Archivo diario: 7 noviembre, 2018

Sujetos Transformadores

Por Gonzalo Salazar

El sujeto social no puede sino cambiarse a si mismo. Aún cuando aparentemente no lo hace cuando mantiene una misma forma y respeta las mismas instituciones, el mismo orden social, por largos períodos, ello es resultado de una repetida ratificación de ese orden,  de una recreación o hechura del mismo. No hay la posibilidad de un verdadero automatismo –ni animal ni cibernético- en el sujeto social.Bolívar Echeverría – El Sujeto[1]

La división de los pueblos que promueve el capitalismo entre sectores con intereses contrapuestos o antagónicos no debe llevarnos a individualizar las luchas, a competir y a excluir, menos a subestimar, ignorar, enfrentar o agredir al otro-a u otros-as (de nuestro pueblo) pues en últimas, todas y cada una de las personas de los sectores populares tenemos derechos, necesidades e intereses comunes, cualidades y capacidades diversas que en su ejercicio libre y democrático que nos relacionan nos complementan y nos integran como comunidad, haciéndonos iguales en el tejido social. Si reconocemos ese tejido, podemos mejorar y fortalecer las fibras y nodos que lo conforman haciéndolo dinámico e inteligente, uniendo, articulando inquietudes, conocimientos y luchas construyendo una plural y diversa visión de nuestro pensar, sentir, decir y hacer, es decir, transformar nuestra realidad.

Estos sectores en algún momento deberán desaparecer como entidades establecidas por su posición económica en la sociedad de clases racista y patriarcal, para reconstruirse como comunidades diversas por sus formas de pensar, decir, hacer y sentir con respeto, tolerancia y convivencia pacífica; de hecho la tecnología “transhumanista” en desarrollo y aplicación de la inteligencia artificial, dirigida por los más poderosos económicamente del capitalismo, tiende a la transformación de la sociedad partiendo de las clases y sectores sociales para “crear superhombres o superhumanos” de acuerdo a sus necesidades de dominación, donde además de la clasificación económica de la población, se definirán por categorías biológico-cibernéticas de superioridad, o sea, nuevas razas post-humanas en el capitalismo senil; desde ya se percibe la personalización de los robots androides; sin embargo, en el contexto de los países periféricos, las comunidades territoriales seguirán expresando su diversidad de problemáticas y gestionando sus conflictos internos y con el Estado en ejercicio de su autonomía.

Ninguna sociedad puede ser totalmente homogénea, pues en el capitalismo siempre existirán clases y en otras, persistirán diferencias entre comunidades que desarrollan actividades diferentes, que conviven en espacios y contextos diversos, con sus identidades,  culturas y singularidades; diferencias no exclusivamente generadas por intereses económicos dependientes de la apropiación de los medios de producción y de vida (clases), por las concepciones de superioridad étnica, sexual o cultural de unos individuos sobre otros; también pueden ser de orden político, religioso y generacional, además, cada ser individual, vivo -así sea de la misma especie- o humano, es diferente y único, pero los humanos somos culturales e históricos;  por esas diferencias, en la sociedad de clases las comunidades populares son objeto de intervención, manipulación estigmatización persecución y exterminio por los poderes facticos y por los mismos Estados, cuando las asimilan a simples entes biológicos.

En la realidad social los individuos tienen múltiples relaciones que los ubican en diferentes contextos y grupos con intereses determinados, bien como clases, como sectores de clase, como movimientos sociales, como comunidades y como pueblos; por esto, una persona puede ser parte de varios grupos humanos de los mencionados, por ejemplo una persona puede ser mujer, trabajadora, estudiante, joven o ser campesina o desempleada, pertenecer a una etnia, a un partido y a una comunidad religiosa, ser portadora de una tendencia filosófica o ideológica, simultáneamente a ser madre, esposa, compañera hermana, hija, con parentescos determinados por las relaciones afectivas y los lazos de sangre que se dan en una familia o en un hogar,-como seres sociales solo existimos como comunidad- lo que hace de las relaciones sociales un fenómeno de alta complejidad; los pueblos son tejidos dinámicos de muchos hilos que se intercomunican, tejen y complementan; esos hilos se expresan en las organizaciones, grupos, movimientos y los mismos sectores populares; por esto las organizaciones y dirigentes que pretenden cambiar la sociedad y las relaciones sociales deben comprender esta complejidad, no aislando por sectores, sino, uniendo y articulando las luchas populares por la afinidades, necesidades y objetivos comunes en momentos y espacios determinados. Definiendo con elementos propios los conceptos de comunidad y de pueblo.

