Archivo mensual: noviembre 2020

Hablan las disidencia de la FARC al mando de Gentil Duarte (Entrevista Ariel Avila)

¡Semana: La revista del uribismo!

El fascismo, ideología de canallas

“La esperanza sólo nos ha sido dada por los desesperanzados”

Walter Benjamin

De Walter Benjamin se desprende que lo hecho nunca está definitivamente hecho (Sobre el concepto de historia), que la historia no se ha cerrado, y no hay etapas superadas. Quiere decir que lo peor que nos ha pasado puede volver: los horrores de los campos de concentración, de las carnicerías humanas, y del fascismo son una amenaza actual.

Hace cien años, en la primera posguerra europea, de un paramilitarismo de Estado en Alemania, surgen los gérmenes del fascismo. Un camino semejante habría de recorrer en Italia, y en España. Y, desde finales del siglo XX, en Colombia.

La idea central es la defensa de la propiedad, concebida a la manera del régimen feudal, por lo cual es abiertamente anticomunista, ya que el comunismo propugna por modificar la propiedad y las clases sociales, lo cual hace imposible el fascismo de izquierda.

Por fuera de esta defensa no hay contenidos, sólo frases retóricas. Tal ideología es un vaciamiento de la política: desaparecen las ideas que impulsan a cambios sociales para erigir a la propiedad como principio sacrosanto, y los valores que propugnan como la tradición, la familia, la fe, son los necesarios para justificar la extensión del alambrado de púas, porque demás tradiciones, credos y familias son arrasados de la peor forma,  ya que el método privilegiado del fascismo es el terror.

No solo hay vaciamiento de ideas en el fascismo, también hay abandono a cualquier moral, con lo cual fines y medios se dislocan, y la invocación de presuntos valores, la religiosidad, y el mismo despliegue belicoso, es la mampara para ocultar la inmoralidad de su política. Por eso validan como acto de guerra la masacre de campesinos amarrados; entregan las niñas indígenas para que las viole la soldadesca, o muchachitas colombianas a las tropas gringas. El fascismo colombiano superó en crueldad a los europeos cuando se atrevió a asesinar a sus conciudadanos para hacerlos pasar por enemigos abatidos en combate, aberración a la que ningún otro régimen ha llegado.

También han de tenerse en la cuenta otros métodos como la mentira y la calumnia en política, donde los fachos criollos tienen otro record mundial; la judicialización de opositores mediante expedientes construidos con pruebas y testimonios falsos; el recurso a la coerción desde bandas de paramilitares a los electores, o la intimidación de los militantes opositores por las mismas hordas; y ni qué decir del asesinato de líderes sociales. Hasta su único principio es trasgredido cuando necesitan. Es conocido como los fascistas colombianos han robado casi nueve millones de hectáreas de tierras a campesinos, y cómo defienden tal despojo en forma unánime.

Porque, a falta de un expediente racial, como lo hubo en Alemania, pretenden en Colombia crear una sociedad de castas, donde ellos puedan disponer de vida, cuerpo y bienes de las demás castas. Para ello reivindican, al igual que los nazis de hace un siglo, el llamado darwinismo social, esto es que por cierta “selección natural”, la violencia, ellos han acumulado tierra y riqueza, y merecen eternamente conservarlas. Lo cual también se ha invocado por el colonialismo europeo en África, o el despojo sionista de Palestina, al autoproclamarse el más fuerte, o adaptado, y “naturalizar” su dominio sobre el otro

Porque lo que hay tras este pensamiento político es una instrumentalización del semejante. Donde se arguye la diferencia para imponer la desigualdad, entonces aparecen narrativas donde los pobres son culpables de su pobreza, a los desplazados por algo los desplazarían, las niñas violadas lo fueron por seductoras, a los líderes asesinados por algo los matarían, o las deficiencias en salud suceden por el desaseo de los pobres. Según ellos es ley natural: Unos nacieron para sufrir, ellos para enriquecerse allí donde otros sufren.

Esto no deja de ser un artificio para justificar el terrorismo del Estado, porque el fin clave del fascismo es la violencia como un instrumento para acceder al gobierno, y para conservar la propiedad, los privilegios, el poder.

De ahí que la guerra deja de ser un método y pasa a ser un fin para estos, en Colombia se han declarado enemigos de la paz. Procuran darle consistencia a un enemigo porque requieren de él para dar rienda suelta a su afán belicoso, pero es la guerra por la guerra. Y sin sentido heroico, porque se trata de hacer de las Fuerzas Armadas unas entidades al margen de la sociedad, de modo que las puedan volver contra la sociedad misma. Siempre está en la base de cualquier totalitarismo la policía como  un insumo.

