Nunca olviden que la política no se hace a través de medios de comunicación tradicionales o usando las redes actuales, o desde una oficina con aire acondicionado. La política verdadera es en campo, con ideas claras, con objetivos comunes, visitando a los ciudadanos en sus casas, empolvandose los zapatos, siendo coherentes entre los que se dice y lo que se hace, partiendo de que quiere el pueblo y no de qué necesito yo como dirigentes. Ser verdaderos servidores públicos. Ánimo Ecuador, si se puede. Solo sean congruentes también como pueblo.
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