Colombia – Muerte de «Iván Mordisco»: «La gran mentira»

TOMADO DE: «cambiocolombia.com»

PUNTOS DE VISTA

18 Abril 2023

Paola Herrera

La gran mentira

Es realmente preocupante el cinismo de poderosos en Colombia como el exministro de Defensa Diego Molano Aponte, quien después de conocer que alias Iván Mordisco –el cabecilla más peligroso del país, como el mismo lo llamó, está vivo y no fue neutralizado por sus hombres, ahora salga a calificar de mentirosos a quienes le reclaman por esa farsa.

Y es que es muy fácil para el exfuncionario hoy voltear la torta y acusar a quienes legitimante le preguntan por el show mediático que hizo en julio del año pasado cuando anunció, junto con los comandantes de las Fuerzas Militares, el Ejército y el director de la Policía Nacional, la baja del hombre que lideraba el frente primero de las disidencias de las Farc, por quien se había ofrecido una millonaria recompensa.

Aunque Molano ha demostrado, con documento en mano, que tal recompensa no se pagó, porque el cuerpo de Mordisco nunca apareció, se le olvida que el anuncio de su muerte fue entregado a los colombianos como el golpe de inteligencia más grande de los últimos tiempos y luego de una operación milimétrica que duró 60 días y en la que nada podía fallar.

Por eso las inquietudes y los justos reclamos van más allá del pago del dinero ofrecido a cambio de obtener información sobre el paradero del criminal. Sin embargo, esa pobre respuesta sobre lo que pasó con la plata, le ha servido al señor exministro y ahora candidato a la Alcaldía de Bogotá para atizar su discurso en contra de “personas de izquierda” a quienes llama mentirosos, expertos en desinformar, en entregar noticias falsas y hasta en prender lo que él considera las “bodegas rusas” para hacerle perder su tan preciada credibilidad.

Por favor, ¿otra vez con ese cuento de las bodegas rusas? Para nadie es un secreto que en redes sociales hay cuentas falsas que se dedican a atacar a algunos y que lo hacen a cambio de plata, pero de ahí a que las preguntas de la gente, de muchas personas que se sorprendieron con ese gran cuento que nos metieron, sean una “actividad orquestada por Guanumen”, como lo dice el exministro, es una locura y una idea traída de los cabellos.

Además, ¿no es acaso, exministro Molano, una mentira peor, una desinformación y una pérdida de credibilidad para usted y las fuerzas que comandaba, el haber anunciado con bombos y platillos una megaoperación en la que supuestamente murió el jefe máximo de las disidencias de las Farc, que después apareció vivo y coleando? Ustedes repitieron una y otra vez una información que no correspondía a la realidad y ahora se atreven a llamar farsantes y creadores de “fakenews” a quienes les recuerdan lo que hicieron.

Lo más grave del asunto es que en ese momento se entregaron muchos detalles que ahora el exministro desconoce o parece haber olvidado. En la rueda de prensa del pasado 15 de julio de 2022, el comandante de las Fuerzas Militares de ese entonces, el general Luis Fernando Navarro, dijo que todo había empezado dos meses antes del día 9 de ese mismo mes cuando se puso en marcha la operación Júpiter en el Caquetá.

El general aseguró que para llevar a cabo esta actividad se juntaron todos los esfuerzos del Ejército, la Fuerza Aérea, los comandos del sistema de seguridad y control y, por supuesto, la Policía para hacerle un control permanente a la estructura del señor Iván Mordisco que funcionaba en los departamentos del Guaviare, Meta y Caquetá donde supuestamente fue dado de baja.

Fue tanto lo que hicieron, el tiempo que gastaron y hasta los recursos invertidos que incluso reconoce el alto mando militar que previo al día D, se habían realizado 16 eventos en los que se intentó combatir al hombre que durante días estaban buscando.

Revisando de nuevo la rueda de prensa que dieron ese día, es imposible pasar por alto la insistencia del director de la Policía Nacional, el general José Luis Vargas, en explicar que la operación, que fue “muy estratégica”, iba única y especialmente contra Mordisco, no contra otras personas, otras estructuras o cualquier otro campamento de disidentes.