Porque la guerra que pregonan es una guerra sin Derecho Internacional Humanitario, sin normas, donde la distinción entre combatientes y civiles está borrada, que, además, tiene pretensiones de eterna. Y la razón de estas pretensiones es que con la guerra surge el estado de excepción, y con este podrán usufructuar el ejercicio abusivo del poder sin apegos a norma alguna, porque los códigos son para aplicarlos a los adversarios políticos, así sean necesarios montajes como los que hicieron contra Santrich, o los que han hecho contra el senador Iván Cepeda. Se trata del poder del Estado al servicio de una banda, y en contra del ciudadano.

Claro que invocan la defensa de las instituciones, pero instituciones sin ciudadanía porque en la política de los fascistas, aunque ellos se reclaman técnicos y no políticos, el ciudadano es un estorbo. Se requiere de seres obedientes, que no opinen, para eso está el caudillo que piensa y habla por todos. Nótese como en las organizaciones políticas del fascismo no quedan intelectuales, no quedan artistas, ni escritores, ni cineastas… a falta de estos han reclutado a un número significativo de reaggetoneros.

Insisten que la violencia es para alcanzar los fines del Estado, pero, como hemos visto en estos tiempos de estado de excepción por pandemia, los fines del Estado colombiano se van tornando pillaje y saqueo.

La composición y los mecanismos del fascismo criollo merecen un desarrollo más detenido que se hará en textos posteriores. Ahora se debe decir que mientras en Colombia un partido, que gobierna, pretende instaurar un régimen fascista, hay una ciudadanía activa, consciente que lucha contra este Frankeinstein que resucita en el siglo XXI, porque así como la historia no conjura los monstruos que ha engendrado, estos terrores tampoco han vencido a la humanidad, y la lucha por los grandes ideales siguen siendo actuales: aliviar los males que atormentaron a nuestros ancestros, buscar la libertad, la igualdad, la fraternidad. La Utopía no solo es deseable y posible, es necesaria en esta tierra.

Por: José Darío Castrillón Orozco

9 noviembre, 2020

La GRAN CRISIS de SEMANA y VICKY DÁVILA | Hollman Morris con Aquinoticias desde Medellín

Elecciones USA 2020. Pregunta Yamid: Juan Manuel Santos, Expresidente de Colombia

Primera Parte
Segunda Parte

MAFIALAND

Elecciones en EE. UU., opacadas por las noticias falsas dirigidas a los latinos

El miércoles se diseminaron en línea falsedades sin freno con la intención de hacer que los hispanohablantes cuestionen los resultados electorales.

Una reunión republicana para esperar resultados el día de las elecciones en West Palm Beach, Florida. Antes del día de las elecciones, los informes falsos en español parecían estar dirigidos a poner a los latinos en contra de Black Lives Matter y a vincular a Joe Biden al socialismo, ambas tácticas que, según los expertos, podrían reducir el voto hispano.

Una reunión republicana para esperar resultados el día de las elecciones en West Palm Beach, Florida. Antes del día de las elecciones, los informes falsos en español parecían estar dirigidos a poner a los latinos en contra de Black Lives Matter y a vincular a Joe Biden al socialismo, ambas tácticas que, según los expertos, podrían reducir el voto hispano.Credit…Saul Martinez para The New York Times

Por Patricia Mazzei y Nicole Perlroth

  • Publicado 5 de noviembre de 2020Actualizado 7 de noviembre de 2020

MIAMI — Una serie de publicaciones proliferaron la noche de las elecciones antes de que cualquier noticia remotamente definitiva se diera a conocer sobre los resultados de la contienda presidencial. “Robado”, se leía sin parar en español; según estas denuncias falsas, al presidente Donald Trump le habían robado la victoria. Había ganado en Arizona y George Soros estaba financiando violentos “disturbios antifa”.

Estos mensajes infundados publicados en las redes sociales que iban dirigidos a la población latina con el propósito de deslegitimar las elecciones y los resultados a favor de Joe Biden circularon en línea desde el martes por la noche hasta entrada la madrugada del miércoles, como parte de una campaña de desinformación cuyo objetivo era socavar la confianza de los latinos en la votación conforme esta se iba desarrollando.

