Mucho más que un mensaje

Por: Ricardo Robledo

Algunas personas consideraron de mal gusto el que se les enviara este mensaje en los tantos grupos que existen en las redes sociales. Pero creo que es mucho lo que se puede sacar de esta imagen. No solo muestra todo lo que están dispuestas a hacer las personas por conocer lo que les depara el destino, como si este estuviera escrito en un papelito al cual algunos “videntes” pueden tener acceso, todo, fruto de la superstición, sino también cómo aprovechan toda clase de charlatanes y oportunistas para sacar partido de la ignorancia y ofrecer acuciosos servicios de adivinación.

El que los humanos se cubran el trasero es un factor cultural. Todos los animales lo exponen sin pudor y circulan por cualquier lugar sin que sean criticados y mal vistos;  esto es más notorio en los mamíferos, clasificación en la que están los homo sapiens. Especies como las aves tiene un ropaje natural.

 Esto es tan natural que el profesor Kajitani dice que desde el punto de vista de la ingeniería todo sistema puede considerarse compuesto por cinco funciones: La de operación, que es para lo que sirve, dígase moler, transportar, quemar, etc; la función de entrada de materiales a ser  transformados; la función de salida de producto terminado; la función de energía que necesita para hacer el trabajo y la función de desechos. En esta última está la referida especificación.

Es más, cada célula tiene boca y ano. O sea, que somos como una big, big city, en la cual cada casita tiene comunicaciones, energía, acueducto y alcantarillado con un maravilloso y complejo sistema que nos permite vivir y en cual los residuos son colectados hacia un ducto de tratamiento y disposición final. ¡Siquiera!,¡ menos mal!

Es decir, los excrementos están presentes en todo el organismo. Algunas personas los tienen más regados en el cerebro. No voy a decir quienes, para no ofender, pero de lo que sí estoy seguro es que no votan por una Colombia Humana, con mayor educación, en paz, con salud y defensa de la naturaleza.

El vergonzoso órgano también ha sido objeto del arte, desde sonetos de Baudelaire hasta esculturas de Dalí. Cuenta una anécdota que el maestro diseñó una arcilla sobre la que se sentaban prestantes personajes de la alta sociedad y que luego eran autografiadas por el genio. Lógico que estas impresiones valían un c… , pero con la firma del maestro la cosa cambia. ¡Vaya a saber uno si esto es arte o no!, pero que bueno haber tenido una firmada por Dalí.

Pero el relato no se queda ahí. El maestro contaba las estrías y concluyó que todas personas tenemos entre 35 y 37. Claro que hay quienes creen que tienen más y por eso se colocan por encima de los demás para que se las vean. Tal vez eso fue lo que quiso mostrar Antanas Mockus en un acto de arte hiperrealista para que el público comprobara que tenía igual número que los observadores. Hay que entender el arte señores.

Puede que algunos de los que se mostraron indignados por la circulación del mensaje comercial con tan particular servicio, fue porque quizás usaron tal tipo de adivinación y no tuvieron fortuna. Ahí si es muy válido decir que “les salió el tiro por la culata”.

Lo que ignoraba el maestro es que los políticos colombianos ya venían usando esa técnica desde atrás, como huella de identificación y de refrendación de sus obras. Definitivamente en el país más feliz del mundo, somos ricos también en fauna.

Abril 15 de 2018

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