tenemos que empezar por comprender que ni la oligarquía ni el imperialismo nos las van a dar o a garantizar, pues en su negación radica el poder y la capacidad para el despojo y la acumulación del capitalismo nacional y transnacional. Una verdadera Reforma Agraria Democrática para el pueblo, requiere del cambio de modelo político y económico, lo que implica para los sectores populares ser poder y ser gobierno, objetivo de todos los movimientos sociales y políticos populares en un proceso de lucha, de unidad e identidad programática.  Es necesario emprender un movimiento nacional de los sectores populares del campo y la ciudad por la Reforma Agraria con Soberanía Alimentaria. En esta lucha nuestro pueblo tiene la posibilidad de construir su bienestar y definir su autonomía, contando con su propia legitimidad alcanzada en la unidad, la organización, la movilización y en la construcción de estructuras sociales, económicas, políticas y culturales propias. El problema del hambre en el mundo es tan grave, que en muchos países reclaman y luchan los sectores populares por iguales derechos y necesidades, con propuestas similares a las nuestras:

En Andalucía, como en otros muchos lugares del mundo, y pese a sus idiosincrasias particulares, es más necesario que nunca una auténtica revolución agraria, un cambio profundo y de raíz para conseguir este nuevo modelo agroalimentario tal y como plantea la ponencia presentada en el recientemente celebrado Congreso del SAT en Sevilla y que resumimos en tres puntos fundamentales.

1) Considerar el alimento como un derecho inalienable de los pueblos que los estados deben garantizar.

2) Expropiar a los expropiadores los bienes comunales, la tierra, el agua, las semillas y los recursos naturales arrebatados a los pueblos.

3) Relaciones horizontales de comercio sin monopolios ni oligopolios agroalimentarios y producir alimentos saludables a través de su trazabilidad comprobada.

En definitiva, luchar por la salud y bienestar de los pueblos, por el consumo alimentario saludable es sacar los alimentos de los mercados capitalistas y convertirlos en patrimonio de las personas, los pueblos y la Humanidad.[1]

El hambre, la desnutrición, el desempleo, la pobreza, la falta de oportunidades, y la indiferencia del Estado por recuperar la agricultura campesina, exigen la ejecución de una Política de Soberanía y Seguridad Alimentaria que priorice la producción para consumo interno por un gobierno democrático o de transición hacia el bien vivir. Los campesinos e indígenas han sido obligados mediante el chantaje económico, tanto estatal como privado, a producir para las grandes transnacionales de los alimentos (comercializadoras y procesadoras industriales) para las cadenas de intermediarios que encarecen y degradan la calidad de los alimentos, reduciendo el abastecimiento directo a los consumidores populares, esclavizando a los productores mediante imposición de normas de calidad, peso y presentación, y de créditos onerosos; obligándolos a utilizar semillas transgénicas e insumos químicos tóxicos industriales, impidiéndoles su organización y acercamiento a los demás sectores populares. A los pobres no hay que proporcionarles lo que sobra o desecha el estado o el sector privado, sino, respetar su dignidad y sus derechos, brindando las condiciones apropiadas para que produzcan lo que necesitany convivan pacifica, solidaria y autónomamente.

En todo el territorio nacional se han dado experiencias de autogestión y emprendimientos cooperativos y asociativos de pequeños grupos y comunidades, generalmente de tipo gremial y vecinal, cooperativas, sindicatos, empresas asociativas y comunitarias, grupos de trabajo, mingas, grupos de agricultores y agricultoras urbanos etc. que han desarrollado proyectos de seguridad alimentaria, de mejoramiento en seguridad social y de vivienda. Estas organizaciones construyeron o integraron unidades productivas en el campo, los campesinos formaron comunas, empresas comunitarias y cooperativas agrícolas; en la ciudad los sectores populares crearon tiendas comunitarias, supermercados, centros de acopio, comedores y ollas comunitarias, farmacias, almacenes, hasta bancos cooperativos, que permitieron mejores condiciones de vida para sus asociados y comunidades (los trabajadores tuvieron  cooperativas de ahorro y crédito, multiactivas y las cajas de compensación, donde adquirían sus alimentos) hasta que el sector financiero y el mismo estado neoliberal obligaron la liquidación del sector solidario en los 90 del siglo pasado.

Esas experiencias no se han perdido, están en las memorias de las gentes que las vivieron o la disfrutaron, muchas de estas organizaciones puede que hayan desaparecido, también habrá muchas nuevas, pero las condiciones económicas y sociales de los sectores populares son las mismas o peores en este país de violencias e injusticias, por lo cual también están los recursos humanos disponibles y alguna infraestructura (propia de sectores populares) para desarrollar un programa agroalimentario que recoja esas experiencias, inquietudes, proyectos y necesidades en un proceso reivindicativo de la dignidad y la autonomía de los sectores populares y comunidades pobres en la lucha contra el hambre y la pobreza, que sería una propuesta de Economía Propia con Soberanía Agroalimentaria, que podríamos diseñarla y ejecutarla entre nosotros los de abajo.

_________________________________________

[1]CONSUMO ALIMENTARIO: CAUSAS Y CONSECUENCIAS PARA LA SALUD – Concepción Cruz Rojo – Editorial El Boletín — Colección: “Para pensar y actuar”

ECONOMÍA DEL HAMBRE

Por: Gonzálo Salazar

Abril 13 de 2018

“La Soberanía Alimentaria es considerada como “el derecho de los pueblos a definir sus propias políticas y estrategias sustentables de producción, distribución y consumo de alimentos que garanticen el derecho a la alimentación para toda la población, con base en la pequeña y mediana producción, respetando sus propias culturas y la diversidad de los modos campesinos, pesqueros e indígenas de producción agropecuaria, de comercialización y de gestión de los espacios rurales, en los cuales la mujer desempeña un papel fundamental”. (Foro Mundial de Soberanía Alimentaria, 2001).

Los alimentos a través de la historia han permitido el desarrollo de las culturas, han unido y acercado pueblos, han definido en su forma de producción, distribución y consumo, los grados de autonomía y bienestar de los sectores populares. Los productores y los consumidores lo han hecho organizados en asociaciones solidarias y comunitarias, en mingas, en familia, en la pequeña y mediana producción, utilizando las especies naturales autóctonas y adoptadas, mejoradas artesanalmente y con el intercambio de semillas y especies entre comunidades en diferentes regiones del planeta.

La producción agroalimentaria de los pueblos ha hecho posible el mejoramiento de especies, utilizando diversos métodos y técnicas no lesivas a los ecosistemas ni a la biodiversidad; ha ampliado la base alimentaria y medicinal, mediante la domesticación, cruce y mejoramiento de especies, el intercambio de semillas y productos, utilizando tecnologías e insumos no erosivos, no modificados genéticamente, no contaminados química, radioactiva o biológicamente, enriqueciendo nutricionalmente la mesa alimentaria de todo el mundo; al mismo tiempo que ha generado identidad, cultura de convivencia y respeto con las demás especies del entorno de las comunidades, conservando los banco genéticos naturales en todos los territorios donde campesinos e indígenas producen para autoconsumo, con una distribución más equitativa de la tierra.

Seguir leyendo ——–>Economía del hambre


 

La Salud en la Vitrina, o la vida como valor de cambio

Por: Gonzalo Salazar

En el siglo XX la ingeniería genética, la biología molecular, la bioquímica, la bacteriología, la biotecnología, hicieron posible el conocimiento y utilización de una amplia variedad de especies medicinales, de materias primas orgánicas, minerales y sintéticas para la industria y la farmacéutica; con “nuevas” fórmulas y procedimientos;muchas enfermedades hasta hace 50 años incurables pudieron ser tratadas, diezmadas, algunas erradicadas. Con nuevas disciplinas y especializaciones y logística avanzadaen las academias de medicina se lograron muchos descubrimientos en el funcionamiento de los órganos y en la fisiología del cuerpo humano, se pudo estudiar y atacar las causas de muchas enfermedades, taras y deficiencias genéticas; en los países “desarrollados” mejoraron la salud física y ampliaron la expectativa de vida en sus ciudadanos.

Igualmente, el desarrollo de la tecnología médica (instrumental quirúrgico, scanner, hardware y software, equipos complejos con inteligencia artificial) hizo realidad muchos sueños e ideas que buscaban mayor rapidez y precisión en el análisis y el diagnóstico, reducir los tiempos para corregir traumas y accidentes cardiovasculares y cerebrales, para salvar órganos vitales, para tratar enfermedades de alto riesgo (cáncer, diabetes) y enfermedades raras como el lupus, la esclerodermia y la fibromialgia, se optimizaron los procedimientos quirúrgicos y las unidades de cuidados intensivos, mejorando la calidad de vida, acelerando la recuperación de los pacientes

Sin embargo, con las tecnologías y el conocimiento desarrollados a través de la historia, con la producción masiva de todo tipo de mercancías, suficientes para solucionar todas las necesidades básicas de la humanidad, los pobres del mundo continúan sufriendo y muriendo por enfermedades supuestamente erradicadas (también por nuevas) y de fácil curación, entre ellas el dengue y las generadas por el hambre crónica; algunas supuestamente erradicadas como el sarampión, la tifoidea, el paludismo y la tuberculosis, han vuelto a aparecer incluso en países “desarrollados”. En el norte muchas personas se enferman de consumir inmensas cantidades de comida chatarra y gaseosas,otras, por su adicción a los fármacos y ante la pérdida de perspectivas en sus vidas (depresión), no solo se suicidan, sino que masacran a sus vecinos, mientras en el resto del mundo neocolonial sobreviven y mueren víctimas del hambre y de infinidad de enfermedades físicas y mentales originadas en las relaciones sociales de producción y de convivencia capitalistas: los más pobres, los desposeídos.

El uso instrumental que hacen los propietarios de transnacionales de laboratorios farmacéuticos, de productos biotecnológicos ytransgénicos, de plantas de producción de agroquímicos, de semillas y alimentos, (Singenta, Monsanto, Dupont, Novartis, Aventis, Bayer-Basf, Agrobitech, Limagrain, Dounchemical, Astrazeneca, Johson&Johnson, Pfizer, Roche, Glaxo, etc.) convirtió en una inmensa tragedia para la humanidad y para el planeta, la utilización masiva, desproporcionada e irracional de estos descubrimientos y creaciones, en beneficio de una minoría plutócrata de los países autodenominados desarrollados; proceso que destruye la soberanía alimentaria y las posibilidades de autodesarrollo de los países empobrecidos, mientras intoxica a la humanidad, multiplicando los índices de cáncer, destruyendo los sistemas digestivo, respiratorio y cardiovascular de los consumidores de alimentos y medicamentos procesados industrialmente.

Después de adueñarse de los bancos genéticos del mundo, de robar y patentar el conocimiento que de la naturaleza tienen las comunidades aborígenes y los pueblos de los 5 continentes,  las transnacionales de la genética y la biotecnología (las ciencias y la “industria” de la vida) del norte se apropian de la información genética de la humanidad y de miles de especies vegetales y animales utilizadas por los pueblos como alimentos y medicinas, convirtiendo el hecho de la vida en una simple mercancía. Negando la producción y la distribución en los países empobrecidos, a costos razonables, los medicamentos esenciales para el tratamiento de enfermedades letales como el sida, la hepatitis B y otras degenerativas como el Alzaimer y el Parkinson. Patologías como la obesidad, la diabetes, las enfermedades coronarias, son minas de oro para las farmacéuticas que condenan a los pacientes a consumir sus medicamentos para toda la vida.

La salud, una de las más caras mercancías, se promociona por todos los Medios de comunicación masiva, introduciendo la incertidumbre entre sanos y enfermos, creando pánico existencial, convirtiendo a los ciudadanos en hipocondriacos, para vender todo tipo de medicamentos; nadie está seguro de cuantas patologías padece, si tiene la talla o el peso perfecto o el estado físico adecuado. Los negociantes de la salud quieren que todo el mundo ande con tapabocas, con guantes, que nadie salude de mano o con un beso, que cada persona cargue agua y jabón para que permanentemente se esté lavando las manos, que estemos indagando diariamente sobre el funcionamiento de cada uno de nuestros órganos en sus EPS, IPS y clínicas; nos quieren convertir en maniáticos del aseo, los cosméticos y los fármacos. Hasta parir naturalmente –en casa con asistencia de parteras o médicos tradicionales, acompañadas de algún familiar- se convirtió en delito, en algo sucio, para las mujeres y para las transnacionales de la farmacéutica; es la cesárea la forma “civilizada“de dar a luz a una nueva persona, que ya puede ser parida por una máquina sin ningún contacto con otro ser humano (la sala de partos se convirtió en sala de torturas para la madre y el neonato, y el parto en una operación quirúrgica de alto riesgo) igualmente dar de mamar a sus hijos se volvió algo obsceno, sucio y antiestético para las mujeres, para las empresas de productos lácteos y para las cosmetólogas y esteticistas.

A este paso vamos a terminar andando con una droguería en el bolsillo, haciendo el amor con medios cibernéticos, respirando a través de máscaras, alimentándonos por vía intravenosa, engendrando los hijos por inseminación artificial para no contaminarnos con los virus de la pareja; parece como si los virus de la gripe aviar, de la porcina, el VIH, el dengue, el chicungunya, el zika, (hasta el ébola) hubiesen sido inventados con el fin de separar y aislar a las personas y comunidades, además de reducir en algunos territorios la población “sobrante”. Analgésicos, anestésicos, narcóticos y antibióticos son la base de la medicina occidental, para los tratamientos de las enfermedades, atacando y previniendo el dolor; medicamentos que generalmente terminan siendo los más “eficaces” en la inmediatez. Todo porque la medicina alópata no trata las causas sino los síntomas, el dolor, porque las transnacionales farmacéuticas necesitan vender y obtener mayores ganancias.

Tratamientos formulados en programas de radio, televisión e Internet ofrecen el elixir de la eterna juventud, el medicamento para cada dolencia, la máquina y el programa para obtener la figura perfecta, o la clínica que le quita, le pone, le cambia o le vende el órgano que quiera; sin profundizar ni combatir las causas originarias fisiológicas o sociales de las patologías. Igualmente ocurre que la mayoría de las enfermedades, solo se pueden tratar o detener –temporalmente- mediante el consumo de antibióticos sintéticos industriales, con la aplicación de quimioterapias, radioterapias o con la amputación de los órganos afectados, únicas alternativas aceptadas como científicas y legítimas, frente a otras terapias y disciplinas no occidentales que ven al ser humano como integral -relacionado íntimamente con el medio natural y social en que vive-, capaces de generar naturalmente procesos de regeneración, recuperación y cicatrización en sus organismos, con terapias y ayuda de productos naturales o de procedimientos no invasivos, mejorando la calidad nutricional de los alimentos. Así mismo, las vitaminas, proteínas y minerales esenciales en el mantenimiento de la salud solo se pueden adquirir consumiendo productos sintéticos de los elementos naturales, porque para los traficantes de la salud lo natural es deficiente, sucio e inocuo.

La medicina alopática se rige por la lógica capitalista: utilidad, eficacia, rapidez. La mayoría de los medicamentos producidos industrialmente mediante procesos bioquímicos, transgénicos y biotecnológicos, atacan algunos síntomas aliviando temporalmente la parte afectada, mientras dañan otros órganos del paciente, pues son diseñados para aliviar local y temporalmente una dolencia, (especialmente los analgésicos y antidepresivos) generando dependencia; o sea, el objetivo de la medicina no es curar, como responde Richard J. Roberts Premio Nobel de Medicina 1993.

Porque las farmacéuticas a menudo no están tan interesadas en curarle a usted como en sacarle dinero, así que esa investigación, de repente, es desviada hacia el descubrimiento de medicinas que no curan del todo, sino que hacen crónica la enfermedad y le hacen experimentar una mejoría que desaparece cuando deja de tomar el medicamento… Pues es habitual que las farmacéuticas estén interesadas en líneas de investigación no para curar sino sólo para convertir en crónicas dolencias con medicamentos cronificadores mucho más rentables que los que curan del todo y de una vez para siempre[1].

Durante el s. XX Científicos humanistas de muchas partes del mundo, algunos de los países “desarrollados”, han descubierto y desarrollado medicamentos y procedimientos no invasivos, sanadores (contra enfermedades graves o terminales como el cáncer) alternativos y económicos a los aplicados y promocionados por las farmacéuticas transnacionales de la salud, sin embargo, ninguno de estos descubrimientos son aplicados ni difundidos por la medicina alópata, porque en su mayoría fueron desaparecidos junto a sus inventores y descubridores.

La medicina comercial industrial no es producto de las investigaciones de los científicos de las transnacionales de la farmacéutica y de la tecnología clínica quirúrgica, o desarrolladas únicamente en laboratorios biotecnológicos y bioquímicos ubicados en los centros o metrópolis del capitalismo; es producto de la expropiación de conocimientos, especies y procedimientos de muchas culturas y pueblos del mundo durante muchos años, que occidente ha acumulado, aislando y sintetizando los componentes activos de las especies utilizadas. Las farmacéuticas han frenado la investigación y producción de medicamentos sanadores, porque estos no generan ganancia. La Big Farma, el cartel global de los medicamentos, las investigaciones y biotecnologías médicas es tan poderoso como los complejos industriales militares o financieros de Occidente, como el FMI, el BM o la OMC; prácticamente están en sus manos las vidas de más de la mitad de los habitantes del planeta

Los pueblos en todas las latitudes han desarrollado sus propias terapias y medicinas, utilizando diversos elementos de la naturaleza, basadas en sus cosmovisiones y cosmogonías, todas con altos grados de aceptabilidad y eficiencia en sus respectivos territorios. Estas medicinas, con la mundialización del capital, pasan a ser alternativas en los territorios donde se han desarrollan y aplicado, junto a otras terapias que combinan medicamentos, tecnologías y procedimientos modernos y ancestrales. Las terapias y medicinas alternativas y tradicionales locales de la periferia, aplicadas con la visión occidental, (comercializadas) también son objeto de expropiación por las empresas de la medicina oficial, como en el campo agroalimentario, en el cual lo limpio, orgánico y natural pasó a ser patentado por las transnacionales de la genética, la bioquímica, la farmacéutica y la biotecnología.

Cuando se habla de salud, casi siempre los ciudadanos la entienden como salud física, pues es lo que todos conocemos como bienestar, pero el dolor, la incapacidad para movernos libremente, para mantener la alegría, para realizar las actividades que requieren esfuerzo físico o mental nos recuerda que podemos estar enfermos. Y lógicamente que la enfermedad es la principal preocupación objeto de tratamiento, buscando, cuando se presenta,  el diagnóstico, que en nuestra sociedad lo encontramos en el concepto del médico, en la institución de salud; luego viene toda la problemática para recuperar la salud –y la angustia de quienes no tienen dinero para comprar los medicamento, pagar las consultas y o los procedimientos, incrementándose la enfermedad-, sin embargo, el malestar continúa en la mayoría de los casos con el ajetreo de los problemas que las personas vivimos, con la impotencia que nos nubla el pensamiento y la razón, que nos lleva a estados sicológicos (cuando no son problemas fisiológicos neurológicos) emocionales y mentales en que nos induce el medio social en que vivimos, el que a la vez genera la mayoría de las enfermedades físicas y mentales; para la medicina humanista-humanitaria lo importante no es la enfermedad, es el tratamiento de la persona en su entorno social y medioambiental.

El derecho al derroche, privilegio de pocos, dice serla libertad de todos. Dime cuánto consumes y te diré cuántovales. Esta civilización no deja dormir a las flores, ni a las gallinas,ni a la gente. En los invernaderos, las flores están sometidasa luz continua, para que crezcan más rápido. En las fábricas de huevos, las gallinas también tienen prohibida lanoche. Y la gente está condenada al insomnio, por la ansiedadde comprar y la angustia de pagar. Este modo de vida no esmuy bueno para la gente, pero es muy bueno para la industria farmacéutica.(Galeano, 2005).

Ninguna de las sociedades anteriores generó tantas enfermedades físicas y mentales, tanta frustración, tanto sufrimiento, tanta incertidumbre, tanta infelicidad a la humanidad, que la sociedad capitalista, pues el consumismo es en sí una pandemia con muchos síntomas que se interpretan como virtudes: al egoísmo le llaman autoestima, pasar por encima de los demás arrollándolos y destruyéndolos física, mental y socialmente en busca de objetivos personales es pragmatismo;  a la sicopática avaricia de los capitalistas le dicen éxito emprendedor; la depresión, la soledad (en medio de la multitud anónima) la angustia existencial, el alcoholismo y la drogadicción, producto de la dinámica, la violencia y la injusticia del capitalismo son simples “efectos colaterales”, igual que los genocidios, la destrucción de los ecosistemas, el hambre y la miseria, que no se tienen en cuenta a la hora de evaluar el crecimiento económico, síntesis del progreso capitalista.

Siquiatras, sicólogos, sociólogos, sexólogos, abogados, pastores, sacerdotes, todo tipo de asesores y consejeros sociales y “espirituales” (con la cosmovisión occidental), tratan de explicar el comportamiento criminal y “anormal” de los individuos, de devolver al redil del capitalismo a los desadaptados, a los traumatizados, a los degenerados a los dementes, violadores y abusadores sexuales, atracadores callejeros, consumidores de estupefacientes, sicarios y secuestradores, a los pacifistas, a los rebeldes sociales; debaten y analizan esos especialistas la degradación mental y moral de estas personas, que como cosa curiosa, la mayoría resultan ser pobres. Diagnostican –a través de los medios de comunicación masiva- diversas patologías que se transforman, según ellos, en taras genéticas imposibles de corregir, convirtiendo a padres, hermanos, tíos, abuelos, amigos y vecinos en potenciales criminales, en insanos elementos de la sociedad y a los pobres en culpables de su propia situación de angustia, violencia y abandono. Nunca esos profesionales y científicos prescriben las terapias ni los medicamentos sociales para prevenir o para el tratamiento de estos males, porque no es de su interés profundizar en las causas económicas, sociales y culturales, ni en la responsabilidad del Estado para combatirlos.

Ni al Estado ni ala sociedad capitalista les interesa  la impunidad de los crímenes de lesa humanidad ejecutados por los dueños del gran capital nacional y transnacional, legal e ilegal, verdaderos sicópatas genocidas, enfermos mentales (expoliadores, corruptos, pedófilos misóginos), destructores de pueblos, de culturas y de la vida; los más grandes criminales dueños y dirigentes de las grandes corporaciones transnacionales del sector financiero, de la farmacología, la biotecnología y la industria de la guerra, de la industria alimentaria, del comercio internacional, de los Medios masivos, de la gran minería, autores intelectuales de guerras imperialistas, ordenadores y ejecutores del Neocolonialismo y el Neoliberalismo, que envenenan e invalidan a la humanidad con todo tipo de mercancías contaminantes e innecesarias, incluyendo el narcotráfico y la farmacéutica moderna. Pues los Estados solo atacan los efectos (como lo hace la medicina occidental) de su criminal modelo económico depredador y destructor de lo bello y lo grande que existe en la naturaleza y en la humanidad.

Los criminales psicópatas esquizofrénicos, ejecutores ordenadores y directores de genocidios, imposibles de corregir o recuperar, se les debería juzgar públicamente por tribunales populares, deberían internarse en anexos psiquiátricos de máxima seguridad, asegurados con camisas de fuerza y alejados de la humanidad por el resto de sus vidas (serían las únicas cárceles y los únicos presos), mostrando permanentemente por los medios de comunicación éticos sus verdaderos rostros a la humanidad, y sus atrocidades, para que nunca se olvide el horrorla injusticia y la ignominia; y quienes tengan la posibilidad de recuperación mental y humana, que el resto de sus vidas se les obligue a servir personalmente en actividades humanitarias (educativas, culturales, de salud) a las comunidades y sectores sociales victimas de sus crímenes. Sería la mejor asepsia hecha a la humanidad y al planeta acabar con el sistema capitalista y detener a sus agentes e ideólogos, no ejecutándolos o escondiéndoloscomo hacen los imperialistas con inmigrantes, disidentes, negros, latinos y de otros pueblos del mundo,dentro y fuera de su territorio, pero también formular y administrar los medicamentos esenciales, las terapias para recuperar la vitalidad solidaria, la dignidad, la compasión, el respeto, la fraternidad del ser. USA, la supuesta mayor “democracia” del mundo es el país que más cárceles y prisioneros tiene, no solo en su territorio, donde es normal que todos los ciudadanos posean y utilicen armas de guerra, además de ser el que con más constancia aplica legalmente la tortura y la pena de muerte contra sus enemigos, el único país que ha masacrado pueblos enteros en todo el mundo y explotado bombas nucleares contra la humanidad, queriendo borrar u ocultar las atrocidades de su sistema económico y social con la moral hipócrita de su cultura imperialista, lo que denota patologías paranoicas psicopáticas y esquizofrénicas en esa sociedad; modo de vida que trata de imponer a los demás países, pues es el mayor productor de armas en el mundo.

