Archivo diario: 25 noviembre, 2013

El poder de las empresas en la cumbre de la ONU sobre cambio climático

Publicado el 22 de noviembre de 2013

Amy Goodman

Varsovia, Polonia — La conferencia sobre cambio climático de las Naciones Unidas de este año se está desarrollando en Varsovia, una ciudad llena de historia. Aquí se encuentra el principal monumento erigido en homenaje a Nicolás Copérnico, el famoso astrónomo polaco que postuló por primera vez que la Tierra gira alrededor del sol y no al revés. El aeropuerto de Varsovia lleva el nombre Frederic Chopin, en honor al brillante compositor que vivió aquí. La pionera de la ciencia de la radiación, Marie Curie, la primera mujer en ganar un Premio Nobel (ganó dos, de hecho), nació aquí.

Aquí también fue el lugar donde estuvo el Gueto de Varsovia, uno de los más horribles símbolos del Holocausto, donde cientos de miles de judíos permanecieron encerrados antes de ser trasladados al campo de exterminio de Treblinka y otros campos de concentración nazis, donde fueron asesinados. En medio del terror de la ocupación Nazi, los judíos del gueto se alzaron en un valiente acto de autodefensa. Más tarde, inspirados por el levantamiento del gueto, los habitantes no judíos de Varsovia también se alzaron y lucharon durante dos meses antes de ser finalmente derrotados por las fuerzas de ocupación alemanas. Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, 6 millones de polacos, la mitad de ellos judíos, habían sido asesinados y un ochenta y cinco por ciento de la ciudad de Varsovia estaba en ruinas.

En este preciso lugar se está desarrollando la 19a Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC), denominada COP 19. Miles de negociadores de los 198 países miembros de la Convención caminan con prisa a través de los corredores de tela provisorios instalados en el campo del Estadio Nacional, al igual que representantes de numerosas organizaciones no gubernamentales y miembros de la prensa. La cumbre de este año tiene una característica diferente: el auspicio de las empresas.

“Esta probablemente sea la conferencia sobre cambio climático con mayor presencia de las empresas que jamás hayamos visto», me dijo Pascoe Sabido. «Esto no significa que en las anteriores no haya habido una gran influencia de las empresas. Sin embargo, lo que es diferente esta vez es el nivel de institucionalización, el grado en el que el Gobierno polaco, la ONU y la convención misma, han recibido a las empresas con los brazos abiertos y han alentado su participación”. Sabido trabaja en la organización Corporate Europe Observatory, que publicó un folleto denominado “Guía de la COP 19 sobre el lobby empresarial: delincuentes climáticos y complicidad del Gobierno polaco”. Algunas de las grandes empresas presentes en esta COP 19, afirma Sabido, son “General Motors, conocida por financiar a grupos de investigación que niegan el cambio climático, como el Heartland Institute de Estados Unidos y está también BMW, que está haciendo cosas similares en Europa, en un intento por debilitar las normas sobre emisiones”. El logo de LOTOS Group, la segunda principal empresa petrolera polaca, aparece en los 11.000 bolsos entregados a los delegados.

Polonia, cuya principal fuente de energía es el carbón, organizó una conferencia paralela junto con la Asociación Mundial del Carbón, denominada Cumbre Internacional del Carbón y el Clima. La Secretaria Ejecutiva de la COP 19, Christiana Figueres, provocó la ira de muchos activistas por el clima al pronunciar el discurso inaugural de la conferencia de la industria del carbón. Fuera de la cumbre, los activistas de Greenpeace colgaron una gran pancarta con los colores de la bandera polaca en la fachada del Ministerio de Economía. La pancarta decía: “¿Quién manda en Polonia: la industria del carbón o la gente?”. En el techo del edificio, otros activistas desplegaron una pancarta con la leyenda: “¿Quién manda en el mundo: la industria de los combustibles fósiles o la gente?”. Mientras tanto, en la plaza que se encuentra abajo, cientos de personas se manifestaban en contra del carbón en una procesión denominada “Cough 4 Coal” (Tos por el carbón) en la que había dos grandes pulmones inflables, que representaban los efectos nocivos del carbón en la atmósfera y en la salud humana.

