Archivo diario: 17 febrero, 2017

ELECCIONES EN ECUADOR, Guillaume Long

Trump, Assange y la amenaza de un mundo bipolar: canciller de Ecuador hace un balance de la era Correa que llega a su fin

 Guillaume Long califica la política exterior de Ecuador de estos 10 años como «refundacional».

A tres días de las elecciones presidenciales de Ecuador hay una única certeza: Rafael Correa dejará la presidencia luego de 10 años ininterrumpidos en el poder.

La «Revolución Ciudadana» de Correa ha dejado su marca en el tejido económico, político y social del país y se ha hecho sentir en la política exterior ecuatoriana.

Y BBC Mundo dialogó con el canciller ecuatoriano Guillaume Long sobre la era Correa pero también sobre el nuevo escenario regional que plantean la presidencia de Donald Trump, los cambios de signo político en Argentina y Brasil y el futuro del caso Julian Assange, entre otros temas.

¿Cómo caracterizaría usted la política exterior de estos 10 años de gobierno?

Como parte del momento refundacional de 2007: veníamos de años muy oscuros, Ecuador había tenido siete presidentes en 10 años.

Y esta situación interna tenía un correlato en la política exterior con una clara pérdida de soberanía política.

Los principales ejes para revertir esta situación fueron una recuperación de la soberanía, una política multilateral amplia que reconoce la importancia de Estados Unidos, pero busca la diversidad ampliando nuestros contactos a China, India, Rusia, los países del BRICS…

También un acento en los contactos con nuestros vecinos más allá de las ideologías, como se ha visto en UNASUR, en nuestro aporte al proceso de paz en Colombia y la solución de los problemas con Perú.

Por último, queremos destacar nuestra posición en el seno de las Naciones Unidas con una fuerte apuesta al multilateralismo con pleno apego a la legalidad internacional.

Ahora una cosa es hacer política exterior con un boom de precios de materias primas y gobiernos afines en la región. Otra con la situación actual. En Argentina no gobierna el Kirchnerismo. En Brasil no está el Partido de los Trabajadores. En ambos países hay gobiernos neoliberales. ¿Cómo sigue esta película?

Quisiera aclarar que en el caso del Ecuador el boom de los commodities no tuvo un impacto tan grande gracias al esfuerzo de diversificación económica que habíamos hecho.

No vamos a negar que al ser un país exportador de petróleo no nos favorecen los precios altos, pero su caída, si bien nos afectó, no tuvo el efecto que hubo en otros momentos.

El presidente Correa impulsó mucho la inversión pública como dinamizador económico pero no solo en base a la renta petrolera.

La expansión fiscal se basó en la renegociación de los contratos petroleros, que nos permitió sacar mayor provecho de nuestro recurso, así como en la solución de la deuda externa que liberó fondos para la inversión.

Y, quizás el más importante, en una reforma tributaria que nos permitió pasar de una recaudación del 10% del PIB a otra del 20%, en torno a la media latinoamericana, aunque todavía muy por debajo de la Estados Unidos o la Unión Europea.

En cuanto al cambio de escenario político es innegable pero no creo que haya un fin de ciclo. Incluso donde perdió, la izquierda se mantiene como principal fuerza de oposición.

Yo vengo de una fuerza política que sacaba el 3% en las urnas cuando nos iba bien. Hoy aspiramos a ganar las elecciones después de 10 años de gobierno.

Es posible imaginar una continuidad si resulta electo el candidato de Alianza País, Lenín Moreno. Pero si gana un candidato de derecha habrá un cambio de rumbo. ¿O cree que hay políticas de estado ya instaladas?

Necesitamos políticas de estado. Espero que esta transición entre Rafael Correa y quien nosotros esperamos que lo suceda, Lenín Moreno, ratifique esta continuidad.

La voluntad de integración latinoamericana debería ser una política de estado. La Unión Europea no es el mejor ejemplo justo ahora, pero a lo largo de su historia mostró esta voluntad de integración más allá del color político de sus gobiernos.

La apuesta a un mundo multipolar tampoco es ideológica: es pragmática.

