Raquel Isamara León de la Rosa
Directora del Observatorio de la Política China del Instituto Galego de Análise e Documentación Internacional (IGADI)
Reinterpretar las narrativas occidentales
la Iniciativa de Gobernanza Global y el Día de la Victoria
Raquel Isamara León de la Rosa
Publicado 2025-09-04 Actualizado: 2025-09-04
ÍNDICE
- DEL ESTADO INVISIBLE AL PROACTIVO
- ¿POR QUÉ REINTERPRETAR LAS NARRATIVAS OCCIDENTALES?
- LA INICIATIVA DE GOBERNANZA GLOBAL ¿UNA NUEVA FASE DE LA COMUNIDAD DE DESTINO COMPARTIDO?
- RELACIONES INTERNACIONALES CON CARACTERÍSTICAS CHINAS: SEGURIDAD Y EL DÍA DE LA VICTORIA
- CONSIDERACIONES FINALES
El proceso chino de la primera mitad del siglo pasado conlleva una serie de momentos en donde las circunstancias limitaron el papel de China en la construcción del sistema internacional de la posguerra. La guerra civil y las dos guerras mundiales marcaron la historia del pueblo chino. El siglo XXI presenta un “oportunidad” de reivindicar estos momentos dentro de la construcción del nacionalismo chino y su inserción en la dinámica internacional. A continuación, se presenta un breve análisis sobre dos nuevos hitos en la historia de las relaciones internacionales de China: la Iniciativa de Gobernanza Global y la conmemoración del Día de la Victoria.
1- Del Estado invisible al proactivo
No se puede abordar este tema sin reconocer el proceso que la República Popular China ha tenido desde su fundación hasta ser hoy una potencia de alcance global. La idea del Estado invisible se propone como punto de partida que hace alusión a “China” como uno de los triunfadores de la Segunda Guerra Mundial, pero que, ante la fragmentación interna, la república de Mao careció de reconocimiento internacional. Las primeras dos décadas de las relaciones exteriores de Beijing pueden resumirse en una década de acercamiento-hermanamiento con la URSS e India, y una segunda década de aislamiento a través del choque de intereses con estos dos vecinos, limitando su vinculación al exterior con Albania.
La evolución de la Guerra Fría permitió una reconfiguración en los vínculos de las dos superpotencias, abriendo la ventana a China para una reinserción a la dinámica internacional con la visita de Nixon. El principal efecto de esta visita fue un nuevo “balancing” que dotó a Beijing de un asiento en el Consejo de Seguridad y una “desbandada” de cambios de reconocimiento diplomático a su favor.
Si bien, esto dio a la República Popular China un nuevo status quo, las últimas décadas del siglo pasado sirvieron para reorganizar al Estado chino a partir de las reformas de Deng Xiaoping. El éxito económico catapultó la idea del “ascenso pacífico” y el relanzamiento de sus relaciones con vínculos históricos como fue el caso de Rusia y el corredor de Asia Central. Por lo tanto, el gobierno de Beijing pasó de reinsertarse y alinearse al cumplimiento de la gobernanza global a elevar su papel como un actor estatal comprometido con el mantenimiento de dicha gobernanza. Esto se vio reflejado en la diversificación de la participación china en organizaciones internacionales multitemáticas más allá del ámbito económico de 2001 a 2012.
La llegada de Xi Jinping y su influencia ideológica a través del “socialismo con características chinas para una nueva era” ha marcado un nuevo momento en el papel de China en la construcción de la gobernanza global, pues la propuesta de la Comunidad de Destino Compartido (CDC) en 2013 y los distintos mecanismos multilaterales que desde entonces ha promovido Beijing, como la Franja y la Ruta, el Banco Asiático de Inversiones en Infraestructura, el Nuevo Banco de Desarrollo, entre otros, son muestra de la materialización de la visión de renovar el sistema internacional.
2- ¿Por qué reinterpretar las narrativas occidentales?
Desde la política exterior china, una de las grandes críticas que hace la CDC es la desequilibrada manera en que se construyeron las organizaciones e instituciones internacionales de la posguerra. El fundamento de esta crítica se basa en la polarización de la pobreza, los conflictos, el cambio climático y cómo esto ha creado una brecha entre el norte y el sur.
