Breve comentario sobre ideología

Por: Ricardo Robledo 

Se ha vuelto común en el medio, que los políticos hagan alguna referencia a lo que creen que es ideología; situación que se populariza aún más cuando se acerca un proceso electoral. Concepto con el que tratan de fijar posición ante los electores. Es oportuno, entonces, colocar en el debate social el significado de esta palabra tan maltratada y molesta para algunos.

En el momento actual de la sociedad colombiana hay un electorado que ha despertado. Con una prudencia que oculta su terror ante este despertar y haciendo gala de su supuesta amplitud democrática, los políticos de la derecha llaman a debatir «sin ideologías» y, desde una posición sana, se le aceptan sus buenas intenciones. Pero si desde la izquierda, alguien hace igual llamado, es inaceptable. Es un exabrupto. Si mínimamente se entiende la ideología como un conjunto de ideas, el que un político diga que va a actuar por fuera de ella, quiere decir que no tiene ideas acerca de la forma en que debe organizarse la sociedad, motivación que es la esencia de la política.

Entonces hay conceptos que aclarar. En el Elogio de la dificultad, Estanislao Zuleta, parte de oponer la ciencia a lo que es opinión; la primera, requiere demostración; la segunda, está llena de creencias que no necesitan ser demostradas, basta con ser creídas. Así para este pensador la ideología es inicialmente un estado de opinión.

Surge, entonces, la captación de la ideología como falsa conciencia. Estado inapropiado en el que algunos la dejan cuando la alejan de la lucha social. Porque con ella se manipula a la sociedad. Dice el autor que, por ejemplo, los capitalistas se justifican a si mismos por la libertad de mercado; pero para el pequeño productor y para el proletariado, no existe tal libertad porque se ven forzados a intercambiar sus productos para procurarse sus condiciones vitales; el gran capitalista, tampoco lo es, porque necesita vender para obtener ganancias, invertir y mantenerse competitivo.

Ahora aparece el fetichismo, cuando a algo se le derivan sus características de las apariencias que lo rodean y no de las causas que lo producen (el intercambio de mercancías como producto de la libertad de mercado y no de las necesidades de subsistencia). Y de ahí surge la alienación en el pensamiento social, cuando alguien asume como propias las ideas-opiniones que no le corresponden y que así son una falsa interpretación de la realidad. Y, como aclara Zuleta, esto no ocurre por errores individuales, sino que es algo encarnado socialmente.

Existen entonces dos ideologías, la burguesa que le sirve a la minoría de burgueses, socialmente falsa cuando se extiende para todos, y otra que se construye sobre causas reales, que quiere basarse en lo científico y que se constituye en el humanismo marxista.

Se entiende porqué mienten los burgueses, sus medios de comunicación, sus agentes y seguidores.

Nota:
Cuando alguien de derecha llama a hablar sin ideologías, realmente está diciendo que su forma de pensar es lo normal, lo que debe ser, lo correcto, que sus ideas son tan obvias que no están en cuestionamiento, es más ni siquiera «son ideología», esa la tienen los que quieren cambiar el mundo y que, entonces, se guían por motivaciones para ellos inaceptables.

Agosto 29 de 2025

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