Antes del día de las elecciones se difundieron varias noticias falsas en español con la intención de poner a los latinos en contra del movimiento Black Lives Matter y vincular a Biden con ideologías socialistas, tácticas que según los expertos podrían desalentar el voto entre la comunidad hispana. Ahora que la votación ha concluido, esas falsedades descontroladas incluso han ganado una mayor audiencia, al incluir a inmigrantes menos familiarizados con las instituciones de la democracia estadounidense. En esencia, estas afirmaciones falsas señalan que las elecciones están “amañadas” en perjuicio de Trump.

“Este discurso de información falsa solo ayuda a sumir al país en una atmósfera de todavía más caos y confusión”, se lamentó Fadi Quran, director de campañas en Avaaz, organismo sin fines de lucro dedicado a rastrear información falsa. Señaló que estas campañas de desinformación representan una “emergencia democrática”. “Las comunidades más vulnerables del país pagan el precio más alto”, indicó.

Desde hace semanas, tanto los funcionarios electorales como los expertos en seguridad electoral se preparaban para unas elecciones que la mayoría esperaba estuvieran marcadas por ciberataques e información falsa. Se concentraron en adversarios conocidos en Rusia, a quienes algunas semanas antes se había descubierto contratando personas en México y Venezuela para hacer circular contenido en Instagram y Facebook.

A los funcionarios y los investigadores les preocupaba que hubiera una interferencia de Irán después de que algunos iraníes que se hicieron pasar por miembros del grupo de extrema derecha Proud Boys amenazaron a los demócratas para que no votaran. El Departamento de Justicia anunció el 4 de noviembre el retiro de decenas de sitios con propaganda iraní dirigida a estadounidenses. Microsoft y el Cibercomando de Estados Unidos se concentraron de manera independiente en la infraestructura de los cibercriminales rusos para llevar a cabo ataques informáticos con el propósito de prevenir el tipo de ataques de programas de secuestro que podrían dejar congelados los sistemas electorales.

Para su alivio, el 3 de noviembre las elecciones transcurrieron con relativa calma. En palabras de un funcionario gubernamental, fue solo otro martes en internet.

Sin embargo, 24 horas más tarde se percataron de la posibilidad de que Facebook y Twitter no hayan detectado la avalancha de información falsa dirigida a los estadounidenses hispanohablantes. Algunas cuentas en español con muchos seguidores hicieron el anuncio falso de que Trump había logrado una victoria temprana, que las redes sociales habían censurado su triunfo y que Biden había hecho trampa.

Algunas cuentas de Twitter con muchos seguidores promovieron una teoría conspirativa ya desmentida, adoptada por algunos conservadores estadounidenses destacados, según la cual los trabajadores electorales en el condado de Maricopa, Arizona, les habían dado a los simpatizantes de Trump bolígrafos que no podían ser detectados por los escáneres de boletas. Otras argumentaban que manifestantes armados financiados por el multimillonario Soros estaban tomando control del Capitolio estadounidense.

Para el 4 de noviembre, los expertos en desinformación como Quran compararon el diluvio de desinformación en español con una situación de emergencia e instaron a las plataformas de redes sociales a informar de manera retroactiva a quienes habían interactuado con ese contenido que las afirmaciones eran falsas.

La desinformación tiene un gran alcance. En solo 24 horas, las noticias falseadas en español habían generado un tráfico capaz de eclipsar incluso a la campaña de interferencia encabezada por la Agencia de Investigación de Internet de Rusia y respaldada por el Kremlin hace cuatro años.

En Facebook, un video publicado en una cuenta colombiana abierta hace siete meses con el nombre Mr. Capacho en Vivo, con 40.000 seguidores, acusaba a Twitter de censurar la victoria de Trump y ya tenía más de 500.000 reproducciones, mucho más tráfico del que generaron los troles rusos con anuncios falsos del movimiento Black Lives Matter antes de las elecciones de 2016.

La cuenta colombiana, presentada como una página de noticias políticas y financieras globales, promovió conspiraciones de QAnon, como la creencia infundada de que los principales demócratas son integrantes de un grupo global de pederastas satánicos. El 2 de noviembre, la misma cuenta publicó un engañoso video editado que mostraba a Biden tocando a algunos niños, con la denuncia falsa de que era un “superdepredador”. Para el 4 de noviembre, el video tenía unas 45.000 reproducciones.

Otro influyente periodista mexicano, Ciro Gómez Leyva, quien tiene más de dos millones de suscriptores en YouTube, publicó un video el martes por la noche en el que afirmaba que 150 miembros de antifa llegaron a Washington con “máscaras de gas, armas y escudos”. Aunque hubo manifestantes que marcharon afuera de la Casa Blanca, no había pruebas de que hubiera armas involucradas.

