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El escándalo en la Dian, deja muchas preguntas

Por: Ricardo Robledo

Las autoridades en Colombia, están muy atentas si una Señora sale a un parque a vender empanadas a las cinco de la mañana, pero no se dan cuenta si funcionarios públicos sacan fraudulentamente, decenas de millones pesos al día, usando las instituciones en su beneficio personal.

El escándalo suscitado en Buenaventura, que involucra a la familia de uno de los funcionarios de la Dian, enriquecido por dejar pasar cargas de contrabando, deja muchas preguntas. El caso de esta familia es apenas una cascarita de la pintura de los buques que llegan al principal puerto de país.

Si ese es el nivel de vida de ellos, ¿se imaginan cómo estarán de forrados en el billete los dueños de la carga? Esos a los que nunca la fiscalía ha encontrado, ni encontrará. Se sabe que el poder económico representa poder político, social y hasta militar en este tipo de sociedades tan descompuestas.

En uno de los audios que circularon, llama la atención el que la reprimenda  del jefe del funcionario, sea porque se mostraron en las redes sociales y en ningún momento por daño al país y a la imagen de la institución. Raro, ¿no?. A menor escala, la madre de la muchacha dice que es que la gente es envidiosa; o sea, la falta está en los demás, no en la conducta ilícita.

La Dian es muy acuciosa para determinar cuánto se gana un trabajador colombiano al año, para  lo cual usa los más avanzados sistemas de cómputo y de big data, pero parece que no tiene el mismo detalle para su control interno; se ve que es fácil establecer cualquier indicador por volumen de carga o por número de contenedores ingresados, para saber cuáles son los ingresos esperados de impuestos por día en el principal puerto del país. Además, hasta las empresas medianas tiene una contraloría. Pero esta institución ha sido burlada desde adentro, en el día a día. Extraño, ¿no?

El ilícito se descubre, no por la función de los entes de control, sino porque los infractores hicieron ostentación de sus riquezas; si se quedan callados, a lo mejor aparecería como si nadie se hubiera dado cuenta. Lo más vistoso e inaceptable para una sociedad tan pacata como la colombiana, es que una familia de negros pueda darse la gran vida. Pero, no cabe en la cabeza el que a una persona solita, se le haya ocurrido semejante fraude y que sea el único caso.

Cualquier persona se habrá preguntado cómo es posible que las mercancías de contrabando crucen las tres cordilleras de los Andes y lleguen a las grandes ciudades del interior, sin ser detectadas, al menos por la policía de carreteras. Carreteras que tienen ”el billete pulpito y que son como un cajero automático”, tal como han dicho algunos de ellos. La coima vuelve invisibles a los contenedores, momento en el que sería más práctico incautar, pero sí han sido notorios los ingentes y escasos allanamientos en los centros de almacenes al menudeo, que todavía siguen funcionando. ¿Quiénes lo permiten?

Detrás de todo esto se mueven grandes poderes en todos los niveles. Para tapar este enorme hueco fiscal, se necesitan muchas reformas tributarias y pensionales. Ha sido exitoso un político que en los últimos cuarenta años ha hecho en el país lo que le ha venido en gana, provocando un mayor y más evidente deterioro institucional, al modelar a la sociedad colombiana y orientarla al estilo de las mafias del narcotráfico y al servicio del paramilitarismo. Gran maestro de lo ilegal.

Como dice un Señor muy visto en las redes sociales: «El país está diseñado para robar».

Todo esto ocurre en un mundo manejado por delincuentes que de forma abierta, descarada y abusiva, asaltan a los países, a sus ciudadanos y recursos.

Pero no por siempre. Vivan las luchas de los pueblos por su libertad y por el derecho a la vida digna.

Abril 16 de 2019

La destrucción de la Modernidad.

Las tradicionales mentiras de la oligarquía

Por: Ricardo Robledo

Vienen a la mente los recuerdos cuando niños, en la escuela, hacíamos fila para recibir un pan y leche; más tarde supimos que eso era la Alianza para el Progreso –pobre compensación que se daba a los pueblos de Latinoamérica, para que olvidaran las penurias y no miraran al mal ejemplo de Cuba -. Ahora, desde el 2019, se entiende que ese es el tipo de ayuda humanitaria que viene acompañada de dotación militar.