Por ejemplo, acabamos de tener la visita de estado del presidente Xi Jinping. Ysería impensable para cualquier gobierno, del color que sea, no apostar a la relación con China que es un gran inversor y nos ha permitido avanzar en proyectos económicos, de infraestructura, en la construcción de escuelas.

Pero es cierto que si no gana Alianza País puede haber un cambio de rumbo muy importante.

La división derecha-izquierda es mucho más marcada en Ecuador. Tenemos una derecha muy plutocrática, como la bancocracia de Guayaquil muy vinculada al modelo de plantación que pertenece más al siglo 19 europeo que al 20 o 21.

Veamos casos específicos. Empecemos por el fundador de Wikileaks, Julian Assange quien se encuentra en la embajada de Ecuador desde 2012. ¿No cambiará su situación si gana la derecha?

Por el momento, salvo un partido de derecha muy minoritario que dijo que expulsaría a Assange, nadie se ha pronunciado sobre el tema.

Y Ecuador ha obrado en el marco del derecho internacional siguiendo la convención de 1954 de Caracas y siguiendo las normas que corresponden al asilo en las normas globales.

No queremos interferir con la justicia sueca. Por eso sugerimos desde el principio que lo vinieran a interrogar en la embajada. Hemos tenido que esperar cuatro años y medio para que esto sucediera. Una pena porque se podría haber resuelto mucho antes. Pero creo que hemos avanzado en la resolución del tema.

Lamentablemente ha tenido un alto costo para Assange que ha tenido que vivir recluido, para el Ecuador que ha tenido su embajada asediada, para el Reino Unido que ha tenido que financiar la seguridad y para la justicia de Suecia.

El 19 de febrero Ecuador va a las urnas y, además, se pronuncia en un referéndum sobre el Pacto Ético, es decir, la inhabilitación para la función pública de quien tenga intereses en paraísos fiscales. En caso que los ecuatorianos le digan que sí a esta iniciativa, ¿no corre peligro en caso de que gane una fuerza de otro signo político?

El referéndum expresa la voluntad popular y su resultado se conocerá mucho antes de que asuma el nuevo gobierno el 24 de mayo. Está planteado para que haya un espacio de un año para que se establezca una ley que pueda normar de forma adecuada esta expresión de la voluntad popular.

No creo que el partido ganador pueda desconocerla. Sería muy grave. La voluntad popular es la base de la democracia. No veo cómo se puede ir contra de esto.

La otra gran iniciativa ecuatoriana en torno a paraísos fiscales es la formación de un organismo supranacional en la ONU para eliminar la evasión fiscal offshore. Hoy Ecuador ocupa la presidencia del G77 en la ONU, pero ¿no se diluiría el impulso diplomático y político con un gobierno de distinto signo?

No puedo decir lo que haría un gobierno de otro signo por eso es tan importante conseguir la continuidad.

Al esfuerzo doméstico del Pacto Ético nosotros le hemos agregado esta iniciativa internacional porque el problema de los paraísos fiscales no se puede resolver a nivel individual.

El G77 más China, que en realidad, agrupa a 134 países, es el grupo interno más grande de la ONU. Es la primera vez que Ecuador ejerce la presidencia de este bloque, un reconocimiento a nuestra vocación multilateral. Pero no es la primera vez que el G77 contempla la formación de un organismo supranacional para la evasión fiscal.

Estas iniciativas no prosperaron porque el contexto político no era propicio. Pero el nuevo contexto que se abrió con los Panamá Papers cambió el panorama.

Incluso diplomáticos que defendían los paraísos fiscales están cambiando de opinión debido a los Panamá Papers, pero también por la seguridad ya que las organizaciones criminales y los terroristas son grandes usuarios de los paraísos fiscales.

Pero el problema de esta iniciativa no es solo que gane en Ecuador una fuerza de derecha o que los países desarrollados se opongan a un organismo supranacional. Incluso en el seno del G77 hay divisiones. Argentina es país miembro y su presidente, Mauricio Macri y sus familiares tienen 50 cuentas en paraísos fiscales que la justicia está investigando.

