Las miradas de todo el mundo se centran hoy en Rusia y la reunión entre Vladimir Putin y el presidente norcoreano, Kim Jong-un, y el acuerdo armamentístico entre ambas potencias que ha puesto a Occidente en vilo pendiente de cuáles serán las conclusiones del encuentro y las ayudas concretas que Piongyang le quiere facilitar a Rusia. Estados Unidos y Occidente en pleno tendrán ahora que contraponer más ayudas a Ucrania para contrarrestar la fuerza de este nuevo posicionamiento en el nuevo orden mundial que se fija en torno al bloque Rusia-China. Mientras, el inversor mira a Estados Unidos y a la próxima reunión del Banco Central Europeo con dudas sobre cuál es realmente la situación económica y planteándose de nuevo si está cayendo en la trampa del mercado. Las reuniones a la vista de FED y BCE mantienen en vilo a los mercados ante la disyuntiva de si el fin de las subidas de tipos ha llegado o todavía queda algo del camino de los bancos centrales por la lucha contra una inflación que se mantiene elevada y una recesión que sigue amenazando a la economía a ambos lados del Atlántico pero no termina de dar el golpe definitivo que los de Powell y Lagarde llevan tiempo esperando. El riesgo está en los precios de la energía, especialmente el momento en que el precio del petróleo está desbocado: “No hay nada peor que un banquero central asustado”, asegura Jose Vizner, ante el momento económico que vivimos. En todo este contexto, la cosa se le complica al presidente de los Estados Unidos, Joe Biden: el líder republicano en el Congreso, Kevin McCarthy, encabeza un impeachment contra el presidente de los Estados Unidos por la polémica que pesa sobre él y en el entorno de su familia y pide respuestas a Biden, poniendo en peligro su reelección para las elecciones presidenciales de 2024.

13 jul 2021 17:00 GMT

En este episodio de soluciones veraniegas de ‘Keiser Report’, Max y Stacy charlan con el emprendedor Jeff Booth, autor de ‘The Price Of Tomorrow’, sobre la deflación, y sobre si la trampa de Tucídides y el final del imperio pueden cambiar la dirección de los avances tecnológicos llevando a una reducción de precios. Analizan cómo las respuestas de los gobiernos a la deflación a menudo llevan a la inflación e incluso una posible hiperinflación. El invitado de este episodio, Jeff Booth, advierte que la política monetaria inflacionista impulsada actualmente por la Reserva Federal está desembocando en una deflación cada vez mayor. Dado que «nos encontramos en una transición digital que es la más poderosa que el mundo ha visto jamás», se requiere una divisa que «no esté manipulada y que permita trasladar esa abundancia y esas mejoras derivadas de la tecnología al mayor número posible de ciudadanos», afirma Booth, que defiende que esta tendría un carácter deflatorio y ayudaría a prevenir la concentración ulterior de los recursos financieros en manos de unos pocos. Otro de los temas abordados en el programa es el problema de la escasez de chips en el mundo. Según Max, la causa fundamental del trastorno en las las cadenas de producción de estos dispositivos consiste en que «la economía mundial se está viniendo abajo por culpa de las malas inversiones y la emisión de moneda, que está provocando inflación». Booth se muestra de acuerdo con esta opinión, agregando que lo mismo puede decirse de muchos activos, desde la vivienda hasta el petróleo. El experto sostiene que hay dos modos de acabar con los trastornos económicos que experimenta el mundo: con una guerra que «nos permita empezar desde cero» o con la adopción del bitcóin, que es «un nuevo régimen de divisas que no se puede manipular y que es el camino hacia la abundancia del ser humano». Booth achaca el éxito de la criptomoneda al hecho de que el libre mercado «por fin se ha interesado por el dinero». Gracias a este instrumento financiero, «dejaremos de tener toda esa desinformación monetaria que afecta a las economías del mundo», pronostica. Asimismo, el invitado critica el punto de vista de economistas keynesianos, como Paul Krugman, que insisten en que el funcionamiento de la economía se rija por la norma fiat y se base en la necesidad de fomentar el crecimiento del PIB y la facilitación del acceso al crédito para la población. A juicio de Booth, tales expertos «están atrapados en el sistema, obligados a justificar todo lo que han venido diciendo en el pasado». Por último, refiriéndose al desarrollo de la economía mundial y los activos financieros y, en particular, a la adopción del bitcóin como forma legítima de pago en El Salvador, el invitado hace hincapié en que «la innovación, el libre mercado y la inteligencia están yendo a parar a aquellos lugares que permiten crear un futuro más próspero».