Ninguna nación ni país es homogénea cultural, social ni étnicamente, en todo el planeta los humanos nos mezclamos, unimos y fusionamos culturas, porque es parte de nuestra esencia, por lo que en estos 526 años los americanos o abiayalianos hemos llevado un mestizaje múltiple de todas las culturas y genes que llegaron a nuestro territorio, especialmente en los sectores populares; si miráramos la composición genética de los colombianos, encontraríamos que más del 60% de nuestro pueblo –no la oligarquía- lleva en sus cuerpos gran parte del genoma indígena y más de 25% de los africanos (mayoritariamente en la zona norte o caribeña y la pacífica) y el resto de europeos y asiáticos. Esto nos ayuda a comprender los sincretismos, las tradiciones y los lenguajes que fluyen en esa compleja red humana que es nuestro pueblo y descubrir lo común. lo diferente, lo diverso en todos y cada uno de los sectores populares.

Los europeos invasores con su complejo de superioridad racial, fueron incapaces de ver las diferencias étnicas de los pueblos abyayalianos, nombrándolos a todos indios por igual, posteriormente, para justificar la explotación y la esclavitud, identificaron como negros  a todos las personas africanas sin importarles la etnia o el pueblo al que pertenecían; esa visión occidental persiste en la mentalidad colonial que la oligarquía se ha preocupado por mantener mediante la política, la educación, la religión y la propaganda mediática, por esto la izquierda eurocentristano ha podido comprender la diversidad de nuestras comunidades y sectores populares para unir al pueblo y construir un fuerte movimiento cultural transformador.

De esta manera el Poder Popular es objetivo estratégico y praxis cotidianaen todos los ámbitos en que se desempeñen los humanistas y revolucionarios, es la forma de caminar de los pueblos libres, pues mientras exista lucha de clases, autoritarismo y patriarcado, es necesario construir y mantener formas democráticas de Poder Popular que los extinga, esta forma no solo incluye economía, autonomía y cultura propias, igualdad de géneros, sino, formas de justicia y de defensa propias en sus comunidades, proyectos y territorios, porque el poder legítimo y la soberanía radican solo en el pueblo cuando este los hace respetar, por lo que este poder no se delega, se ejerce. Diferente al poder del Estado que sí se toma, administra, se monopoliza y controla por los grupos interesados en ejercer dominación sobre el resto de la sociedad

Los sectores populares no solo deben actuar local, regional y nacionalmente, deben plantearse prácticas autonómicas y definir políticas para todos y cada uno de los espacios y momentos políticos, e incidir en el ámbito internacional. Si realmente queremos un mundo nuevo, los movimientos las comunidades autónomas, necesitan romper con la institucionalidad estatal, con los modos de pensar y hacer capitalistas; incluso con los conceptos de democracia, política, derecha e izquierda occidentales; prescindir de la dependencia política, económica y o ideológica de ONG nacionales e internacionales y de grupos y partidos políticos, incluidos los de izquierda, sin que esto signifique aislarse o definir como enemigos a estas organizaciones. Sin embargo, algunas organizaciones y comunidades que se movilizan contra el imperialismo, por soberanía alimentaria, en defensa de identidad y territorio, siguen dependiendo de la ayuda internacional para sus proyectos productivos y culturales, suministrada a través de ONG y de instituciones como la contrainsurgente e imperialista USAID.