Nunca dije que sea fácil. El gran capital manda en el mundo de hoy y muchas veces las instituciones responden al gran capital.

Pero hay un clima propicio de debate público y hay un imperativo económico.

Los países están peleándose por conseguir un 1 o 3% de crecimiento anual y en un país como Ecuador cerca del 30% del PIB está en paraísos fiscales.

Es verdad que hay países que tienen posiciones más tibias y otras más radicales. Se puede triunfar a nivel internacional sin unanimidad, ir consiguiendo mayorías crecientes e incomodar a los que votan contra medidas que son indudablemente positivas.

¿Cómo ve el escenario internacional con el Presidente Donald Trump a la cabeza?

Tenemos una posición de respeto a la voluntad del pueblo estadounidense y queremos mejorar la relación bilateral siempre que haya respeto mutuo. Al mismo tiempo no somos sordos y hemos escuchado muchas opiniones que nos preocupan.

El tema de la inmigración es el más obvio. Nosotros creemos en puentes más grandes, no en muros más altos.

Me he reunido en una visita reciente con algunos de los muchos ecuatorianos que viven en Estados Unidos que están nerviosos y preocupados por lo que pueda pasar. Tenemos un plan de contingencia al respecto. Ojalá no lo tengamos que usar.

Esperamos que podamos resolver los problemas con el diálogo. Estamos en contra de cualquier amenaza al multilateralismo, sea afán unilateral o voluntad imperial. Habrá que estar vigilantes en este sentido.

TOMADO DE:

http://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-38895386

Manuel del Socorro Rodríguez: inane, inocuo, prescindible

Por Carlos Bueno Osorio

 Un día cualquiera del horrible año de 1816, el Pacificador Pablo Morillo ordenó el arresto de Manuel del Socorro Rodríguez, que vivía desde muchos años atrás en su habitación de la biblioteca local de Santafé de Bogotá.

Tras dos días de arresto y de ayuno, el jefe español se presentó en persona a interrogar al inofensivo cubano sobre su participación en el movimiento emancipador. Nota de inmediato que un retrato de Fernando VII está colgado en un sitio visible del salón. Estaba allí desde 1909. Al verlo, don Pablo aplacó su rabieta y ordenó la inmediata libertad de Rodríguez. Este señor figura en nuestra triste historia como padre del periodismo colombiano porque editó desde el 9 de febrero de 1791 el Papel Periódico de Santafé de Bogotá, del cual sacó 270 números.

En mi historia personal, Manuel del Socorro aparece por primera vez como sacado del magín del congresista Hernando Echeverri Mejía en los días en que se discutía la aprobación de la ley 51 de 1975, declarada inexequible tantos años después por la Corte Constitucional. Aún no son claros para mí varios asuntos relacionados con este tema. El primero es sobre la utilidad, conveniencia, necesidad o como quiera decirse, de un día especial para la conmemoración de este oficio. Podríamos hacerla coincidir con la del peluquero, la secretaria, los decoradores, los ingenieros o las putas. Nada cambia. Nada soluciona. Para nada sirve. Igual fue la vida y obra del señor Manuel del Socorro Rodríguez.

Estamos en la Santafé de finales del siglo XVIII, pacata capital del virreinato de Nueva Granada. Un pueblo grande que no llega a veinte mil habitantes, situado en medio de los Andes y a varios meses de distancia de la metrópoli. Don Manuel cerraba un periódico y abría otro. En 1806 publicó 71 ejemplares de El Redactor Americano; en 1907, la revista mensual El Alternativo del Redactor Americano, que llegó hasta el número 47. Luego del Grito de Independencia, el 20 de julio de 1810, la situación económica de Rodríguez se complicó, pues el nuevo Gobierno dejó de pagarle el sueldo de bibliotecario. Tuvo que vivir de la caridad pública, muy especialmente de la ayuda de la familia de Manuel de Bernardo Álvarez, tío de Nariño y de Jorge Tadeo Lozano. Inicialmente ejerció funciones de redactor de La Constitución Feliz, órgano oficial de la Junta Suprema, y cuyo único número daba cuenta de las novedades ocurridas en Santafé de Bogotá entre el 20 de julio y el 17 de agosto de 1810. Más tarde, Rodríguez fue miembro del Colegio Electoral de Cundinamarca y colaboró activamente en el Gobierno de Antonio Nariño. La expresión de Manuel del Socorro Rodríguez, que señala al Gobierno de Nariño como «digno por cierto de desearse eterno» no era gratuita, ni un simple elogio.