Una sentencia final de un magistrado que absolvió, después de varias sentencias condenatorias, el que se hubiera destruido mediáticamente a toda una familia al publicar circuntancias exclusivamente íntimas sin su consentimiento y que no había más derechos que la libertad de expresión de la periodista que en realidad es una militante de la extrema derecha y su vocera quizás más importante. Desde entonces la mentira es el eje de la actividad de la extrema derecha que destruye sin temor alguno, sin ningun tipo de obstáculo ético y en forma creciente personas inocentes, usando condiciones de acceso al poder de los medios. Hasta Fox el medio de la derecha norteamericana ha sido condenado por una justicia bastante conservadora cuando su información ha destruido personas inocentes y cuando la mentira ha sido llevada al máximo de la mentira. ¿Quién defiende los derechos del calumniado o calumniada? ¿Hasta cuando confundiremos el derecho a la persona y su buen nombre aplastado por completo por el derecho de destruir a esa persona solo porque no piensa igual que la activista o porque se atravieza en su negocio? No es el presidente el que debe actuar para restablecer el derecho a ser persona en la sociedad, que es básico para la libertad, sino que le corresponde a la justicia constitucional. Toda mi solidaridad a Cecilia Orozco, profundamente calumniada y a las personas que son tan tramposamente destruidas solo porque están cerca de mí, pertenecen a mi gobierno o se acercan a él, o porque por simples hechos de la vida, como en el caso de Cecilia, estuvo compartiendo una fundación sin ánimo de lucro, con alguien que por sus valores de justicia, está en mi gobierno.

Tomado de:

(1) Gustavo Petro en X: «Una sentencia final de un magistrado que absolvió, después de varias sentencias condenatorias, el que se hubiera destruido mediáticamente a toda una familia al publicar circuntancias exclusivamente íntimas sin su consentimiento y que no había más derechos que la libertad de…» / X (twitter.com)

¡URGENTE! PRESIDENTE PETRO Y CECILIA OROZCO EXPLOTAN CONTRA VICKY DÁVILA Y SEMANA – SERÁN DEMANDADOS

Cecilia Orozco Tascón

12 de septiembre de 2023

El 22 de abril pasado, hace apenas cuatro meses largos, el medio amarillista que desplazó la revista más influyente de Colombia en tres décadas hizo otra de sus “explosivas” revelaciones. Empezando por el título, el tema buscaba atraer a los voyeristas que disfrutan con la mala leche que se vierte en cada nota difundida en ese sitio. “Escándalo en el Ministerio de Defensa: un viceministro y varios funcionarios presionaron a Semana para impedir que se publicaran dudas en torno a una billonaria adquisición de vehículos militares”. Allí se aseguraba que “un viceministro y otros funcionarios… (quisieron) impedir que el país conociera una grave denuncia de un acuerdo por $1,3 billones a fin de adquirir 55 vehículos militares”. Explicaba que uno de sus periodistas “fue hostigado a tal punto que intentaron obligarlo a firmar un documento para que no publicara nada”. La conclusión era terrorífica: “Un claro acto de censura” (ver). El viceministro, responsable del área en que se habría presentado el acto de corrupción consistente en US $17 millones en sobrecostos, es el general (r) Ricardo Díaz, un individuo oblicuo y famoso por su oportunismo más que por sus méritos profesionales.

Pues bien, este personaje pasó de ser el “censor” de Semana a protagonista de su reciente portada. El titular contradice el del mes de abril: “Lo que sabe el general”. A fin de cuentas, ¿el militar era un villano o es un héroe? Nadie sabe. En todo caso, la entrevistadora desplegó 10 páginas de la edición física y una eternidad en video para darle cabida a la hiel del recién expulsado del Gobierno, quien, nervioso, inseguro, con mirada huidiza y exhibiendo varios tics, vino a recordar sus “denuncias” sobre la corrupción que corroe su despacho, solo después de enterarse de que su expectativa de ascender al cargo de ministro de Defensa, en reemplazo del actual, era una mera y fallida ilusión. El militar (r) Díaz enmarcó en un gran entorno delictivo, que funcionaría a su alrededor sin contaminarlo, a por lo menos una veintena de personajes —incluyendo a dos generales que fueron sus amigos por más de 30 años, tiempo en el cual tampoco parece haberse enterado de cuán delincuentes eran sus colegas—. No entregó, y su entrevistadora nunca se las exigió, pruebas de que sus acusaciones eran algo más que un sancocho de venganzas compartidas (las de ella y su revista, y las de él) entre las cuales se esperaría que haya, al menos, unas verdades comprobables que habrá que desenredar de entre la maraña de delitos que describió, uno de ellos, al menos, cometido por él mismo: el de omisión, que obliga a los funcionarios a denunciar cuando se enteran de una ilegalidad. Según su declaración, Díaz se guardó durante un año (desde septiembre de 2022) el dato sobre una oferta para sobornarlo con $700 millones, con que habría sido tentado por un “coronel Mejía” a cambio de que el Ministerio considerara la compra de unos helicópteros.