Partidarios de Trump se reunieron en el barrio de la Pequeña Habana de Miami el martes. Es difícil, pero no imposible, saber cuánto influyeron las afirmaciones falsas en los votantes latinos antes del día de las elecciones.

Partidarios de Trump se reunieron en el barrio de la Pequeña Habana de Miami el martes. Es difícil, pero no imposible, saber cuánto influyeron las afirmaciones falsas en los votantes latinos antes del día de las elecciones.Credit…Scott McIntyre para The New York Times

En el canal de YouTube Campechaneando, un presentador advirtió a los espectadores que no creyeran la noticia de que Biden había superado a Trump en el conteo del Colegio Electoral. Alrededor de 160.000 personas habían visto el video hasta el miércoles.

En otro canal en español, Informativo G24, con más de 500.000 suscriptores, el 3 de noviembre los conductores compararon a los demócratas con nazis. El video registró alrededor de 350.000 reproducciones.

En Miami, un programa radiofónico en español, Cada Tarde con Carinés Moncada y Agustín Acosta, transmitió por la noche del 3 de noviembre comentarios ya desmentidos sobre algunos observadores de casilla republicanos a quienes se les había impedido cumplir con su función de observar la votación en algunos lugares de Pensilvania.

En septiembre, una de las conductoras del programa, Carinés Moncada, se refirió a una teoría conspirativa según la cual uno de los fundadores del movimiento Black Lives Matter adora al diablo.

Es difícil, casi imposible, saber cuántas declaraciones falsas influyeron en los electores latinos antes del día de las elecciones. No obstante, el epicentro de gran parte de esa información falsa fue el sur de Florida, donde vive una diversa comunidad de latinos, muchos de los cuales huyeron de regímenes autoritarios de izquierda y están abiertos a mensajes sobre el socialismo.

Cuando se recibieron los resultados del condado de Miami-Dade el 3 de noviembre, Trump superó las expectativas. Un sólido apoyo de los electores hispanos le ayudó a ganar Florida con facilidad y les permitió a los republicanos ganar dos escaños en el congreso estatal.

Juan Pablo Salas, un analista político colombiano en Sarasota, Florida, dijo que le preocupaba que la desinformación que involucraba a Bogotá, Miami y Washington pudiera ser un esfuerzo coordinado entre los intereses de la derecha en Colombia y Estados Unidos, “para esencialmente convertir a nuestra comunidad colomboestadounidense en la punta de lanza de la ofensiva de la extrema derecha”.

“Han invertido mucho dinero en convertir al sur de Florida en un bastión de campaña”, dijo Salas sobre el Partido Republicano y el partido del expresidente de Colombia Álvaro Uribe, que está muy unido a muchos republicanos de Miami.

La noche del martes, Eduardo A. Gamarra, profesor de ciencias políticas de la Universidad Internacional de Florida, aceptó analizar la elección en NTN24, una cadena de noticias de televisión con sede en Colombia. Se encontró al aire en un debate con Omar Bula Escobar, un exrepresentante de las Naciones Unidas notorio por, entre otras afirmaciones falsas, decir que Soros controla al Partido Demócrata, un tropo antisemita abrazado por QAnon.

Gamarra dijo que rechazaba las afirmaciones infundadas de Bula Escobar sobre fraude electoral en Estados Unidos y luego llamó por teléfono a la cadena después de que concluyera la entrevista.

“Dije: ‘No vuelvan a hacerme eso nunca más. Hagan una investigación de fondo sobre sus invitados’”, dijo. “Esto es irresponsable”.

Un productor del programa no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios el miércoles.

Evelyn Pérez-Verdía, estratega demócrata del sur de Florida especializada en temas que afectan a los latinos, dijo que había pasado cuatro horas el 3 de noviembre intentando desmentir afirmaciones falsas transmitidas en la radio en español en las que se decía que Biden, quien es moderado, era radical de izquierda.

“Los republicanos lo tildaron de socialista, en ese lapso de cuatro horas, veinte veces”, explicó. “También dijeron cinco veces que era radical, y tres que era castro-chavista”, en referencia a Fidel Castro de Cuba y Hugo Chávez de Venezuela. “Parece que basta repetir y repetir una mentira para que se transforme en verdad”.

Publicado por: https://www.nytimes.com/es/2020/11/05/espanol

Patricia Mazzei reportó desde Miami, y Nicole Perlroth, desde San Francisco.

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