Manuel del Socorro Rodríguez nació en Cuba. Fue ebanista, dibujante y calígrafo. En esas actividades conoció y trabó estrecha amistad con el gobernador de la isla, brigadier José de Ezpeleta, nombrado en 1789 virrey de la Nueva Granada, quien lo trae y lo nombra bibliotecario y lo instala en el edificio de la Biblioteca, en la misma pieza en que Morillo le perdona la vida por realista.

Quienes conocen a Manuel del Socorro, elogian siempre su paciencia, su tenacidad, pero jamás sus logros periodísticos o literarios. José María Vergara y Vergara lo pondera, pero advierte que “no tenía genio, ni inspiración sino laboriosidad, con su mediano ingenio y su alma apacible”.

Su mérito consistió en el incansable servicio a la conservación y adquisición de obras y manuscritos interesantes sobre la viruela, el coto y otras enfermedades tropicales.

Rodríguez sobrevivió tres años a la visita de Morillo. El 3 de junio de 1819 fue encontrado inmóvil en su lecho, vestido con el sayal de los hijos de San Francisco, apoyada la cabeza sobre una piedra y estrechando entre sus manos una rústica cruz hecha de cañas. Extraña escenografía para este pobre personaje.

El bisabuelo de Miguel Antonio Caro, don Francisco Caro, considerado el primer ensayista en prosa del costumbrismo colombiano, que despachaba a sus enemigos con versos agresivos, decía de don Manuel:

Ven aquí, tú, estrafalario

Perrazo con piel de zorro,

Sal aquí, Manuel Socorro,

Pasa aquí, bibliotecario.

Si, aprendiz de boticario:

No mereces ser trompeta

¿Quién te ha metido a poeta?:

no reflexionas, mohino,

que no ha habido escritor fino

que tenga un palmo de jeta?

Manuel del Socorro fue animador de una de las tertulias literarias de Santafé de Bogotá con el extravagante, difícil y rebuscado nombre de Eutropélica, palabra proveniente del griego que significa moderación, jocosidad inofensiva. Eran reuniones mansas e inanes, sin profundidad ni trascendencia: “Una diversión como su director, ingenua e inocua”, dice doña Rocío Vélez de Piedrahíta.

Vergara y Vergara diría que no fueron más allá de las implicaciones de la palabra y que sus producciones eran leves, frías y su director un mediocre. Francisco Caro, el mismo Caro, más agresivo dijo “El Bibliotecario hacía versos, pero ellos eran la negación de la poesía”. De uno de los de los poetas participantes en la tertulia Eutropélica, Francisco Antonio Rodríguez, dice Vergara y Vergara que “su único mérito consiste en que no hay una sola palabra que se entienda”. Don Manuel no pensaba en libros sino en periódico. Y para ser llamado el padre del periodismo colombiano tiene un mérito: cerraba un periódico y abría otro.

La historiografía informa que con El Papel Periódico de Santafé de Bogotá se inició formalmente el periodismo en Colombia. El semanario vio la luz pública el viernes 9 de febrero de 1791 y, sin interrupción, aparecieron 265 números de ocho páginas, en formato de octavo, hasta el 6 de enero de 1797. Su dirección y edición siempre corrió a cargo de Rodríguez. Inicialmente fue armado en la imprenta de Bruno Espinosa de los Monteros, posteriormente en la Imprenta Patriótica de Antonio Nariño, y en 1794, debido al destierro del Precursor, volvió a la imprenta de Espinosa. Tiempo después, a solicitud del virrey Antonio Amar y Borbón, Rodríguez creó un nuevo periódico, El Redactor Americano, de distribución quincenal, cuyo primer número apareció el 6 de diciembre de 1806, y que se publicó sin interrupción hasta el 4 de noviembre de 1809. El Redactor contó con un suplemento, El Alternativo al Redactor Americano, que se publicó mensualmente desde el 27 de enero de 1807 hasta el 27 de noviembre de 1809.