He formulado dos derechos de petición a las autoridades para preguntar si han iniciado las investigaciones penales y disciplinarias correspondientes a la omisión delictiva del militar retirado. Próximamente, presentaré, también, demanda civil por daños y perjuicios en contra de quien me mencionó, inducido descaradamente por la entrevistadora, en contra de esta y de Semana. La escena en el video en que Díaz me involucra resultó tan mal montada que el militar, para acordarse de mi nombre, tuvo que consultar su celular.

Esos actores: Díaz, Dávila y Semana, convirtieron mi condición de fundadora de una corporación sin ánimo de lucro que se sostiene con aportes de organismos de cooperación internacional, y que tiene como objeto la defensa de la democracia, la independencia de la justicia y la libertad de información (ver), en “socia” comercial de Iván Velásquez, el ministro al que Díaz no pudo sacar para quedarse con su cargo. Los tres responsables de la canallada en mi contra —con la que pretenden cobrarme mis opiniones de demócrata— me “añaden” otros “socios”: unos abogados de Guatemala, bello país que nunca he visitado, que, a su vez, tendrían vínculos con los líos de Odebrecht en esa nación. Para poner en duda mi honorabilidad hicieron varias maniobras: 1) Mencionarme en mitad de los supuestos actos de corrupción a pesar de que no se atrevieron a decir qué tengo que ver con esas conductas. 2) Omitir, intencionadamente, que a) antes de su posesión, Velásquez se separó de la fundación, por escrito; b) nunca he recibido un peso de esa corporación; c) a mi solicitud, se añadió una cláusula según la cual debo abstenerme —por incompatibilidad— de derivar cualquier beneficio de las actividades de la fundación (ver). Quienes se revuelcan en su lodazal no podrán untarme con su porquería.

TOMADO DE:
Los canallas que ya conocemos | EL ESPECTADOR

11S: 50 años del golpe en Chile

Claves del día: Jaque mate a Biden y sus mentiras, el petróleo disparado y el poni de Von der Leyen

Hoy, lunes 11 de septiembre, vemos en las Claves del día, con Jose Antonio Vizner, cómo un día tras otro desde hace meses se repite la historia de una inflación que no se va y una recesión que está al acecho pero no se hace patente mientras Estados Unidos continúa insistente en celebrar unos buenos datos económicos que nos llevan a hablar esta mañana de las mentiras de Biden y sus Bidenomics a la vista del análisis de los datos de empleo en EEUU mientras el petróleo sigue subiendo con unos precios disparados al alza que ponen a la inflación en una situación que complica la papeleta del BCE y la Reserva Federal con sendas reuniones para subidas de tipos de interés a la vista en las próximas semanas a la par que el G20 nos deja una imagen precisamente de debilidad de Occidente en un final de la cumbre en que no se ha logrado la condena firme de Rusia por la guerra de Ucrania pese a que Europa y Estados Unidos la albergaban como uno de los logros más relevantes que finalmente no ha tenido lugar. Un G20 en que la gran protagonista, más allá de China y Estados Unidos, ha sido la India, posicionándose como un emergente relevante para escalar el multilateralismo frente a la eterna batalla de las dos grandes potencias comerciales en Oriente y Occidente. Por último, vemos hoy el escándalo que ha levantado en Europa la situación de intereses personales de Ursula Von der Leyen que, tras la muerte a dentelladas de su poni ‘Dolly’ por parte de un lobo, ha decidido avanzar en una petición que, sin embargo, los ganaderos europeos llevan años demandando: la rebaja de las medidas de protección del lobo salvaje europeo. Una situación que nos lleva a ver cómo las élites occidentales han asumido el lema liberal pero con su retoque particular: «todo para mí, pero sin el pueblo», en una situación orwelliana propia de la obra 1984: «piensa lo que yo te diga, haz lo que yo te diga».