La peor de las enfermedades mentales generadas por el capitalismo es la amnesia, pues se quiso borrar el pasado haciendo creer a los ingenuos que había llegado el fin de la historia, infundiendo a los ilusos que el desarrollo tecnológico y la difusión de desinformación a través de las TIC, borran las diferencias sociales y acaba los males de la sociedad; así como intentan borrar los genocidios de las guerras mundiales, las guerras de despojo, ejecutados por el capitalismo en su historia contra los pueblos, y sobre todo, limpiando los nombres de quienes han sembrado el terror con la explosión de bombas atómicas contra la población civil y que continúan masacrando pueblos a nombre de la libertad, la democracia y el progreso. Es necesario estimular la memoria colectiva del pasado y el presente, imprimiendo en el consiente y en el subconsciente la necesidad de luchar por la justicia, la libertad y la dignidad de las personas y los pueblos, como terapia regenerativa. Un ejemplo de esto es la persistente y heroica lucha de las madres de la plaza de Mayo en Argentina, por la memoria y la justicia de un genocidio. Un caso de dignidad desde el lado de los victimarios fue el de Claude Eatherly, quien después del 6 de agosto de 1945 pasó el resto de su vida (hasta su desaparición) pidiendo justicia para uno de los más horrendos crímenes contra la humanidad realizados por USA: quería que se le juzgara como criminal de guerra, pero lo convirtieron en héroe de guerra, lo declararon enfermo mental; el diagnóstico de los psiquiatras fue: “Paciente completamente enajenado de la realidad. Miedos, crecientes conflictos internos, pérdida de los sentidos, ideas fijas.”[2]Fue el piloto que dejó caer la bomba atómica en Hiroshima y que tuvo dignidad para reconocer el crimen.

Toda deficiencia sicológica o mental del individuo adaptado-alienado en esta sociedad se llena con el consumismo, el entretenimiento mediático, el trabajo extenuante y las drogas -entre ellas el fanatismo religioso y el deporte comercial-, pero hay quienes no pueden ni quieren acceder a estos placebos: los marginados no productores ni reproductores del capitalismo, ni los consumidores, los prescindibles, que no poseen absolutamente nada de lo que el capitalismo ofrece y define como bienestar de esta sociedad física y mentalmente enferma. El espíritu violento competitivo del capitalismo obliga a los individuos a buscar objetivos extremos y absurdos (el hombre más gordo, la mujer más flaca, el más feo, la más bonita, la más baja, el más alto, el que conduce más rápido, el más rico, el que más vende, la que más compra, el que más trabaja, etc.); casi siempre atentando contra su propia humanidad y contra la de los demás. Un estado patológico maniacodepresivo, obsesivo que contagia a toda la sociedad, llevando en muchos casos a los individuos a la esquizofrenia, al crimen y al suicidio, o a la total indiferencia de lo que pasa en el mundo y en sus propias vidas, cuando alcanzan o cuando no logran sus metas, cuando pierden la dignidad y la esperanza.

La cultura occidentalpropone “mente sana en cuerpo sano” como paradigma del bienestar individual, pues la “buena” salud física, promovida por los medios de comunicación masiva, es fácil de simular con buena alimentación y asistencia médica oportuna y preventiva por quienes tienen los recursos económicos y culturales para acceder a ella, pero la salud mental es difícil de definir y de alcanzar en esta sociedad, empezando con que pocas veces el paciente acepta su condición, mientras el Estado y la sociedad toleran, protegen y hasta elogian a esquizofrénicos peligrosos y psicópatas con poder político y/o económico, presentándolos como ejemplos de cordura, inteligencia, rectitud y bondad, pues la mayoría de los dirigentes y administradores de los Estados capitalistas padecen estas patologías imponiendo regímenes terroristas, crueles y corruptos, lo mismo pasa en las corporaciones transnacionales y en las instituciones llamada “multilaterales”.

En las altas esferas del poder se pierde el respeto y la consideración por los seres humanos, por la naturaleza y la Ética como rectora de las relaciones humanas, lo que refleja una insania que se difunde a nivel global por las grandes corporaciones privadas, entidades llamadas internacionales y multilaterales, los medios de comunicación masiva y la educación.  En el capitalismo la buena salud mental se reduce a obedecer los mandamientos de la religión del mercado, a ser copia exacta de estereotipos maniáticos-as del gimnasio, (violentos ostentosos, superficiales, egoístas, indiferentes ante las tragedias humanas) fabricados en las metrópolis imperialistas por especialistas del glamur, la cosmética, la estética, la moda, los gimnasios y las bebidas energéticas; presentados y enaltecidos por los medios masivos de comunicación como modelos de consumo. Ahora resulta que todos y todas debemos ser flacos, deportistas, bonitas, jóvenes, individualistas, violentos y “exitosos” para estar saludables y felices.

La privatización de la salud es una política neoliberal planeada en los 60 del siglo pasado por el sector financiero y las transnacionales de los laboratorios y los seguros, aplicada desde los ochenta por las oligarquías nacionales mediante la apertura económica Neoliberal y los TLC, con el desmonte de servicios y garantías sociales brindadas por los Estados, (reformas pensionales, reformas laborales), lesivas a los intereses de los trabajadores y de sectores vulnerables.  Este modelo que raptó la seguridad social a los trabajadores también despojó a los países de la periferia de su soberanía y sus recursos naturales y energéticos a nombre del progreso. Los cambios políticos ocurridos en Latinoamérica en los últimos 20 años, especialmente en el sur, en los que los pueblos eligieron gobiernos democráticos y progresistas, han frenado y en algunos casos reversado procesos de privatización de servicios y derechos sociales como la salud y la educación. Lo mismo han hecho el resto de los pueblos en el mundo, movilizándose en las calles, denunciando e impidiendo en muchos países la ejecución de estos planes por los dueños de las farmacéuticas y los servicios de salud.

En Colombia vivimos la deshumanización de la vida, propiciada por la avaricia del sector financiero que privatizó la salud (ley 100 de 1993 propuesta por el entonces congresista Álvaro Uribe Vélez) imponiendo mecanismos colonialistas como aperturas económicas y TLC, mediante la cual las transnacionales de la farmacéutica elevaron los costos de los medicamentos a niveles de joyas preciosas, que impide a los pobres el acceso a los servicios de salud, bien sea subsidiada, o contributiva; lo que ha llevado a la ignominia, llamada el “paseo de la muerte”, en el que los pacientes pobres recorren las ciudades  por EPS, IPS, ARL, clínicas y hospitales, buscando atención médica, una orden  o algún medicamento, muriendo en muchos casos en las puertas de estas instituciones. Este hecho sintetiza la tragedia que sufre el pueblo colombiano. Los marginados prescindibles del capitalismo no cuentan a la hora de las coberturas como pacientes o usuarios, si no producen ni reproducen al sistema, si no tienen capacidad de consumir; cada día se amplía este sector que se vuelve inexistente en las estadísticas.

Supuestamente la cobertura en salud subsidiada (estratos 1, 2 y 3) era en 1990 del 82% pasando en 2005 a 96%, los problemas por la administración continuaron y se multiplicaron, porque las EPS y ARS no cubren el suministro de medicamentos esenciales ni la ejecución de exámenes y tratamientos complejos o de enfermedades de alto riesgo; obligando a los pacientes a sufrir o a interponer Acciones Jurídicas para reclamar. Los problemas de la salud están relacionados más con las formas del trabajo, la pobreza, la ignorancia y la violencia, con la clase de sociedad y el modelo económico que nos rige, que con la medicina; muchas de las enfermedades tienen su origen en la pobreza, el stress y la desnutrición. Ampliar la cobertura repartiendo carnéts, reduciendo servicios y medicamentos en el POS, reduce la calidad de la atención en salud. Una población sana no es la que más va al médico ni la que más drogas consume, tampoco los problemas de salud pública se solucionan construyendo lujosas clínicas privadas o adquiriendo altas tecnologías a las que no tienen acceso los que más lo necesitan.

Los más grandes casos de corrupción se están dando en los últimos 25 años en el sector de la salud colombiano, el cual ha estado manejado por las mafias del sector financiero, funcionarios corruptos del Estado y paramilitares, quienes utilizaron los recursos del sector para enriquecerse y financiar la guerra contra el pueblo (es paradójico, la institución encargada de mantener la salud y mejorar la calidad de vida, administrada por genocidas). Todavía no se sabe cuántos billones (hasta el 10 de julio de 2012 se calculaba en más de 28 billones de pesos) se están robando las mafias privadas, como no se sabe si son más las victimas por la guerra o por la negligencia e insolidaridad de las EPS en este tiempo. Lo cierto es que este modelo de salud colapsó después de cumplir el objetivo para el que fue creado: enriquecer a las mafias financieras y a los laboratorios farmacéuticos (lo mismo pasará con los fondos de pensiones y de cesantías). Este modelo neoliberal de salud quebró a toda la red de salud pública, cerró hospitales (188 hasta 2013 en todo el país), puestos de salud en sitios de mayor población y de mayor vulnerabilidad; las campañas de prevención y la asistencia médica para los pobres fueron mercantilizadas, mientras los pacientes  (ahora clientes o usuarios) son atendidos de acuerdo al aporte económico que haga cada uno, y la profesión médica pasó a ser una actividad técnica más que se mide por su rentabilidad y eficiencia, en la que el galeno se convierte en un promotor de los productos de las transnacionales de la farmacéutica y productor de ganancias para las EPS, tratando solo una dolencia o patología por paciente. Hasta hace pocos años era común ver una fila de promotores de productos farmacéuticos o visitadores médicos en las puertas de los consultorios, -ahora son virtuales, que les llegan a su correo personal- entregando muestras “gratis” de nuevos medicamentos que los médicos no alcanzan a conocer científicamente, pero que las transnacionales farmacéuticas les ordenan prescribir a cambio de beneficios económicos o de reconocimientos en revistas “científicas”, con invitación a simposios internacionales y viajes turísticos, que organizan esas corporaciones.

El negocio de los medicamentos: los tratamientos médicos, los procedimientos terapéuticos quirúrgicos, las aseguradoras, se rige por las normas del mercado, donde lo importante para las transnacionales de la medicina y los seguros no es el o la paciente, sino, el poder adquisitivo de sus ingresos y los recursos que el Estado aporta para el sector salud, por lo que jurídica y administrativamente además de las EPS el neoliberalismo ha creado el subsector de Salud Ocupacional, en el que todo trabajador y empleado debe afiliarse a una Administradora de Riesgos Laborales (ARL, antes ARP).

Hoy toda empresa debe contar con su departamento de Salud Ocupacional, con el objetivo de reducir los riesgos de accidentes, enfermedades originadas en las posturas, los movimientos, los ambientes laborales, no tanto para favorecer al trabajador o trabajadora, sino, para reducir los costos de producción o prestación del servicio  que genera la incapacidad laboral del/la trabajadora, según el caso; sin embargo, cuando la dolencia, el evento, accidente o patología se manifiesta en el trabajador/a, es toda una odisea para que el paciente pueda acceder a una correcta valoración, a la atención correspondiente, a los procedimientos, tratamientos y medicamentos para restablecer su salud, y que le declaren justa su incapacidad laboral, pues tanto los patronos, el Mintrabajo como las aseguradoras de riesgos,buscan por todos los medios echarles la culpa de los accidentes y sus enfermedades laborales a los trabajadores, pues los empresarios convierten las enfermedades de origen laboral en enfermedades comunes adquiridas fuera de los puestos de trabajo; luego el o la trabajadoracontinúa con la tragedia de conseguir que le paguen las incapacidades, las indemnizaciones, que le asignen la pensión si la incapacidad es permanente; en últimas,  es el trabajador/a quien paga todos los costos económicos y sociales de esta política de “seguridad social”, especialmente lo/as trabajadoras no sindicalizadas.

Ante esta situación los sindicatos mediante la legislación laboral y sus convenciones buscan desmentir las acusaciones contra lo/as trabajadoras, disminuir los riesgos y agilizar los trámites y la atención requerida, empezando con la participación en comités paritarios de seguridad laboral y Salud Ocupacional en las empresas, educando e informando sobre estos aspectos a sus trabajadores y trabajadoras. Esta lucha debe incluir a los y las no sindicalizadas unidos a las luchas de los demás sectores populares y comunidades contra este sistema de salud, exigiendo un sistema nacional de salud subsidiado, solidario y eficiente administrado por los trabajadores y las comunidades locales con apoyo económico de Estado.

Los trabajadores de la salud (médicos, enfermeras, científicos, personal operativo), los sindicatos, las asociaciones médicas, de enfermeras, de usuarios, las asociaciones de pacientes, las universidades, los estudiantes de medicina, los pensionados, los movimientos sociales, las organizaciones populares tienen la responsabilidad de defender la salud pública, de exigir al estado el cumplimiento de garantizar el derecho a la salud a todos y cada uno de los colombianos y colombianas en forma equitativa; la salud debería ser administrada democráticamente por las comunidades locales y regionales coordinadas nacionalmente.  Deben promover el debate junto a estas comunidades hacia la construcción de una política de salud democrática, que integre investigación científica, tecnologías, conocimientos académicos y ancestrales, medicinas naturalistas, terapias alternativas y tradicionales populares, y personal médico de estas disciplinas; a clínicas, hospitales, universidades y laboratorios estatales; que integre sectores sociales y servicios en sistemas locales y regionales, articulados en un único Sistema Nacional de Salud; como un derecho sin valor de cambio, más económico, eficiente y humano. Promover el encuentro y el diálogo de prácticas y saberes de la salud y la medicina de mucho beneficio para la sociedad, pues ninguna terapia, disciplina o tendencia tiene la verdad acabada, por el contrario, todas se pueden complementar y enriquecer. Afortunadamente en 2013 se dieron movilizaciones masivas a nivel nacional con participación de profesionales y estudiantes de la salud, pacientes subsidiados y cotizantes, que indican una real preocupación y oposición a la pretendida reforma promovida por el gobierno.

Sin embargo estas movilizaciones no garantizan por si solas mejorar el diagnóstico  y el tratamiento de la salud pública, porque sigue siendo el mismo modelo económico y social basado en la desigualdad, la exclusión y el autoritarismo, es necesario crear alternativas de organización comunitaria desde lo local, redes populares de saludque asuman el manejo del sector; se requiere un fuerte movimiento nacional que busque eliminar las causas originarias de esta problemática y construir un Sistema Popular de Salud, en unidad con todos los sectores populares, fundamentado en la prevención, la calidad nutricional de los alimentos y en el bienestar psicosocial de las personas y comunidades.

Por la salud nos jugamos la vida, aunque los dueños de la medicina crean que la tenemos perdida. La salud para los sectores populares debe volver a ser pública y gratuita como lo debe ser la educación y la formación profesional, derechos que debemos exigir al estado, y que en el futuro un gobierno democrático popular o de transición debe establecer. La salud debe ser dirigida y administrada democráticamente por las comunidades locales y regionales, con aportes propios y estatales, respetando y promoviendo el ejercicio de la medicina tradicional de las comunidades indígenas y afros en sus territorios rurales y urbanos, respetando el ejercicio y acceso a profesionales y pacientes que utilizan terapias alternativas nacionales y de otras culturas, que consideran a los seres humanos como integrales y dependientes de la naturaleza; sosteniendo un diálogo e intercambio de conocimientos y saberes permanente con la occidental en nuestro país.

Luchar por la salud para el pueblo es luchar por la vida, por la soberanía alimentaria, por el presente y el futuro de nuestros hijos, por la autonomía de una democracia popular capaz de atender la salud física y mental de todos y cada uno de los colombianos-as, de investigar, producir los medicamentos esenciales y los medicamentos naturales realmente sanadores (genéricos farmacéuticos y botánicos), de forma gratuita, acabando con el monopolio de las farmacéuticas privadas y transnacionales; democracia capaz también de acabar con la desigualdad y la injusticia social, generadoras del 90% de la violencia y de las enfermedades físicas y mentales, construyendo un nuevo país.  Por lo que es necesario sustraer al concepto de medicina alopática su carácter rentable e infalible; sin negar ni dejar de utilizar partes importantes de la medicina occidental como el diagnostico, la tecnología y los conocimientoscuando sea realmente necesario, con una visión humanista en la investigación y la aplicación de las ciencias y tecnologías médicas.

Ni las vacunas, ni la propaganda de las empresas privadas farmacéuticas con sus medicamentos analgésicos, antibióticos ycronificadores, consus programas mediáticos sobre gastronomía y salud, ni la construcción de lujosas clínicas dotadas con toda la tecnología de punta de las EPS, ni la multiplicación del número de especialistas, pueden cambiar las malas condiciones de ésta en la población que no cuenta con recursos para pagarla. Además de la atención gratuita, eficiente y oportuna, la mejor prevención de la enfermedad está en una alimentación-nutrición sana, suficiente, adecuada a la edad y a la actividad física, unida al bienestar emocional, mental y social, mejor dicho: la salud para el pueblo es la comida bien preparada -producida por nuestros campesinos-repartida con justicia y en paz, servida en el plato de una democracia realmente participativa y decisoria.

 

Gonzalo Salazar marzo de 2018

 


[1]Tomado de http://mundosholograficos.blogspot.com.co/2011_11_01_archive.html

La entrevista originalmente fue publicada por el diario español La Vanguardia en 2011:

[2]El Mundo En Guerra: consideraciones sobre el derecho a la normalidad. –Santiago Alba- www.rebelion.org 10 -12 – 2004

Apocalipsis Neoliberal (Y objetivos del desarrollo sostenible)

Por: Gonzalo Salazar

El respeto a lo vivo y a lo no vivo, a lo conocido y a lo «desconocido» hace parte de nuestra ley: nuestra misión en el mundo es narrarla, cantarla y cumplirla para sostener el equilibrio del universo. Nuestra ley U’wchita es uno de los postes que sostienen al mundo. Nuestra ley es tan antigua como la misma tierra, nuestra cultura se ha organizado siguiendo el modelo de la creación, por eso nuestra ley es no tomar más de lo que se necesita y es también la misma en todas partes porque es la ley de la tierra y la tierra es una sola. ¡Nuestra ley no la vamos a morir!…

Carta de los U´wa a la Humanidad

Los capitalistas aún creen que los recursos naturales son inagotables, que todos los componentes –biológicos, energéticos y minerales- de la tierra son autorrenovables, que el planeta y la humanidad aguantan todo tipo de abusos, que todo se puede desechar, -incluidas más de mil millones de personas que para ellos dejaron de producir y consumir- que las guerras de despojo y retaliación son naturalmente operaciones de limpieza y recolección de la cosecha producida por los pueblos, para que permanezca y crezca su sistema económico;  pues no les basta con destruir nuestro planeta, sino, que pretenden colonizar otros mundos, utilizando inmensas cantidades de recursos naturales y de esfuerzos humanos en una carrera espacial dirigida a esta empresa,  -empezando por Marte- siendo la preocupación de las grandes potencias, pues el futuro para ellas está en dominar y explotar el espacio exterior, no en solucionar los grandes problemas que vive la humanidad y el planeta. Ya tienen parcelada la luna y lo están haciendo con marte, repartiéndose entre las grandes corporaciones la propiedad, tienen el diseño de ciudades y de máquinas para extraer minerales allá, hasta están vendiendo viajes turísticosinterestelares. Mientras tanto aquí, en la tierra,imaginan megaciudades de más de 40 millones de habitantes con edificios de miles de Pisos, autos voladores, criogenia para los multimillonarios, automatizando todas las actividades productivas y de servicios con inteligencia artificial, sin problemas sociales, locuras que el resto del mundo debe creer y defender; mientras la humanidad y el planeta viven la peor catástrofe de los últimos 10.000 años, provocada por el capitalismo en menos de 200 años.

Es muy importante y hermoso el conocimiento, la observación del universo y el cosmos, pues nos puede ayudar a comprender muchos fenómenos naturales de nuestro planeta, pero el imperialismo norteamericano-europeo y las “nuevas” potencias orientales utilizan esta actividad científica aeroespacial –uso instrumental de la astronomía para demostrar supremacía tecnológica y hegemonía militar en sus regiones y en el mundo-, utilizando gigantescas cantidades de minerales y materias primas, destruyendo el medio ambiente en todos los rincones del planeta en esta competencia, que va a la par con la armamentista de sus Complejos Industrial-Militares; de esta manera el capitalismo busca desviar la atención de la humanidad hacia sus grandes problemas sociales y ambientales generados por esta civilización.

A principios de los 70 del siglo pasado algunas empresas multinacionales europeas y norteamericanas integrantes del Club de Roma, la mayoria automotrices, encargaron a un grupo de científicos de seis países, un estudio sobre el impacto del desarrollo tecnológico e industrial en el medio ambiente –crecimiento económico- y el crecimiento demográfico hacia el futuro. Este estudio realizado por el Instituto Tecnológico de Massachusetts MIT en colaboración con otros de Europa y científicos de varias regiones del mundo, condensado en un informe llamado “Los Limites del Crecimiento”, determinaron que de continuar las lógicas de producción y consumo y crecimiento demográfico, los recursos minerales y energéticos entrarían en un proceso acelerado de agotamiento, lo mismo pasaría con la producción agroalimentaria, mientras la contaminación ambiental la desaparición de miles de especies, haría muy difícil la vida para los humanos en la tierra. La conclusión del informe de 1972 fue: “Si el actual incremento de la población mundial, la industrialización, la contaminación, la producción de alimentos y la explotación de los recursos naturales se mantiene sin variación, alcanzará los límites absolutos de crecimiento en la Tierra durante los próximos cien años”[1].

Sin embargo los capitalistas con su ideología de crecimiento infinito hicieron caso omiso de estas recomendaciones hechas por sus propios científicos, (investigación en que también se interesaron científicos del entonces campo socialista de Europa oriental)  impulsando desde los 80 del siglo pasado el neocolonialismo a través del modelo neoliberal globalizado, esta vez para arrasar con la dignidad y el poco bienestar que aún mantienen los pueblos de la periferia, multiplicando la explotación de los trabajadores y de minerales de los países de la periferia para la moderna industria de la microelectrónica y las telecomunicaciones y producción de combustibles de origen fósil y biológico –agrocombustibles- y por ende, la contaminación del aire, la tierra y los mares.

Convirtieron a los países del sur en megaminas a cielo abierto para extraer todo tipo de minerales y combustibles para mantener la megamáquina capitalista; mediante los monocultivos multiplicaron exponencialmente la producción de alimentos en los países del sur para abastecer y derrochar en sus mesas en el norte, y para convertirlos en agrocombustibles, condenando a la mitad de la humanidad a morir de hambre. Con su política expoliadora y violenta despoblaron los campos para hacinar de miseria las ciudades. Con las tecnociencias, la biotecnología, la microbiología, la bioquímica, la ingeniería genética y la inteligencia artificial, multiplican a la enésima la capacidad de producir y procesar alimentos que no nutren, de sintetizar medicamentos que no sanan, junto a la inmensa cantidad de equipos tecnológicos de comunicaciones –TICS- que nos acercan en la distancia pero que nos aíslan de nuestro entorno y del contacto humano, e infinidad de mercancías para utilizar, consumir y desechar masiva y tan rápidamente como se multiplican y movilizan los capitales; sin tener una disposición adecuada de residuos en la recuperación, reciclaje y la eliminación de efectos nocivos y letales los desechos radioactivos, los cianuros o el mercurio, además de plásticos, agrotóxicos y de elementos químicos componentes de las últimas y masificadas tecnologías (con miles de millones de toneladas que en forma de basura y lixiviados llegan a los ríos y mares).