Bajo esta perspectiva, la experiencia china desafía a ese orden y gobernanza con la manera en cómo Beijing ha lidiado con estos “males comunes”. Si bien China no se auto percibe como una potencia hegemónica o como una economía emergente que ha evolucionado, una realidad es que sus características no necesariamente responden a los conceptos del desarrollo desde la visión occidental. Estas particularidades, que radican en su propio modelo de desarrollo y la dinámica integral entre distintos actores internos, le han permitido enfatizar sus logros a nivel interno como un ejemplo claro de que hay caminos alternos para lograr una mejor calidad de vida y bienestar. De igual manera, el avance chino como líder de la cooperación Sur-Sur y la infraestructura organizacional que ha desarrollado a través de estas instituciones alternas son un mecanismo que le han permitido tomar el estandarte para buscar un mayor empoderamiento del Sur global dentro de la capacidad de agencia que poseen estos países en la gobernanza global.
Lo mencionado anteriormente corresponde a la punta del iceberg de la compleja estructura que es el Estado chino, pues lo que se percibe a simple vista se encuentra anclado a todo un conjunto de instituciones. La influencia marxista en el pensamiento, el diseño y la materialización del Estado chino es importante para entender cómo el análisis de la cultura y la historia es un elemento básico para contestar la pregunta que provoca esta sección.
Justo la conjugación de cultura e historia da pie a reconocer la fundamentación del “socialismo con características chinas para una nueva era”, la inserción de “crecer fuerte” (强起来qiang qilai) y “rejuvenecimiento de la nación china” como ejes de la política interna y exterior de China. La estructura del sistema político chino permite una dinámica de institucionalización basada en procesos desde la base hacia arriba y de adentro hacia afuera.
En lo referente a la historia, el concepto de “nación china” desde Beijing hoy en día tiene un gran peso, pues más allá del proceso hacia ser un Estado proactivo, de manera paralela se busca legitimar la importancia del pueblo (nación) como una unidad. En este sentido, los cuatro pilares de la política exterior china: la integridad territorial, ser reconocido por la comunidad internacional como el único gobierno chino, propiciar el desarrollo económico del país e incrementar su prestigio a nivel internacional, son básicos para entender la necesidad de reivindicar el lugar de China en la historia.
La identidad es un elemento clave para los países hoy en día. No es casualidad la exacerbación de los nacionalismos en distintas partes del mundo y sus interpretaciones desde distintas aristas. El resultado de esto es la imperiosa necesidad insertar a las nuevas generaciones en la construcción de identidad. Al mismo tiempo, la historia de las relaciones internacionales del siglo pasado tiene una deuda histórica con el Sur-global. La conjugación de estos dos puntos en un ambiente tan fragmentado como el que hoy vive el sistema internacional, permite que surjan nuevas narrativas desde otras latitudes sobre momentos clave de la construcción del orden internacional de la posguerra.
En el caso de la República Popular China esto también tiene un impacto hacia afuera, principalmente en el contexto tan revuelto que hoy se vive con los cambios en Estados Unidos. Todo esto ha permitido la inserción de palabras clave que ponen sobre la mesa de manera directa e indirecta una discusión política y académica, pues términos y/o conceptos como “Día de la Victoria” y “lucha antifascista” cuestionan la narrativa occidental y refuerzan la necesidad de repensar la gobernanza global.
3- La Iniciativa de Gobernanza Global ¿una nueva fase de la Comunidad de Destino Compartido?
En años previos, en el contexto de la CDC, China había ya propuesto algunas iniciativas:
1. Iniciativa de Desarrollo Global, propuesta en 2021.
2. Iniciativa de Seguridad Global en 2023.
3. Iniciativa de Civilización Global, 2023. Basada en la importancia de la cultura.
4. Iniciativa Global de Gobernanza de Inteligencia Artificial, 2023.
El 1 de septiembre dentro del marco de la reunión de los líderes de la Organización de Cooperación Shanghái (OCS) , Xi Jinping dio a conocer la Iniciativa de Gobernanza Global (IGG). En su discurso, Xi inserta a China como: “un firme constructor de la paz mundial, contribuyente al desarrollo global, defensor del orden internacional y proveedor de bienes públicos”. Bajo esta perspectiva, la IGG identifica cinco ejes: igualdad soberana, multilateralismo, estado de Derecho Internacional, pueblo (humanidad) como centro y resultados reales.
Uno de los grandes cuestionamientos con la CDC y ahora con esta iniciativa es cómo plantea esto Beijing. El documento presentado por Xi señala que: “no significa derrumbar el orden internacional existente o crear otra estructura fuera del actual sistema internacional. Más bien, el objetivo consiste en hacer que el sistema y las instituciones internacionales existentes sean mejores en tomar medidas, trabajar de manera efectiva, adaptarse a cambios, responder con rapidez y eficacia a diversos desafíos globales, y servir a los intereses de todos los países, especialmente los en desarrollo”. Por lo tanto, la IGG no es desconocer a la ONU sino reformarla y actualizarla en temas clave como la arquitectura financiera internacional, IA, ciberespacio, cambio climático, comercio y espacio exterior.