Es cuando Antonio Nariño funda su famosa logia disfrazada de Círculo Literario, que denomina, como para que no quede duda, El Arcano Sublime de la Filantropía. La francmasonería, vínculo de moda entre los intelectuales europeos, es una receta inglesa, con ingredientes franceses, para exportar la revolución. Los venerables maestros recorren el mundo ayudados y protegidos por su «hermanos». Irreversibles causas históricas, sociológicas y económicas están señalando que la independencia de las colonias americanas es una realidad a corto plazo. Los objetivos secretos de esta sociedad son, pues, los de trabajar en forma decidida por la emancipación de la colonia. Allí se leen, se comentan, se estudian, se intercambian, se prestan, se compran y se venden, nuevos y usados, periódicos europeos y libros, muchos de ellos llegados de contrabando, por considerarse peligrosas las ideas de sus autores para la salvaguardia de la fe y la seguridad de la Corona española. Nariño, sin duda, a más de autodidacta, es un apasionado de los libros, bibliófilo y bibliómano. Sus negocios de exportación de quinas, cacao y azúcares, aunados a su condición de heraldo de las ideas nuevas, lo han iniciado en el mercado de la letra impresa. Es seguro que al comienzo haya adquirido libros para acrecentar su importante biblioteca, heredada del padre y del abuelo, en donde solaza sus horas de criollo distinguido y culto.

Buscando iniciar un negocio editorial en el virreinato, adquiere una imprenta, la célebre Patriótica, que de paso va a utilizar para la divulgación de los principios revolucionarios. De esta prensa salieron la traducción de los Derechos del Hombre y varias hojitas y novenas, y otras obras importantes para la época. Y las ediciones de El Papel Periódico de Santafé de Bogotá, desde el número 86 del 19 de abril de 1793 al 157, aparecido el 29 de agosto de 1794, día fatídico de su primer encarcelamiento. Tanto en la Imprenta Patriótica como en su casa de la Plazuela de San Francisco  venden los libros, junto con otros títulos, pues el periódico que ya se reparte entre los suscriptores a domicilio anuncia esos lugares de venta, en avisos que así lo notifican.

En julio de 1785 el virreinato fue sacudido por un terremoto que desbarató la capital. Nariño aprovechó la circunstancia para obtener permiso del Superior Gobierno de publicar un periódico o gaceta cuyo fin primordial era suministrar noticias acerca del movimiento sísmico. El periódico, editado en la Imprenta Real de Santafé, se llamó Aviso del Terremoto en la Ciudad de Santafé y circuló apenas tres días después de ocurrido el sismo con noticias de lugares remotos afectados, lo que todavía resulta inexplicable dada la lentitud con que se recorrían entonces las grandes distancias. Lo cierto es que el Aviso del Terremoto está al día en detalles y pormenores de los estragos causados por el terremoto en  todos los rincones del reino, y eso le garantizó un éxito completo,  gracias al cual Nariño logró permiso para continuar la publicación con el título de La Gaceta de la Ciudad de Santafé. Sin embargo, el Superior Gobierno desconfió de la publicación y la frenó, prohibiendo el acceso de papel periódico a la capital. La Gaceta de Santafé duró tres semanas y en ella, tanto como en el Aviso, Nariño mostró sus dotes periodísticas y de escritor.

 En el semanario La Bagatela, que apareció el 14 de julio de 1811, periódico que se ha vuelto legendario, le hizo oposición al presidente Jorge Tadeo Lozano, al que consideraba débil y bobalicón. Las campañas de La Bagatela tumbaron a Lozano y el pueblo aclamó a Nariño como nuevo Presidente de Cundinamarca. Publicó Los Toros de Fucha en 1823 para reclamar, como ya lo había hecho en 1794, el respeto a la libertad de expresión, amenazada por ciertas actitudes arbitrarias de Santander, su sucesor en la vicepresidencia de la República.