El desarrollo de las fuerzas productivas del capitalismo condujo a la humanidad a la peor catástrofe de los últimos 2.000 años, pasando de fuerzas productivas de desarrollo y progreso económico, a fuerzas destructivas regresivas que degradan más cada hora, física, mental y socialmente a la humanidad. El uso intensivo de tecnologías -todos los equipos receptores y emisores de ondas electromagnéticas, adheridos al cuerpo y de operación cercana al cerebro como los teléfonos móviles- comienza a generar patologías que en el futuro se pueden convertir en nuevas enfermedades físicas y mentales crónicas. Se sigue eliminando miles de especies y enfermando a la humanidad con el uso de agrotóxicos, OGM y compuestos químicos y bioquímicos utilizados en la producción y transformación industrial de los alimentos, con los residuos químicos, radioactivos e industriales, a nombre del progreso.

El uso masivo y permanente de medicamentos industriales ha generado dependencia (especialmente los analgésicos, narcóticos y antidepresivos), nuevas enfermedades y patologías que se suman a las crónicas, a las cuales aún no se les encuentra antídotos, multiplicando el consumo de medicamentos cronificadores que le tratan un problema pero le dañan otros órganos, elevando los niveles de intoxicación de los organismos humanos; a animales de consumo humano también se les mantiene drogados (se les suministra antibióticos y hormonas y no se les deja dormir) se les sobrealimenta alterando sus metabolismos para que crezcan rápido y produzcan más carne o huevos, se les mantienen hacinados, además de que se les maltrata permanentemente física, química y genéticamente, siendo esta problemática tan grave para los seres vivos como la contaminación ambiental o los daños a los ecosistemas originados por la producción industrial, el uso de combustibles fósiles,  el extractivismo minero-energético y el exagerado consumo de mercancías innecesarias de una sociedad física, moral y mentalmente enferma.

Las transnacionales de la producción e investigación alimentaria que utilizan la biotecnología, la microbiología, la bioquímica, la ingeniería genética la nanotecnología en la “creación” de nuevas especies “más productivas”, están obligando a los Estados a aplicar leyes que prohíben la utilización de semillas y productos naturales aborígenes en la agricultura y en la fabricación de alimentos industriales, imponiendo el consumo de semillas y productos transgénicos producidos por grandes corporaciones como Monsanto, Bayer, Singenta; no solo lo hacen con el maíz y la soja, sino, con todo lo agroalimentario, tanto, que ha reducido la diversidad biológica alimentaria del planeta. Han llegado a plantear que ya no son necesarias las abejas ni las mariposas para la polinización, que estas se pueden reemplazar por abejas electrónicas “inteligentes”, construidas con nanotecnología e inteligencia artificial, producidas y controladas por dichas empresas; ignorando las consecuencias biológicas no solo en la producción alimentaria sino en la diversidad y el equilibrio biológico de todo el planeta, sin reconocer en su modo de producción las verdaderas causas de  la extinción de miles de especies, acelerada en los últimos 70 años. Las corporaciones transnacionales de la alimentación y la farmacéutica han construido un gigantesco banco genético con millones de semillas de todo el mundo, (liderados por Noruega y USA) supuestamente para conservar la diversidad agroalimentaria del planeta ante una posible catástrofe natural o nuclear, mientras los Estados que integran y aportan a este proyecto promueven y permiten la destrucción de la biodiversidad y de los ecosistemas, la eliminación de las especies naturales nativas en los países agrarios con el extractivismo minero-energético, el monocultivo transgénico industrializado y los agrotoxicos. Es un proyecto de manipulación genética y alimentaria en contra de la humanidad.

La naturaleza, por lo menos a nivel biológico, no necesita reproducirse ni perfeccionarse artificialmente, ella tiene su propia lógica-dialéctica de reproducción, evolución y equilibrio; el mejoramiento de especies culturales realizada por los humanos en la historia ha sido básicamente por la selección, el intercambio y la conservación de semillas y animales en entornos amigables con el resto de la naturaleza. Para acabar con el hambre no se necesita manipular genéticamente la vida ni producir más alimentos, lo que se requiere es democratizar las sociedades, (autonomía de las comunidades agrarias) distribuir equitativamente las riquezas, diversificar la producción agroalimentaria y acabar con la propiedad privada de la tierra.

La ciencia dirigida por el capital pretende crear una “naturaleza” paralela artificial, como quiere imponer una realidad virtual diseñada por los medios de comunicación -como la verdadera realidad- simulando formas de vida estériles –biotecnosfera- que se convierten en monstruos destructores de la humanidad y de la vida natural. El control que pretenden los propietarios de las ciencias de la vida está orientado a eliminar la autonomía y la soberanía alimentaria de los pueblos, a acabar con los pequeños productores, con las formas de producción y propiedad colectiva, a apropiarse totalmente del conocimiento y de las especies naturales que aún existen en nuestros países y a administrar nuestras vidas, porque hasta los genes humanos están siendo clasificados y cuantificados económicamente por las transnacionales de la ingeniería genética y la biotecnología para supuestamente mejorar la especie y producir “superhombres”, para cobrarnos al resto de la humanidad por poseer los genes que ellos clasifican. Quien te administra la comida te maneja la vida.

Es  necesario evaluar las funciones y los objetivos de la ciencia y la tecnología en el capitalismo, y las consecuencias de su aplicación en el desarrollo actual de esas fuerzas productivas, definir en cada país por cada pueblo, qué tipo de ciencia, qué industrias, qué tecnologías desarrollar y conservar, que áreas de las ciencias estimular, y cambiar la orientación de la investigación y la creatividad hacia objetivos humanistas, humanitarios de respeto y solidaridad, hacia la creación de nuevas relaciones sociales de producción, de convivencia, de amor a la naturaleza. Hasta ahora las áreas de la ciencia a desarrollar han sido determinadas y administradas por los dueños del capital financiero de las multinacionales y Transnacionales para la producción de mercancías y la acumulación de capitales, objetivo real del crecimiento económico, hacia la multiplicación permanente y ascendente del consumo como concepto de progreso para el resto de la sociedad. Esta lógica ha llevado al agotamiento físico de los recursos mineros y energéticos y a la reducción acelerada de las especies animales y vegetales y de la fertilidad del planeta; incluyendo la toxificación de los bienes que propician la vida como la tierra, el aire y el agua.

El neoliberalismo con su cultura totalizante del mercado conduce a los individuos a la manía de los extremos: el desarrollo significa megaobras, el “progreso” está en utilizar lo súper, lo ultra de la tecnología, producir y consumir masivamente, las súper-emociones, el súper-placer como únicas formas de vivir y ser “feliz” individualmente, cosa que solo los capitalistas pueden hacer destruyendo a la madre tierra, y la tranquilidad y la salud de las personas. Para nuestros pueblos aborígenes y mestizos –Latinoamérica y el Caribe- el progreso humano tiene otras formas de concretarse, otras formas de concebirse y de vivirse, que implican cambios radicales de la sociedad y de las relaciones entre las personas y de estas con la naturaleza.  Podríamos mirar el Bien Vivir no como abundancia y derroche, sino como el consumo de lo suficiente, realmente necesario, reutilizable y reciclable, respetando, protegiendo al resto de especies, a los bienes naturales como el aire, el suelo, los ríos y los mares. Análisis y definiciones que deben hacer y tomar los humanistas, los intelectuales progresistas, los revolucionarios, pero sobre todo, los pueblos comprometidos en cambios reales y estructurales.

Después de 44 años del informe “los límites del crecimiento”, la situación de los pueblos y del mundo ha empeorado degradando todos los ecosistemas y la salud de los humanos; aunque se aprecia un alto desarrollo de la tecnología electrónica digital (TIC) que aporta “comodidad” a los humanos, (más del 50% de las personas no disponen de ella), esta no garantiza la eliminación de la pobreza, ni disminuye el impacto del desarrollo tecnológico, aunque disminuye un poco el uso de papel hecho con pulpa de madera, no alcanza para salvar el planeta, pues el daño que se reduce al no utilizar los árboles, se multiplica en la excavación y extracción de los minerales y combustibles necesarios para producir la moderna tecnología electrónica, de telecomunicaciones y robótica. El progreso que para el capitalismo significa productividad, crecimiento económico, -representado en cantidades de acumulación en las arcas de los dueños de las transnacionales y de las corporaciones financieras- endilgado a los países en el supuesto PIB, no tiene nada que ver con la calidad de vida de las y  los trabajadores que producen la riqueza ni con el bienestar de cada una de las personas, o de los pueblos, menos con la recuperación del daño a la naturaleza, representada en bienes o recursos económicos.

A pesar de contar con métodos avanzados de control a la natalidad (utilizados conscientemente por hombres y mujeres), y del reconocimiento por algunos Estados de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres –entre estos el de abortar-, enfrentando ellas a la familia, a la sociedad y al Estado patriarcales en casi todos los países, la humanidad supera los 7.000 millones de habitantes, resultado inferior al presupuesto maltusiano del informe, pero el problema demográfico nunca ha sido la causa del hambre o de la pobreza; aunque es necesario para la humanidad plantearse ecológicamente reducir el aumento de la población y su concentración en las grandes ciudades, tampoco se trata de mermar el número de habitantes violentamente como lo hace convenientemente el imperialismo contra algunos pueblos a través de las guerras de despojo por exterminio, y  por otros medios de control social como el racismo genocida; tampoco se trata de justificar la eugenesia como solución a los problemas humanitarios y ecológicos,retomando el maltusianismo para echarle a los pueblos empobrecidos la culpa de su situación; el control de la natalidad debe ser una decisión personal consciente libre y autónoma, esencialmente de las mujeres como dueñas de sus cuerpos, en una democracia participativa y decisoria, que permita la plena realización de las mujeres, que les garantice excelente calidad de vida, libertad y felicidad a ellas y a sus familias, en una sociedad justa, equitativa y solidaria. A las metrópolis imperialistas realmente  no les importa la cantidad de personas ni la pobreza generada por su modo de producción y su cultura individualista consumista, pues los llamados países desarrollados con sus sociedades envejecidas y reducidas necesitan incrementar su población y mantener abundancia de mano de obra barata y esclava, a la vez que aumentar consumidores en la periferia para su producción industrial y la gran gama de servicios, que crecen permanentemente tanto como su obsesión por la ganancia.

Instituciones “multilaterales” como la ONU, el Banco Mundial, y el FMI, trazan las políticas económicas y sociales a aplicar por los Estados siervos de la periferia, entre ellas las demográficas, sin embargo, por  intermedio de ONG e institutos de investigación científica, generalmente norteamericanos, aplican ilegalmente (con engaños) políticas de control natal a la población en los países pobres de bajos niveles de consumo y en comunidades que se niegan a entregar sus riquezas, su libertad o sus territorios; utilizan métodos de esterilización masiva no voluntaria, insertando estos “medicamentos” en vacunas o en algunos alimentos, utilizando medios coercitivos como ocurrió en el Perú (gobierno fascista de Fujimori), donde inicialmente les daban algo de dinero a las mujeres para que se dejaran cortar las trompas, luego lo hacían violentamente secuestrándolas en la calle o en sus casas. Diezman la población mediante la proliferación de virus y bacterias, algunas de estas creadas en laboratorios (guerra biológica utilizada por los imperios en todas las épocas); no atendiendo a las víctimas de pandemias, epidemias, desastres naturales y de las guerras promovidas por intereses transnacionales; destruyendo la producción agrícola autóctona, de esos países (Haití, Sudan, Siria), a bloquear económicamente a países, en el caso de Cuba, Venezuela y Corea del Norte; como las masacre de los curdos hechas por Sadam Hussein con armas biológicas aportadas por USA; o en Vietnam, Somalia, y Yemen, donde el imperialismo aplicó y aplica estas estrategias de control demográfico y exterminio, que al final tienden a la destrucción total de países y pueblos.

Al capital solo le interesa si las personas producen y consumen para multiplicar sus márgenes de ganancia y acumulación; para los “amos del mundo” sobramos mil millones de persona en el planeta, los mismos que no adquieren los recursos para una comida completa al día, los que no producen ni reproducen el capitalismoen sus territorios y culturas, y los rebeldes antisistémicos. El capital imperialista está tratando de acrecentar la incertidumbre sobre el futuro de la humanidad y de la tierra, presentando a través de los medios -con ayuda de científicos serviles y corruptos- con datos falsos o inflados, las crisis ambiental y alimentaria como inevitables.

Para el capitalismo la apropiación privada de la tierra y la monopolización de la producción alimentaria no tienen nada que ver con la situación de pobreza y hambre, quiere hacer creer a los pueblos victimas de su sistema, que la catástrofe ambiental es inevitable e irreversible, que ni la tierra ni los campesinos tienen capacidad para producir los alimentos en cantidad y calidad para mantener a la humanidad, cuando se produce casi el doble de los alimentos necesarios, pero que los consumistas del norte derrochan y tiran a la basura cerca del 40%, mientras las corporaciones de los combustibles convierten más del 30%  de los alimentos producidos en todo el mundo en agrocombustibles (biodiesel, etanol). Los capitalistas dicen que el agua se acabó y por ella se tiene que pagar porque es una mercancía, privatizan las fuentes y los servicios de acueducto en los países de la periferia; incluso ya las transnacionales están pagando por lanzar miles de toneladas diarias de CO2 a la atmosfera, por verter millones de litros de residuos industriales contaminantes a los ríos y mares; es posible que en poco tiempo tengamos que pagar el aire que respiramos; las transnacionales depredadoras de recursos naturales –minerales y energéticos- adquieren licencias para devastar la Amazonía, la selva húmeda del Pacífico, el Tipnis, el Suní, los parques naturales nacionales, los páramos, que producen agua y el oxígeno para el mundo; los países “desarrollados” contaminadores culpables de la catástrofe ecológica no cumplen ni ratifican tratados como el de Kioto o el de Paris, en las Cumbres “ecologistas” -que se celebran anualmente en diferentes ciudades del mundo, en las que supuestamente se comprometen en reducir la contaminación- hablan y prometen soluciones más catastróficas que los mismos problemas ambientales; mientras despojan a las comunidades indígenas y campesinas de la tierra productiva y biodiversa, toda una catástrofe global que nos pintan para someternos y convertirnos en conformistas incapaces de reconocer y transformar la realidad.

La contaminación ambiental y el consecuente calentamiento global, intensificados a partir de la automatización industrial (1950) indican claramente el carácter antropogénico de estos fenómenos, pues desde 1800 se ha observado el incremento de la temperatura de la tierra, que coincide con el auge de la industria movida con energía proveniente del carbón vegetal y mineral, generadora de grandes cantidades de CO2, sulfuros, nitratos y muchos otros gases y compuestos solidosque a la vez generan el efecto invernadero y la lluvia ácida; daños multiplicados en el siglo XX con la utilización de fluorocarbonados, de hidrocarburos fósiles y agrocombustibles. Pero esta situación nunca fue causada por toda la humanidad como nos lo repiten todos los días los medios oficiales del capitalismo, sino por ese pequeño grupo imperialista de familias supremamente ricas dueñas del sistema financiero mundial, de las multinacionales y transnacionales de alimentos, de la industria y de los complejos industriales militares y automotores. El desarrollo de tecnologías como los ordenadores y los teléfonos celulares, producidos y consumidos masivamente son un sector tan contaminante como los automotores movidos por combustibles fósiles (solo en el primer trimestre de 2014 en el mundo se produjeron 195 millones de celulares de todos los tipos y marcas) pues generan residuos tóxicos químicos y radioactivos durante su vida útil y como chatarra no reciclable, las baterías demoran miles de años para desintegrarse. Una familia promedio (4 personas) debería tener máximo dos teléfonos móviles, un computador, un pequeño equipo de sonido y un televisor, pero hay personas que andan con computador y/o tablet, y tres celulares, sin contacto con el mundo real, en muchos hogares cada persona posee su televisor, su ordenador y su teléfono móvil. Mientras millones de familias mueren de inanición, intoxicados, incomunicados y analfabetas en el mundo.

Si queremos un mundo sano, justo, más equilibrado económica, social y naturalmente, los humanistas no podemos permitir que se continúe con esta forma de desarrollo tecnológico instrumental al capitalismo, que con el consumismo desbocado conduce a la extinción de la vida, pues la generalización y  masificación indiscriminada de la robótica y la inteligencia artificial -¿qué tal 7000 millones de robots, de teléfonos, de computadores, de televisores y de autos inteligentes en una sociedad individualista y consumista? Con billones de toneladas de CO2 y de basura no reciclable acumulada- requerirían tantos minerales escasos en su mayoría, que implicaría la total destrucción de la capa vegetal que queda en la tierra, (la agroindustria transgénica también desaparecería); hasta los polos al descongelarse totalmente serían arrasados en menos de 50 años con la minería a cielo abierto y la explotación de combustibles fósiles. El capitalismo es un ominoso parásito parapléjico, autoritario y violento que se mueve con la prótesis de la tecnología sobre la propiedad de los medios de producción y de vida, se alimenta de la sangre de los trabajadores y de los sueños de la humanidad.

Estas crisis aún son reversibles, la tierra cultivable está subutilizada en más del 50%; liberándola de la propiedad privada monopólica, de los monocultivos, de la megaminería y la ganadería extensiva, redistribuyéndola equitativamente entre los productores directos, diversificando la producción agroecológica alimentaria campesina (limpia y orgánicamente) a pequeña escala, con ganadería de especies menores, con silvicultura, permacultura, agricultura urbana, utilizando adecuada y racionalmente las tecnologías electromecánicas, cibernéticas y biotecnología actuales en la recuperación de los ecosistemas, es posible recuperar prácticamente todos los desiertos para producir alimentos sanos para 10 veces la población mundial actual, con esas mismas tecnologías es posible detener la extinción de especies (en la que podría jugar un papel importante la genética y la biotecnología) por contaminación ambiental y por depredación recreativa, sin necesidad de OMGs ni químicos tóxicos industriales en la producción alimentaria; retroceder la frontera agrícola, reducir la contaminación de los elementos a niveles tolerables al florecimiento de la vida y la biodiversidad en menos de 100 años, y eliminar totalmente el hambre y la pobreza en menos de 50, pero esto solo es realizable fuera del capitalismo, en una sociedad equitativa, justa y solidaria. Claro que si el resto de la humanidad no hace los cambios necesarios, a mediano plazo estaríamos dándole la razón  a Malthus, a Hitler, al capitalismo hoy neoliberal (posneoliberal o neoconservador), esperando que el mesías del mercado nos permita sobrevivir como esclavos ciegos, comiendo mierda cibernética hasta que la madre tierra nos sepulte como lo hizo con los dinosaurios.

Siempre hay una respuesta de los pueblos a la dificultad, en momentos de incertidumbre surgen posibilidades que algunos sectores asumen reflexionando sobre el presente y el futuro, posibilidades que configuran una alteridad, se cambian prácticas y actitudes respecto al otro/a, a los otros, a la naturaleza y se asumen retos como la defensa de la vida, de la madre tierra, de la dignidad, en pequeños territorios, en la localidad y a nivel global. De la idea de defender al medio ambiente se pasa a combatir la megaminería a cielo abierto, del uso racional del agua se llega a enfrentar la construcción de megaestructuras como hidroeléctricas y vías terrestres que destruyen ecosistemas; en la defensa de la biodiversidad se enfrenta a las empresas madereras, a los monocultivos; en la lucha contra la contaminación ambiental se impide la prospección y explotación de combustibles fósiles, se empieza a racionalizar el consumo; movilizaciones que llevan a acciones radicales y colectivas en defensa de los terrritorios.

En nuestro país se incrementa la defensa de los bienes naturales a través de consultas populares locales, de demandas jurídicas en Santander, en el Tolima, en Putumayo, el Huila, en el Cauca, en el Meta, en la Guajira; son incontables los ejemplos en el mundo, y son los pueblos aborígenes, los campesinos, las comunidades afro, las mujeres y jóvenes ecologistas de los sectores populares los que primero se comprometen en esta riesgosa tarea, pues la defensa de la vida y de los ecosistemas los Estados la han criminalizado y la empresa privada la combate a sangre y fuego, pues diariamente grandes corporaciones monopolistas de los recursos naturales asesinan a ecologistas, amenazan y desplazan a las comunidades, que se oponen a sus planes. El asesinato de Berta Cáceres en honduras y la desaparición del joven Maldonado –apoyando la lucha de los Mapuche- en Argentina, la guerra contra las comunidades indígenas del Yasuní en Ecuador, la represión contra los indígenas del Tipnis en Bolivia (después de las guerras por el agua y por el gas), los asesinatos de dirigentes indígenas en Colombia confirman esta política del gran capital.

Suramérica y Colombia son territorios de diversidad biológica y cultural, de pueblos indígenas que viven en las selvas en aislamiento voluntario al lado de pequeños y grandes ríos, otras comunidades han sido desplazadas de las tierras fértiles de los valles y llanuras hacia los bosques productores de oxigeno, montañas, páramos y nevados que atrapan el agua en las alturas, comunidades guardianas del agua y la biodiversidad; territorios que a la vez están siendo desertizadas por monocultivos extensivos y por la actividad minera a gran escala (a cielo abierto), consumidoras y contaminantes de las agua dulces y del mar, (situación que desde la Colonia viene azotando a nuestros pueblos); por otro lado, grandes extensiones de tierras ociosas que siguen en poder de latifundistas nacionales y extranjeros (commódities y agronegocios) que obligan mediante la violencia y el despojo, al desplazamiento del campesinado, de las comunidades indígenas y negras hacia las ciudades, reduciendo las áreas de biodiversidad y las fuentes de agua con las talas para cultivos forestales y agroindustriales el pino, el eucalipto, la coca, la palma de aceite, la caña de azúcar, la soja transgénica, mientras se extinguen por abuso y sobreexplotación las especies maderables nativas, llamadas maderas preciosas y la biodiversidad que estas especies generan a su alrededor.

La agresión a la biodiversidad, a los ecosistemas, a las fuentes de agua dulce, a los pueblos que habitan esos territorios paradisiacos de nuestro país, no la realizan los campesinos pobres ni los mineros artesanales; estos daños son promovidos y justificados por la oligarquía administradora del Estado y sus estamentos legislativos y judiciales, garantizando la permanencia y la inversión de las transnacionales extractivistas, asignando licencias ambientales para exploración y explotación a esas corporaciones, mediante políticas como las Zidres, los POT y los Planes de Desarrollo Regionales, donde no cuentan la opinión ni las consultas a las comunidades afectadas ni las leyes de protección a parques naturales nacionales o zonas de reserva forestal. La administración, conservación y defensa de los bienes naturales comunes y del medio ambiente, deberían estar en las manos de las comunidades que habitan esos territorios, apoyadas por gobiernos populares local, regional y nacional y por los demás pueblos del mundo.

Las CAR, creadas supuestamente para cuidar las cuencas y el medio ambiente a nivel regional, adscritas al Ministerio del Medio Ambiente, trabajan para los terratenientes nacionales y extranjeros, para las grandes empresas de minería, a quienes autorizan las talas de especies nativas, corriendo la frontera agrícola para ampliar el latifundio agrícola y ganadero, permitiéndoles el monocultivo de maderables foráneas para uso industrial, el desvío de ríos y quebradas, negándoles el uso del agua a las comunidades ribereñas, el desecamiento y relleno de humedales para urbanizar, no se preocupan por la caza  y comercialización indiscriminada de especies en extinción, solo multan y reprimen al campesino que utiliza algún árbol para construir su vivienda, impidiéndole el uso de sistemas de riego.

