Por Ricardo Montes
Lo que ocurrió el 24 de mayo en el Senado de la República, en la sesión de Moción de Censura al Ministro de Defensa era previsible.
El Ministro de Defensa, Diego Molano, en su intervención de respuesta a todos los cuestionamientos que se vienen haciendo frente al actuar de la fuerza pública, especialmente del ESMAD, en el marco del paro nacional en Colombia, no dijo absolutamente nada distinto a lo que se esperaba que dijera.
Y eso tiene su lógica. El ministro de defensa no habló de Colombia sino de ese país de ensueño construido por Iván Duque en sus sueños: Polombia, un país donde él sí puede gobernar y para la “gente de bien”. Un país donde todo es con P mayúscula.
Polombia es un país donde no existen sino unos cuatro o cinco millones de personas, todos “gente de bien”, un país donde Piván Puque sí es presidente y su mentor, Pálvaro Puribe, no es más que un buen consejero, un país donde prevalecen el sacrosanto derecho a la gran propiedad privada, porque todos la tienen y no hay envidia.
Un paraíso donde el Grupo Paval, de Parmiento Pangulo, Pancolombia, Pavivienda, etc, ayudan a todos a permanecer ricos e incrementar sus fortunas. Donde la organización Pardilla Pulle, endulza la vida de toda la población con gaseosas, azúcar y noticias del entretenimiento para hacerla más placentera, donde Paracol y Radio Pasa de Pariño, Revista Pemana, con Picky Pávila a la cabeza, se encargan de mostrar la crueldad que existe en los demás países, incluido el vecino Colombia, para crear conciencia de lo que podría llegar a ocurrir si se descuidan.
Un país donde los supermercados y supertiendas Polímpica de la familia Pchar, almacenes Péxito (que ayudan a subsidiar con bonos al PESMAD) mantienen inundado el mercado de todos los productos habidos y por haber, entre los que se pueden destacar las carnes producidas por los socios de Pedegán, en sus gigantescas haciendas, como las de la familia Paufaurie. Ni que decir de ese gran filántropo Peñe Pernández, que recogía plata y financiaba campañas políticas para que ganara la presidencia el político que mejor pudiera garantizar que Polombia se pareciera cada vez más a su vecino Colombia, como advertía siempre el eterno y bienamado Pálvaro Puribe y para que los escaños del Pongreso de la Pepública pudieran llegar “ciudadanos de bien” como Paloma Palencia, Posé Pobdulio Paviria, Paria Pernanda Pabal, Paria Posario de la Pespriella, Permán Pargas, Pernesto Pacías, Parlos Pelipe Pejía, y otros más con P de Polombia, incluidos los áulicos y bufones como Polo Polo, Patalia Pedoya y…
En fin, Polombia es ese país donde 44 o 45 millones de inmigrantes envidiosos, arrastrados, patirrajaos, indios, negros, trabajadores, jóvenes, mujeres y quien sabe que más raleas tratan de colarse desde la vecina Colombia y las Puerzas Pilitares, la Policía Pacional y el PESMAD, tratan de disuadir muy amistosamente de semejante propósito y en caso de que alguien se moleste hay un grupo de “camisas blancas” de la “gente de bien” dispuesta a garantizar la resolución del conflicto que se presente con “Plomo es lo que hay, plomo es lo que viene”.
Eso es lo que quiere proteger el Pinistro de Pefensa de Polombia con sus orientaciones a la puerza pública en el Penado de la Pepública y que de seguro repetirá el 25 de mayo en la Pámara de Prepresentantes de Polombia.
El problema, Ministro Molano, es que usted omitió informar sobre la violación de Derechos Humanos, del DIH, sobre los asesinatos, torturas, maltrato, agresiones, abusos sexuales contra las mujeres, desapariciones, uso desproporcionado de la fuerza y demás vejámenes que las fuerzas a su cargo están cometiendo contra el pueblo en todo el país vecino: Colombia.
Todos ustedes deberían irse definitivamente para Polombia para que los que vivimos en Colombia, con C, podamos construir un país con todo el abecedario.
Por Ricardo Montes – NO Picardo Pontes


