En Colombia un dentista se autoproclamó papa

Por: Ricardo Robledo

En Barbosa, Antioquia, Antonio José Hurtado, se autoproclamó papa en 1939 y asumió el nombre de Pedro II; oficiaba misa y construyó su propia silla pontificia. Al enterarse de la muerte de Pío XI, envió una nota al Vaticano: “Eminentísimo Cardenal Camarlengo. Su Santidad Pío Once ha muerto. Mi corazón que lo amaba más que todos, está de luto. Sacro Colegio de Cardenales: ¿Buscáis a vuestro futuro vicario? Yo soy! Antonio Hurtado». Este fue más respetuoso y al menos esperó la muerte del titular. Igual procedió Clemente Domínguez en Sevilla, España, en 1975. También una reina colombiana fue elegida Miss universo por unos minutos, por error de un presentador norteamericano.

De  todo se ha visto; recientemente en Venezuela, otro se autoproclamó presidente y algunos supuestos demócratas lo han reconocido como tal, desconociendo los acuerdos constitucionales que priman en las sociedades actuales. Pero los medios de comunicación tergiversan para justificar lo injustificable y criminal.

Es así como en Colombia, personas que nunca han ejercido el derecho al voto, que es una de las formas de participación democrática, o que lo ha vendido, les preocupa mucho la democracia en Venezuela; lo peor es que no se perciben a sí mismos como manipulados. Hablando objetivamente, a nadie le interesa la democracia en otro país y menos cuando ni siquiera la usan en el propio. Tampoco interesa la guerra ajena; ¿o acaso han llorado por los palestinos muertos? ¿o por los africanos?¿o por los campesinos colombianos?

Se podría decir que un gran error cometen los norteamericanos; si necesitan petróleo, pues que lo compren y negocien con Venezuela como países soberanos; “business are business”; no se deberían mezclar en las aventuras de los grupos criminales que han gobernado en América Latina; por tratar de quedarse con el todo y proteger a tiranos, pueden encontrar pérdidas mayores.  Pero es inútil tratar de buscarles a los asaltantes otra motivación diferente a la del robo.

El actual gobierno derechista de Colombia, elegido fraudulentamente con resultados burdamente alterados, dice preocuparle la institucionalidad en Venezuela. Para ocultar sus fechorías y crímenes de lesa humanidad, se inventan conflictos en los que nada tiene que ver. Como contrapartida, los norteamericanos los toleran y soportan con tal que respalden sus intereses en la región.

Algo va quedando claro, no es la izquierda, sino la derecha la que lleva de manera irresponsable al pueblo colombiano, a la guerra, al caos y a la muerte. Lo humano no interesa a estos asesinos de vieja data. Se muestra la clara alianza narcos, oligarquía, imperialismo, que coinciden en sus mentiras y métodos mafiosos y criminales, que esta vez habrán de ser su descalabro final.

Febrero 11 de 2019

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