Es la institucionalidad del Estado obedeciendo las ordenes de las autodenominadas “multilaterales” y los TLC, la que otorga títulos mineros en más del 60% del territorio nacional, en parques como San Turban, La Colosa, el Cerrejón, la que ordena megaobras innecesarias como las hidroeléctricas de Ituango, El Quimbo (energía hidroeléctrica para exportar), infraestructura de planes expoliadores como IIRSA y Alianza Pacífico; la que vende la Orinoquía a latifundistas “nacionales “como Riopaila y a transnacionales de los alimentos (Monsanto, Cargill …) convirtiendo en  desiertos verdes de monocultivos nuestra altillanura y nuestros valles, limitando más nuestra soberanía agroalimentaria con la producción de alimentos que no consumimos los colombianos.

No se trata de sembrar árboles industrialmente, de hacer campañas comerciales para salvar o proteger algunas especies, ni de reciclar la basura que nos vende el capitalismo para producir más basura y ahorrar el agua que consumimos en casa, mientras la gran industria y agroindustria la dilapidan y la contaminan (el monocultivo de la caña de azúcar en el valle geográfico del rio Cauca consume y contamina más del 80%  de todas las aguas que fluyen y surcan este territorio); ni de crear zonas verdes en las ciudades para aparentar un sano ambiente mientras bosques y selvas son devastados; ni volvernos vegetarianos e irnos a sobrevivir aislados en el monte; tampoco de andar en bicicleta sin importarnos el automotor y la chimenea industrial que nos llenan de humo los pulmones; mucho menos de comprar máscaras para respirar y aplicar la economía verde que el neoliberalismo nos quiere imponer, para cambiar esta situación. Lo que nos debe cuestionar es si seguimos considerando al capitalismo como la mejor o la única forma de existir en sociedad, si continuamos aguantando con estoicismo, cobardía e indiferencia los crímenes de lesa humanidad y lesa naturaleza que este sistema-mundo nos obliga a aceptar como naturales e inevitables; es si persistimos en un pensamiento único estandarizado, individualista utilitarista, sin reconocer ni cambiar las causas de todas las miserias humanas, mientras las transnacionales continúan depredando al planeta, mientras los políticos, los economistas y financieros del gran capital, confunden a las personas con hormigas.

Además de “Los límites del crecimiento”, a finales de los 80 del siglo pasado, la ONU, con todas sus dependencias y varias ONGs, deciden diseñar un plan dirigido a superar el hambre, la pobreza en los llamados países en desarrollo, y el deterioro ambiental, con ocho objetivos, tomando como base la situación y estadísticas de 1990, (poniendo como meta 2015), denominado Objetivos de Desarrollo del Milenio ODM. Plan que supuestamente pretendía:

  1. Erradicación de la pobreza extrema y el hambre
  2. Lograr la enseñanza primaria universal
  3. Promover la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer
  4. Reducir la mortalidad de los niños menores de 5 años
  5. Mejorar la salud materna
  6. Combatir el VIH SIDA, el paludismo y otras enfermedades
  7. Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente
  8. Fomentar una alianza mundial para el desarrollo mediante la Cooperación Internacional al Desarrollo.

Este plan coincide con el proceso de consolidación del neoliberalismo en el mundo, como una forma de legitimar este modelo, que tiene como único objetivo el crecimiento económico y la acumulación por expropiación y exterminio. A un año para cumplirse el plazo de ejecución, en su informe de 2013, la ONU dice haber alcanzado algunos de esos objetivos que tienen que ver con la reducción de los índices de pobreza, como que “En las regiones en desarrollo la proporción de personas que vive con menos de 1,25 dólares al día cayó del 47% en 1990 al 22% en 2010. Aproximadamente 700 millones de personas menos vivían en condiciones de pobreza extrema en 2010 que en 1990.”[2]

Estadísticas falaces que no se compadecen con la realidad que viven los trabajadores y los pueblos víctimas de la guerra, la explotación, el despojo y la pobreza, en la que continúan sin atención médica a la infancia y a las mujeres, con el mantenimiento del patriarcado misógino (como parte de los modelos de sociedad) que niegan las oportunidades de educación, salud y empleo digno a las mujeres (desigualdad de género); continúa la desnutrición, el déficit de peso, retraso en el crecimiento, baja escolaridad y mortalidad infantil; el control a enfermedades como el SIDA la tuberculosis y el paludismo, aunque ha avanzado, sigue siendo deficiente; mientras en los pueblos agrarios 863 millones de personas siguen sobreviviendo en tugurios, sin soberanía alimentaria, sumidos en el atraso y la pobreza, sin agua potable, sin saneamiento básico (sin letrinas); con el deterioro acelerado de la situación ambiental en todo el planeta -multiplicación de las emisiones de CO2, desertización, deshielo de los polos y de las cumbres nevadas, maltrato de las especies domesticadas y el extermino de millones de especies animales y vegetales, muchas aún no conocidas ni clasificadas- con la corrupción y el abandono a los pueblos de gobiernos apátridas y siervos del capital transnacional; inflando, desconociendo, tergiversando datos y hasta sus propias estadísticas, además que las metodologías utilizadas por la ONU no son claras ni tienen en cuenta particularidades, ni alternativas ni las cosmovisiones de las comunidades objeto de investigación; obedecen más a las necesidades de instituciones como el Banco Mundial y el FMI para implementar la tal Cooperación Internacional que endeuda y empobrece a nuestros países, mientras enriquece a las corporaciones industriales, comerciales y financieras que saquean y endeudan a estos países; el mismo secretario general de la ONU prácticamente reconoció que este plan ha fracasado.

El informe de este año se concentra en las áreas en las que se necesita redoblar los esfuerzos. Por ejemplo, una de cada ocho personas de todo el mundo sigue padeciendo hambre. Demasiadas mujeres mueren durante el parto, a pesar de que contamos con los medios para evitar que mueran. Más de 2.500 millones de personas carecen de instalaciones de saneamiento mejoradas, y de ellas, 1.000 millones siguen defecando al aire libre, lo cual constituye un grave peligro para la salud y para el medio ambiente. Nuestros recursos están desapareciendo, dadas las continuas pérdidas de bosques, de especies y de poblaciones de peces, en un mundo que ya está sintiendo los impactos del cambio climático.[3]

El plan ODM fue otro de esos intentos (señuelo) por demostrar que el capitalismo es capaz de solucionar los problemas de la humanidad y del planeta, que es posible la justicia y la equidad en este sistema cruel, proponiendo pequeñas metas fáciles de alcanzar con la supuesta Cooperación Internacional de los países Desarrollados de la OCDE[4]. Aún si se lograran todos los objetivos, estos pueden retroceder; el problema no es bajar índices en algunas áreas, en algunos sectores sociales o en algunos países dependientes si las estructuras capitalistas de sus sociedades patriarcales, inequitativas y excluyente generados por su modo de producción, permanecen incólumes, si los pueblos no tienen la posibilidad de definir sobre sus propias realidades, si no cuentan con autonomía para disponer de sus propios bienes en la solución de sus necesidades, si no ejercen su propia democracia y autonomía. Ni Los Limites del Crecimiento ni los Objetivos de desarrollo del Milenio con sus presupuestos y diagnósticos, han servido para detener la barbarie neoliberal, al contrario, sirven al capital transnacional para intensificar los planes de despojo y exclusión a la mayoría de la humanidad, pues solo identifican y atacan algunos efectos, no las causas originarias económicas y sociales de los problemas.

La energía nuclear es la más potente fuente de generación de energía térmica (descubierta por el hombre) que a la vez se puede convertir en energía mecánica para generar energía eléctrica, que es el principal  de su uso industrial, sin embargo también se usa como propulsor en el transporte marítimo y submarino; utilizando isotopos diferente de un mismo elemento, para múltiples usos pacíficos no letales como tecnología nuclear, en la medicina, la industria, la agricultura, la geofísica, la geoquímica, la minería, la industria espacial. Por su potencia es la energía de más alto riesgo para la vida, pues al utilizarse como arma militar de destrucción masiva de la humanidad se producen grandes tragedias y se niegan sus mejores cualidades por quienes manipulan la ciencia, la economía y la política mundial en contra de los pueblos, como ocurrió en la segunda guerra mundial con la explosión de dos bombas atómicas en Japón por el imperio norteamericano; el bombardeo atómico al atolón de las islas Bikini en los años 50, donde se detonaron cientos de esas bombas por el ejército de USA; a finales del siglo XX en la guerra de desintegración de la Federación Socialista de Yugoslavia, donde las fuerzas de la OTAN utilizaron munición con material radioactivo.

Desde su fundación las Naciones Unidas ha perseguido la eliminación de este tipo de armas. En su primera resolución (1946), la Asamblea General estableció una Comisión para tratar, entre otros, los problemas derivados del descubrimiento de la energía atómica.

Desde entonces se han creado varios tratados multilaterales con el propósito de evitar la proliferación nuclear y los ensayos nucleares, a la vez que fomentan el desarme nuclear. Entre ellos destacan: el Tratado sobre la no proliferación de las armas nucleares, el Tratado por el que se prohíben los ensayos con armas nucleares en la atmósfera (…), en el espacio ultraterrestre y debajo del agua, conocido también como Tratado de prohibición parcial de ensayos nucleares (…) y el Tratado de prohibición completa de los ensayos nucleares (…), que se firmó en 1996 pero que todavía no ha entrado en vigor.[5]

Este tratado adquiere vigencia a partir de las intenciones del actual presidente de los Estados Unidos de provocar una guerra nuclear contra Corea del Norte y Rusia, similar a lo ocurrido con la crisis de los misiles en Cuba durante la guerra fría (1962) en la que la URRS instala bases para misiles de alcance medio en Cuba como respuesta a la instalación de misiles por EE.UU. en Turquía, como ya lo había hecho en otros lugares del Pacifico cercanos a la Unión Soviética. En julio de 1963 EE. UU., Inglaterra y la URRS firman un tratado para prohibir las pruebas nucleares en la atmosfera.

Por otro lado, también ocurren accidentes e incidentes nucleares originados por fenómenos naturales y fallas técnicas o humanas en plantas de generación de electricidad, en plantas industriales, en laboratorios (barcos y submarinos nucleares no existe información, tal vez por ser de tipo militar), que destruyen, mutilan y contaminan toda forma de vida, poniendo en cuestión el uso civil de la energía nuclear, pues al diseminarse sus residuos o liberarse su radioactividad (vertimientos al aire, a las aguas o a la tierra) puede producir tragedias humanitarias y ecológicas, de grandes proporciones.  Una pequeña lista de los más graves conocidos Accidentes nucleares en plantas de generación eléctrica, e incidentes por mala manipulación de equipos radiactivos en procedimientos médicos:

– Central nuclear de ChalkRiver, Canadà. – diciembre de 1952, se produce en el reactor nuclear NRX de ChalkRiver. Mayo de 1958, también en la misma central nuclear de ChalkRiver: en el reactor NRU una varilla de combustible nuclear de uranio se incendió y se partió en dos al intentar retirarla del núcleo del reactor.

– Windscale Pile, Reino Unido -octubre de 1957,  en el reactor número uno de Windscale, Cumberland (Sellafield, Cumbria). Nivel 5 de la escala INES. Liberación de materiales radiactivos en la zona circundante. La radiación podría haber causado cerca de 240 casos de cáncer. Hubo preocupación por la posible contaminación de la leche.

– Central nuclear de ThreeMile Island, EEUU -marzo de 1979.  Mala interpretación de los datos provocó errores muy graves en decisiones del personal de la central. Aunque el núcleo del reactor nuclear quedó fuertemente dañado tuvo un escape limitado de productos radiactivos al exterior. Nivel 5 en la Escala Internacional de Sucesos Nucleares (Escala NES).

– Central nuclear de Chernóbil, Ucrania En abril de 1986, el más importante de la historia en Chernobyl por una sucesión de errores humanos. Nivel 7 (“accidente nuclear grave”) en la Escala INES.

– Goiânia, Brasil – septiembre de 1987. Contaminación radiactiva por mala manipulación de un aparato de teleterapia, que lo convirtió en una fuente radiactiva de cesio-137. El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) destacó como uno de los peores incidentes radiológicos en el mundo.  Nivel 5 en la escala INES. Se contaminaron  gravemente las residencias y lugares públicos. Cuatro personas murieron y otras 28 sufrieron quemaduras por radiación.[6]

– Central nuclear de Fukushima, Japón, marzo de 2011. Uno de los accidentes nucleares más graves de la historia después del de Chernóbil. Un terremoto de 8,9 grados en la escala Richter cerca de la costa noroeste de Japón y un posterior tsunami afectó gravemente la central nuclear

Ante la problemática generada por el uso de la energía nuclear la ONU creó en 1957 el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) con el fin de promover el uso de la energía nuclear “para fines de paz, la salud y la prosperidad en todo el mundo”[7]. Desde entonces se han realizado acuerdos teniendo como objetivo el asegurar que la asistencia prestada no sea con fines militares, sin embargo, los repetidos y letales accidentes originados en el agotamiento de los materiales de los generadores, (averías) en errores técnicos y humanos (Chernóbil)  y fenómenos naturales (Fukushima), han incidido en la evaluación de la pertinencia de la energía nuclear para la generación de energía eléctrica, en la preocupación de la opinión pública ambientalista mundial, lo que ha llevado al fortalecimiento del movimiento por la eliminación del uso de esta fuente de energía (y su uso militar como arma de destrucción masiva)  pues además no se hace una disposición adecuada de los residuos radioactivos, pues al no desarrollar medios o tecnologías para la degradación total de la radioactividad de los materiales residuales sin causar daños al planeta ni a la humanidad, los países ricos usuarios de la energía nuclear llevan esa basura peligrosa a países pobres (que no disponen de suficiente energía eléctrica ni tienen la posibilidad de utilizar esa tecnología para usos civiles, sobre todo en salud para su población) de la periferia, de donde también extraen ese combustible, provocando tragedias ambientales y humanitarias.

Aunque la OIEA promueve el uso civil de la energía nuclear para generar electricidad, en América Latina ha sido muy poco difundida esta tecnología, principalmente por las capacidades de generar energía mediante hidroeléctricas utilizando el flujo del líquido que baja por las montañas a los valles y al mar (hidroeléctricas), además en el subcontinente países productores de combustibles fósiles (para termoeléctricas) como Venezuela, México, Colombia, Perú y Ecuador  solucionan sus necesidades energéticas y vendiendo excedentes en interconexión a sus vecinos.

Las estadísticas de la ONU parecen confirmar esta falta de interés nuclear por parte de las naciones latinoamericanas, pues mientras en Asia 70 plantas atómicas se encuentran funcionando y otras 22 están en construcción, en América Latina sólo existen cuatro plantas activas (en Argentina, México y Brasil) mientras que otros 5 proyectos están empantanados.[8]

Colombia tuvo un pequeño reactor atómico para investigación, pero fue clausurado por orden de USA. Sin embargo, en el país hay sectores interesados en la utilización de ese sistema de generación, que creen posible en 30 años instalar un reactor de alta potencia, defendiendo la inocuidad de este combustible, sin evaluar los altos riesgos que representa tanto ambiental como humanitariamente desde la extraccióndel uranio, su transporte, su manipulación, hasta sus residuos después de ser utilizado como combustible. Las formas de generación de electricidad en cantidades industriales hoy son totalmente obsoletas, todas son altamente contaminantes, nocivas para la salud humana y agresivas contra los pueblos en cuyos territorios se extraen esos combustibles; sin embargo el uso en medicina y en tecnologías de áreas como las ingenierías, con pequeñas cantidades de material empobrecido o de baja radiactividad, en procedimientos de tipo ambulatorio, en algunas industrias, en la fabricación de equipos de cómputo y en telecomunicaciones, se ven como una necesidad para esta civilización.

Existen muchos acuerdos internacionales en torno a las grandes problemáticas medioambientales y ecológicas relacionadas con el uso de tecnologías de generación y consumo de energía, especialmente combustibles de origen fósil como el petróleo, el gas y el carbón mineral. Estos tratados no han servido para nada, todos ha sido diseñados y firmados por la mayoría de los países integrantes de Naciones Unidad en contextos de la Guerra Fría y del modelo neoliberal, así los más grandes contaminadores los hayan firmado, nunca cumplieron con sus objetivos, lo confirma la misma ONU. Tratados como el de Montreal de 1987 para proteger la capa de ozono (con varias revisiones y actualizaciones), el Tratado o Protocolo de Kyoto[9] y el más polémico de la actualidad por la negativa de USA a ratificarlo, el Acuerdo de Paris, firmado en 2015, que es la continuación del de Kyoto, tendientes a reducir la contaminación ambiental y a reducir o frenar el calentamiento global.

los  niveles  estimados  de  las  emisiones agregadas  de  gases  de  efecto  invernadero  en  2025  y  2030  resultantes  de  las contribuciones  previstas  determinadas  a  nivel  nacional  no  son  compatibles  con  los escenarios  de  2 ºC  de  menor  costo  sino  que  conducen  a  un  nivel  proyectado de 55 gigatoneladas en 2030, y observa también que, para mantener el aumento de la temperatura  media  mundial  por  debajo  de  2 ºC  con  respecto  a  los  niveles preindustriales,  mediante una reducción de las emisiones a 40 gigatoneladas, o por debajo de 1,5 ºC con respecto a los niveles preindustriales, mediante una reducción de las  emisiones  a  un  nivel  que  se  definirá  en el informe especial mencionado en el párrafo 21 infra, se requerirá un esfuerzo de reducción de las emisiones mucho mayor que el que suponen las contribuciones previstas determinadas a nivel nacional;[10]

El capitalismo posneoliberal persiste en justificar y mantener sus estructuras maquillando sus políticas y el discurso antiecológico, diseñando y aplicando planes como el mencionado; ahora pretende el apoyo de los Estados para desarrollar su “nuevo” plan, continuación de los anteriores, llamado Objetivos de Desarrollo Sostenible, dirigido a expandir y profundizar sus proyectos extractivos minero-energéticos y agroindustriales en todas las periferias, sobre el supuesto de una economía verde o sustentable con el uso de los agrocombustibles. Incluso utilizan las corrientes “Progresistas” para imponer sus planes extractivos en los países donde los pueblos se movilizan contra el capitalismo.

La discusión actual, para muchos, ha pasado de la disyuntiva de capitalismo o socialismo, a las opciones crecimiento o decrecimiento económico, que no se puede definir únicamente en el aspecto económico, sino, que implica lo social-ambiental, como determinante, debido al predominio del modo de producción capitalista, cuyas consecuencias son la acumulación de la riqueza en unas pocas personas, la multiplicación de la pobreza y el hambre y la crisis ambiental. Las transnacionales y los Estados capitalistas han querido desviar la preocupación de la humanidad por su supervivencia, presentando falsas alternativas como la Economía Verde, Desarrollo Sostenible –o sustentable-. De todas maneras, las únicas soluciones que el capitalismo admite son las que permitan su existencia, las que multipliquen la ganancia, las que faciliten la acumulación por expropiación y exterminio, el crecimiento económico de las corporaciones transnacionales; cuando se trata de sostenible o sustentable, significa que basta con asignar valor a cualquier bien común, derecho o servicio y pagar por este como cualquier mercancía. Llaman servicios ambientales al derecho de los terratenientes y las transnacionales mineras y agroindustriales a explotar y depredar los ecosistemas, por eso pagan por contaminar, se vende el agua, se cambian bosques y selvas diversos, -la selva Lacandona, las selvas centroamericanas, la selva húmeda del pacífico colombiano, la Amazonía, el Pantanal, los arrecifes de coral, los glaciales, las montañas nevadas, los páramos- por desiertos verdes llamados monocultivos, se reemplazan especies nativas u originarias por híbridos y OMG, se perfora el lecho marino en busca de petróleo destruyendo los corales, la vegetación y fauna submarinas, se arrasan paraísos y vergeles a nombre del progreso, se cambia de combustibles fósiles a biológicos mediante la producción de alimentos para exportar que se les niegan a los hambrientos locales; políticas que se aplican fundamentalmente en los países agrarios de la periferia, donde se generan estos bienes energéticos, mineros, biológicos, que el mercado llama simplemente recursos renovables y no renovables. Economía Sustentable o Sostenible es la que sostiene al capitalismo. Estos conceptos que el mercado convierte en leyes y planes globales son legitimados por organismos “multilaterales” como la ONU, cuando define:

Existen, pues, fundamentos sólidos para que tanto los gobiernos como el sector privado intensifiquen sus esfuerzos para llevar a cabo tal transformación económica. Los gobiernos deben permitir que los productos más verdes compitan en igualdad de condiciones, retirando progresivamente los subsidios que se hayan quedado anticuados, reformando sus políticas y ofreciendo nuevos incentivos, fortaleciendo la infraestructura comercial y los mecanismos del mercado, reorientando la inversión pública y adoptando una política de compras públicas más verde. El sector privado, por su parte, ha de comprender y calibrar la verdadera oportunidad que supone para una serie de sectores fundamentales la transición hacia una economía verde, y debe responder a las reformas políticas y a las señales de precios aumentando el financiamiento y la inversión.[11]

La economía verde o el desarrollo sostenible solo son formas veladas de justificar la permanencia del capitalismo. Según los planteamientos del capital, no hay alternativas diferentes a estos modelos, sin embargo los pueblos despiertan ante la posibilidad de extinción y esclavitud; surgen desde diferentes lugares del planeta, propuestas y prácticas alternativas conservadoras de la vida y la dignidad de la humanidad, que rompen con las lógicas y las dinámicas del capitalismo; reverdece la sensibilidad, el respeto por la naturaleza, la solidaridad, la compasión, la cooperación mutua entre las personas, entre los pueblos que quieren volver a lo natural a lo limpio y sencillo, al bienestar sin crecimiento económico ni consumismo, sin dependencia de ningún centro de poder. Frente al progreso occidental está la convivencia pacífica con la naturaleza y entre las personas; frente al crecimiento económico está el decrecimiento económico y el crecimiento de la libertad, la redistribución equitativa de la riqueza está la construcción del buen vivir y la felicidad, razones por las que las y los humanistas amantes de la madre tierra resisten, se rebelan y combaten al capitalismo.

La alternativa Decrecimiento Económico, no puede limitarse a lo económico, a generar energía eléctrica por medios no lesivos a la naturaleza como el aire, la luz, las olas del mar o el calor interno de la tierra; a reforestar o reverdecer los campos y las ciudades, si estos bienes son administrados como propiedad privada y mercantilizados; a rescatar especies en vía de extinción, sin cambiar las relaciones sociales de producción, las relaciones patriarcales y autoritarias de convivencia entre las personas. Pues la tendencia natural del capitalismo es el crecimiento infinito, la capacidad de adaptar el mundo a sus deseos por encima de la naturaleza y la humanidad, mientras los pueblos lo permitan. Podemos llamar Crecimiento Humano al proceso de recuperación de la dignidad, la justicia, la solidaridad, el buen vivir, la libertad y la felicidad de las personas y los pueblos en convivencia y respeto con las demás especies de la naturaleza.

Es tiempo de cambiar la lógica en las relaciones sociales de producción, y dejar de adaptar la naturaleza a los intereses personales de quienes poseen el poder político y económico sobre el resto de la humanidad; tiempo de eliminar al generador de esta gran tragedia: el capitalismo, transformándonos individual y colectivamente en defensores de la vida, la libertad y la dignidad humanas, integrándonos como especie a la naturaleza, disfrutándola y amándola, estudiándola como se estudia a un organismo vivo que se ama, que es sujeto de derechos y de respeto;que nadie tenga derechos de propiedad privada sobre el conocimiento, ni sobre los bienes naturales, alimentarios y ambientales (derechos de propiedad intelectual); pues como nos dijo el gran jefe Seattle:

Nosotros sabemos que la tierra no pertenece al hombre, que es el hombre el que pertenece a la Tierra. Lo sabemos muy bien, Todo está unido entre sí, como la sangre que une a una misma familia. El hombre no creó la trama de la vida, es sólo una fibra de la misma. Lo que haga con ese tejido, se lo hace a sí mismo. No, el día y la noche no pueden vivir juntos.[12]

En una transformación radical de la sociedad es necesario revaluar e invertir la interpretación de los conceptos progreso, crecimiento y desarrollo, lo mismo que la dinámica de la sociedad, y la incidencia de la epistemología de occidente en nuestras culturas, asumiendo una cosmovisión más holística, naturalista y conservadora de la vida.