Los años juveniles albergaron la esperanza de que algún gobierno realmente mejorara la situación del país; es más, todavía lo soñamos. Pero, s i se hace un recorrido por lo que han sido los gobiernos a lo largo de esto casi sesenta años que abarcan el lapso de 1962 al 2019, encontramos que con frases y lemas altisonantes, se idearon planes de desarrollo que parecen estaban más orientados a aliviar el temor del avance de la lucha social y detenerla.

Un trabajo más avanzado, buscaría profundizar en detalle en los objetivos, acciones, métodos y logros de cada uno de esos planes, pero esto haría muy pesada esta nota y nos saldríamos de su propósito. No hay que dejar de reconocer que como resultado de un acumulado, se modernizaron y tecnificaron algunos aspectos de la administración pública; pero que se muestran nulos desde la opción de la construcción de nación, sociedad republicana y ciudadanía.

-Guillermo León Valencia, el bombardero de Marquetalia y demás supuestas Repúblicas Independientes, no presentó plan de desarrollo porque su fin era aplicar en Colombia las barbaries que hacían los norteamericanos en Viet Nam para combatir el comunismo, pero con armamento sobrante de la Segunda Guerra Mundial. Seguro muchos se enriquecieron vendiendo a precios de entonces, estos estorbosos inventarios de la industria militar.

-Carlos Lleras Restrepo, el del gobierno de la transformación nacional, quiso aplicar una reforma agraria, que en realidad profundizó el urbanismo programado y con tal fracaso que hoy el país cuenta con 7.7 millones de campesinos desplazados y más de 6 millones de hectáreas expropiadas, en el que influyen otras circunstancias, pero es también la realidad.

-Misael Pastrana Borrero, con el lema de Frente Social, Objetivo el Pueblo. Lo que se entendía era que tenían en la mirilla del fusil a los luchadores sociales. Su plan de desarrollo fue el de las cuatro estrategias.

-Alfonso López Michelsen, el del mandato claro, propuso el plan Para Cerrar la Brecha. Título que reconoce la gran desigualdad social.

-Julio César Turbay Ayala, el del estatuto de seguridad, propuso el plan de Integración Social. O sea, “en un mismo lodo, todos manosiados”.

-Belisario Betancur Cuartas, propuso el Cambio con Equidad.

-Virgilio Barco Vargas, con el plan de Economía Social, como de rehabilitación y de lucha contra la pobreza. Así estamos cumpliendo, era una frase adicionada a la retórica.

-César Gaviria Trujillo, con la Revolución Pacífica. (¿Qué era eso???)

-Ernesto Samper Pizano, el Salto Social. Pero se puede saltar para cualquier lado.

-Andrés Pastrana Arango, Cambio para Construir la Paz, las exportaciones como motor de desarrollo. Intento la paz con el tan criticado despeje del Caguán.

-Alvaro Uribe Vélez, el de la seguridad democrática, propuso el plan Hacia un Estado Comunitario. ¿Comunitario Alvaro Uribe?. En su segundo período continuó su política de agresión a los movimientos sociales y se enfocó a golpear duramente a la educación pública.

-Juan Manuel Santos, Prosperidad para Todos. No se vio tal desarrollo, el pueblo siguió en la pobreza

-Juan Manuel Santos, Todos por un Nuevo País. Sí que realmente lo intentó con los acuerdos de paz que abrían puertas para la transformación política; uno de los acontecimientos más importantes en la historia de Colombia. Pero sabía que no se alcanzaría a cumplir en su mandato y se lavó las manos dejando la implementación a su sucesor.

-Iván Duque, Pacto por Colombia, Pacto por la Equidad. Sí se dio un pacto de los sectores de derecha y así entienden que es por el país; no se sabe qué quiere decir “equidad” en este caso; tal vez que todos piensen como su amo o será que se refiere a alguna negociación secreta con el equipo de fútbol.

