Decirle sectarios a quienes estamos en contra de Laura Sarabia y Armando Benedetti me parece una falta de respeto por parte del presidente @petrogustavo. Una cosa es ser coherente y admitir el rechazo hacia personajes que lo único que han hecho es causarle daño tanto al gobierno como al proyecto mismo, y otra muy diferente es aplaudir sin cuestionar y asentir a todo sin reflexión. Ser “sectario” raya en el fanatismo exagerado por la defensa de una idea o ideología, algo muy distinto al pensamiento crítico de muchos que, en su momento, fuimos convocados con el único fin de conformar un gran equipo en busca de un cambio real para nuestro país. Un cambio que, lamentablemente, se ha visto truncado por este tipo de personajes, por los que incluso en su momento votamos para que se fueran.
Decir que hay un descontento generalizado en las regiones, en las comunidades y en los liderazgos; muchos de los cuales se han sentido solos, maltratados y utilizados, no es sectarismo; es una realidad que, de no corregirse a tiempo, pondrá fin a la continuidad del proyecto de cambio en 2026. La lucha de millones de colombianos simplemente pasará a la historia como un intento más por buscar lo mejor para nuestro país.
Por mi parte, señor presidente, jamás he sido un sectario. Al contrario, me considero un crítico, incluso de este mismo gobierno, con el que tengo gran afinidad. Desde el momento en que recibí su invitación para hacer parte de la lista al Senado por el Pacto Histórico, en representación de un sector, siempre he manifestado mi apoyo a aquellos proyectos en beneficio de los más vulnerables. Hemos estado ahí, firmes en nuestras convicciones, y sin importar lo difícil que ha sido este camino, nuestra lealtad y compromiso siempre han estado del lado del gobierno nacional. Sin embargo, esto no nos impide manifestar nuestra molestia por la presencia de aquellas personas que, al contrario de lo que uno esperaría, no representan en nada la lucha popular y mucho menos el progresismo. Son, simplemente, una total vergüenza.