La madre tierra es un ser vivo, y como especie somos parte de ella, por esto los indígenas ni la compran ni la venden. Los pueblos, los humanistas amantes de la naturaleza, la vida y la paz,como sujetos de dignidad, debemos organizarnos y movilizarnos para frenar y desarmar la moderna Megamáquina productivamediatica-militar, financiera del capitalismo –empezando por eliminar el consumismo, por destruir el poder oligárquico, y construir un mejor país-, no solo por la necesidad del socialismo, el bien vivir o el comunismo, sino por mero espíritu de supervivencia de la especie y la conservación de la vida en la tierra. Un gobierno democrático popular debería crear un ministerio de la madre tierra, no para administrar comercialmente los bienes naturales (comunes), sino, para cuidar, conservar y mejorar el estado de estos, sobretodo recuperando los biológicos utilizando la ciencia y la tecnología en beneficio de este proceso.

En los últimos 30 años se ha venido incrementando a nivel internacional, la conciencia sobre la contaminación ambiental, la desaparición provocada de especies y el cambio climático o calentamiento global, prácticamente existe una comunidad ecologista mundial, liderada por los pueblos aborígenes, movimientos campesinos, juveniles, feministas que luchan por sus culturas, por sus vidas, derechos y  territorios; algunos sectores intelectuales de clase media defensores de los animales y de la madre tierra también se han comprometido con esta lucha, pues unos viven la agresión del extractivismo, la desaparición de la biodiversidad, de la soberanía alimentaria, otros ven las causas con sustento teórico de esta tragedia global en el capitalismo productivista-mercantilista y financiero, sin embargo, cualquiera que sea la motivación, es un movimiento que necesariamente confluye en que es el actual modo de producción y de vida el que hay que acabar, reduciendo el crecimiento económico el consumo de energía y de mercancías, pero además, construir una sociedad justa, sana, democrática y solidaria. La liberación y los cambios sociales revolucionarios en nuestro país están atravesados por la lucha ecologistay el respeto a la madre tierra; en ningún momento el Estado o sus instituciones van a cambiar la dinámica destructora del capitalismo, así hable de ecología y cree instituciones para esta problemática, porque sus intereses son contrarios a las necesidades de la humanidad y de la madre tierra.

 

Gonzalo Salazar. Marzo de 2018

 

 

[1] “Los límites del crecimiento (1972)” publicado en Wikipedia

[2]Informe  de Objetivos de Desarrollo del Milenio de 2013 por la ONU

[3]Banki Moon, secretario general de las Naciones Unidad en el Informe  de Objetivos de Desarrollo del Milenio de 2013

[4]“En 2012, los mayores donantes por volumen fueron los Estados Unidos, el Reino Unido, Alemania, Francia y Japón. Dinamarca, Luxemburgo, los Países Bajos, Noruega y Suecia continuaron superando la meta de las Naciones Unidas de que los países dediquen el 0,7% del ingreso nacional bruto a la AOD.”Informe  de Objetivos de Desarrollo del Milenio de 2013

[5]http://www.un.org/es/disarmament/wmd/nuclear/

[6] Datos tomados de: https://energia-nuclear.net/accidentes-nucleares

[7]https:es.m.wikipedia.org

[8]http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-50798

[9] PROTOCOLO DE KYOTO DE LA CONVENCION MARCO DE LAS NACIONES UNIDAS SOBRE EL CAMBIO CLIMATICO, firmado en 1998. http://unfccc.int/resource/docs/2015/cop21/spa/l09s.pdf

[10] Convención Marco sobre el Cambio Climático http://unfccc.int/resource/docs/2015/cop21/spa/l09s.pdf

[11]“Hacia una economía verde. Guía para el desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza” informe del PNUMA Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente – 2011

[12]Mensaje del Gran Jefe Seattle, de la tribu Dewamish, al Presidente de los Estados Unidos Franklin Pierce. –Documentos históricos contenidos en wikisource.org

¿Armas de guerra ideológica?… Medios para acercar la Utopía

PorGonzalo Salazar

Hacia un Sistema Nacional de Comunicación Alternativo

La escritura es el medio por excelencia de la comunicación, la educación y la acumulación de conocimientos de la civilización occidental. Desde que las comunidades y pueblos empezaron a utilizar la impresión, el grabado con imágenes, códices y símbolos convencionalmente, la memoria y las ideas han tenido un espacio para difundirse y conservarse, aunque los imperios han tratado de arrasar, destruir y negar la inteligencia y las capacidades de los pueblos para crear simbologías y significados, para construir culturas y civilizaciones. Casi todos los pueblos en los últimos 20.000 años han desarrollado formas no gestuales además de la oral, utilizando herramientas, elementos naturales y sistemas de símbolos construidos por ellos para comunicarse. No solo los sumerios crearon escritura cuneiforme, ni los egipcios fueron los únicos que grabaron jeroglíficos, tampoco los griegos fueron los únicos en utilizar una forma de papel; sabemos que los mayas también utilizaron una forma de papel escrito, los incas además de los quipos y su correo (chasqui) estaban desarrollando otra escritura cuando llegaron los invasores, pero antes, en el Tiawanaco grabaron símbolos en sus construcciones; los chinos y los japoneses también tenían su propia escritura sobre papel, antes que los europeos; con aportes de los egipcios y los árabes al alfabeto, los europeos enriquecieron sus lenguajes, su escritura y su literatura, sin embargo la escritura fue un privilegio de las clases dominantes que utilizaron este medio para someter y excluir del conocimiento y la información al resto de la sociedad, como lo han hecho todas las sociedades de clases que desarrollaron alguna forma de escritura.

El periódico como medio masivo surge de la importancia de la comunicación para la burguesía, que promovió el desarrollo de la imprenta y la producción de libros (la enciclopedia), revistas y periódicos como una herramienta en la difusión de las ideas liberales, de la ciencia y la cultura, en su lucha por derrotar al feudalismo e imponer su modo de producción. Los Estados modernos lo utilizaron para informar de sus gestiones (periódico, revista, diario, gaceta, correo) leyes y disposiciones; los grupos económicos y políticos del capital mantienen sus periódicos, de hecho son las empresas mejor consolidadas que cumplen doble función: hacen proselitismo político e ideológico del establecimiento y venden todo tipo de productos, además de desinformar; pero simultáneamente los rebeldes e inconformes han utilizado el periódico en su lucha política para difundir sus proclamas y la cultura popular. Hemos visto en la historia la utilización de este medio por Antonio Nariño con la Gaceta y Simón Bolívar con el Correo del Orinoco en la Nueva Granada y Venezuela; todos los movimientos políticos de izquierda que han incidido en nuestra sociedad han contado con un periódico, por lo menos con una hoja de papel que lleva un mensaje, una propuesta, una pequeña luz en la formación de una opinión política crítica, como ejercicio del derecho democrático a la información. Aunque las revistas, libros y periódicos han pasado al dominio virtual, siguen cumpliendo las mismas funciones con nuevos formatos que incitan a leer, aprehender y a estar informados.Sin embargo, los dos periódicos mas influyentes en la opinión pública, como los principales canales de televisión, y las dos grandes cadenas de radiodifusión, son propiedad de dos grupos económicos nacionales con participación del capital transnacional de la información y el entretenimiento masivos, igualmente en las regiones los periódicos son en su mayoría, propiedad de una familia.

La radiodifusión es el medio más popular por su inmediatez en la información, al que se puede acceder hoy en forma interactiva, por tener fácil movilidad para cubrir los hechos más importantes, en la localidad, la región, el país y el mundo. Al utilizar solo el oído, permite a los oyentes realizar simultáneamente otras actividades; por ejemplo, los campesinos, las amas de casa, los vigilantes y los obreros utilizan este medio para estar informados (o desinformados si son los medios oficiales), incluso los jóvenes de los sectores populares escuchan sus músicas por este medio en sus teléfonos celulares o en sus ordenadores, pues el aparato receptor tradicional está en extinción. La radio siempre ha jugado un papel muy importante en los movimientos sociales y en los procesos revolucionarios (Cuba, El Salvador, Nicaragua), no solo en la información política, sino en la educación y en la recuperación y difusión de las culturas populares. Con las nuevas tecnologías se abre un amplio espectro de oyentes a través de los PC, del celular, la Internet y las páginas web, con el Twitter el Facebook y el WhatsApp de las emisoras, para opinar en la programación y escuchar anteriores emisiones, igual que en la televisión interactiva. Los sectores populares con bajo nivel académico (o con poco interés por la lectura) por su cultura oral, prefieren la radio al periódico.

De los cientos de emisoras de radio que existen en el país, la inmensa mayoría son comerciales que defienden al Mercado y a la derecha política (son sus voceros), tergiversan las informaciones, polarizan y confunden a las audiencias de los sectores populares y distraen a los oyentes con encuestas, elecciones y programas de “opinión” parcializados; en este mismo sector están las de propaganda religiosa (cristianas y católicas de derecha) de alta frecuencia AM y FM, que tienen una amplia gama de frecuencias en el dial; unas pocas son del estado, las más conocidas son la Radio Nacional de Colombia y Radiónica, que difunden la propaganda del Estado sobre política y planes del gobierno y algo de música clásica y nacional, las de la Policía Nacional y las del Ejército, dirigidas a polarizar a los habitantes en las zonas de conflicto atrayendo a la juventud de las zonas rurales a través de la música llamada popular(no tienen programas de opinión ni noticieros); solo una ínfima minoría son comunitarias de baja frecuencia y poca cobertura, dentro de ellas algunas de comunidades indígenas, y barriales en las ciudades (perseguidas por organismos represivos del Estado, que a las que les realizan interferencias anulando las señales independientes en las zonas de conflicto) sin embargo algunas que figuran como comunitarias en muchos municipios son en realidad privadas, otras que aparentan ser públicas como la emisora de la Fundación Universidad del Valle, realmente son privadas, se comportan y tienen la estructura de las privadas, sin embargo otras universitarias como La UD, (de la universidad Distrital) que también se difunde por internet, es más objetiva y tiene mejor programación de análisis e información, las de las universidades privadas en general ofrecen buena información pero les falta ser más críticas; algunas privadas independientes de los monopolios, cuentan con buenos programas culturales, de opinión y de análisis serios.

Los modos de transmitir información siempre van de la mano con el desarrollo de la ciencia, traducido en nuevas tecnologías (TIC); desde la piedra, la madera y el papel, la tinta, el lápiz, el teletipo y la máquina de escribir, pasando por las frecuencias de radio que iluminaron con la electricidad el pensamiento; posibilitando la transmisión de las ideas y los hechos, la conservación de la memoria con la imagen y el sonido, que llega hoy hasta los ojos, los oídos, las manos y las bocas de quienes necesitan comunicarse o aislarse en el inframundo virtual, en tiempo real o en diferido, en la omnipresencia de los medios  en que el capitalismo nos ha sumergido. Aunque los monopolios de la información y el entretenimiento tratan de anular las señales, frecuencias y ediciones independientes alternativas con sus medios masivos-comerciales de desinformación, es una tarea de los movimientos sociales y de los sectores populares recuperar y ampliar su espectro radiofónico (AM y FM), multiplicar nuestra presencia en la banda ancha de Internet, ampliar y consolidar nuestras propias redes sociales e incidir en las que tengamos acceso, creando canales de televisión vía Internet, exigiendo al Estado el respeto al derecho a la comunicación, a la libertad de información y de opinión. Las cooperativas, los sindicatos, las comunas y localidades en las ciudades, los movimientos sociales, los barrios, las poblaciones, deberían tener sus propias emisoras, dirigidas y operadas por sus comunicadores comunitarios, igualmente sus canales de televisión, y manejar sus páginas web o blogs; editar sus propios periódicos.

En materia de telecomunicaciones el Estado colombiano ha sido omiso en la defensa del territorio y de la soberanía nacional, que también comprende el espectro electromagnético y el segmento de la órbita geoestacionaria, espacios en que se desplazan las ondas electromagnéticas y se ubican varios satélites de uso comercial y militar de espionaje, propiedad de transnacionales y de Estados imperialistas, dependiendo nuestro país en esta área, de otros países, pues con la venta de Telecom –las restricciones a ETB, EMCALI y EPM UNE-, la entrega de la telefonía y las señales de TV a monopolios transnacionales (Claro, Movistar, DirecTV) los colombianos perdemos la posibilidad de definir políticas de cobertura, calidad y costos de estos servicios. Los gobiernos democráticos deben invertir en la creación y diseño de supercomputadoras y programas de almacenamiento y administración seguros y propios de las informaciones para dejar de depender de USA en un medio tan importante como la Internet.

Los grandes Medios de comunicación -de radio, prensa  y televisión- oficiales privados y estatales (RCN, Caracol, Cablenoticias, Canal Uno, El Tiempo, El Espectador…) regionales y nacionales, son vallas de propaganda politiquera, anestesia ideológica, cortinas de humo ante las verdaderas tragedias que vive la humanidad y el pueblo colombiano, difunden las mismas mentiras –repetidas miles de veces como lo hizo Goebels- para que la población termine creyéndolas como verdades; de otra manera no cumplirían su papel en esta sociedad de consumo; si dijeran la verdad, nadie compraría cosas innecesarias contaminantes, nadie votaría por corruptos ni criminales, ni apoyaría guerras de rapiña contra otros pueblos.

Desde la propaganda comercial, pasando por la política, la información científica y económica, el orden público, hasta los chismes de farándula, son objetos de tergiversación y engaño; se ocultan hechos importantes mientras se magnifican otros insignificantes; se especula con la salud, se hipnotiza con el fútbol y la farándula mientras la ética periodística brilla por su ausencia. Se corta fuera del contexto para pegar en una realidad que no existe, como lo hace la oposición fascista en Venezuela, y el neonazismo en Ucrania, en Colombia, en todo el mundo, en un falso positivo mediático global llamado hoy “newsfake”. Se calumnia, se estigmatiza y excluye (a nombre de la “libertad” de información) como ha ocurrido en 2015 en Francia con panfletos amarillistas (Charlie Ebdó), xenófobos y racistas contra otros pueblos, que a la vez generan reacciones violentas que les sirve para justificar sus posiciones retrogradas con el resurgir de la xenofobia, el racismo, el fascismo y el nazismo en Europa y Norteamérica, y la agresión genocida a los pueblos no occidentales en todo el mundo. Defienden y justifican las atrocidades de los capitalistas mediante encuestas y “consultas” tendenciosas, en una supuesta participación democrática de oyentes, televidentes e internautas desinformados, opinión pública deformada por esos mismos Medios. Para realizar su misión los Medios se apoyan en la cultura del entretenimiento sobre un fondo de fantasía como películas, novelas, dibujos animados y realitys, en los que se promueve y premia el egoísmo, la mentira, la violencia, la traición, la corrupción y la indiferencia frente a los problemas sociales y la integridad de la naturaleza, siendo los niños y niñas los principales consumidores de estos venenos ideológicos; de todas maneras, cualquiera que sea el programa o el noticiero, sus objetivos son los de desinformar, crear confusión, polarizar a la sociedad, difundir terrorismo informático y mantener la cultura de la sumisión y la obediencia en los televidentes, oyentes e internautas. Las grandes corporaciones de las comunicaciones y la información han degradado tanto los principios y objetivos de la Comunicación Social, que la realidad no solo se tergiversa, sino que se niega, ya no importa la verdad como medio para mostrar o explicar los hechos, pues ahora es la  “posverdad” (mezcla de verdades y mentiras a medias) la que impone una visión nebulosa del mundo y de la realidad, que se difunde por cualquier Medio y/o red social virtual para atentar contra una persona, una organización política o social, un pueblo o un país; es el miedo a la verdad de quienes detentan los poderes facticos legales e ilegales para defender sus status quo, difundiendo y aplicando por todos los medios lo políticamente “correcto” para sus intereses

¿Qué independencia, qué ética pueden tener los grandes Medios en Colombia, si son propiedad de capitalistas criollos y de monopolios (estatales y privados) neocolonialistas, ahora estadounidenses, británicos, mexicanos y españoles?

Los estilos y formatos de la información nacional e internacional vienen prefabricados desde Atlanta, New York, Londres, Madrid, Berlín  (CNN, FOX, BBC, DW, Planeta, Prissa) obedecen a las políticas de las transnacionales de la información y las comunicaciones, nada tienen que ver con un periodismo nacional y menos en identidad o en defensa de los sectores populares, víctimas de un régimen, corrupto y violento. Los medios en nuestro país pasan a representar grupos políticos de derecha y ultraderecha otrora liberal y conservador, representantes y defensores directos de los grandes capitalistas nacionales y transnacionales. Estos medios no solo son un poder informático o comunicacional al servicio de otros poderes políticos, son poderes económicos corporativosmafiosos que compran y monopolizan el mercado mediático, (que a la vez invierten en otras áreas de la producción industrial, militar, alimentaria, farmacéutica, biotecnológica, financiera), su misión es desinformar, crear pánico financiero, generar conformismo, indiferencia y alienación en la población sometida mediante la propaganda y el entretenimiento.

En la mayoría de los casos los periodistas y presentadores no tienen responsabilidad de lo que dicen o muestran en noticieros de los medios oficiales, pues son esclavos del capital, quien ordena a nivel mundial y nacional lo que se debe presentar y cómo presentar. Es tanta la restricción informativa, la censura y la autocensura, que Colombia (igual que México) es el país donde más se persigue, se reprime, se condena y se asesina a los periodistas por ejercer la ética, la independencia y la objetividad. Más que la libertad de prensa, es la libertad de información y el derecho de los ciudadanos a la comunicación y a la información, los valores democráticos que los sectores populares deben defender y ejercer, pues la información veraz, clara, oportuna y ampliamente difundida, es un bien social. Las modernas escuelas neoliberales de “periodismo“ y de comunicación social se enfocan en la formación ideológica y técnica de estos profesionales en los objetivos neoliberales, omitiendo los verdaderos fines del periodismo.

En la guerra los comunicadores serviles al sistema se convierten en auxiliares portavoces de jefes militares, de paramilitares, de las grandes empresas y del gobierno de turno, hasta actúan como jueces condenando y criminalizando la protesta social, estigmatizando y señalando de criminales, terroristas y colaboradores de la subversión a quienes critican o denuncian las atrocidades cometidas por agentes legales e ilegales del Estado y por empresas privadas, hasta utilizan la pantomima con programas de supuestos procesos judiciales para condenar y amenazar a quienes no actúen conforme a las normas morales y políticas del capitalismo. Los ejércitos de la OTAN y de los EE.UU. llevan en sus operaciones un contingente de “periodistas”, al lado de los tanques, detrás de los francotiradores, volando en los aviones bombarderos, quienes describen los teatros de la guerra de acuerdo a las necesidades de los comandantes. Estos “informadores” mostraban los bombardeos sobre las poblaciones vietnamitas como combates con los comunistas, cuando en realidad perdían la guerra; como lo siguieron haciendo en Yugoslavia, en Irak, en Afganistán, libia, Siria, etc. de acuerdo al libreto escrito en el pentágono o emitido por la CIA.

En Colombia se ha aplicado la misma estrategia de la Seguridad Nacional que Washington  impuso en la guerra fría en los 60, (desde la Escuela de las Américas, en la que instruían a los militares latinoamericanos en golpes militares, tortura y desaparición a los opositores a sus políticas, con la Operación Cóndor) en la que los medios son más de la mitad del arsenal que destruye y asesina física, política, cultural y moralmente a personas y pueblos, como lo ha hecho durante más de 50 años la oligarquía colombiana a través de portavoces oficiales, mercenarios y comandos francotiradores mediáticos que tergiversan la realidad de las masacres o cuando identifican los blancos a eliminar, con la complicidad de un sistema judicial corrupto mediatizado, domesticado, comprado o chantajeado que acepta los falsos positivos difundidos por la tele, la radio y la prensa oficiales como ciertos, prueba de esto es la impunidad de más del 95% de los crímenes de Estado y del narcotráfico sobre la población indígena, campesina y afro, los ecologistas, defensores de derechos humanos, líderes comunales y de otras minorías como los LGTBI en los últimos 30 años, en casos como el asesinato de Jaime Garzón y la detención del profesor Miguel Ángel Beltrán y miles de dirigentes populares e intelectuales críticos en el país que tienen que emigrar para poder conservar sus vidas. Ante las injusticias, la corrupción y la violencia, la crueldad, ejercidas por el Estado o por los poderes fácticos, los periodistas no pueden ser imparciales, las omisiones, la indiferencia, el silencio, la supuesta neutralidad, son sinónimos de complicidad.

El periodismo ético y objetivo se ejerce como expresión de libertad en democracia (que en nuestro país es restringida), por ello es muy importante defender, impulsar y ampliar la difusión de los medios independientes-alternativos populares, con nuevos y mejores contenidos a los impuestos por el establecimiento, que rescaten la crítica, la denunciafundamentadas, que aporten a la formación de opinión política de los ciudadanos y a la cultura popular, exigiendo al Estado respeto a la libertad de prensa y de información; periodismo investigativo, que además de informar abra espacio para el debate de las ideas y la tolerancia, que propicie la unidad, la solidaridad y la democracia entre los ciudadanos, Medios que rescaten la memoria y la utopía, como lo hacen con mucho esfuerzo algunos Medios independientes con excelentes equipos intelectuales y periodísticos y sus proyectos audiovisuales y editoriales, además de una gran cantidad de publicaciones de elevada calidad, a través de diversos formatos y tecnologías (blogs y páginas web) a niveles nacional, regional y local, elaborados por sectores populares de izquierda y democráticos. Los ciudadanos con criterios propios tienen el derecho y el deber de acceder a medios alternativos, independientes y diferentes a los oficiales para informarse, comprobar la veracidad y las causas o razones de los hechos difundidos por cualquier medio, en el país y en cualquier parte del mundo.

Hoy cualquier persona puede contribuir a la información periodística, a la difusión de noticias, eventos y conocimientos utilizando las últimas tecnologías desde cualquier lugar del mundo, del mismo modo, a convocar a la movilización popular, como lo hace la derecha nacional e internacional.

 “Las grandes movilizaciones que ha ocurrido desde inicios de 2011 como las Primaveras Árabes, el 15M-indignados, el Occupy Wall Street, el #YoSoy132, el #OccupyGezi en Turquía o los (aún vigentes) movimientos sociales en Brasil han tenido a las redes e Internet como una base de apoyo importantes. Se toman las plazas, se toman las calles, se toman las redes. Gentes diversas que se concentran en espacios públicos para exigir cambios políticos, con el lema “no nos representan” o “somos el 99%” por ejemplo, que utilizan las nuevas tecnologías para enlazarse y comunicar al resto de la sociedad e incluso para debatir y proponer.”[1]

En el proceso de cambios estructurales a favor del pueblo, es fundamental el conocimiento y la utilización de las telecomunicaciones y la información (TIC), para lo que es indispensable la constitución de un sistema nacional de comunicaciones de carácter independiente, alternativo, popular, que recoja las diferentes expresiones y tendencias políticas y culturales del campo popular. Las comunicaciones son básicas en la construcción y mantenimiento del poder popular, como lo son para la oligarquía y el imperialismo. No podemos prescindir de ellas, tanto en los procesos productivos como en lo investigativo, lo social, lo cultural y educativo. Otra cosa es la magnificación que han hecho los grandes medios al servicio del capital, quienes pretenden poner la tecnología por encima de las personas y la sociedad cuando llaman a la época actual como la “era de la información” y que internet es el medio más democrático y seguro que beneficia a todo el mundo. Basta saber en qué forma, quienes  y para qué objetivos se creó este sistema de información, -internet- empezando por responder que el pentágono desde el principio la utilizó para espiar y transmitir información militar y científica clandestina de otros países y movimientos políticos con intereses diferentes a los del imperio (espionaje); funciones que aún los órganos de espionaje, los mercados y militares siguen utilizando y ampliando a la enésima; las más importantes supercomputadoras que acumulan, controlan y viabilizan toda la información (por lo menos a nivel continental) transmitida por la Internet están en los EE.UU. administradas por las grandes transnacionales de las telecomunicaciones y la informática que además, como todo producto en el capitalismo, sufre un proceso de expansión, comercialización, monopolización y control por parte de quienes se apropian de los medios de comunicaciónmasiva, del conocimiento, de los recursos naturales y culturales, o sea, los grandes poderes políticos, financieros y militares del mundo, quienes además de manipular, pretenden restringir el acceso y los contenidos de toda la información que viaja por la red.