El dominio ideológico que ejerce la oligarquía a través de sus instituciones (educación, religión, fuerzas represivas) Medios Masivos y programas asistenciales sobre los sectores más empobrecidos de la sociedad, hacen difícil la construcción de otros imaginarios para cambiar sus realidades; nuestros campesinos en su inmensa mayoría son conservadores política e ideológicamente, los y las obreras también en su mayoría permanecen en la ignorancia política, obedeciendo al empresario y al Estado, luchando solamente por el empleo y el salario; los profesionales y las clases medias viven aterrorizados ante las posibilidades de un cambio estructural, creen que pueden perder sus bienes y su bienestar, aunque vivan endeudados y tengan que aparentar lo que no son y lo que no tienen, casi todos viven para trabajar.

En la actual sociedad las mujeres y los hombres por lo general son igualmente autoritarios, individualistas, patriarcalistas, aunque en los sectores populares se expresan más la solidaridad y la fraternidad. Con todas sus luchas y su heroísmo, algunas comunidades indígenas siguen esperando que el estado respete sus culturas y territorios, que los defienda de los terratenientes, los narcotraficantes y las transnacionales depredadoras, -los mismos a quienes el Estado defiende, con quienes hace todo tipo de negociosdiscreta y secretamente-; quieren que los politiqueros y las ONG les ayuden a superar su miseria; igualmente lo hacen y piensan muchas comunidades negras, esperando que algún gobierno las saque de la pobreza, que no los discrimine, que les dé empleo, salud y educación, que les reconozca sus valores culturales, así también actúan los pobres de las ciudades, quienes también en su mayoría viven esperando las elecciones a ver que le sacan a los politiqueros a cambio del voto, puede ser un tamal, un bulto de cemento, una beca o un trabajo para uno de sus hijos;solo a los marginados sumisos, a los nihilistas, a los escépticos sociales, a los propietarios de la riqueza usurpada, no les importa su situación.

La mayoría de las personas que componen nuestros sectores populares, aunque reconozcan sus problemáticas y necesidades, temen salir de sus espacios de “confort”, de su jaula, pues en 526 años nos acostumbramos al terror del colonialismo, al oscurantismo religioso, a la ignorancia, al conformismo, al autoritarismo contenidos en la cosmovisión eurocéntrica cristiana-patriarcal occidental que nos ha sido impuesta durante este tiempo con la ideología de la sumisión y la incapacidad para tomar decisiones propias.

El propósito de este trabajo es reconocer estas realidades para que encontremos las formas de cambiarlas desde nuestros sectores sociales, desde nuestras comunidades, desde nuestros territorios, -en la localidad, la provincia, la región- fortaleciendo nuestras culturas con principios y valores humanistas, construyendo en conjunto una visión de mejor país, luchando por hacerlo una realidad; para ello, iniciamos acercándonos a los conceptos de Conocimiento y Progreso, haciendo énfasis en Cómo Pensamos y Sabemos, en la primera parte de este texto, y tratamos de acercarnos a los grupos humanos y comunidades que integran el pueblo colombiano, nombrando los más activos, los ancestrales, los raizales, (que han sido invisibilizados por el Estado y la oligarquía) los y las productoras/es y reproductores/as, quienes aportan su fuerza física, mental y creativa en la ciudad y en el campo, y que son las bases de nuestra identidad diversa nacional.

Para el objetivo propuesto, en anteriores capítuloshemos tratado las principales problemáticas que afectan a los sectores populares en sus economías, en su bienestar, en su libertad y culturas; allí los encontramos como protagonistas, como víctimas, como sujetos transformadores, con sus manos y pies, con sus sueños, con sus luchas particulares, parciales y comunes, dispuestos a emprender la tarea de recuperar la solidaridad, la libertad y la dignidad. Continuamos con una corta presentación de cada uno de estos sectores.

Gonzalo Salazar, noviembre 7 de 2018

[1] Definición de la cultura/Bolívar Echeverría—2ª — México: FCE, Editorial Itaca, 2010