Desde una interpretación personal, la IGG sí representa una nueva fase de la CDC, pues lo propuesto por Xi Jinping engloba las iniciativas previas con un timing preciso, pues la postura estadounidense de la administración Trump y los efectos de esto con países del Norte-global abren la puerta a este tipo de propuestas.
4- Relaciones Internacionales con características chinas: seguridad y el Día de la Victoria
Este apartado inserta las “Relaciones Internacionales” (disciplina) como un punto de discusión importante con todo esto que sucede. Este proceso se acentúa con el estudio de la Xiplomacy, lanzada en 2018. La Xiplomacy pone en el centro las “nuevas relaciones internacionales” e implica la construcción de la diplomacia china basada en el “socialismo con características chinas para una nueva era”, en donde el multilateralismo y la cooperación orientados a la equidad y la justicia son eje para dirigir la reforma del sistema de gobernanza global.
Al mismo tiempo, la Xiplomacy resignifica el concepto tradicional de seguridad, identificándola como “colectiva”, “integradora”, “cooperativa” y “sostenible”. Esto impacta en la forma en cómo China hoy presenta estas iniciativas y la manera en cómo se conduce dentro de organizaciones regionales que promueve, tal es el caso de la OCS. Esta reinterpretación se desmarca de la lógica individualista de la seguridad.
El desfile del 3 de septiembre en conmemoración del Día de la Victoria ha generado un mensaje fuerte y desafiante. Por un lado, el despliegue de armas y la imagen de Xi acompañado de Putin y Kim rompe la “estética” de la narrativa normalizada en las relaciones internacionales. Desde una interpretación realista, esto reafirma la alianza entre estos tres países y puede ser visto como un desafío para otras alianzas o potencias militares, pero también como una estrategia de disuasión ante la insistente presencia y discurso estadounidense sobre la amenaza china en el Indo-Pacífico. Por otro lado, esto también puede ser interpretado como un mensaje sobre cómo es necesaria una reforma en la inclusión de actores clave en la seguridad internacional más allá de la narrativa occidental. Algo que China ha puesto sobre la mesa, es la necesidad de lo colectivo sobre lo selectivo. Ejemplo de esto fue la propuesta de negociación de la paz en Ucrania, en donde China hizo hincapié en incluir a ambas partes y no negociar una paz sólo con una. Desafortunadamente, en el colectivo mediático, esta inclusión lastima el romanticismo histórico de “buenos” y “malos”. En consecuencia, es contraria a la narrativa.
5-Consideraciones finales
Estos eventos promovidos por China definitivamente desafían a la gobernanza global actual. Sin embargo, más allá de tener un impacto negativo, se nutre de varios factores que permiten que China avance en sus cuatro pilares de política exterior. Uno de estos factores es el espacio vacío que ha dejado Estados Unidos dentro del propio Sistema de Naciones Unidas. La postura americana de ver su participación en este organismo como un gasto ha sido el inicio de varias decisiones que han hecho cada vez más visible este vacío. Por lo que ha pasado de ser un promotor de los valores universales a un promotor de los antivalores, ejemplo de esto son las medidas para bloquear visados a funcionarios palestinos para asistir a la sede de Nueva York.
En contraste, China lleva décadas desarrollando un lobbying cercano y presente en la ONU y sus agencias. La gran cuestión es cómo se puede materializar lo propuesto por la IGG para reformar la ONU. Hasta ahora, China ha optado por crear y hacer crecer organismos intergubernamentales que cada vez tienen más eco en el Sur-global, ¿será esto necesario para lograr la reforma?
Por último, y lo más complejo, dentro de la propia Xiplomacy se menciona “defender la soberanía nacional, la seguridad y los intereses de desarrollo de China”. Esto impacta en los pilares de “la integridad territorial y ser reconocido por la comunidad internacional como el único gobierno chino”, en donde definitivamente el tema Taiwán está implícito. Esto significa un gran reto a pesar de los pocos reconocimientos diplomáticos que la isla mantiene. Con esto no se interpreta que en el corto plazo se genere un conflicto armado, pero esto no quiere decir que en este proceso de reinterpretación de las narrativas occidentales China renuncie a la idea del rejuvenecimiento de la “Gran China”.
TOMADO DE: Reinterpretar las narrativas occidentales – Observatorio de Política China [OPCh]
********** **********