Muchos de estos títulos de planes no necesitan comentarios; se caen por su propio peso. Desde la óptica del interés popular, ni ha habido transformación ni integración ni salto ni economía social ni cambio; no se ha cerrado la brecha, por el contrario, se ha ampliado, como es de esperarse en una sociedad capitalista; es decir, no se ha logrado la pretendida equidad; ni una supuesta revolución ni paz; no se ha alcanzado la prosperidad para todos ni el estado comunitario. Tal vez un nuevo país, en el que el mismo poder tradicional, se ha fortalecido y profundizado, mediante pactos con los actores que mueven la economía ilícita.

Ligera y sanamente, se podría pensar que se han presentado, entonces, fallas en la planeación y en su ejecución; que son malos planeadores y demás; pero no. Habría que preguntarle si no se han logrado los objetivos y han dejado enormes ganancias, a los poderes de la Costa Atlántica y sus señores feudales, a los empresarios paisas, a la rancia aristocracia valluna, a los terratenientes caucanos, a la oligarquía del altiplano, a los narcotraficantes invasores de los Llanos, a los taladores del ecosistema Pacífico-Andes-Amazonas; también a los banqueros, contratistas, a los grandes ganaderos, a los políticos que rentan del estado y demás abusadores.

Pero, desde el punto de vista de los intereses populares, de los derechos ciudadanos, de la democratización y de la construcción de una nación –libre y soberana como debe ser- ¡nada!. Esto es apenas lógico y es de esperarse: Nunca proponen planes que vayan más allá de sus haciendas, de su círculo particular de poder.

Por el contrario, se incrementa la desigualdad, se ataca a la educación pública, se golpea al vendedor informal, se despoja a campesinos, se cercenan los derechos fundamentales, se persigue a luchadores populares, a defensores de derechos humanos, a periodistas, a intelectuales, a disidentes, al diferente, se secuestra al estado con clanes familiares, se deteriora la salud pública, se profundizan la desigualdad y el control restrictivo a las libertades, la juventud se hunde en la drogadicción.

Recuerdo que en una oficina que frecuentaba, había un hermoso mapa de Colombia en relieve y cuando anunciaban que el país creció, trataba de entender si fue que las montañas ahora eran más altas o si se había ampliado o estirado; si dijeran más claramente, que se incrementaron las grandes fortunas, todo tendría más sentido.

Con la misma inconsecuencia del chiste de la Estadística, según la cual, si alguien ha comido pollo y otro no, en promedio han comido medio pollo cada uno, así tampoco el producto interno bruto no llega a la Guajira ni a los ranchos pobres de las costas Atlántica y Pacífica ni a los de las grandes ciudades ni a las tierras indígenas ni a los de los campesinos.

La promoción de los planes de desarrollo, se hace con títulos llamativos, más dirigidos a calmar las luchas sociales, por el pavor que provoca el que de pronto, todos los marginados se junten en una gran Minga Nacional y Popular por sus derechos y por la Vida.

Abril 06 de 2019

Un actualizado sueño colombiano

Por: Ricardo Robledo
A veces es bueno para la salud mental,  dejar esa costumbre de ver noticieros. Más aún cuando se trata de dormir.

El canciller del gobierno que opera en Colombia, leía una declaración de respuesta a Rusia, cuando comenzaron a desfilar uribe, fernando londoño, pacho santos, m. f. cabal, ordoñez, el abogado de la espriella. Todos vestidos con pijama de rayas, salían con rumbo a Siberia.

Al grito de ¡Guardia! ¡Guardia! ¡Fuerza! ¡Fuerza!, los seguía una caravana de indígenas, negros y campesinos que con megáfonos alentaban a las multitudes diciéndoles:
-¡Aprovechen!, aprovechen para incluir más nombres en la lista, que esos barcos rusos son muy grandes y no vienen muy seguido por acá.

Desesperados, los 6´431,372 (0.21% de ventaja, 58,908 más) que votaron No al acuerdo de paz, creían que la solución era tan simple  como siempre : «basta con que nuestro presidente eterno llame a Putin y le diga: le doy en la cara marica». Pero no encontraban un diccionario ruso para saber cómo se decía.

