18 Oct 2017
En el marco del proceso por el cual se acusa al hermano del senador Álvaro Uribe Vélez por delitos como concierto para delinquir y homicidio agravado. La resolución de acusación evidencia, según los testimonios recogidos, los hechos por los cuales se aseguraría que Santiago Uribe fue la cabeza y el principal financiador del grupo paramilitar los ’12 Apóstoles’ que cometió cerca de 570 asesinatos en Antioquia. (Le puede interesar: Las víctimas de Santiago Uribe y los 12 Apóstoles)
1- En la década de los noventa Santiago Uribe Vélez, conformó y dirigió desde la hacienda ‘La Carolina’ en Yarumal, Antioquia, el grupo ‘Los 12 Apóstoles’, para ejecutar una política de exterminio, contra «indeseables sociales y auxiliadores de grupos subversivos», con la ayuda por acción y omisión de la Policía Nacional e integrantes de la inteligencia militar. Asimismo, del grupo hacía parte el Padre Gonzalo Palacio.
2- El grupo de los Los ’12 Apóstoles’ estaba integrado, entre otros, por Leo Pemberthy, hermano del inspector de Policía; además de que dicha banda contaba con la participación de algunos miembros de la policía en Yarumal y Campamento. Entre ellos, William Ocampo Zapata y alias ‘El Ruso’. Los integrantes de la fuerza pública que trabajaron en conjunto con los ‘Los 12 Apóstoles’. Dichos agentes habrían cometido directamente delitos con sus propias armas de dotación y se ocultarían con pasamontañas.
3- El Teniente Juan Carlos Meneses señala en su declaración que quien le entregó el cargo fue el Capitán Pedro Manuel Benavides, quien el informó que en la zona había presencia de las FARC y el ELN, y por tal razón la policía recibía apoyo de un grupo de personas financiados por Santiago Uribe, que operaba en los Valles del Cuiva, en la finca ‘La Carolina’. De hecho, señalaba que los altos mandos policiales tenían conocimiento de esa situación teniendo en cuenta que se trata del hermano del senador Álvaro Uribe, quien en este momento era candidato a la gobernación de Antioquia.
4- Santiago Uribe le dijo a Meneses que aunque la policía no apoyara las acciones de su grupo, este seguiría con las acciones de los ’12 Apóstoles’. Sin embargo, si el Teniente colaboraba, recibiría una determinada cantidad de dinero mensual.
5- En una habitación contigua a la Estación de policía se guardaban prendas militares para realizar las acciones contra civiles. Una afirmación que se confirmó en el marco de un allanamiento realizado por parte del Departamento Administrativo de Seguridad.
6- Los 12 Apóstoles tenían una ‘lista negra’ de con al menos 25 nombres de personas a asesinar, en cuyo documento se destacaba el nombre de Camilo Barrientos, quien luego fue asesinado entre los municipios de Campamento y Yarumal. Santiago Uribe fue el que le dijo al Teniente Meneses que Camilo Barrientos sería asesinado, y que por eso se necesitaba un repliegue de la policía.
7- De acuerdo con la declaración de Hernán de Jesús Betancourt, ag…
[17:45, 22/10/2017] hernan: LOS ELEGIDOS DE EUGENIO PRIETO
Si no hubiera de por medio elementos que comprometen las obligaciones propias e incondicionales que debe observar un funcionario con altas responsabilidades oficiales frente a la opinión pública, se diría que el director del Área Metropolitana del Valle de Aburrá, Eugenio Prieto Soto, como toda persona, está en libertad de invitar a cualquiera a su casa o a un bar.
Pero no fue esto lo que precisamente ocurrió el viernes 20 de octubre, cuando Prieto invitó a su despacho a almorzar a un grupo previamente seleccionado de periodistas y seudoperiodistas -pues entre los colados figuran abogados y tiracables- para hablar de un tema específico y de alta sensibilidad ciudadana, como es la calidad del aire en Medellín.
¿Por qué invitó a unos pocos periodistas e ignoró al resto? Es un comportamiento cuestionable en un funcionario de sus calidades y sus responsabilidades, y no hay otra palabra para decirlo: francamente, irresponsable. El director del Área Metropolitana desconoció de un tajo el derecho constitucional que tiene todo ciudadano de informarse por el medio de comunicación que mejor le parezca, sobre lo que directamente lo afecta, y, en este caso, la situación del aire de Medellín que nos está ahogando. Según ésto, para Prieto los únicos medios locales de información que existen o que merecen credibilidad son los representados por las personas que él y su asistente escogieron a dedo.
O, ¿hay información que se está ocultando a los ciudadanos sobre el aire que respiramos en Medellín y que solamente puedan conocer, según Prieto, algunos periodistas y seudoperiodistas, capaces de callar, por muy ilustres que ellos sean? ¿Existe, acaso, información clasificada, a manera de un «Pentágono» doméstico, que prohibe denunciar a grandes y medianas empresas que aportan altas dosis de contaminación al aire y al río Medellín y sus quebradas? ¿Qué pasa con Argos y los grandes galpones del sur? ¿Les prohibieron, acaso, a Eugenio Prieto y al alcalde Gutiérrez publicar información al respecto? ¿Apretaron, de una u otra manera, en ese almuerzo del 20 de octubre a algunos para que silenciaran o manipularan información sobre la realidad del aire de Medellín? Grave, muy grave…
Preguntas que no tuvieron respuesta porque el doctor Prieto Soto y sus asistentes no quisieron que estuviésemos allí: ¿Qué pasó con la solicitud del alcalde Federico Gutiérrez a Ecopetrol para que disminuyeran parte del azufre en la gasolina que suministra a Medellín? ¿Qué pasa con una fundición de gran tamaño, localizada en Guayabal, que recicla metales de distintas partes del pais y contamina a gran parte del sur de la ciudad? ¿Qué pasa con el gran «aporte» que hacen a la contaminación de la ciudad muchas areneras y galpones?
Y, a todas éstas, ¿resolvió Prieto Soto, por cuenta propia, segmentar el periodismo de Medellín y Antioquia a su amaño y definir quién pertenece al generalato y quién a la milicia periodística? O, más cruelmente, pero de una manera tan clara, como lo evidenció en su discriminatoria invitación, optó por dividirlos en los que para él pueden ser los de la élite y los que representan a la escoria del oficio? ¿Quién le dió o reconoció esas atribuiciones al director del Área Metropolitana del Valle de Aburrá?
Y que no vayan a decir el director del Área Metropolitana o sus asesores o alguno de los privilegiados invitados al almuerzo de Prieto, que se trata de resentimiento de alguno de los que para ellos puede ser parte de la cargazón del oficio, porque no lo invitaron a almorzar; sería una mezquindad a la cual no valdría la pena referirse. Aquí se trata es del derecho constitucional a la información, del derecho que tienen los ciudadanos de conocer la realidad de su ciudad y sus problmas, ante un peligro latente que ya cobra muchísimos enfermos y hasta muertes, como es la contaminación del aire de la ciudad. Y también se trata del respeto a quienes en distintos niveles ejercen en nuestro medio con dignidad el periodismo.
Mario Duque
Mario Deportes
TOMADO DE https://www.contagioradio.com


