Archivo diario: 9 agosto, 2020

Cuento de un cruel bandido que quiso burlar a la muerte  

Por: Ricardo Robledo

Cuentan que cuando dios estaba creando el universo, se puso una venda para tratar de ser imparcial y se agachó para colocar en la balanza los materiales para controlar que todo le quedara bien hecho y fue ahí cuando el demonio aprovechó para ponerle una mordaza y crear un bandido sinigual para que llenara la región de maldad.

El mundo se fue llenando de dolor y este malhechor promovía asesinatos, masacres, violaciones, descuartizamientos, decapitaciones para que jugaran futbol con las cabezas delante las familias, mataban a los padres ante sus hijos y luego degollaban a los niños, ocurrían empalamientos, desplazaban a los aldeanos de sus tierras y los condenaba a aguantar hambre y a la mendicidad en las ciudades, propagaban la drogadicción entre la población para alejarlos de la realidad, compraban gobiernos.

Las mujeres que se le acercaban, comenzaban a gritar desesperadamente desde los balcones del poder y tampoco podían ahorrar, pero palabras para insultar a los pobladores; fingía ayudarle a los vecinos de ricas regiones, ofreciéndoles manzanas contaminadas de virus asesinos y en las que se ocultaban armas para que se destruyeran entre ellos mismos, su interés era apoderarse de las riquezas y hasta decía que le dejaran la media luna, pero que la luna llena no le gustaba. Tanto proliferaba la maldad que sus seguidores estaban confundidos y ya no sabían que más hacer.

Tal era la crueldad que hasta el mismo diablo se asustó; pero no era de demonios el arrepentirse, todo lo contrario. Entonces, se sentó a pensar qué más podían hacer. Ahí fue en ese momento de descuido que, los ángeles celestiales aprovecharon para quitarle la mordaza al creador, quien como era omnipotente, había visto todo con un espejo que había colocado en el exterior. Instalaron una luna llena permanente para que iluminara en la oscuridad y para que así las personas vieran con claridad y no se dejaran engañar más.

Al ver que su poderío se debilitaba, los seguidores del bandido les gritaban a los ángeles, que, si no se quitaban las camisetas con alas, iban a pelarlos, pedían la pistola y vociferaban iracundos: “plomo es lo que hay, plomo les vamos a dar”. Amenazaron con incendiar toda la región y hasta acabar con todas leyes del universo, incluso con la ley de la gravedad para que todo flotara en un limbo y para que la justicia no tuviera peso.

Ante ese desmorone, el bandido vio que sólo le quedaban tres salidas:

La primera era confesar todos sus pecados ante la justicia suprema, cosa que no estaba dispuesto a reconocer y porque no sabía lo que era la contrición de corazón ni el propósito de la enmienda, pero sobre todo porque su orgullo, que es maléfico, le decía que escogiera el NO.

La segunda, dejarse llevar al exterior por otros malhechores para enseñarles sus fechorías, pero eso llevaba muchos trámites y en el mundo del mal sólo se conseguían pasaportes falsificados, lo que acabaría de dejarlo mal parado de entrada.

Entonces sus asesores le recomendaron fingir estar contaminado por un virus mortal, luego una cremación, esta vez no en hornos alimentados por llantas y luego desaparecer, pero vivo, no como las que él acostumbraba ordenar; como jugadita final le hizo un falso positivo a la parca y fue así como este cruel bandido quiso burlar a la muerte.

Agosto 09 de 2020