Por: Equipo Colarebo Colombia
No pueden titularse de otra forma las acciones terroristas efectuadas recientemente en Cali y en Amalfi. El respeto a la condición humana y defensa de la vida, son principios que deben estar presentes en una sociedad democrática. Esto hay que tomarlo como una guía de referencia para cualquier reflexión con respecto a tan lamentables sucesos.
Desde la izquierda y desde la derecha se cruzan acusaciones acerca de la responsabilidad de los atentados. Se emiten temerarios, irresponsables y rebuscados argumentos para colocar al gobierno de Colombia como instigador de tales acciones. Comentarios que se caen por su propio peso; si los sectores más retardatarios consideran que la actual administración es “amiga de los terroristas”, no habría razón para que estos realizaran actos que afecten a su supuesto aliado. Hay algo que no cuadra en esa narrativa. Hay que pensar, entonces, a quienes conviene la desestabilización del estado actual de la sociedad.
En un mundo globalizado y desde una visión general, todos los sucesos están relacionados; valga reseñar la condena a un expresidente, derrotado en derecho; el rechazo de esta definición jurídica desde algunos sectores de la sociedad; las amenazas a miembros del sistema judicial; su libertad transitoria; la decisión gubernamental de suspender las exportaciones de carbón hacia la entidad sionista, dada su condición genocida y compromiso con crímenes de guerra; la agresión imperialista a Venezuela, abuso que busca desestabilizar a América Latina, que contraría los deseos de paz de la región. Ya se conocen todas las maquinaciones y rebuscadas justificaciones que se desarrollan cuando se quiere invadir a una región.
No se corresponde el despliegue de misiles para pretender tumbar “baretos” y “basucos”; tampoco con el envío de cuatro mil militares, para buscar alucinógenos. Una cosa son las desgastadas justificaciones y otra, la cruda realidad, algo que los pueblos del mundo ya han desenmascarado y que son argumentadas por unas élites minoritarias, hoy desprestigiadas y rechazadas globalmente.
Muy valiosa la actuación ciudadana en Cali, que permitió la captura de uno de los autores del cruel atentado. Hay que fomentar la inteligencia popular como base de la seguridad. Es necesario también llamar a la paz en todos los territorios nacionales y en la región y al apoyo al gobierno democrático en Colombia y América Latina.
Agosto 22 de 2025
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CUADERNOS DE REENCUENTRO 