Entonces, alguien propuso que llamaran al general de la mafia -gran defensor de derechos humanos-  y que convocara a los cien mil sicarios que lo seguían su blog. Pero nadie aparecía.

Unos empleados de la Dian, pitaban en sus lamborghinis en protesta, preocupados de que algún misil ruso pudiera rayárselos.

Presuroso, un acaudalado banquero corrió a asegurar los billetes que atesoraba debajo del colchón. Se sorprendió; nunca pensó que hubiera podido acumular tan colosal fortuna.

Unos contratistas costeños se frotaban las manos y eufóricos comentaban:
-Usted se imagina compadre cómo van a ser los contratos para reconstruir carreteras y puentes?
Ya habían incluido a Putin en sus whatsapp y lo trataban de Camarada.Una connotada familia de pastores, por mil dólares, ofrecía protección divina, además de garantizar la salvación de todas las almas consignadas.Nestor Humberto Martinez, alias el fiscal, maquinaba:
-Ahora sí se jodió la vaina. A El y a mí, nunca se nos ha escapado vivo un testigo; y les da por poner al ruso en esa función. No habrá manera de darle agüita a Putin? Por el momento, todos tomemos aromática de valeriana.

Mientras tanto, trump se miraba cuidadosamente al espejo, maquillando su peinado al detalle.
Abril 03 de 2019

NO ES PURO CUENTO

Los guetos de las ciudades actuales

Por: Ricardo Robledo

Es abominable lo que los seres humanos hacen con las gallinas. Nacen en incubadoras, luego las alimentan, las hacinan en galpones con jaulas con el mínimo movimiento para que no pierdan peso, ahí mismo hacen sus necesidades, comen, ponen sus huevos – rinden sus frutos económicos-, pasados no más de 45 días se deben sacrificar para que no dejen de ser rentables.

Tal condición parece trasladarse a las personas. Se hacinan en torres de apartamentos de unas decenas de metros cuadrados, salen a trabajar –en donde rinden los frutos económicos- regresan extenuados a sus domicilios, luego si pueden salir, es a un centro comercial o al supermercado a comprar su alimento. Pasado un tiempo son desechados por cualquier motivo; pero, pueden comprar su libertad luego de cotizar las semanas estipuladas –opción que no tienen las gallinas; aunque también terminan devoradas, sin ser conscientes de su destino.

La calidad de vida humana, se mide por estrato, metros cuadrados, en cual tipo de supermercado se compra y por productos adquiridos. Consumir es una delicia en el sistema capitalista. Algunos creen que también es bueno que las aves escuchen música para que produzcan más.

Triste existencia la de las gallinas.

Marzo 23 de 2019

El gobierno de derechas enfermizas

Por: Ricardo Robledo

Cuando un ser humano enajenado mentalmente, comete algún disparate, es muy difícil que una persona, considerada como normal, comprenda la acción o le encuentre lógica en su mundo. Esto ocurre porque se han establecido una serie de acuerdos para la convivencia social, que son por demás históricos y culturales y que se toman como referencia para evaluar los comportamientos.

Tales acuerdos se extienden también a las sociedades para que las personas puedan interrelacionarse; igual acontece con los países: se convienen normas para establecer la paz y reglamentar las relaciones. Tal es la función de los múltiples organismos internacionales, como el ALBA, la CELAC, la ONU, la OEA, etc. O sea, que existe una normatividad acordada, para poder definir cuándo se presentan violaciones a las sanas relaciones.

Cuando a pesar de las múltiples declaraciones de la ONU, se agrede a un país, como es el caso de Venezuela, se pisotean las reglamentaciones; similarmente, cuando el propio secretario, fomenta, (y entonces lidera) una turba de guarimberos, brinca sobre la carta de la OEA; o cuando el presidente de un país como Colombia, respalda y enardece a terroristas para que quemen a personas al otro lado de la frontera, salta sobre la carta magna de su sociedad. Dada la existencia de acuerdos mundiales, todas estas injerencias, permiten ser calificadas como descaradas violaciones al derecho internacional.