Los medios oficiales además de desinformarnos, controlan nuestro tiempo, nuestros gustos, nos entretienen aislados/as de la realidad; no hay alternativas, podemos pasar por todos los canales, podemos darle la vuelta al dial escuchando la misma música, las mismas noticias recortadaso tergiversadas, las mismas mentiras; podemos recorrer todo el menú con el control de TV y siempre será la misma propaganda, la misma argumentación, la misma trama del mercado, las mismas emociones, en el idioma que sea –NewsCorporation, Disney, Time Warner, Viacom, Fox, Sony, Netflix-. Si abrimos una cuenta en Internet (E-mail, Blog, FaceBoock, Twitter), ahí están los administradores de datos que radiografían nuestras vidas, nuestros hogares,nuestras conversaciones, hasta nuestros pensamientos, lo mismo si compras algo en el supermercado o por Internet, o si hacemos una transacción financiera, toda la información  va a dar a la “big data”, los bancos de datos de Android, Google, Amazon, Windows Fone-Microsoft, Nokia, Research In Motion, etc. los cuales la venden al mejor postor, a otras transnacionales, a la CIA, a la NSA o a Echelon (redes de espionaje sabotaje y conspiración puestas en evidencia por disidentes norteamericanos de estas agencias como Bradley Manning y Edward Snowden, por  Julián Assange, la comunidad de hackers Wikilieaks, Anonymousy promotores de software libre como Richard Stallman).

La decadencia imperial de USA y del capitalismo conduce a la monopolización de los medios (y control del desarrollo y producción de las TIC) para controlar y chantajear a todo el mundo, incluidos los ciudadanos norteamericanos, pues los medios manejados desde las metrópolis imperialistas son todo un complejo Sistema de Posicionamiento y control Global de la humanidad al servicio del mercado y del terrorismo de Estado, que siempre sabrán qué consumimos, qué decimos, qué hacemos, que pensamos y donde estamos; si usamos la computadora, el teléfono móvil, si vamos en auto o si caminamos por la calle, en el panóptico virtual y real en que han convertido al mundo; la televisión nos observa, le internet nos analiza, el celular nos sujeta al mercado. Pues cualquier persona con una cámara puede difundir por las redes sociales virtuales  información que puede utilizar cualquier medio para rellenar el espacio de las noticias censuradas. Las TIC de última generación pueden ser utilizadas como armas de destrucción masiva política, económica y culturalmente. A propósito, ¿Qué es la red Echelon?

 “Esta red es un sistema de espionaje global de todos los sistemas de comunicación e información: emails, llamadas (fijas y de celular), chats, faxes, blogs, internet, vigilados por una entramado de satélites, códigos, ejércitos de inteligencia y mucha lógica, matemática y sistemas computacionales. Es decir, se trata de la interceptación de toda clase de señales electrónicas y de comunicaciones, tanto como de los sistemas de comunicación oral.”

 “La red tiene sus antecedentes. Originalmente, durante la Primera Guerra Mundial se implementó el sistema The Big Ear (La gran oreja), el cual, durante la Segunda Guerra Mundial da lugar al sistema denominadoUkusa, por las siglas de Inglaterra y de los Estados Unidos. A este sistema se unirían posteriormente Canadá, Australia y Nueva Zelanda, como un sistema centrado en el mundo angloparlante, como se aprecia.”[2]

Ya nos hemos acostumbrado tanto al dominio virtual de las TIC manipuladas por los imperialistas, que hasta nos parece normal la violación a nuestra intimidad, la manipulación por otros (el sector financiero y la propaganda) de nuestra información personal y de nuestras vidas; sin embargo, esta tecnología nos sirve también para informar y denunciar hechos contra la humanidad y el planeta, si se trata de cambiar el mundo. Internet, televisión, radio, son herramientas para difundir y acopiar información, para relacionarnos los de abajo a través de nuestras propias redes sociales; son ventanas virtuales, canales que nos traen al instante el mundo real, virtual e imaginario, las ideas, las propuestas,  para generar y fortalecer movimientos de liberación social, cultural política y económica, para denunciar, y convocar a la movilización y multiplicar las redes de solidaridad y de resistencias aquí y en todo el mundo; lo que tenemos que hacer los usuarios, informadores y comunicadores populares es luchar por su democratización, por la objetividad, tomando partido por los de abajo, por la verdad y la razón, por el derecho a la intimidad, sin  tener que pagar por utilizar las ondas electromagnéticas, los impulsos electrónicos que hacen posible estas comunicaciones; exigiendo, (en un proceso de democratización) la disposición del 35% de las frecuencias de radio par las emisoras comunitarias; sin control comercial de los medios, sin apropiación, ni manipulación política de nuestras conciencias por el establecimiento,

Periódicos, revistas físicos y virtuales, emisoras de radio (por ondas hertzianas)   y televisión virtuales, Blogs, páginas web de organizaciones políticas y sociales como de intelectuales, profesionales, artistas   comprometidos con los intereses populares, son canales que permiten difundir el pensamiento de los editores políticos, las expresiones culturales populares, los conocimientos e informaciones, que los grandes medios ocultan tergiversan y niegan (como la verdad de la guerra, la corrupción, la violencia contra las mujeres, los/as dirigentes populares y la destrucción de los ecosistemas en nuestro país y en el mundo) que los sectores populares organizados y activos políticamente necesitan; pero también articular unir y consolidar procesos organizativos. Una alternativa a la desinformación, a la superficialidad, a la mala prensa, a la dispersión del movimiento social popular.

La construcción de redes de medios populares (periódicos, páginas web, emisoras de radio y canales de Tv, comunitarios) local, regional y nacionalmente es una necesidad en la formación de una opinión política crítica que conduzca a la integración de un Palenque de debate, a una minga de pensamiento y acción, a una olla comunitaria de unidad y participación, que nos puede llevar en un primer paso a convocar las diferentes expresiones comunicativas de las organizaciones políticas y sociales, los movimientos sociales democráticos y a los intelectuales orgánicos, vernáculos e independientes del pueblo, a conformar una instancia de coordinación o articulación, partiendo de lo local a lo nacional, mediante una serie de tareas, que aunque la mayoría de las publicaciones independientes las vienen realizando individualmente,sería importante:

  • Conocer y reconocer lo que todos hacemos (desde los sectores, las localidades y regiones) en comunicación popular, asumiendo las coincidencias como medios para acercarnos a una propuesta consensuada de país, en la que sea posible un diálogo entre las diversas visiones no solo de la izquierda política, sino, de los sectores, organizaciones y movimientos populares.
  • Propiciar alianzas estratégicas entre las posiciones políticas afines o coincidentes con miras a integrar un gran Movimiento social-cultural Popular Transformador.
  • Promover la formación de opinión política que conduzca a la unidad de los sectores populares en organizaciones y movimientos populares, con mecanismos de articulación y coordinación.
  • Formar una red de corresponsales que pueda socializar información importante con los medios alternativos.
  • Crear una Escuela Nacional de Medios Alternativos con contenido político, dirigida a los sectores populares para recrear, ampliar y/ o mejorar los medios propios según las necesidades y capacidad de cada sector, organización y/o comunidad.
  • Desarrollar proyectos de investigación periodística, que puedan aportar elementos de análisis de las problemáticas o como insumos para la elaboración de un programa mínimo para la transformación de nuestro país, integrando el pensamiento propio decolonial y pluridiverso como herramienta fundamental.
  • Auspiciar la participación de investigadores/as, dirigentes, profesionales e intelectuales de todas las tendencias políticas -de la izquierda social y política- en el debate sobre las alternativas y posibilidades en la construcción de un mejor país, desde los diferentes géneros periodísticos.
  • Reunir, estudiar y difundir por todos los medios posibles, información histórica, cultural, documental inédita que posean los sectores populares, las víctimas del conflicto social y armado de los últimos 60 años, lo mismo que información científica y/o teorías que a nivel nacional, continental y mundial puedan contribuir al análisis y comprensión de nuestra situación política, social y económica, resaltando los logros, descubrimientos e inventos de nuestros científicos de América Latina y Colombia (como lo vienen haciendo varios medios independientes).
  • Los sectores y movimientos populares tienen gran experiencia en la realización de este tipo de procesos, gran parte de la izquierda conoce y aplica el método de Investigación Acción participante que nos legó el maestro Fals Borda y algunas veces los aportes de Freire (“Pedagogía del oprimido”); para este proceso es importante, además, acondicionar la metodología a las cosmovisiones de cada sector o comunidad.

La integración del SNCA puede ser un proceso de acercamiento político, de elaboración y coordinación y/o articulación colectiva en base al consenso, su consolidación será de acuerdo con la dinámica que le impriman los y las interesadas, pues como parte de la izquierda, los medios alternativos independientes arrastran el lastre del divisionismo y el sectarismo, algunos han pretendido dirigir las luchas populares, más que comunicar, orientar y educar.


[1]El Estado: ¿un mal necesario? – Publicado en www.rebelion.org – 25-09-2013

[2]“La red Echelon: el control de internet y de todas las comunicaciones”. Escrito por  Carlos Eduardo Maldonado para Le Monde DiplomatiqueMartes, 09 Julio 2013

El colonialismo como estructura de dominación

PorGonzalo Salazar, “Cuadernos de Reencuentro”

28-02-2018

Al  juzgar  a  los  indígenas  como  sujetos  “sin  secta”  Colón  altera  la concepción  medieval  sobre  la  ‘cadena  del  ser’  y  hace  posible  pensar  sobre  el ‘condenado’  ya  no  en  términos  exclusivamente  cristianos  y  teológicos  sino  más bien antropológicos y modernos.A los condenados’ modernos les faltará no sólo la verdad, sino también parte fundamental de lo que se considera ser humano.Su falta no es tanto un resultado de su juicio, como un problema mismo de su ser. La colonialidad del poder nace así pues simultáneamente con la colonialidad del ser.

Maldonado-Torres, 2008ª: 217-220 citado por Ramón Grosfoguel, 2013[1]

 El racismo es la base de todo el sistema colonial-patriarcal del capitalismo, es la forma de negar al dominado/a su dignidad y su humanidad, es hacerlo/a extraño/a en su propio territorio, por lo que pierde su identidad, todos sus derechos y propiedades, es hacerlo factible de discriminación, de exclusión, de explotación y esclavitud, de convertirlo/a en cosa-mercancía o de ser exterminado/a; eso fue lo que hicieron la España y la Europa cristianas para imponer su poder y su cultura occidentales colonialistas, no solo a América, sino también a África y a gran parte de Asia; además clasificó racialmente a todos los pueblos no europeos en una escala de “inferioridad” y de “raciocinio”. A partir de la invasión al Abya Yala, y el sometimiento de los/as aborígenes, los europeos se autodenominaron blancos; al no reconocer la otredad, asumieron en su identidad una supuesta superioridad racial para poder despojar  y exterminar al y la aborigen, a quienes han considerado como salvajes, sin dios ni alma, aunque los hayan cristianizado.

En América, la idea de raza fue un modo de otorgar legitimidad a las relaciones de dominación impuestas por la conquista. La posterior constitución de Europa como nueva id-entidad después de América y la expansión del colonialismo europeo sobre el resto del mundo, llevaron a la elaboración de la perspectiva eurocéntrica de conocimiento y con ella a la elaboración teórica de la idea de raza como naturalización de esas relaciones coloniales de dominación entre europeosy no-europeos.

En consecuencia, nuevas identidades históricas y sociales fueron producidas: amarillos y aceitunados (u oliváceos) fueron sumados a blancos, indios, negros y mestizos. Dicha distribución racista de nuevas identidades sociales fue combinada, tal como había sido tan exitosamente lograda en América, con una distribución racista del trabajo y de las formas de explotación del capitalismo colonial. Esto se expresó, sobre todo, en una cuasi exclusiva asociación de la blanquitud social con el salario y por supuesto con los puestos de mando de la administración colonial.(Quijano 1992 p. 203-205)

 El colonialismo ha garantizado el mantenimiento y desarrollo del capitalismo mediante el trabajo esclavo y servil en la extracción de todos los bienes naturales y culturales de las colonias, que se reestructura con nuevos repartos de territorios y mercados entre las potencias imperialistas en la llamada  distribución internacional del trabajo -también de la naturaleza- que hacen las grandes Corporaciones con su modelo Neoliberal; aún los colonizados del sur, gobernados por oligarquías cipayasherederas de conquistadores y colonos (en Colombia actúan como los colonos blancos de España) al servicio de los neocolonialistas, mantienen alos trabajadores del campo y la ciudad, casi en las mismas condiciones, con salarios que escasamente alcanzan para subsistir y reproducir la mano y mente de obra; la extrema pobreza, el desempleo, la exclusión y la violencia en los países colonizados son las principales causas de las masivas migraciones de latinoamericanos, africanos y asiáticos hacia las metrópolis “desarrolladas” de Occidente.

La clasificación racial de la población y la temprana asociación de las nuevas identidades raciales de los colonizados con las formas de control no pagado, no asalariado, del trabajo, desarrolló entre los europeos o blancos la específica percepción de que el trabajo pagado era privilegio de los blancos. La inferioridad racial de los colonizados implicaba que no eran dignos del pago de salario. Estaban naturalmente obligados a trabajar en beneficio de sus amos.(Quijano 1992 p. 207

Sin embargo, iniciada la colonización a América, después de la expulsión de la mayoría de los judíos y musulmanes de la península, los cristianos del imperio español aplicaron a los judíos conversos por la fuerza (marranos) y a los musulmanes conversos por la fuerza (moriscos) el mismo tratamiento racista ejercido contra los indígenas, o sea, como colonizados, dejaron de considerarlos humanos creyentes de otros dioses o con la religión equivocada.Contrario al sentido común contemporáneo, el «racismo de color» no fue la primera forma del discurso racista. El «racismo religioso» («pueblos con religión» frente a «pueblos sin religión») fue la primera forma de racismo en el «sistemamundo capitalista/patriarcal occidentalo-céntrico/cristiano-céntrico moderno/ colonial». Esta definición de «pueblos sin religión» se acuñó durante todo el siglo XVI en España.”[2]Aunque en cada época y en cada región del mundo el racismo asume características particularidades, el racismo a ultranza como el actual de Occidente, involucra a la etnicidad, a las culturas y a las religiones.El racismo como el colonialismo, niegan la humanidad al sometido, al otro, al diferente, al colonizado.

Hoy con la globalización neoliberal esa clasificación no solo se mantiene, sino que se ha intensificado y extendido a todo el mundo, incluso a pueblos de la misma Europa y en las periferias de sus metrópolis; realidad de los pueblos del sur que se expresa en la explotación de los trabajadores, en la opresión, en el daño a nuestros ecosistemas, en el sexismo, en el terrorismo de Estado aplicado en casi todo el mundo, junto a la xenofobia por las olas migratorias generadas por la pobreza y la violencia que impone el capital extractivista. La división internacional del trabajo, las guerras imperialistas de despojo por exterminio son formas de recolonización ejecutadas donde quiera que haya recursos naturales, energéticos, laborales y/o financieros que explotar y/o extraer.

El racismo es una jerarquía de dominación de superioridad/inferioridad sobre la línea de lo humano. Esta jerarquía puede ser construida/marcada de diversas formas. Las élites occidentalizadas del tercer mundo (africanas, asiáticas o latinoamericanas) reproducen prácticas racistas contra grupos etno/raciales inferiorizados, donde los primeros ocupan la posición de superioridad sobre los últimos. (Grosfoguel 2012)

Las personas que están arriba de la línea de lo humano son reconocidas socialmente en su humanidad como seres humanos con subjectividad y con acceso a derechos humanos/ciudadanos/civiles/laborales. Las personas por debajo de la línea de lo humano son consideradas sub-humanos o no-humanos, es decir, su humanidad está cuestionada y, por tanto, negada (Fanon, 2010).

El racismo no es homogéneo ni en los países centrales ni en los de las periferias, igual que el sistema de clases que genera e impone el capital. Para sintetizar esta parte, tomamos un segmento del análisis que hace Grosfoguel de las categorías “zona del ser y zona del no ser” que plantea Fanon frente a la estructura del colonialismo basado en el racismo, pues considero que con el extractivismo Neocolonial adquiere relevancia en el panorama internacional con el crecimiento de la xenofobia, la islamofobiay el concepto de supremacía blanca promovidas desde los Estados y los Medios de desinformación y propaganda de los países imperialistas contra las migraciones del sur, provocadas por su sistema mundo y contra las llamadas “minorías” de esos países; análisis que también nos sirve para reconocer como colombianos, en qué lugar estamos del actual “Orden Mundial”.

En la zona del ser, los sujetos, por ser racializados como seres superiores, no viven opresión racial, sino privilegio racial. Como se discutirá más adelante, esto tiene implicaciones fundamentales en como se vive la opresión de clase, sexualidad y género. En la zona del no-ser, debido a que los sujetos son racializados como inferiores, ellos viven opresión racial en lugar de privilegio racial. Por tanto, la opresión de clase, sexualidad y género que se vive en la zona del no-ser es cualitativamente distinta a como estas opresiones se viven en la zona del ser. El asunto por enfatizar es que hay una diferencia cualitativa entre cómo las opresiones interseccionales se viven en la zona del ser y la zona del no-ser en el «sistemamundo capitalista/patriarcal occidentalocéntrico/cristianocéntrico moderno/ colonial» (Grosfoguel, 2011).

En la sociedad capitalista el sexismo es parte de su estructura colonialista, es expresión del patriarcado que somete a las mujeres y a quienes asumen opciones no heterosexuales, pero que también incluye todo lo femenino de la sociedad y la naturaleza, lo productivo y lo reproductivo, niega las capacidades y la dignidad de las personas, en nuestro caso, de las clases y sectores populares, las considera inferiores sujetas al arbitrio, explotación y abuso de los hombres, de las instituciones del Estado y a los prejuicios de la sociedad; las periferias, las colonias, como nuestro país, entran en este ámbito como dependientes, sociedades disciplinadas por el racismo, el autoritarismo y el terror religioso (que rige lo privado), que se ensañan en los más vulnerables: las mujeres y la naturaleza, por lo que desde la familia las mujeres trabajadoras y cuidadoras son doblemente sometidas, abusadas explotadas y excluidas. Por esto se dice que la pobreza tiene cuerpo de mujer negra o indígena de la periferia, precisamente en los territorios  donde se extrae la riqueza; esa dominación patriarcal en América Latina y Colombia, se expresa en el neoliberalismo extractivista y se concreta en casos como el de las madres comunitarias, que trabajan cuidando a los futuros esclavos (con o sin salario), mientras sus madres y padres están trabajando,  condición que el Estado colombiano no les reconoce, negándoles salarios dignos y seguridad social, delegando estas responsabilidades a las propias comunidades empobrecidas “beneficiarias” del programa de Hogares de Bienestar del ICBF; en la negación del derecho a la tierra de las campesinas, en la discriminación salarial de las obreras y empleadas (a trabajo igual salario igual),  lo mismo  sucede con el llamado trabajo doméstico, en el que la trabajadora (interna) labora prácticamente las 24 horas por menos de un salario mínimo, además de ser acosada y abusada por sus patrones; estos son casos de servidumbre que persisten en el moderno colonialismo del capital. El patriarcado asume los cuerpos de las mujeres como objetos de propiedad privada, al mismo nivel de la esclavitud o de la servidumbre, situación que persiste en los países de la periferia, especialmente en los dependientes, que también son objetos del extractivismo de sus “recursos” naturales y humanos, entre estos, las mujeres, los y las desterrados y migrantes. Siempre hay una o varias razones (económicas, políticas, culturales, sexuales) para las masivas migraciones de los sectores populares de las periferias, quienes en los países centrales ingresan al mercado laboral, como nuevos esclavos (tratados como tales por las sociedades de esos países) en la concepción colonialista de Occidente.

Con el uso instrumental de las ciencias sociales y humanas, la difusión del pensamiento único de Occidente, el eurocentrismo, el colonialismo y la adopción por la sociedad capitalista de sus conceptos de progreso y bienestar, -elaborados durante la modernidad e integrados en un patrón de poder-se impuso una supuesta cultura “universal”  fundamentada en el egoísmo, el individualismo, la indiferencia y la sumisión; cultura racista, eurocentristaantihumanista, que obliga al sometimiento sicológico y cultural de los pueblos del mundo, subordinando sus conocimientos y saberes, sus cosmovisiones, sus tradiciones, cambiando sus identidades, sus modos de producir y sus prácticas ancestrales de convivencia. La cultura colonial se fomenta por todos los medios desde el Estado y los mercados, se sustenta intelectual, ideológica y teóricamente en nuestros países desde la escuela hasta las universidades en todas las cátedras para reproducir modelos y roles de subordinación y obediencia. Se enraíza profundamente en amplios sectores de las llamadas clases medias

En las universidades occidentalizadas, el conocimiento producido porepistemologías, cosmologías y visiones del mundo «otras» o desde geopolíticas ycorpo-políticas del conocimiento de diferentes regiones del mundo consideradascomo «no-occidentales» con sus diversas dimensiones espacio/temporales seconsideran «inferiores» en relación con el conocimiento «superior» producido porlos hombres occidentales de cinco países que conforman el canon de pensamientoen las humanidades y las ciencias sociales. El conocimiento producido a partirde las experiencias histórico-sociales y las concepciones de mundo del Surglobal, también conocido como el mundo «no-Occidental», se consideraninferiores y son segregadas en forma de «apartheid epistémico» (…) del canon de pensamiento de las disciplinas de la universidad occidentalizada.

Más aún, el conocimiento producido por las mujeres (occidentales y nooccidentales)también es inferiorizado y marginado del canon de pensamiento.Las estructuras de conocimiento fundacionales de la universidad occidentalizadason epistémicamente racistas y sexistas al mismo tiempo.(Grosfoguel 2013)

Desde la óptica capitalista no hay alternativas a su modelo económico y cultural y su patrón de poder, pues estos cubren todos los espacios de la realidad y de la imaginación, creando una intersubjetividad donde todas las representaciones sociales están determinadas por sus estructuras e instituciones. De esta forma el capitalismo induce en los ciudadanos el carácter obligante de sus relaciones sociales de producción y reproducción, por ser su Sistema Mundo. Esta ha sido una disculpa de las izquierdas y del progresismo, latinoamericanos y colombianos para no luchar por la destrucción de las actuales estructuras económicas, sociales, culturales y las relaciones con la naturaleza; entre las culturales, la mentalidad colonial en los sectores populares y en la intelectualidad de izquierda, argumentando que no se puede construir el socialismo en un solo país ni intentar un modelo propio desde los sectores populares y las comunidades locales, (altermundismo) no desde las supuestas vanguardias políticas centralizadas-centralizadoras, por el contrario, en sus propuestas y programas prima la reinserción del país y de los movimientos populares en las dinámicas del capitalismo; reproducen el mismo patrón de poder, aceptan que cualquier proceso de transformación tiene que darse exclusivamente dentro del marco de la institucionalidad capitalista; han querido volver o continuar en la modernidad, con el desarrollismo-progresismo como paradigma, en el liberalismo, con su democracia representativa-delegataria parlamentaria, como únicos medios para supuestamente alcanzar las reivindicaciones sociales. Anibal Quijano nos ilustra con su concepto sobre el patrón de poder global del capitalismo.