Mientras que en el Estadio Nacional las negociaciones se iban diluyendo, los activistas gritaban al unísono: “¿Dónde está el financiamiento?”. Los países ricos prometieron brindar apoyo financiero a los países en desarrollo para que realicen la transición hacia fuentes de energía renovables (mitigación) y para que puedan hacer frente a los efectos del cambio climático (adaptación). Oxfam calcula que, hasta el momento, este fondo ha recaudado tan solo 7.600 millones de dólares, muy por debajo de la cifra prometida de entre 30.000 y 100.000 millones de dólares. No se trata de caridad, los contaminadores deben pagar. Hablé con el principal negociador sobre cambio climático de Filipinas, Yeb Saño, en el noveno día de su huelga de hambre, que comenzó el día en que se inauguró la COP 19. Saño me dijo: “Estados Unidos, que es responsable de al menos un 25% de las emisiones totales, tiene una gran responsabilidad, una responsabilidad moral de combatir el cambio climático, no solo a nivel nacional, sino también de brindar apoyo a los países en desarrollo”.

La destrucción causada por el tifón Haiyan es un crudo telón de fondo de las negociaciones en Varsovia. Yeb Saño se enteró de que su hermano sobrevivió al tifón al verlo en las noticias mientras ayudaba a juntar los cuerpos de los muertos. La ciencia es clara: si las temperaturas continúan aumentando, los eventos climáticos extremos se volverán cada vez más frecuentes y más mortales. Luego de que Saño anunciara en un emotivo discurso durante la sesión plenaria de la convención que había decidido iniciar una huelga de hambre, varios estudiantes marcharon en silencio junto a él mientras salía de la sala. Sostenían una pancarta en homenaje a los muertos en Filipinas. Como consecuencia de su acto espontáneo de solidaridad, se les prohibió asistir a las negociaciones sobre cambio climático durante un año. Una estudiante que participó en la acción, Clémence Hutin, de París, me dijo: “Para mí, la Cumbre sobre Cambio Climático es un espacio democrático. No entiendo por qué la sociedad civil no es bienvenida en la convención, pero las empresas sí lo son”.


Denis Moynihan colaboró en la producción periodística de esta columna.

© 2013 Amy Goodman

Texto en inglés traducido por Mercedes Camps. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org

Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 750 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 400 en español. Es co-autora del libro «Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos», editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.

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Por qué me “renunciaron” de LOS INFORMANTES del Canal Caracol

Natalia Orozco revela las tensiones que se dan entre los periodistas y los directores de los medios pero que muy pocos se atreven a contar. Diferencias de criterio periodístico forzaron su salida

Por: | noviembre 24, 2013
Por qué me “renunciaron” de LOS INFORMANTES del Canal Caracol

Vine a Medellín para asistir a la entrega de los premios de periodismo de la Fundación Gabriel García Márquez.  Quizás el hecho de que las conversaciones giraban en torno al ejercicio periodístico, el criterio, la libertad de prensa, la formación y la experiencia de los líderes de opinión, motivó a muchos de los colegas a preguntarme por qué salí del programa LOS INFORMANTES el nuevo proyecto de Caracol Tv, al que me había vinculado hace 4 meses con enorme ilusión.  Las preguntas también se han multiplicado en las redes sociales después que me limité a decir que me fui “por diferencias de criterio periodístico”.

Pensaba así pasar la página. Sin embargo, amigos y periodistas que admiro me convencieron de escribir estas líneas, que más allá de los detalles de un reportero saliendo de un canal (asunto que no debe ser una noticia), buscan compartir algunas reflexiones hechas después de que Caracol prescindió de mis servicios.

Después de 15 años de estudios y corresponsalía en el extranjero regresé a Colombia.  Consideré una obligación y un privilegio estar en mi país, en un momento histórico del que quiero ser testigo.

El paso por BLU Radio me dio la oportunidad compartir con  periodistas de una calidad profesional y humana excepcional. Con directoras de programa como María Clara Gracia y Vanesa de la Torre, que me abrieron micrófonos  para expresarme con absoluta libertad. La experiencia en televisión con LOS INFORMANTES me dio la posibilidad de conocer reporteros y jóvenes productores con enorme potencial.