Más, cuando todos estos abusivos desconocimientos, obedecen a los intereses de grupos minoritarios a quienes no les importa el mayoritario resto de la población mundial, regional o nacional. Pero, al parecer, no comprenden que con estos desafueros, socavan la propia legalidad que los soporta como representantes gubernamentales, puesto que al faltar a la primacía del bien común, se considera roto el orden constitucional de un país. Esto da pie para llamar consecuentemente, a una Asamblea Constituyente.

Cuando el bien común desaparece como un propósito de gobierno, el grupo gobernante impone su psicopatía a la población, la sociedad se vuelve enfermiza y de hecho, los ciudadanos se enferman. No en vano, Colombia es el país latinoamericano con mayor riesgo de crisis humanitaria; uno de cada diez niños sufre de desnutrición crónica; entre 2012 a 2016 murieron 1562 niños por desnutrición; uno de cada tres niños vive en condiciones de pobreza; ocupa el deshonroso tercer puesto con la tasa más alta de homicidio infantil en el mundo; tiene el mayor número de desplazados internos en el mundo con 7.7 millones. Esto según informes de la ONU y el DANE. De acuerdo con datos de SIVIGILA sobre la salud mental en Medellín, en el 2018 se presentaron 2.261 intentos de homicidio, creciendo con respecto a años anteriores; se incrementaron las consultas asociadas a los trastornos mentales, 28% de ellas por problemas afectivos; igualmente la drogadicción afecta a buena parte de la juventud.

Cuando las políticas de un gobierno se apartan de las del estado, los gobernantes se separan del contrato constitucional y se convierten en una camarilla usurpadora, que quiere que toda la sociedad se mueva a favor de la particularidad de sus intereses. Es el caso de lo que sucede con los cuestionamientos a la JEP, por parte del partido que gobierna; tratando de encubrir a un solo personaje, se viola la constitución y se desconocen los acuerdos internacionales.

Entonces, Colombia estuvo en la Habana tomándole el pelo a la comunidad mundial, durante seis años. Y hasta se habló de una mesa de donantes para implementar los proyectos que se derivaran de los acuerdos de paz. El país, en su totalidad, debería tomar con mayor seriedad las implicaciones de estas inconsecuencias. Una burla también a sus ciudadanos y a sus instituciones.

Tal parece que a estos fervorosos y piadosos cristianos, nunca se les ha pasado por la mente, pedirle perdón al pueblo colombiano por los múltiples daños que le han hecho; tampoco se sabe qué significan para ellos, el propósito de le enmienda y la contrición de corazón, conceptos reducidos a simples rituales, muy valiosos en la retórica cuando se trata de buscar votos en las comunidades religiosas.

Con estos tenebrosos grupos de derecha, la Constitución se vuelve ilegal; hacen lo que les da la gana con el país y nunca pasa nada. Con razón expresó el maestro Fernando González que eso que llaman Colombia, no existe sino en los mapas, “no es cosa viva”; nació en 1895 y dijo que escribía para que lo entendieran después de 100 años.

¿Hasta cuándo se va a permitir que, por proteger a un solo criminal, Colombia continúe como una caricatura de país y se burle a todo una ciudadanía?

Marzo 16 de 2019

Mucho más que una empanada

Por: Ricardo Robledo

Todavía está calientico el incidente en el que unos ciudadanos son multados con un poco más de ocho cientos mil pesos, por comprar empanadas. Pero este suceso tiene mucho más contenido que este delicioso bocado de la culinaria colombiana. En el fondo está el nuevo código de policía que profundiza en la sanción y en el control de la población.

Los ciudadanos ya no podrán comprar las empanadas en las calles, pero sí en los almacenes de cadena. El conocido argumento será la salud pública, la dignificación de la profesión y que se generará empleo. Triviales sustentaciones en un país en el que la gente muere por la deficiencia de las políticas de salubridad; en el que se promulgan reformas laborales que buscan pagar menos salarios y en el que se reprime con sevicia la protesta popular por derecho a la vida digna.