En primer término, el actual patrón de poder mundial es el primero efectivamente global de la historia conocida. En varios sentidos específicos. Uno, es el primero donde en cada uno de los ámbitos de la existencia social están articuladas todas las formas históricamente conocidas de control de las relaciones sociales correspondientes, configurando en cada área una sola estructura con relaciones sistemáticas entre sus componentes y del mismo modo en su conjunto. Dos, es el primero donde cada una de esas estructuras de cada ámbito de existencia social, está bajo la hegemonía de una institución producida dentro del proceso de formación y desarrollo de este mismo patrón de poder. Así, en el control del trabajo, de sus recursos y de sus productos, está la empresa capitalista; en el control del sexo, de sus recursos y productos, la familia burguesa; en el control de la autoridad, sus recursos y productos, el Estado-nación; en el control de la intersubjetividad, el eurocentrismo. Tres, cada una de esas instituciones existe en relaciones de interdependencia con cada una de las otras. Por lo cual el patrón de poder está configurado como un sistema. Cuatro, en fin, este patrón de poder mundial es el primero que cubre a la totalidad de la población del planeta. (Quijano 1992 p214)

Si algo caracteriza al neoliberalismo son las políticas colonialistas impuestas y ejercidas desde los centros de poder del capitalismo, pues las decisiones políticas, económicas y sociales para los países dependientes de la periferia (colonizados) se toman por sus organismos e instituciones llamadas “multilaterales” e internacionales como el FMI, el BM, la OMC, La ONU, la OEA, La OTAN, la OCDE y los gobiernos de las potencias imperialistas; los gobiernos y parlamentos cipayos solo son borregos obedientes, pero cancerberos  de esos mandatos frente a sus pueblos.  Dentro de las políticas colonialistas hay una que es fundamental para los procesos de acumulación por expropiación: la corrupción -encarnada en las dirigencias políticas, en las burocracias administradoras del Estado y sus instituciones y en las juntas directivas de las grandes corporaciones privadas nacionales e internacionales- que es una forma de extractivismo contra los colonizados, saqueando los recursos económicos de los Estados, aportados por los contribuyentes, en la inmensa mayoría provenientes de los sectores populares. Los casos de Odebrech, Reficar, Isagen, los carruseles de las administraciones de Bogotá, los diferentes cárteles de los combustibles, de los productos de primera necesidad, de los recursos de la salud, la educación, la alimentación de los niños, la infraestructura, son solo una ínfima parte de la tradición histórica de la oligarquía y de la llamada “clase política”. Desde los tiempos de la Colonia muchos ancestros de los gobernantes actuales saqueaban el erario, ejercían el contrabando se apropiaban de ejidos, baldíos de la nación, de las tierras de los indígenas y de los campesinos, como expresión de un colonialismo interno. Para los corruptos es natural apropiarse de los bienes públicos como de los recursos naturales, de la tierra y del producto del trabajo, del ahorro de los ciudadanos de un país, hacen lo mismo que los neocolonos imperialistas europeos, exportan los capitales robados hacia las metrópolis y los paraísos fiscales, los ponen a jugar en las bolsas y pirámides de las metrópolis imperialistas, igual que hacen las grandes corporaciones extractivistas; la administración del Estado es el más valioso botín que desde 1810 disputan a muerte las facciones de esa oligarquía, donde las únicas víctimas son las comunidades locales, que a su vez son tratadas como colonizadas;  los corruptos no son más que las oligarquías y las mafias legales e ilegales que cuentan con la connivencia y el apoyo de los tres poderes del Estado capitalista; se puede concluir que el capitalismo es sinónimo de corrupción entre otros.

Claro que las nuevas sociedades más  justas, democráticas y solidarias se están gestando por las comunidades de los diversos pueblos del mundo -con la posibilidad de integrar la Internacional de los Pueblos de las Periferias- sin cordones umbilicales conectados a Estados, gobiernos, ONGs, partidos, a caudillos ni a una ideología, (por muy revolucionarios que estos sean) luchando contra el capitalismo, el colonialismo y el patriarcado, sintonizadas y/o articuladas desde pequeños espacios sectoriales, locales, regionales y/o nacionales. Pueblos como el nuestro, que no han vencido a sus oligarquías locales ni han definido su independencia política y económica del sistema imperialista, pero que sus comunidades asumen vías de emancipación construyendo alternativas propias de poder popular, podrían integrar este movimiento libertario; pues hasta el momento no ha existido un pueblo o un país que haya roto totalmente las estructuras  sistémicas del capitalismo, que hayan decolonizado sus culturas y ejerzan total autonomía, pero que sí paulatinamente construyen o recuperan nuevas y tradicionales instituciones que caracterizan su nuevo poder en sus territorios en reconstrucción, como las comunidades indígenas mayas zapatistas en Chiapas, los mapuches en Chile y Argentina, una parte del pueblo kurdo en territorios de Irak, Irán, Turquía y Siria, las y los villeros argentinos, sectores populares de la periferia de ciudad de México, sectores populares de concejos comunales y de comunidades como Cecosesola (red de cooperativas que relaciona una amplia red de productores agrícolas y artesanales y consumidores urbanos, además de gestionar en salud y educación con la comunidad) en Venezuela, los pueblos indígenas en el Cauca; una característica de estos procesos es el protagonismo de las mujeres y de los/as jóvenes y el respeto por la madre tierra. Por esto reconocemos no solo el derecho sino la necesidad de integrar, movimientos de estas características y de formas de Estados en extinción o gobiernos nacionales populares de transición, como ejercicio de la autodeterminación de los pueblos, que rompen con el colonialismo. Para los y las revolucionarias las relaciones sociales capitalistas no son obligantes, ellos/as deben romper esos supuestos en sus praxis, en sus propuestas de nueva sociedad con nuevas visiones y paradigmas, poder visualizar desde el inicio un gran movimiento social-cultural plural y diverso en cada localidad y/o nación, que además de ser político, sea también ético, decolonial, anticapitalista, antipatriarcal, ecologista, antisistémico.

No existen culturas autóctonas puras, aisladas, como tampoco culturas inferiores o superiores, ni civilizaciones perfectas o eternas, todas tienen sus valores, sus avances, su esplendor, sus injusticias, sus mitos; todas envejecen y fenecen, siendo reemplazadas por otras, porque son construcciones humanas; la Occidental no es la excepción; sin embargo, los mismos conceptos de desarrollo, progreso y bienestar están supeditados a la cosmovisión de cada pueblo. Como pueblos del sur, como colonias del capitalismo occidental, somos parte de esa cultura impuesta que nos ubica en el contexto geopolítico y geoestratégico, como dependientes económica, política e intelectualmente de Occidente, que no nos deja mirar otras posibilidades de progreso ni asumir nuestras propias identidades ni descolonizar nuestras mentes ni nuestros pensamientos.

Si bien este hecho, de alguna manera, es padecido por todos los países que emergen del colonialismo —esos países nuestros a los que esforzados intelectuales metropolitanos han llamado torpe y sucesivamente barbarie, pueblos de color, países subdesarrollados, Tercer Mundo—, creo que el fenómeno alcanza una crudeza singular al tratarse de la que Martí llamó «nuestra América mestiza». Aunque puede fácilmente defenderse la indiscutible tesis de que todo hombre es un mestizo, e incluso toda cultura; aunque esto parece especialmente válido para el caso de las colonias, sin embargo, tanto en el aspecto étnico como en el cultural es evidente que los países capitalistas alcanzaron hace tiempo una relativa homogeneidad en este orden. (Retamar, 2000)

Con la visión occidental eurocéntrica nos miramos como inferiores como bárbaros, vándalos (pueblos que invadieron la Europa oscura y cristiana), brutos, sucios, destructores, caníbales (como el Calibán)[3] y atrasados o subdesarrollados, concepto que no solo se refiere a lo económico, sino también a lo cultural y psicológico; asumimos inconscientemente estos conceptos de inferioridad y los aplicamos en nuestras relaciones en todas las actividades sociales y culturales; nos lo recuerdan los gobernantes y la burguesías europeas durante 525 años de invasión terrorista-genocida realizada por ellos, con el tratamiento de esclavos y criminales que dan a nuestros compatriotas trabajadores en el Occidente “desarrollado”, con el atentado y secuestro de un presidente progresista indígena suramericano en el espacio aéreo europeo, en el aeropuerto de Viena Austria; también el rey Juan Carlos de España, cuando mandó a callar al presidente de Venezuela en una reunión con otros presidentes de la región en 2007, y recientemente (enero de 2018) con las declaraciones del emperador Donald Tromp en la que se refiere a países pobres de Centroamérica como Haití, El Salvador y a varios  africanos, como “países de mierda”, expresando la ideología xenófoba y racista de la oligarquía blanca norteamericana, además de su omisión y connivencia en la persecución y asesinato de afroamericanos .en la calles estadounidenses.

Según esta visión, nuestras culturas, nuestro arte, son de segunda, son folklore, artesanía; nuestras historias, nuestras literaturas, son mitos o leyendas, realismo mágico, nuestros saberes son supersticiones –conocemos más de Platón, de Alejandro, de Napoleón, de Europa, de Norteamérica, de sus literaturas, de sus guerras, de sus historias y presentes, que de nuestro pasado, de nuestras geografías, de nuestras literaturas, de nuestra biodiversidad, de nuestra propia realidad actual- sabemos de su ciencia y sus culturas lo que la escuela oficial nos enseña, lo que sus medios masivos nos informan; nuestros conocimientos no tienen nada que ver con acumulados históricos, científicos o culturales propios; para Occidente nuestros símbolos son enigmas del pasado sin ningún valor, pues somos el pasado, o sea, primitivos. Del mismo modo la educación oficial y los medios nos martillan a toda hora la “superioridad” de los valores y la cultura logocéntricade Occidente (si alguna cultura o pensamiento expresada en la oralidad no es traducida, no está escrita o “no es posible” transcribirla, no existe); los líderes políticos, los profesionales, los artistas en cualquier disciplina, en nuestros países, son eficientes e idóneos sólo si son reverentes con esa cultura, si son graduados de universidades de las metrópolis del norte, si son calificados o premiados por organismos académicos o especializados  de occidente; igual si las mercancías son producidas por sus industrias y tecnologías, son de primera, hasta nuestras especies vegetales y animales son inferiores porque ellos así las “descubren”, las estudian y las clasifican cambiándoles sus nombres originales para comercializarlas; todo esto no es más que la concreción del colonialismo cultural, intelectual y mental. Desde una perspectiva local Fernando González nos expresa el eurocentrismo de los suramericanos.

¿Las causas? El indio fue humillado por la civilización más fanática, la cristiana, y Suramérica, por los más rudos de Europa, los españoles. De suerte que nosotros, los libertos bolivarianos, mulatos y mestizos, somos vanidosos, a saber: creemos, vivimos la creencia de que lo europeo es lo bueno; nos avergonzamos del indio y del negro; el suramericano tiene vergüenza de sus padres, de sus instintos. De ahí que todo lo tengamos torcido, como bregando por ocultarse, y que aparentemos las maneras europeas.[4]

Sin embargo a la hora de definir nuestras identidades, nuestras cualidades, la oligarquía, la dirigencia política, sectores cooptados de las clases medias, muchos intelectuales e incluso la mayoría de la izquierda, no se reconocen como intelectual, mental y culturalmente diferentes a los europeos; reniegan de sus orígenes étnicos, de sus historias, de sus países, hasta de sus propios cuerpos, quieren parecerse a sus dominadores, por eso adoran la cultura occidental que los aliena con el consumismo y la mentalidad sumisa que propician los medios, como lo hace  la explotación con los trabajadores. El maestro Quijano nuevamente nos completa el análisis de la tendencia eurocentrista en gran parte de las y los latinoamericanos.

Aplicada de manera específica a la experiencia histórica latinoamericana, la perspectiva eurocéntrica de conocimiento opera como un espejo que distorsiona lo que refleja. Es decir, la imagen que encontramos en ese espejo no es del todo quimérica, ya que poseemos tantos y tan importantes rasgos históricos europeos en tantos aspectos, materiales e intersubjetivos. Pero, al mismo tiempo, somos tanprofundamente distintos. De ahí que cuando miramos a nuestro espejo eurocéntrico, la imagen que vemos sea necesariamente parcial y distorsionada.

Aquí la tragedia es que todos hemos sido conducidos, sabiéndolo o no, queriéndolo o no, a ver y aceptar aquella imagen como nuestra y como perteneciente a nosotros solamente. De esa manera seguimos siendo lo que no somos. Y como resultado no podemos nunca identificar nuestros verdaderos problemas, mucho menos resolverlos, a no ser de una manera parcial y distorsionada. (Quijano 1992 p.225)

En nuestras culturas aborígenes y raizales, en la mayoría del campesinado, de las y los trabajadores, predomina lo colectivo, la solidaridad, el respeto por el otro, por la otra, por la naturaleza, admiración por la belleza, sin embargo también entre estas comunidades, como en los demás sectores sociales, permanecen antivalores autoritarios, etnocentristas, patriarcales y machistas que occidente ha utilizado para dividirnos, estimulando el individualismo, el egoísmo  y la corrupción en toda la sociedad –tanto en lo administrativo como político de los sectores privado y estatal-,  en las dirigencias, desde los indígenas, pasando por las comunidades negras, las organizaciones de mujeres, de la juventud, partidos políticos de izquierda, hasta las directivas sindicales de los trabajadores, que se refleja en las luchas por intereses de grupo, y personales; quienes así actúan  no ven necesaria la unidad social, política, orgánica con otros sectores populares ni en sus propias organizaciones políticas y sociales, en su ambición de protagonismo de autosuficiencia y “superioridad”; tara ideológica heredada del colonialismo por la oligarquía, que impide la emancipación, la unidad popular y de la izquierda en la construcción de subjetividades desde lo que somos, lo que queremos y lo que podemos ser.

Nuestras identidades culturales y políticas se sintetizan en una ideología dominante que garantiza la sumisión intelectual ante lo foráneo, la atomización de los movimientos sociales y la existencia del capitalismo, como expresión de nuestro colonialismo intelectual o colonialidad. La oligarquía latinoamericana, especialmente la colombiana, siguen siendo vasallas de las potencias de Occidente, ella quiere que de igual manera continúe la mentalidad de esclavos y de siervos en los sectores populares; el racismo que impuso Europa en la colonia, lo impone con su sistema educativo, la propaganda mediática, la exclusión social y con la violencia de su estado terrorista a nuestro pueblo; es esa cultura de la sumisión lo que no nos permite avanzar en nuestra emancipación. Si queremos no solo un mejor país, sino, una mejor sociedad, tenemos que romper los lasos culturales que nos asfixian y nos domestican, además de las estructuras coloniales económicas y políticas capitalistas patriarcales; construir nuevas subjetividades e intersubjetividades, con elementos fundamentales de nuestras identidades, como personas, como sectores y clases populares y como pueblo.

Gonzalo Salazar – 2018

__________________________________________

[1]Racismo/sexismo epistémico, universidades occidentalizadas y los cuatro genocidios epistémicos del largo siglo XVI. Ramón Grosfoguel. http://www.revistatabularasa.org/numero-19/02grosfoguel.pdf

[2]El concepto de «racismo» En michel Foucault y FrantzFanon: ¿teorizar desde la zona del ser o desde la zona del no-ser?.Ramón GrosfoGueluniversityof California, Berkeley, usa. Tabula Rasa. Bogotá – Colombia, No.16: 79-102, enero-junio 2012

[3] Esclavo de Próspero, personaje de la obra  de teatro “La Tempestad” de William Shakespeare.

[4]Los negroides (Ensayo sobre La Gran Colombia) Fernando González 1936

Tecnologías de Intoxicación y Control (Del libro «Aproximación a una visión de mejor pais»)

Por: Gonzalo Salazar

Febrero 14 de 2018

 El riowa ha enviado pájaros gigantes a la luna (Siyora), a él le decimos que la ame y la cuide, que no puede ir por el universo haciéndole a cada astro lo que le hicieron a cada árbol del bosque acá en la tierra, y a sus hijos les preguntamos: ¿Quién hizo el metal con que se construyó cada pluma que cubrió al gran pájaro? ¿Quién hizo el combustible con que se alimentó? ¿Quién hizo al mismo hombre que dirige y fabrica al pájaro? … el riowa no debe engañar ni mentir a sus hijos, debe enseñar que aún para construir un mundo artificial el hombre necesita de la madre tierra… por eso hay que amarla y cuidarla…Carta de los U´wa a la Humanidad

Todas las mercancías que inicialmente se producían y valoraban por su valor de uso, cumplían sus funciones hasta agotar su resistencia física o su capacidad de trabajo, garantizada en la buena calidad de las materias primas utilizadas en su fabricación; hasta antes de la Segunda Guerra “Mundial” Alemania e Inglaterra fabricaban herramientas y equipos eficientes que duraban mucho tiempo cumpliendo sus funciones en buenas condiciones, muchos medicamentos eran efectivos, sanadores y generaban pocos efectos colaterales, autos como los de la Ford no requerían muchos repuestos; es sorprendente el caso de una bombilla eléctrica fabricada en 1890 por una compañía norteamericana, que iluminó continuamente durante más de 100 años en la oficina de bomberos de la ciudad de Livermore; equipos y herramientas se fabricaban para que funcionaran eficientemente y duraran mucho tiempo, era mayor el valor de uso.

En la actualidad las máquinas, los equipos de alta tecnología en comunicaciones y servicios, todos los productos utilizados individualmente, en el hogar, en la industria, son elaborados y programados para que cada vez duren menos o se autodestruyan sin posibilidad de reparar, reformar, adaptar y/o reciclar por usuarios y consumidores. Existen en la gran industria capitalista, departamentos y laboratorios especializados en el estudio, diseño, producción e inserción de mecanismos, componentes físicos, químicos, genéticos, electrónicos y/o informáticos en todo tipo de mercancías, que determinan su vida útil, haciéndola cada vez más corta (obsolescencia programada).

El fetichismo de la mercancía, evidenciado por Marx, continúa invadiendo aceleradamente las mentes y los hogares de capitalistas y consumidores –convertidos en consumistas-. Ávidos de ganancias los propietarios de las marcas y de emociones, alucinados con la tecnología, manipulados por los medios de comunicación masiva y el mercado los consumidores. Ahora la marca, el moderno fetiche, es mucho más importante que el producto mismo, pues le asigna “identidad y status” al consumidor. Hoy nadie compra zapatos, adquiere Nike o Adidas (marcas que no tienen un punto de fábrica jurídicamente propio), así como hasta hace poco la gente no fumaba cigarrillos, sino que disfrutaba un Marllboro, las familias no almuerzan, sino que van a McDonald’s, o no tienen teléfono celular, sino que compran la última generación Galaxy de Samsung, igualmente pasa con los autos y el vestido. El uso masivo-intensivo de la tecnología no hace más inteligentes ni libres ni felices a las personas, generalmente les aporta comodidad para trabajar o para consumir, y un poco de placer onanista instantáneo inducido por el mercado.  La manía consumista del capitalismo, generada por el afán de la ganancia rápida y creciente, obliga a acelerar los procesos productivos y los extractivismos, innovando permanentemente o revolucionando los instrumentos de producción y las mercancías necesarias e innecesarias, dinamizando la competencia de los mercados con excesos de producción y gigantescos capitales acumulados con pocas probabilidades de inversión, mientras los medios de desinformación y propaganda hacen del capitalista financiero y especulador, el paradigma del éxito y la sabiduría del siglo XXI.

A nombre del progreso, los productos industriales de uso y consumo cotidiano son reformados tan rápidamente que de un año a otro muchas veces no se puede conseguir el mismo producto, ni accesorios ni repuestos para su mantenimiento; lo vemos en los ordenadores, equipos de comunicación (TIC), los equipos de audio, autos, aparatos de uso doméstico, máquinas herramientas y demás equipos tecnológicos. Las reformas o cambios técnicos y de presentación generalmente no mejoran la capacidad de trabajo o la comodidad para operarlos, muchas veces esos cambios ni siquiera aportan eficiencia; por ejemplo, a los autos les aumentan la rapidez de desplazamiento (de 150 a 250 o más kilómetros por hora) cuando las calles se diseñan para máximo 80 kph. Aún si volaran los carros, no podrían desplazarse en las ciudades a más de 150 kph. Muchos de los aparatos de uso doméstico son ineficientes, consumen mucha energía y son complicados para armar, desarmar y asear, además de ser altamente contaminantes por estar construidos con materiales no biodegradables, no reciclables y minerales escasos en la naturaleza como los denominados tierras raras; aparatos que se convierten en chatarra y basura en poco tiempo, de acuerdo a la obsolescencia programada que determine el fabricante. El desarrollo tecnológico a ultranza agota las reservas de esos minerales (con pocas posibilidades de recuperación) y los combustibles fósiles, dispersando los derivados plásticos y compuestos de la combustión en toda la faz de la tierra.

A los ordenadores se les suman tantas funciones y aplicaciones, se les eleva exponencialmente su capacidad de acumulación de información, la velocidad en la transmisión y el procesamiento de datos, movilizando casi instantáneamente inmensos bloques de información, que una persona no alcanza en la vida útil del aparato a utilizar todas sus aplicaciones, programas y capacidades; tanto desarrollo en unas tecnologías -software y hardware- desechables que al cabo de dos o tres años están totalmente  obsoletas, no porque se hayan agotado sus capacidades operativas o superado sus funciones, sino, porque han salido nuevos modelos con nuevas aplicaciones o con nuevos formatos. La competencia y exclusividad entre marcas hace que productos de iguales funciones no puedan compartir sus partes o repuestos si son de marcas o modelos diferentes, lo mismo pasa con la operación: en los teléfonos celulares, cada marca, cada modelo tiene su propio manual para las mismas funciones y un tipo de cargador diferente.

En el caso de las telecomunicaciones en el sistema bancario-financiero, -el mayor espía y controlador de la vida de las personas- con la automatización y rapidez con las que se ejecutan las operaciones, los costos reales de los servicios bancarios son prácticamente despreciables, puesrequiere mínimas cantidades de energía y de fuerza laboral, pero los propietarios de las corporaciones financieras todos los días incrementan sus precios. Los servicios de telecomunicaciones deberían estar en poder y ser operados por un Estado democrático o por las mismas comunidades locales. Cada día el mismo desarrollo tecnológico reduce los costos de producción y de prestación de esos servicios, mientras las empresas operadoras privadas mantienen altos sus precios.

La innovación tecnológica industrial con base en la investigación científica (tecnociencias), se desarrolla aislada de las necesidades reales de los consumidores y o usuarios; esta es acumulada y mantenida en secreto por los fabricantes, sacando al mercado los productos de acuerdo con sus ambiciones económicas, separando partes necesarias para el funcionamiento de uso cotidiano como los dispositivos de Internet, los programas operativos y equipos proveedores de energía de estos aparatos. Por mucho tiempo los VHS[1]y DVD fueron separados de los equipos de televisión; aún, los dispositivos captadores-codificadores de señal –Internet, Tv- tienen que adquirirse a través de proveedores y los servicios, de operadores. En los años 60s y 70s del siglo pasado la señal de televisión se recibía a través de una antena aérea –igual que la radio- que instalaba el propio usuario y no tenía ningún código ni costo su servicio, luego vendrían las parabólicas con cientos de canales internacionales que restringieron y condujeron a la privatización y monopolización de este servicio como expresión de la globalización neoliberal de las telecomunicaciones. Ni la señal de televisión ni la de Internet deberían tener costo para los usuarios. Las restricciones económicas en el uso de los servicios vía TIC, igual que los sobrecostos de productos farmacéuticos y alimenticios, como de los procesos productivos y científicos con su sistema de patentes, significan la apropiación ilegítima por las transnacionales, de los bienes naturales comunes (franja geoestacionaria, espacio radioeléctrico, territorios, especies vivas, combustibles fósiles minerales etc.) y los conocimientos generados por todos los pueblos del mundo.

