Por: Ricardo Robledo
Hasta el clima se puso a favor de los marchantes. A pesar de ser una época de invierno, la mañana estuvo reluciente. Todo trascurrió en calma. Ni asomo de violencia. Una marcha ciudadana ejemplar, que contó con una relevante participación de la juventud, muchos de ellos del estudiantado. Todos se hicieron presentes: la clase obrera, los jubilados, movimientos sociales, partidos; encabezando la marcha estaba la Guardia Indígena, que daba otro toque de dignidad al evento.
No aparecieron los superhéroes patriotas, que prometieron salvar al país; tampoco los terroristas encapuchados que amenazaron con destruir el metro, toda la infraestructura pública, el ancestro paisa y hasta la fe católica.
En los sucesos previos hay que destacar como hecho insólito, el que los terroristas colombianos son los únicos en el mundo que anuncian cuando y en donde van a atacar; muy al estilo de la prepotencia de los que, lista en mano, amenazan a las comunidades y a sus líderes sociales. Algo muy conocido y padecido en Colombia.
Fueron comunes las pancartas artísticas y con memes creativos, originales. Se contó con presencia de prensa extranjera y organizaciones internacionales como la ONU. El escuadrón antidisturbios no estuvo ejerciendo presión; las fuerzas policiales estuvieron a los lados de las vías sin que ocurrieran incidentes. Los habitantes de las zonas por la que trascurría la protesta la saludaban con las manos, banderas y algunos avisos de apoyo al 21N. Los marchantes expresaron su alegría con cánticos y se vieron felices por lo multitudinario y pacífico del evento.
Esta marcha que se dio como nunca antes se había visto en volumen y calma, lleva a pensar que es posible encontrar en la sociedad, formas civilizadas de hacer política, cuando se le baja el tono a las amenazas y se respeta la libre protesta ciudadana. Ojalá esto pudiera abrir caminos hacia la democracia y que se le diera tregua a la muerte que afecta a la martirizada población pobre de Colombia.
Finalmentese supo que la jornada se vio afectada por la incursión del escuadrón antidisturbios a las 5:30 pm, que pusieron la nota negativa; se hicieron detenciones en la Universidad de Antioquia, las estaciones del metro y locales aledaños; hubo ataque a la prensa que grababa las violentas agresiones policiales. No podían perder la oportunidad de atacar por el odio que les produce el avance de la paz y de la conciencia ciudadana; la historia y el pueblo les cobrarán su arbitraria represión.
Noviembre 21 de 2019