No es tanto que se viole el espacio público con las ventas callejeras, sino que se violan las leyes del capital. Es un delito el que los vendedores ambulantes obtengan alguna ganancia sin dar participación a las grandes corporaciones. ¿Acaso no han visto que estos comerciantes informales, tienen que pagar la vacuna a los combos? Pues también deben dar su tributo a los capitalistas y sus políticos. En este caso ya no se sabe quien aprendió de quien; si los combos de los banqueros, o estos de aquellos. Ambos se enriquecen con la misma infamia.

No es cierto, como dicen algunos políticos, que es que los vendedores callejeros no quieren un empleo. Hoy, es de envidiar a los que tienen su propio negocito para obtener un ingreso para sostener su familia, sin tener que someterse a la humillación de los mandos medios del ejército industrial, con contratos cada vez más precarios. No se permite que las señoras de los barrios populares produzcan sin generar plusvalía; es urgente quitarles su plante y sus ilegales utensilios artesanales. Con razón dicen los zapatistas que para ellos el capitalismo es despojo, explotación, humillación y represión. Nada más claro.

Para garantizar el cumplimiento del ataque a los vendedores, está la leal policía, dotada ahora de nuevas herramientas financieras que les permitirá incrementar sus ingresos; tal como se les ha oído decir que “en la calle el billete está pulpito, es como si fuera un cajero electrónico”; entonces ya no serán ocho cientos, sino negociables; con cinco comparendos al día, tranzados en veinte mil, obtendrán una entrada extra de cien mil pesos, sin tener que trabajar ni madrugar tanto, como los vendedores ambulantes. Entraran a engrosar las filas de ocupantes del espacio público; sólo faltaría que perifoneen la promoción, gritando: “comparendos a veinte mil” o que lo hagan con volantes en el que los ofrezcan a $19.990 para hacerlos más atractivos.

Falta mucha justicia y educación ciudadana en todas los ámbitos del país.

Marzo 4 de 2019

El adelantado porcino

XIII
Cita de cuervos
En Panamá se unieron los demonios.
Allí fue el pacto de los hurones.
Una bujía apenas alumbraba, cuando los tres llegaron uno a uno.
Primero llegó Almagro antiguo y tuerto, Pizarro, el mayoral porcino y el fraile Luque, canónigo entendido en tinieblas.
Cada uno escondía el puñal para la espalda del asociado,
cada uno con mugrienta mirada en las oscuras paredes adivinaba sangre, y el oro del lejano imperio los atraía como la luna a las piedras malditas.
Cuando pactaron, Luque levantó la hostia en la eucaristía, los tres ladrones amasaron la oblea con torva sonrisa.
«Dios ha sido dividido, hermanos, entre nosotros», sostuvo el canónigo, y los carniceros de dientes morados dijeron «Amén.»
Golpearon la mesa escupiendo.
Como no sabían de letras llenaron de cruces la mesa, el papel, los bancos, los muros.
(Canto General- Pablo Neruda)

Por: Ricardo Robledo

El respeto debería ser el estilo de hacer política; pero este hay que ganarlo; y no lo merece alguien que quiere convertir a las familias colombianas en daños colaterales y con ellos volver trizas la paz, los amores, los sueños, los seres queridos. Viene a la memoria las declaraciones de una víctima de la guerra en Siria, quien dijo: “cuando regresé a mi casa, ya no tenía a donde regresar ni a nadie que me esperara”. Dice la canción que la guerra “es un monstruo grande y pisa fuerte toda la pobre inocencia de la gente”; con suerte, los hijos se convertirán en refugiados.

Con la presencia en la casa blanca, el señor Iván Duque se convierte en el moderno, nuevo y auténtico adelantado porcino. –Así quiere pasar a la historia- Mendigo de la guerra; enviado de la parca; mensajero de la muerte; verdugo de los seres humanos a quienes dice representar. No digamos su pueblo, ni connacionales porque ni le pertenecen ni le interesan los ciudadanos de un país.