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Equipo de Los Inforemantes

Sin embargo en LOS INFORMANTES surgieron diferencias, que  motivaron la salida de otros colegas y que me llevaron a cuestionar las reglas impuestas y la línea editorial del programa. La entrevista realizada al estratega militar de las FARC, Pablo Catatumbo, fue reeditada sin mi presencia, asunto que por razones de principios  no podía permitir y a pesar que la directora revisó su decisión, causó un deterioro  en la relación. Me quedó claro que no se trató  de una política institucional  de Caracol, sino que fue una decisión de María Elvira Arango con quien tengo divergencias sobre si los medios y las élites en Colombia tienen también una responsabilidad en el conflicto.  Mi posición es y será que sí, y el punto de coincidencia que tuve con el líder subversivo, a quién le cuestioné de forma contundente sus métodos, fue que “todos en esta guerra hemos cometido errores”.

Posteriormente la entrevista, pensada para ser una de las que inaugurara el programa, fue aplazada en varias oportunidades porque “los guerrilleros no daban rating”. Quizás mi idealismo, motor que me impulsa en esta labor, me hizo argumentar que nuestro compromiso no podía ser sólo con el rating, sino primero y sobre todo, con la información. También que a pesar de las heridas incurables que nos han dejado los actores armados y sus actos criminales, llegó el momento para que nos escuchemos todos, pues queramos o no, es con desmovilizados de los paramilitares, de los guerrilleros y de las bandas criminales, así como con los industriales, mineros, políticos corruptos y honestos con quienes tendremos que construir la Colombia del futuro.

Después de Pablo Catatumbo, entrevisté a Julián Bolívar, comandante desmovilizado de uno de los grupos paramilitares más violentos del sur del país. Dialogué también con sus víctimas. Estaba construyendo historias con múltiples voces pues estoy convencida que en este país todos tenemos algo que cambiar, que lamentar  y que decir.

Me han reprochado  debatir  “las reglas” cuando creo que la columna vertebral de todo periodista debe ser precisamente confrontar lo establecido, preguntar sobre su pertinencia y transformar lo que no considere justo.

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Entrevista con el líder de las Farc, Pablo Catatumbo en La Habana, Cuba.

De “castigo” la directora de LOS INFORMANTES me prohibió editar la entrevista más linda que he hecho en 15 años de ejercicio periodístico: un encuentro con Fito Páez que consiguió el joven productor Mario Zamudio. Un trabajo que iba más allá de recordar su legendaria carrera como estrella de rock, y ahondaba en aquel ser humano complejo pero brillante  sobre el camino para sobreponerse a la violencia, la relación entre el arte y la resistencia, el valor de la soledad, la simbiosis de este creador  con ciudades oscuras y mágicas como Buenos Aires o incluso Medellín “putas ciudades, de pobres corazones”. La entrevista fue emitida eliminando el diálogo y mi presencia –hecho que poco importa-, pero los textos fueron escritos y leídos por la directora del programa. El resultado tuvo muy poco que ver con el diálogo que sostuve con el artista.

Tengo mucha ilusión de trabajar en Colombia. Salir de una empresa y despedirse de compañeros con los que se crean lazos de afecto y de respeto no deja de ser triste. Y aunque aún hoy el corazón sigue arrugado, seguiré considerando que los periodistas no tenemos el derecho a ser sumisos, ni aceptar ningún tipo de arbitrariedad.

Antes de este paso fugaz por Caracol, trabajé como corresponsal siete años en RCN TV, publiqué en EL ESPECTADOR y en SEMANA, hoy soy corresponsal de Radio Francia Internacional y formo parte del portal periodístico Las2Orillas, el cual fundamos varios colegas inspirados por el entusiasmo de María Elvira Bonilla y León Valencia, con el propósito de construir una alternativa de periodismo independiente. Allí tengo mi casa.

En todos los medios siempre he podido debatir con mis directores aún sobre  los temas más sensibles. Con todos tengo una relación de respeto y agradecimiento.

A manera de crítica me han dicho que tengo un “espíritu indómito”. Lo recibo como un cumplido. Y guardo la convicción de que ¡sí es posible hacer periodismo libre en Colombia!  Y que este, el del cuestionamiento permanente, fue el camino que escogimos.  Cueste lo que cueste, tenemos que asumirlo.

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Entrevista con el cantante Fito Páez, en Buenos Aires, Argentina.

Tomado de «las2orillas».  http://www.las2orillas.co/por-que-renunciaron-de-los-informantes-del-canal-caracol/?utm_source=Las+2+Orillas&utm_campaign=dd39c419af-RSS_EMAIL&utm_medium=email&utm_term=0_c8e983cea9-dd39c419af-50580341

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