Afirma el periodista Javier Darío Restrepo que

[…] entre el cubano, Manuel del Socorro Rodríguez y el santafereño Antonio Nariño, prefiero a éste como representante y ejemplo de mi profesión. Rodríguez, asalariado del Virrey Ezpeleta, pluma oficiosa del virreinato, celoso defensor de ideas no contaminadas por la revolución francesa y cronista de la vida de la sociedad santafereña en su Papel Periódico de Santafé, en los nueve de febrero no les ha mostrado a los periodistas otra cosa que la colección de sus 265 publicaciones, con una prosa correcta y de una significación «más histórica que personalmente intrínseca» […]

según la eufemística expresión de Rafael Maya. El pasado del periodismo, representado en El Papel Periódico, es una memoria sin utopía, es decir, sin una invitación ni un entusiasmo para cambiar lo existente. No se trata de recordar lo que fue, sino de inquietarse por lo que pudo haber sido y por lo que tendrá que ser. Con Antonio Nariño, como figura ejemplar del periodismo, la conmemoración recupera toda su fuerza transformadora. “Nariño es más que una estatua honrada con coronas, es un desafío, una herencia, una línea truncada que impone el deber de continuar”, remata Restrepo.

Nariño fue un precursor del pensamiento y de la urgencia de la libertad, un papel que hoy señala la diferencia entre la prensa inocua y prescindible, y la que se vuelve indispensable para vivir en libertad. La ley de prensa que creó el Día del Periodista alrededor de Antonio Nariño tiene ese solitario acierto que la redime. En efecto, el Día del Periodista no tiene por qué ser el homenaje a una memoria embalsamada; es un aprendizaje permanente de una lección indispensable: la de ser libres a cualquier costo. Con Nariño aparece el periodismo como un ejercicio de libertad.  Ésa fue la intención del Legislador al aprobar en la controvertida Ley de 2002, que el Día Clásico del Periodista y el Comunicador fuera el 4 de agosto, “en conmemoración de la primera publicación de la Declaración de los Derechos del Hombre, realizada el 4 de agosto de 1794 por Antonio Nariño, Precursor de la Independencia”.

La trilogía del dogma

Por: Ricardo Robledo

Padre, hijo y espíritu santo, son las figuras ideológicas que se reproducen socialmente bajo el formato Ser superior, seguidores, doctrina, que son los que conforman la trilogía del dogma y que son coexistentes; es decir, sin ser superior no hay seguidores, ni razón para ello; sin seguidores no hay ser superior; y sin dogma no hay seguidores ni ser superior. No se pretende atacar a ninguna religión sino simplemente sopesar su influencia en los seres humanos.

El padre es el ser supremo; el hijo, los seguidores; y el espíritu santo, la doctrina. El espíritu santo es el que ilumina la doctrina; según los relatos del nuevo testamento, se presenta en forma de lenguas de fuego para dar sabiduría a los apóstoles; los evangelistas escribieron bajo su inspiración “divina”. Así se da origen a los libros sagrados de las religiones en diversas regiones del mundo.

Los escritos por tanto sagrados establecen que la doctrina tiene un origen no humano y que posee un carácter imparcial, neutro y divino.

En esto hay un primer desacierto puesto que el Ser Humano –con todos sus intereses-desaparece de la conformación de lo que se define como sagrado. Realmente, lo divino es un producto de un acumulado histórico y cultural de lo Humano, por medio del cual se dotan a los seres superiores de las características que eran consideradas como las mejores en un momento histórico determinado y que habrán de conducir a lo mítico; tal como sucede con la trinidad llevada a misterio o el caso de la virginidad de María, madre de Jesús, a la que se le da esta condición de la mujer inexplorada, a partir de los valores imperantes en un momento social, en donde se impone el estado corporal femenino sobre las cualidades de su contenido como persona.