Resulta que ya nos quieren convencer de que el internacionalismo proletario, es terrorismo; y la solidaridad burguesa, es lucha por la democracia

Ahora, dadivoso, Duque ofrece 20 billones para la reconstrucción de Venezuela; o sea, que primero piensa en destruirla y a las familias venezolanas también. Colombia urge de esos dineros para atender a su desvalida población, a los niños famélicos, a los ancianos sin hogar, a los millones de desplazados por la guerra de la derecha mafiosa, para implementar los acuerdos de paz; no se necesitan entonces nuevas reformas tributarias. Ese es el uso que se le debe dar al presupuesto nacional; no parece que para esta crueldad haya hecho una colecta entre los herederos del cartel de Medellín-sus representados.

En Washington, Duque ha hozado, soñando y ansiando cadáveres. Ya lo anunciaban sus seguidores; así fue como en una reciente marcha de la derecha, se amenazaba de muerte, con desatino, a quien rechazara la guerra; lo viejo y obsoleto, irreflexivo y rabioso se enfrenta con lo joven que está calmado y muestra cordura. La principal preocupación de la alianza de asesinos, más que las bombas, es que la juventud se le salga de las manos y no apoye más sus desafueros.

No a la guerra ni a la injerencia en otros países. Sí a la paz y a la fraternidad.

Febrero 14 de 2019

 

En Colombia un dentista se autoproclamó papa

Por: Ricardo Robledo

En Barbosa, Antioquia, Antonio José Hurtado, se autoproclamó papa en 1939 y asumió el nombre de Pedro II; oficiaba misa y construyó su propia silla pontificia. Al enterarse de la muerte de Pío XI, envió una nota al Vaticano: “Eminentísimo Cardenal Camarlengo. Su Santidad Pío Once ha muerto. Mi corazón que lo amaba más que todos, está de luto. Sacro Colegio de Cardenales: ¿Buscáis a vuestro futuro vicario? Yo soy! Antonio Hurtado». Este fue más respetuoso y al menos esperó la muerte del titular. Igual procedió Clemente Domínguez en Sevilla, España, en 1975. También una reina colombiana fue elegida Miss universo por unos minutos, por error de un presentador norteamericano.

De  todo se ha visto; recientemente en Venezuela, otro se autoproclamó presidente y algunos supuestos demócratas lo han reconocido como tal, desconociendo los acuerdos constitucionales que priman en las sociedades actuales. Pero los medios de comunicación tergiversan para justificar lo injustificable y criminal.

Es así como en Colombia, personas que nunca han ejercido el derecho al voto, que es una de las formas de participación democrática, o que lo ha vendido, les preocupa mucho la democracia en Venezuela; lo peor es que no se perciben a sí mismos como manipulados. Hablando objetivamente, a nadie le interesa la democracia en otro país y menos cuando ni siquiera la usan en el propio. Tampoco interesa la guerra ajena; ¿o acaso han llorado por los palestinos muertos? ¿o por los africanos?¿o por los campesinos colombianos?

Se podría decir que un gran error cometen los norteamericanos; si necesitan petróleo, pues que lo compren y negocien con Venezuela como países soberanos; “business are business”; no se deberían mezclar en las aventuras de los grupos criminales que han gobernado en América Latina; por tratar de quedarse con el todo y proteger a tiranos, pueden encontrar pérdidas mayores.  Pero es inútil tratar de buscarles a los asaltantes otra motivación diferente a la del robo.

El actual gobierno derechista de Colombia, elegido fraudulentamente con resultados burdamente alterados, dice preocuparle la institucionalidad en Venezuela. Para ocultar sus fechorías y crímenes de lesa humanidad, se inventan conflictos en los que nada tiene que ver. Como contrapartida, los norteamericanos los toleran y soportan con tal que respalden sus intereses en la región.

Algo va quedando claro, no es la izquierda, sino la derecha la que lleva de manera irresponsable al pueblo colombiano, a la guerra, al caos y a la muerte. Lo humano no interesa a estos asesinos de vieja data. Se muestra la clara alianza narcos, oligarquía, imperialismo, que coinciden en sus mentiras y métodos mafiosos y criminales, que esta vez habrán de ser su descalabro final.

Febrero 11 de 2019