Muchos científicos y experimentadores en diferentes partes del mundo en diferentes áreas de la técnica han alcanzado en los últimos 70 años un gran desarrollo de tecnologías de generación de energías alternativas para la movilización de automóviles, para la industria y para los hogares, que ha comprobado su eficiencia, economía y conservación del medio ambiente; las grandes compañías de generación de energía -hidrocarburos, carbón mineral y gas-, y las automotrices tradicionales, se han opuesto a su aplicación y masificación, comprando y archivando todas las patentes de esos inventos, destruyendo miles de autos y equipos que fueron construidos con estas tecnologías; en muchos casos chantajean, amenazan y llegan al asesinato de inventores y productores de esas tecnologías. La preocupación que ha generado el deterioro del medio ambiente, muchas veces promovida por las mismas multinacionales fabricantes de productos contaminantes, ha sido utilizada para ampliar el consumo de autos, a los quesupuestamenteles cambiaron el combustible de origen fósil a agrocombustibles, haciendo creer a los consumidores que son más ecológicos, cuando la producción de un galón de agrocombustible resulta más contaminante, destructor de la naturaleza y agresivo contra los pueblos agricultores de los países pobres, que un barril de petróleo (la guerra por los combustibles expropia, desplaza, explota, y convierte en objetivos militares a pueblos y comunidades); hoy gran parte de la producción agroalimentaria está dirigida a la producción de agrocombustibles principalmente para los carros. Pero el afán por la ganancia lleva a los capitalistas a utilizar procedimientos extremos como el fracking para extraer los últimos sedimentos de petróleo y gas, desestructurando capas geológicas, contaminando las fuentes de agua subterráneas y superficiales, propiciando futuras tragedias ecológicas.

El capitalismo globalizado sigue considerando al automóvil como símbolo de bienestar y libertad individual, “imprescindible” en el desarrollo de los países, mientras pretenden que el prototipo del ciudadano norteamericano o de los países “desarrollados” que vive dentro del auto y trabaja sin descanso para sostenerlo, sea el paradigma para los ciudadanos del sur. Un aparato que no solo contamina consumiendo en su fabricación, funcionamiento y destrucción, energía equivalente a más del 100% de toda la energía eléctrica generada industrialmente en el planeta, sino, que destruye los ecosistemas en todas las partes del mundo donde se explotan intensamente mano de obra y materias primas para su fabricación; convierte las ciudades en inmensas telarañas de asfalto que nos atrapan en la inmovilidad de los millones de autos que no nos dejan caminar ni respirar. Entre más amplíen, mejoren y multipliquen las vías, en esa medida se multiplica el parque automotor, se llenan de humo las ciudades, se destruyen los ecosistemas y se enferman los/as ciudadanas. Las ciudades se diseñan para que circulen los carros.

De la misma manera la energía eléctrica (alterna) que mueve e ilumina todo tipo de actividad productiva y social, generada de diversas fuentes como la térmica mediante el uso de combustibles fósiles (gas, petróleo, carbón) y agrocombustibles; la hidroeléctrica que represa inmensas cantidades de agua, inundando grandes extensiones de tierra fértil y bosques, (expropiando, aterrorizando y desplazando las comunidades habitantes de esas zonas) y la generada por energía nuclear, son obsoletas, antieconómicas, antiecológicas y agresivas contra las comunidades. Formas que además requieren muchas, gigantescas y costosas infraestructuras, -represas, turbinas, generadores térmicos, torres, subestaciones, reactores nucleares, líneas de transmisión y distribución- costosos equipos de automatización, grandes cantidades de cables que contienen millones de toneladas de metales, de otros materiales (cemento, cobre, aluminio, acero, plásticos) y material o combustible nuclear como el uranio o el plutonio; estas formas de generar electricidad son altamente, contaminantes y destructoras de ecosistemas de los lugares donde se extraen los combustibles, y de alto riesgo para los humanos en los lugares donde se genera la energía eléctrica. Por otra parte, en algunos países se empieza a utilizar energía eólica y solar en mínima proporción, sin embargo, existen muchas formas de producir electricidad para uso doméstico, industrial y comercial menos agresivas contra la ecología y los pueblos.

Hoy casi todo tipo de señal radioeléctrica o electromagnética, incluyendo las de potencia, se podrían emitir y recibir de forma inalámbrica, (tal como lo proponía Nicola Tesla, como ya funcionan algunos teléfonos celulares) todos los aparatos electromecánicos y electrónicos podrían funcionar sin acometidas cableadas; hasta los aviones y los barcos podrían funcionar de esta manera. Se pueden utilizar elementos y fenómenos naturales generadores y conductores naturales de electricidad como la luz solar, la energía latente que está en todas partes, en el aire y en el espacio, simplemente a través de convertidores en los receptores con pequeñas antenas, hasta el movimiento del cuerpo humano puede servir como generador para tecnologías de uso personal (como relojes, teléfonos móviles, computadores portátiles); para  equipos fijos y de alto consumo (industrial, comercial transporte masivo como trenes, metros y tranvías ) se puede hacer con generadores de hidrogeno (su residuo es agua), con generadores ubicados a la orilla del mar utilizando el movimiento de sus olas y corrientes, con el viento (eólica), el calor interno de la tierra,  incluso en la estratosfera a través de espejos y satélites especializados (energía solar espacial) en transformar y transmitir energía solar a través de sistemas de microondas o de rayos láser (tecnología que las corporaciones de combustibles fósiles han impedido su desarrollo y utilización) y potentes antenas en la tierra; generadores y conductores de energía que reducen los costos económicos, ambientales y humanos, porque son bienes naturales comunes, son energías limpias de fuentes inagotables (excepto el cuerpo humano). La generación de energía eléctrica mediante la transformación de energía nuclear, que es de gran potencia y altísimo riesgo, debería suprimirse o reducirse al mínimo, pues también utiliza la misma infraestructura antiecológica de transmisión y distribución que las de generación hídrica, térmica (combustibles fósiles y agrocombustibles). La energía eléctrica es más económica, menos dañina y ecológica si se genera en pequeña escala localmente, con tecnologías limpias, con elementos naturales, sin combustibles fósiles ni biológicos. Una casa actual puede, incluso con la basura producida en su funcionamiento, generar la energía que necesita, utilizando generadores alternativos como la biomasa (aunque también genera residuos contaminantes en mínima proporción), paneles solares (fotovoltaica) o mecánica a través de bicicletas estáticas o molinos de viento, entre muchas; algunos países como China importan basura para reciclarla y como combustible producir energía eléctrica.

Las telecomunicaciones utilizan miles de torres de antenas, miles de equipos electrónicos, millones de metros de fibra óptica, de cables de aluminio y cobre, millones de toneladas de plásticos aislantes altamente contaminantes, onerosos ambientalmente. Las señales de radio, telefonía, televisión e Internet, deberían ser enviadas por los aparatos emisores a un satélite (por país) y de allí directamente a los usuarios receptores, especialmente en los países ubicados bajo la franja geoestacionaria, bajo la cual se encuentra nuestro territorio nacional, estas alternativas además de ahorrar en cables, fibra óptica,  estaciones repetidoras, torres de antenas y equipos de control técnico y social, de generación y acumulación (baterías altamente tóxicas no biodegradables) permitiría eliminar toda esa infraestructura  tecnológica obsoleta; igualmente en la producción de energía, eléctrica, la utilización de tecnologías y fuentes de energía alternativas, contribuirían en el saneamiento del medio ambiente disminuyendo la explotación de metales, combustibles fósiles y de minerales en proceso de extinción; disminuirían los daños ecológicos provocados por la utilización de esas mega-estructuras también obsoletas (hidroeléctricas, termoeléctricas subestaciones, torres, líneas de transmisión y distribución) como lo es también la generación nuclear; además simultáneamente y sobre todo, lo que más contribuiría a este propósito es reducir el consumo y uso de tecnologías y de la energía eléctrica por toda la sociedad en el país y en el mundo; por esto deberían ser los Estados realmente democráticos (o en transición) y las comunidades locales, como dueños, administradores y operadores de los servicios de telecomunicaciones, de energía y del transporte masivo, los que hagan estas transformaciones.

Continúan a la vanguardia del desarrollo tecnológico la microelectrónica, la informática, la cibernética, componentes indispensables de las actuales telecomunicaciones, y la automatización que cubren prácticamente todo el planeta y que se intensifica con la acelerada utilización de la Inteligencia artificial. Con la mecatrónica, la nanotecnología, la cibernética, aplicadas en el arsenal bélico (complejo militar industrial USA, Israel, Unión Europea, Rusia, China) de transportes, telecomunicaciones, misilística, aviación (drones) y logística, las potencias hegemónicas, ejercen el espionaje y la agresión en todas las formas a personas, organizaciones y Estados en todo el mundo, a amigos y enemigos, ejerciendo el chantaje y la guerra permanente contra los pueblos que no se resignan al saqueo de sus riquezas; esas tecnologías que también evolucionan insertas en los instrumentos y equipos de la medicina moderna y las telecomunicaciones, dinamizan las actividades civiles productivas, recreativas y de servicios; sin embargo, más del 50% del desarrollo o perfeccionamiento de los equipos tecnológicos electrónicos, electromecánicos, programas informáticos, está dirigido a la vigilancia y al control total (incluido el militar) de consumidores y usuarios, para mantener el orden público establecido por la sociedad del “libre mercado”, con ayuda de los medios masivos de “información” ylas telecomunicaciones, convirtiendo  las ciudades en panópticos físicos y virtuales, con miles de ojos y oídos que vigilan cada esquina, cada calle, cada oficina, cada universidad, cada supermercado, cada espacio público y privado de la tierra desde el aire, desde la estratosfera, donde quiera que haya una cámara de “seguridad”, un teléfono móvil, un computador o un televisor (Samsumg ha puesto micrófonos y cámaras escondidas en sus televisores, no se sabe cuántas más empresas hagan lo mismo). Dichas tecnologías utilizadas de esta forma son contaminantes, no aportan nada positivo a la seguridad ni al bienestar de los ciudadanos-as, por el contrario, generan paranoia e inseguridad, mientras los grandes criminales están dirigiendo el sistema financiero, planificando y ordenando el despojo y las guerras contra todos los pueblos, espiando a todo el mundo a través de los medios y de las redes sociales virtuales. Los ciudadanos se convierten en guardianes de sus vecinos, amigos y familias con la utilización de cámaras web y telefónicas, violando el derecho a la intimidad, aumentando el morbo en televidentes e internautas, generando patologías psicológicas, y la persecución del Estado capitalista a quienes no se comportan adecuadamente a sus normas.

En el capitalismo el principal objetivo de todo desarrollo científico y tecnológico es mantener e incrementar el consumismo y las tasas de ganancia por todos los medios, por esto la competencia entre marcas y la generación permanente de modelos pasajeros. El desarrollo tecnológico en una sociedad democrática tiene que racionalizar la calidad y la inocuidad ecológica de todos los equipos mecánicos, eléctricos y electrónicos y de las herramientas, buscando la máxima comodidad, durabilidad, seguridad, eficiencia, resistencia y economía de los materiales utilizados en su fabricación, que permita mediante el uso adecuado, agotar sus capacidades, sus funciones y alargar la vida útil de estos productos; reduciendo su utilización intensiva individual (consumismo) innecesaria y el impacto en la salud de los usuarios; suprimiendo equipos y tecnologías innecesarios y dañinos. Este objetivo se logra si los productores directos y los consumidores-usuarios controlan el diseño y la producción de estos equipos y herramientas de la actual tecnología; igualmente si los servicios básicos (energía, acueducto, aseo y telecomunicaciones) la educación y la salud están administrados y controlados por un Estado verdaderamente democrático (o popular en transición) o por las comunidades usuarias locales y regionales autónomas, no utilizados como propiedad privada.

Los conceptos de progreso y bienestar, fundados en la ciencia y la tecnología, en algunos sectores de la sociedad (especialmente la clase media) mantienen la ilusión de un futuro mejor lleno de comodidades y placeres, en la inmovilidad y el aislamiento individual del mundo real; algo así como su espacio de confort, en “su” realidad virtual, aunque los medios le llamen a consumir y competir, pues con las nuevas tecnologías cualquiera puede bailar o copular mientras maneja una máquina a control remoto, o rendir un informe de su actividad laboral mientras conduce o almuerza comida chatarra en cualquier esquina de la ciudad, pues muy pronto los autos serán totalmente automáticos, no necesitarán conductores y hasta los procedimientos médicos (desde el diagnóstico, los tratamientos hasta las cirugías) serán realizados por robots “autónomos”, lo mismo harán los más lujosos y cómodos hoteles, atenderán a sus clientes con estos aparatos, pues la producción industrial estará totalmente robotizada y controlada con IA. En esa línea recta y ascendente hacia la “felicidad” está el consumismo de las nuevas tecnologías, la cibernética y la inteligencia artificial, que podría llegar a anular o suplantar la inteligencia y la conciencia de las personas, con la  compleja aplicación de algoritmos que se incluyan en su programación, además de multiplicar el desempleo estructural, empezando por las actividades y profesiones de alto nivel técnico y/o académico;su desarrollo ya no se enfoca a acercar los aparatos a las manos, los ojos y los oídos de los consumidores, sino, de introducirlos en los cuerpos, en los cerebros, con la nanotecnología; mañana pude ser en las células, en el ADN, y los software instalados directamente en las mentes de los individuos.

La IA no solo está en todo tipo de máquinas como los robots industriales, los controladores de tráfico automotor, los drones y las armas de guerra, está en actividad en el sistema financiero, en la industria, en la farmacéutica, en la medicina, en los programas y logística de las ingenierías, además de las TIC; con la integración de redes neuronales artificiales en algún momento de su desarrollo y aplicación podría autoprogramarse, autoreproducirse y autoevolucionar en todo tipo de aparatos, (incluyendo los androides y nanomáquinas inteligentes) aprendiendo del ensayo-error, adquiriendo una forma de conciencia con la misma racionalidad que le impriman sus creadores humanos; podrán solucionar problemas técnicos y matemáticos en forma autónoma o mediante otros mecanismos tecnológicos reemplazar órganos internos del cuerpo humano; igualmente la IA podrá imitar una personalidad con emociones y sentimientos particulares en cada modelo y unidad de máquina o equipo para interactuar con humanos y entre ellos en todo tipo de actividades productivas, de investigación y de servicios, utilizando métodos y modelos cognitivos lógicos y conceptuales, con sus lenguajes de programación de alto nivel (sistema binario) y los algoritmos correspondientes, combinando lenguajes escritos, verbales y no verbales. Los manipuladores de la IA pueden incluso guardar la mente y la conciencia de algunas personas en dispositivos de almacenamientoo transferirlas a otros cerebros o a androides y supercomputadoras para supuestamente hacerlas inmortales Existe una tendencia a asimilar la actividad de la IA con la inteligencia y los comportamientos humanos, no solo en la expresión física, sino también a nivel neurológico y psicológico. Según Nils John Nilsson son cuatro los pilares básicos en los que se apoya la inteligencia artificial:

  • Búsqueda del estado requerido en el conjunto de los estados producidos por las acciones posibles.
  • Algoritmos genéticos (análogo al proceso de evolución de las cadenas de ADN).
  • Redes neuronales artificiales (análogo al funcionamiento físico del cerebro de animales y humanos).
  • Razonamiento mediante una lógica formal análogo al pensamiento abstracto humano.[2]

El tema del momento es la posible desaparición de los teléfonos móviles y los ordenadores en la forma física que hasta hoy se han venido transformando, siendo reemplazados por chips que al estar adheridos o insertados  en el cuerpo -inclusive haciendo sinapsis con las neuronas naturales, recibiendo y transmitiendo información al cerebro o hacia cualquier órgano- pueden realizar funciones autonomamente (llamar telefónicamente a alguien, informar sobre el estado del tiempo, sobre el funcionamiento del organismo, introducir conocimientos (verdaderos y fasos), enseñarle un nuevo idioma, presentarle la última película en su propia mente o venderle cualquier mercancíay ordenar acciones en las mentes de sus portadores, quienes individualmente podrán  ser parte de cualquier juego virtual y “vivir” intensas emociones mientras están sentados, trotan o se bañan, pues con la monopolización y la manipulación de sus datos por los administradores de la informática (software), la Big data y las redes sociales al servicio de los mercados, todos sus deseos, sueños y preocupaciones serán complacidos, controlados o borrados (también sus recuerdos) por la Inteligencia Artificial según el grado de peligrosidad para el sistema mundo. Sin embargo aún no es posible que robots o androides con IA puedan reemplazar socialmente a los humanos ni expresar emociones y sentimientos propios, solo podrán imitarlos, pues estos están relacionados con la naturaleza biológica y sicológica de cada persona, con sus órganos, con sus modos de ver, sentir y vivir la vida, en relación con el entorno natural y social-cultural que les permite intuir, sentir tristeza, miedo o alegría, soñar, crear y odiar o amar, no solo pensar lógicamente o actuar mecánicamente.

La IA es un inmenso avance de las ciencias en el desarrollo de las fuerzas productivas del capitalismo; aunque es parte de la actual (cuarta) revolución industrial, no es como la mecanización, que llegó hasta la automatización de la producción industrial, su utilización por el capitalismo  va encaminada a anular cualquier injerencia de los seres vivos en su propio desarrollo y evolución, pues tiene la capacidad de “reemplazar” especies y crear otras, de controlar la vida de acuerdo a los intereses de quienes la manipulan (como lo hacen con la ingeniería genética y la biotecnología en la agricultura alimentaria y en la medicina), como en el caso de las abejas y mariposas, que pretenden reemplazar por diminutos drones, pues según sus promotores la IA será como el único dios de los creyentes, estará en todas partes, en cada uno de los elementos de trabajo, de estudio, de recreación, será como la energía eléctrica, que sin ella no funciona ningún aparato, según los presupuestos de los profetas de Silicon Valley, Amazon, de Microsoft,  de Google, de Facebook, de la Nasa, del MIT, de Samsung, de IBM.

Es innegable el beneficio que su utilización tiene para mejorar la medicina, para la navegación en cualquier elemento o en el espacio, para identificar fenómenos y cuerpos en el cosmos, como también en la física en todos sus niveles de investigación y aplicación, en la química, la biología molecular, la microelectrónica, la biotecnología y la nanotecnología; pero precisamente, estará en toda la tecnología bélica y en todas las áreas de aplicación mencionadas que son manipuladas y enfocadas hacia la guerra contra la humanidad (en sentido natural y social) y la madre tierra por los capitalistas, quienes buscan estúpidamente, mediante aparatos con IA reemplazar a las y los humanos en todas las actividades productivas, sociales y de servicios, convertirnos a la inmensa mayoría de la humanidad en inútiles e ignorantes y a unos pocos supuestamente en sabios y perfectos en este sistema racista-clasista. Si no se logra el control y orientación de la IA y de toda la ciencia y la tecnología hacia la solución de los grandes problemas humanos y de la madre tierra, provocados por el desarrollo industrial y la sociedad capitalistas, solo significará el fin de la especie humana, junto al resto de las especies vivas, comparable con el deterioro ecológico producido por el uso de combustible fósiles y por el consumo de agroquímicos tóxicos, a lo que puede ser la guerra nuclear que los EUA en su colapso intentan contra el mundo. En el norte es urgente frenar el desarrollo, la producción, la exportación y la utilización indiscriminadas de tecnologías, la mayoría innecesarias, contaminantes y agresivas a la salud y a la autonomía de las personas.

Hemos visto rápidamente la generación, el uso y algunas de las consecuencias ambientales y culturales de la tecnología desarrollada por los países “desarrollados” de Occidente y de Oriente, sin embargo en el sur también se dan avances científicos en áreas como en la medicina, la biología, la microbiología, adaptando y creando tecnologías para estas disciplinas; se incursiona en informática y automatización, contribuyendo al mejoramiento de tecnologías; simultáneamente al monopolio de corporaciones como Google, Microsoft Amazon o Apple; en el sur como en el norte, se desarrollan hardware,  sistemas operativos y programas de software libre, algunos países de la periferia están desarrollando tecnología informática tendiente a la construcción de supercomputadoras para almacenamiento,procesamiento y administración de información a nivel local y regional de la Internet, que romperán con el monopolio, la dependencia, el chantaje y el espionaje que USA ejerce sobre todo el mundo. En los países suramericanos nuestros científicos y tecnólogos desarrollan tecnologías en automatización, informática, biotecnología y equipos médicos, incluso en colegíos y universidades se incursiona en robótica por estudiantes inquietos, se diseñan prótesis con automatización y principios de inteligencia artificial; pero lo importante no es generar tecnología, es poder desarrollar con alto grado de inocuidad y aplicar las necesarias en el sitio y momento adecuado. En nuestro país es mínimo el aporte del Estado y la empresa privada en investigación y tecnología; generalmente los avances se realizan en algunas universidades y por personas o pequeños grupos de investigación y diseño con sus propios recursos logísticos y económicos; el área de utilización de “tecnología de punta” en el país es en la militar, la que le venden al Estado colombiano el Complejo Militar Industrial norteamericano.

El futuro que anhelan los amantes del capitalismo es un mundo libre de elementos naturales orgánicos, de contacto físico directo entre humanos y con el resto de seres vivos, incluido el uso del cerebro propio, pues según ellos, este no es tan eficiente, veloz y tan grande su memoria para almacenar toda la información, las aplicaciones y las funciones que exigirá el posneoliberalismo, que los medios y los administradores de la cultura de este modo de producción y reproducción exigen para ser un “ciudadano del mundo”.  El sueño de los imperialistas (de oriente y Occidente) es concentrar a la humanidad en megaciudades con más de 30 millones de habitantes, con edificios residenciales de más de 1000 metros de altura, sus metrópolis estarían dentro de burbujas, aisladas de insectos, virus y contaminación ambiental; este sueño lo ven realizado para su clase dentro de 50 años en la luna,Marte y otros planetas que ya han definido colonizar

La tecnología siempre ha aportado comodidad, economía y eficiencia en todas las actividades humanas, desde la piedra pulida, el arco y la flecha, hasta  los ordenadores, las telecomunicaciones y vehículos de última generación, generando con los procesos productivos nuevas relaciones entre las personas y las comunidades, y de estas con la naturaleza, utilizando cada vez más recursos naturales y esfuerzos humanos; sin embargo el desarrollo tecnológico en una sociedad injusta y desigual no hace más libres ni felices ni inteligentes a la personas, la tecnología por sí sola no reduce los índices de hambre, ignorancia y violencia, por el contrario,convierte a la humanidad en inútil y esclava de la tecnología, multiplica el poder destructor de los dominadores; cada nueva tecnología además de protegernos o multiplicar nuestra fuerza o nuestra resistencia física, en muchos casos limita nuestras capacidades para desempeñarnos en actividades sencillas de fácil ejecución, nos suprime funciones y sensibilidad, desadaptándonos  del entorno natural y social.

Los recursos y bienes que hacen posible el mundo artificial  del capitalismo entraron en un proceso acelerado de agotamiento a finales del s. XX, poniendo en peligro de extinción a la vida natural y a la humanidad, por las consecuencias ecológicas y sociales que la producción y el uso masivos de esas tecnologías generan; además, los pueblos sometidos de la periferia ya no soportan un sistema global de injusticia, violencia y despojo, porque ya no solo es posible sino, necesaria una nueva civilización fundada en la solidaridad, la igualdad y la fraternidad entre todas las personas y de respeto a la madre tierra. Esta nueva civilización se construye desde las periferias por comunidades locales y sectores sociales humanistas, solidarios y dignos, articulando sus luchas, respetando a la madre tierra y a los demás seres que la habitan,construyendo el bien vivir

Gonzalo Salazar febrero de 2018

________________________________

 [1] Tecnología de uso doméstico que en menos de 10 años desapareció dando paso a los DVD, que en la actualidad son totalmente obsoletos siendo reemplazados por las memorias USB, que a su vez dejan de utilizarse con el uso de nuevos programas de almacenamiento de datos que supuestamente están en la “nube” pero que realmente son administrados por supercomputadoras de transnacionales como Google, Microsoft o Facebook en los Estados Unidos.

[2] Tomado el 21de Julio de 2017, de: https://es.wikipedia.org/wiki/Inteligencia_artificial