En el caso del cristianismo, surgieron dos corrientes en relación a la divinidad o no, de Jesús. Unos consideraban que tenía divinidad para hacer milagros, pero sin ser propiamente dios. Otro puno de vista ensalza la humanidad de Jesús. A la primera se le llamó “cristología rica”; y la segunda, “cristología pobre”. También se habla de “Cristología ascendente” (Parte de su carácter humano hacia lo divino) y de “Cristología descendente” (De lo divino a lo humano).

El estudioso de la Biblia, Orígenes (185-254 de nuestra era) expuso una de las concepciones trinitarias que consideraba al padre como el verdadero dios, por cuanto no fue generado. El presbítero asceta Arrio, aportó una nueva visión teológica en la que resaltó la unicidad y trascendencia de Dios y consideró al hijo como creatura generada por el padre; esto es, hecha por él, y aunque se le denomine dios, no lo es verdaderamente.

Así surge el monofisismo, como una doctrina que niega las dos naturalezas de Jesús: La divina y la humana. Sostiene que en él subsistió la naturaleza humana, la cual fue absorbida por la divina. Hasta hoy existen tres iglesias monofisistas: la egipcia o copta; la siria o jacobita y la armenia.

Existen otras doctrinas, pero no se trata ahora de hacer un estudio del cristianismo. Con esto se quiere mostrar el carácter histórico, diverso y cultural de lo divino. Lo que nos interesa es considerar cómo la trilogía del dogma (Ser Superior, Seguidores, Doctrina) se encarna en los estilos de liderazgo como continuidad de la opresión y de deformación del papel del conductor. (No se olvide esta condición, puesto que también existen líderes liberadores, aunque muy escasos). No en vano se dice que el poder corrompe.

Al decir de Estanislao Zuleta, “el líder nos quita la angustia de pensar”, de ahí que sea muy beneficioso seguir a alguien poderoso sin importar la relación de clase; no se cumple que el ser social determina la conciencia social y por eso las personas pobres terminan eligiendo gobernantes de derecha aunque continúen oprimiéndolos más. No hay concordancia entre el pensar y el actuar, con la forma de existencia social.

La ideología y otras circunstancias complejas, como la sicología, los temores, los intereses, las creencias, hacen que las personas se nieguen a recibir órdenes de aquellos que tengan su misma condición, que sean sus iguales.  Por eso, a quien toman como su líder, y para que lo sea, lo dotan de cualidades superiores que lo diferencien de los demás, incluso hasta mitificarlo (le dan el carácter divino). Con lo que  ambos se alienan, porque el seguidor acepta su inferioridad, y el superior así se cree, pierde su objetividad y hasta su autenticidad (Por eso Paulo Freire dice que al liberarse, el oprimido libera al opresor).  Entonces se habla de personas de inteligencias superiores, de la mujer más hermosa del universo, del mejor cantante del mundo, del mejor jugador, del mejor escritor, “le cabe el país en la cabeza”-dicen, con lo que el pensamiento del poderoso impone valores ideológicos globales, convertibles en dinero y en dominación. Todo aquel que se aparte de estos parámetros, será repudiado, con mayor fuerza por sus pares, puesto que los aleja de lo que se asume como la normalidad. En la sociedad capitalista la riqueza da al patrón la superioridad y el mando.

Esto no niega el que hayan existido líderes verdaderos con aportes a la humanidad. Pero incluso esto es relativo. La historia está llena de desmanes. Y cada cual asumirá la posición que le convence y que concuerda con sus creencias, intereses y valores. Los colonizadores, usurpadores, son héroes y pioneros para sus gobiernos. Los cruzados, quienes actuaban bajo la supuesta defensa del cristianismo, decapitaban a los sarracenos; héroes para los europeos y asesinos para los árabes.

Tampoco se niega la necesidad del poder jerárquico para poder ejercer el liderazgo en las sociedades hasta ahora conocidas.

