Por: «Colectivo político al socialismo en nuestra América«
Como era de esperarse, el congreso de Colombia rechazó otra vez la posibilidad de que la clase trabajadora recuperara las conquistas que le fueron arrebatadas por el neoliberalismo. Las derechas en el recinto y afuera, celebraron alegres su planeada hazaña de negar la consulta popular sobre la reforma laboral. Con trampas y jugaditas actuaron según su costumbre: el fraude.
Es de resaltar que, con el mayor descaro, un delincuente sale de la cárcel directamente a votar No, en el senado, con su puesto asegurado. Por contraste, cuando un pobre sale del penal, pierde su trabajo y difícilmente vuelve a conseguir otro en su vida. Esto revela la cueva de ladrones que es esta institución que debe ser revocada y reemplazada por una asamblea nacional popular.
A mediados de marzo la comisión séptima del senado votó por el hundimiento de la propuesta de reforma laboral, ataque que ahora se repite. Con estas acciones se cae la justificación de que se busca ahorrarle gastos al país en una consulta popular avaluada en 600.000 millones de pesos. Si esta fuera la intención, la hubieran aprobado en la primera oportunidad.
Con esta negación queda evidente, una vez más, que los partidos oligárquicos no están dispuestos a resolver los problemas del pueblo colombiano; ni les interesa. Actúan como sus enemigos. Es la dictadura de la oligarquía que mantiene excluida a la población. Estas repudiables acciones delincuenciales de la derecha legislativa deben denunciarse ante todas las instancias internacionales.
Muestran que no están dispuestos a bajar la presión contra un gobierno favorable a los más necesitados y abren una disputa retadora con el pueblo. La lucha de clases se va aclarando a los ojos de la población. Los políticos tradicionales rompen el orden constitucional, mientras, en contraste, el gobierno de izquierda llama a respetar la constitución. Una clara muestra del deterioro y decadencia de la sociedad burguesa. Ya no pueden funcionar dentro de sus propias leyes.
Ante estos sucesos se debe actuar con prudencia. Estrictamente no se ha perdido nada, ya que lo que se buscaba era recuperar las conquistas logradas con lucha y arrebatadas por gobiernos pasados; es un revés político que se convertirá en triunfo para la población, mediando un trabajo inteligente y juicioso. El momento político local y mundial, con el fortalecimiento del multilateralismo, es favorable a quienes buscan la justicia social. Por eso, las opciones de la derecha y el imperialismo, son las guerras y el caos. Hay que evitar las provocaciones que quieren que los muertos los pongan los pobres.
Se debe dejar claro que el gobierno no es el presidente y que, como respuesta a los permanentes ataques, el pueblo debe asumir el gobierno desde abajo y en las calles, como constituyente primario que es. Solo el pueblo salva al pueblo. Por lo que es necesario fortalecer los procesos organizativos, propiciando su autonomía popular ante politiqueros de todo tipo.
La democracia protagónica es una medida de protección contra oportunistas que buscan aprovecharse de las luchas de la población, muchos surgidos del estado como generador de burócratas; es una barrera porque el pueblo no votará por quienes no lo han acompañado en sus batallas diarias.
De parte del gobierno se espera coherencia. No se puede hablar de obedecer al pueblo, como un concepto idealista, general y sin contenido, cuando en realidad, no se escuchan ni empoderan a las mismas bases de los partidos que respaldan al gobierno en las calles y en las confrontaciones cotidianas, poniendo en riesgo sus propias vidas. No hay que temer al pueblo.
La ceguera de los miembros de la derecha, les impide apreciar sus errores históricos. Muchas veces el que cree ganar en lo inmediato, pierde en el largo plazo. Ya se verá en las calles y en el avance de los desposeídos.
Mayo 20 de 2025