“El proceso de ubicación estaba focalizado sobre él, todo el proceso de recolección de información era para llegar a él, no a ningún otro”, repitió el uniformado.

Eso es lo que justamente ignora ahora Molano Aponte, quien en sus flojas explicaciones a medios ha dicho que sí, que es verdad que el señor Mordisco no cayó, pero que sí lo hicieron nueve personas más que pertenecían a su estructura. ¿Cómo es posible que iban por una persona y caen todas las que están a su alrededor menos la que es el único y especial objetivo?, ¿por qué se anunció entonces su muerte con tanta seguridad?

Pero, además, ¿qué pasó con la supuesta evidencia? Según las declaraciones del ministro Molano, ese día que anunciaron los resultados de la operación, la Policía tenía todas las pruebas para señalar con certeza que Iván Mordisco había caído. El problema es que en esa evidencia no estaba lo más importante o contundente: el cuerpo.

En medio de toda la parafernalia que hicieron contando la noticia, el general Vargas decía que fueron varios meses de recolección de información y datos y que se trató de un proceso muy serio. A su turno, el ministro de Defensa resaltó la importancia de la inteligencia “en una de las acciones más precisas para combatir a uno de los hombres más peligrosos del país”. Incluso se atrevió a decir que Iván Mordisco había burlado por años a las fuerzas y “hoy, gracias al trabajo de la inteligencia lo logramos abatir”.

Bueno, pues los nuevos hechos demuestran una cosa completamente diferente. Mordisco también se burló de Molano, de Navarro, de Vargas y, claro está, del expresidente Iván Duque, quienes creyeron que un golpe de esos les iba a mejorar su tan desbaratada imagen que ahora quedó peor. Fueron estos personajes los que le mintieron a Colombia y los que deberían, en todas las instancias, dar explicaciones de lo que pasó.

Y es que no es poca la plata que gastamos en inteligencia cada año para terminar haciendo el oso así. Si se supone que fue la gran hazaña de la inteligencia de la Policía y de las Fuerzas Militares colombianas, ¿cómo es que en menos de un año el que estaba muerto resucitó?

¿Qué pasó entonces con los miles de millones de pesos gastados en esa recolección de información, en el despliegue, en los operativos previos, en todo lo que implica una acción como esa?, ¿acaso nadie va a responder por esa plata que claramente puede ser un detrimento y lo único que nos queda es una respuesta de Molano en la que descaradamente pide no decir mentiras cuando él hizo lo mismo y hasta peor?

Hay otros elementos muy tristes en toda esta historia. El primero es que posiblemente cayeron personas inocentes en la gran operación comandada por Diego Molano Aponte, que ahora resultó haber sido un fracaso. Lo segundo es que algunos medios de comunicación olvidaron el principio básico del periodismo que es el de confrontar y solo sirvieron como parlantes del gobierno de turno para repetir una información que era falsa.

Claro, es verdad que si una autoridad entrega una información hay que darle manejo, pero eso no significa quedarse con solo esa versión y hasta hacerle el juego a una obra de teatro que en ese momento el presidente quiso montar. El periodismo es mucho más que un vocero del poder y es por esos errores que también hemos tenido responsabilidad en este conflicto armado colombiano.

Lo último y no menos grave es que ahora haya aparecido el señor Mordisco como una estrella de cine y armado hasta los dientes para exigir sus condiciones ante el eventual proceso de paz total en el que tanto insiste el nuevo Gobierno. El exministro Diego Molano dice que ellos lo tenían acribillado y que ahora, en cambio, lo dejan “pavonearse” por el país.

Lo cierto es que nunca estuvo acribillado porque si se creía que estaba muerto nadie lo buscó y eso lo dejó hacer y deshacer tranquilamente todo lo que quiso en estos últimos nueve meses. Por el contrario, el hecho de haberlo dejado escapar y de presentarlo como abatido lo empoderó, le permitió que se fortaleciera y que ahora pueda desplazarse tan campante por el territorio nacional.

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