Los seguidores, al dotar a los superiores de las más excelsas cualidades, se sienten protegidos por estas y por eso los ensalzan en la doctrinas, incluso, en casos, se sienten también revestidos por ellas y las esgrimen contra aquellos que son vistos como sus opositores, sus enemigos o de quienes se pueda recibir una potencial agresión. En la Biblia, muchos Salmos invocan el poder de dios contra los enemigos. (Salmo 9, 3. “Mis enemigos volvieron atrás; cayeron y perecieron delante de ti”. Salmo 27, 1, “Jehová es mi luz y mi salvación ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme?”. 3, “Aunque un ejército acampe contra mí, no temerá mi corazón; aunque contra mí se levante la guerra, yo estaré confiado”). La doctrina religiosa, así cultivada, no sirve para fomentar la fraternidad, sino para imponerse sobre los otros, que aun siendo sus semejantes, no son tomados como tales.

Al promulgar las altas cualidades de los superiores, no pocas veces se alimenta la egolatría –la cual suele ir acompañada de la soberbia y la arrogancia- que en tantas ocasiones ha dado al traste con las organizaciones de diversos tipos. El ególatra crea su mundo, se siente infalible y cree que al imponer sus propósitos va por el camino correcto, puesto que las cosas se hacen tal como él dice. En ocasiones aciertan, pero muchas veces, el que cree ganar porque se impuso, en el largo plazo pierde porque lleva al descalabro a la comunidad en la que actúa. Se deleitan en el autoritarismo y generalmente se rodean de aduladores que le refuerzan su propósito. (El señor Trump parece que tomará todas las medidas necesarias para enterrar a Estados Unidos como potencia imperialista).

No es extraño que, como entidades humanas surgidas en una sociedad de dominación como la burguesa, las organizaciones de izquierda arrastren vicios y se vean afectadas por rasgos de la egolatría en personas que acumulan poder de decisión y que se vuelven también incontrovertibles; esta malformación no deja de tener su influencia en la dispersión que nos aqueja; por tanto, el tratamiento de mal, tiene su papel en la lucha por la unidad. No es desaforado decir que la humildad es una condición para lograr el acercamiento unitario. Es parte del mandar obedeciendo.

Más aun cuando, como factor de la formación del conocimiento, la trilogía del dogma se reproduce en todas las instancias humanas, incluidas las formaciones de izquierda en las que aparecen los dirigentes como centro, las personas como bases o masas y los programas y estatutos, como doctrinas que convierten la teoría revolucionaria en dogmas.

La verdadera liberación se dará cuando los seres humanos se reconozcan como iguales y se establezcan relaciones de respeto entre todos. En esto es muy rica la teoría marxista de la alienación.  No se puede aceptar la suplantación del poder de todos, por el de los conductores y de la organización construida sobre tales bases. Aquellos que hablan de bajar a las masas o al pueblo, es porque creen equivocadamente que están arriba.

Aquí también, mientras más excelsas sean las cualidades otorgadas subjetivamente al dirigente y cuanto más “objetivo” sea su programa, más seguro se sentirá el militante y considerará acertado su camino incuestionable. Así se busca mitificar a los líderes, cuando contrariamente, es un su dimensión humana donde alcanzan su valor. No se puede cubrir la realidad con sueños idealistas, para suprimir la explotación del humano por el humano.

En la naturaleza y en la sociedad, como creación humana, las organizaciones tienden a reproducir las condiciones que las hicieron surgir; es una condición del éxito de la sobrevivencia. Pero también “árbol que nace torcido, nunca se endereza” y por eso, la lucha interna contra la presencia de la ideología burguesa en las fuerzas revolucionarias debe ser tenaz y permanente, a la vez que mesurada y objetiva.

Reflexión final. La unidad más que una confluencia organizativa, es un manejo de la democracia. ¿Cuál es entonces la concepción que tiene de ella la izquierda, cuando es incapaz de llegar a acuerdos democráticos con aquellos que les son próximos en la lucha por una nueva democracia? No se nota coherencia entre lo que se pregona y lo que se hace.

Febrero 4 de 2017 (En la fecha del comandante)